El colaboracionismo criollo se confiesa
RONNY PADRÓN | EL UNIVERSAL
sábado 20 de julio de 2013
"No puedo pedir a la gente que salga a la calle a ser asesinada". De esta manera tituló eluniversal.com una información en fecha 13/07/2013 con base en declaraciones de Henrique Capriles Radonski para el 09/07/2013 por él expresadas a través de su programa en Internet "Venezuela somos todos".
Con ese titular queda plasmada para la historia, la necesidad de los venezolanos demócratas por hacernos de un nuevo liderazgo en el movimiento demócrata organizado, pues el actual, con intencionalidad o sin ella, trabaja en pro de la permanencia del régimen socialista en gobierno. Afirmación esta que expresada desde hace mucho, sólo ahora, vista la confesión pública del principal dirigente del movimiento demócrata, alcanza entonces la condición de certeza.
Así lo estimamos por cuanto es precisamente en virtud de que Venezuela es hoy un país desinstitucionalizado, que la sensatez señala como necesaria la inmediata convocatoria a la protesta política, pública, pacífica y no armada como parte de un proceso de resistencia y desobediencia civil que dé lugar a la restauración constitucional hoy derogada de facto. Es este el camino señalado por las corrientes de pensamiento más reconocidas de la ciencia política contemporánea en lo referido a desarrollar una confrontación exitosa frente a tiranías, senda muy distinta a la vigente cohabitación. De entre aquellos podemos destacar al celebérrimo filósofo Gene Sharp, autor del no menos famoso libro: La política de la acción no violenta (1973). Para Sharp, el poder político, el poder de cualquier Estado nacional -independientemente de su organización estructural interna- deriva de los individuos del Estado nacional. Su creencia fundamental es que toda estructura de poder se basa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de los dirigentes. De esa forma, si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder.
Ello es tan cierto como el documento "Compromiso y convocatoria a la unidad democrática" leído durante la instalación de la mesa unitaria de la oposición en fecha 08 de junio de 2009 que consagra en uno de sus parágrafos, y cito: "La unidad es la alternativa para la protesta cívica y valiente, pacífica y enérgica. Protesta para que se escuche la voz de un pueblo que no nació para ser coro de un hombre, ni acepta ser condenado al silencio. Protesta que no se agota en sí misma, porque tiene el sentido de ir construyendo una esperanza".
Resulta entonces un hecho público, notorio y comunicacional que nuestro actual liderazgo demócrata formalmente organizado, no tiene como prioridad la restauración de la constitucionalidad democrática. Pero, como resulta igualmente cierto el que todo liderazgo político se sustenta en el apoyo popular, queda en manos de nosotros como colectivo demócrata propender a ese indispensable cambio de jefatura.
Una vez que el movimiento demócrata organizado alcance a ser dirigido por venezolanos en disposición de accionar conforme a los retos de confrontar a una tiranía socialista, veríamos cómo las municipales del próximo diciembre pasarían de ser la actual concesión política del régimen a cambio de sostenerse gobernando en el poder central, a representar en su lugar una causa legítima para la rebelión popular ante el ejercicio fraudulento del poder político en Venezuela.
Lo anterior tendría cabida no solo en razón del discurso insurreccional que cabe ante el horror inherente a un gobierno socialista, sino además como consecuencia del proceso de protestas públicas de carácter político hoy contenidas por el colaboracionismo, protestas que debidamente canalizadas matizarían un evento electoral, donde a diferencia del pasado 14 de abril, sí contaríamos con una dirigencia demócrata nacional en disposición política de cobrar", ahora las victorias comiciales que a lo largo de 335 municipios del país harán "cuesta arriba" la continuidad en el poder del usurpador Nicolás Maduro Moros. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
Con ese titular queda plasmada para la historia, la necesidad de los venezolanos demócratas por hacernos de un nuevo liderazgo en el movimiento demócrata organizado, pues el actual, con intencionalidad o sin ella, trabaja en pro de la permanencia del régimen socialista en gobierno. Afirmación esta que expresada desde hace mucho, sólo ahora, vista la confesión pública del principal dirigente del movimiento demócrata, alcanza entonces la condición de certeza.
Así lo estimamos por cuanto es precisamente en virtud de que Venezuela es hoy un país desinstitucionalizado, que la sensatez señala como necesaria la inmediata convocatoria a la protesta política, pública, pacífica y no armada como parte de un proceso de resistencia y desobediencia civil que dé lugar a la restauración constitucional hoy derogada de facto. Es este el camino señalado por las corrientes de pensamiento más reconocidas de la ciencia política contemporánea en lo referido a desarrollar una confrontación exitosa frente a tiranías, senda muy distinta a la vigente cohabitación. De entre aquellos podemos destacar al celebérrimo filósofo Gene Sharp, autor del no menos famoso libro: La política de la acción no violenta (1973). Para Sharp, el poder político, el poder de cualquier Estado nacional -independientemente de su organización estructural interna- deriva de los individuos del Estado nacional. Su creencia fundamental es que toda estructura de poder se basa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de los dirigentes. De esa forma, si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder.
Ello es tan cierto como el documento "Compromiso y convocatoria a la unidad democrática" leído durante la instalación de la mesa unitaria de la oposición en fecha 08 de junio de 2009 que consagra en uno de sus parágrafos, y cito: "La unidad es la alternativa para la protesta cívica y valiente, pacífica y enérgica. Protesta para que se escuche la voz de un pueblo que no nació para ser coro de un hombre, ni acepta ser condenado al silencio. Protesta que no se agota en sí misma, porque tiene el sentido de ir construyendo una esperanza".
Resulta entonces un hecho público, notorio y comunicacional que nuestro actual liderazgo demócrata formalmente organizado, no tiene como prioridad la restauración de la constitucionalidad democrática. Pero, como resulta igualmente cierto el que todo liderazgo político se sustenta en el apoyo popular, queda en manos de nosotros como colectivo demócrata propender a ese indispensable cambio de jefatura.
Una vez que el movimiento demócrata organizado alcance a ser dirigido por venezolanos en disposición de accionar conforme a los retos de confrontar a una tiranía socialista, veríamos cómo las municipales del próximo diciembre pasarían de ser la actual concesión política del régimen a cambio de sostenerse gobernando en el poder central, a representar en su lugar una causa legítima para la rebelión popular ante el ejercicio fraudulento del poder político en Venezuela.
Lo anterior tendría cabida no solo en razón del discurso insurreccional que cabe ante el horror inherente a un gobierno socialista, sino además como consecuencia del proceso de protestas públicas de carácter político hoy contenidas por el colaboracionismo, protestas que debidamente canalizadas matizarían un evento electoral, donde a diferencia del pasado 14 de abril, sí contaríamos con una dirigencia demócrata nacional en disposición política de cobrar", ahora las victorias comiciales que a lo largo de 335 municipios del país harán "cuesta arriba" la continuidad en el poder del usurpador Nicolás Maduro Moros. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario