Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 20 de julio de 2013

En Venezuela nos hemos encontrado con la lamentable realidad de sabernos en manos de tontejos de uno y otro signo. En efecto, el sempiterno ministro Giordani y la actual presidente del Banco Central, han manifestado que el Gobierno permitió que se perdieran más de veinticuatro mil millones de dólares (US$ 24.000.000.000,00), para lo cual se utilizaron empresas de "maletín", es decir, que sólo existían para efectuar negocios fraudulentos importando cosas que, o bien no aparecían por ninguna parte, o eran desaparecidas tan pronto llegaban.

El país de los tontejos

Parece que quienes quedamos como unos tontejos del norte somos los que no estamos enchufados

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JULIO DÁVILA CÁRDENAS |  EL UNIVERSAL
sábado 20 de julio de 2013  
Por instrucciones del mas allá debo cambiar la palabrota usada por Uslar Pietri por la de tontejo y sin permiso del ahora casi innombrable intelectual peruano-español Vargas Llosa, hago referencia a su ensayo "América Latina y la opción liberal", en el que explica las variantes de la palabra en cuestión: "De México a Ecuador la palabrota tontejo quiere decir tonto. Misteriosamente, al cruzar la frontera peruana se vuelve su opuesto. En el Perú el tontejo es el vivo, el inescrupuloso audaz. En Colombia, en Venezuela, al cacaseno de provincia recién llegado a la capital, al que le venden el metro o el palacio de gobierno, llaman lo que en el Perú al ministro manolarga que se llena los bolsillos robando y no le ocurre nada. En Centroamérica, una tontejada es una despreciable estupidez; en el Perú, una deshonestidad que tiene éxito".

En Venezuela nos hemos encontrado con la lamentable realidad de sabernos en manos de tontejos de uno y otro signo. En efecto, el sempiterno ministro Giordani y la actual presidente del Banco Central, han manifestado que el Gobierno permitió que se perdieran más de veinticuatro mil millones de dólares (US$ 24.000.000.000,00), para lo cual se utilizaron empresas de "maletín", es decir, que sólo existían para efectuar negocios fraudulentos importando cosas que, o bien no aparecían por ninguna parte, o eran desaparecidas tan pronto llegaban. Lo que no dijeron los funcionarios era quién había permitido y cometido semejante atrocidad y hasta la fecha, que se sepa, ni siquiera se ha dicho de quiénes se trata. Sólo recordamos que oficinas dependientes del Ministerio de Finanzas eran las que autorizaban la entrega de los dólares, con la anuencia del Banco Central, y que el anterior jefe de Cadivi fue condecorado por Maduro, suponemos que por su excelente gestión.

De ser ciertas las afirmaciones de Giordani y de Fernández, me parece que han actuado como unos verdaderos tontejos de los de México al Ecuador, máxime si Giordani continúa pensando que "Esta revolución se propone hacer un cambio cultural en el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los necesitamos así". Pero, por otra parte, es vox populi que personas del entorno del actual régimen, muy de su entorno, han procedido como tontejos de los del Perú y hasta la fecha, dado que se desconoce lo que al respecto hacen la Fiscal General y quien funge de Contralor contra las personas íntimas del entorno gubernamental, parece que quienes quedamos como unos verdaderostontejos del norte somos los que no estamos enchufados. Por ello, la conclusión no puede ser otra: Venezuela es un país de tontejos.

julio.davilacardenas@gmail.com

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