Subdelia Páez de Sevilla ||
Setenta años del Instituto Pedagógico Nacional
Hermoso día, un 27 de julio de 1963, en el Teatro Altamira de Caracas, egresaban centenares de jóvenes venidos de los distintos puntos de la geografía venezolana. Orgullosos por los principios y conocimientos adquiridos y con grandes deseos de retribuir a la patria, la formación académica y virtudes morales acrecentadas en esa Institución llena de luz, sabiduría y compromiso con Venezuela: Instituto Pedagógico Nacional.
Nos correspondió por disposición del Ministerio de Educación, que apadrinara nuestra promoción el Prof. José Damián Ramírez Labrador; bendita suerte de tener tan brillante profesor, tan humano y lleno de mística docente y reconocida humildad, para llevar su sapiencia con amor y compromiso a los miles de alumnos que tuvo en suerte conducir en los diferentes institutos del occidente y centro del país. En mala hora, una noche fatídica en el Liceo Nocturno “J.V. González”, una bala asesina acabó con su brillante estrella de conductor de juventudes y formador de ciudadanos, para que amaran la justicia y la paz; con apenas 47 años, entregó su vida al Altísimo; él que solo supo prepararse como docente desde muy joven para cumplir con entrega y nobleza su brillante magisterio, como un apostolado, con mística y pasión al servicio de su amada Patria. Nos honramos por tener tan admirado padrino de promoción, también egresado él de nuestro Instituto Pedagógico Nacional.
En este año jubilar del 70 aniversario de la fundación de esta prestigiosa institución de nivel superior, siempre comprometida a la formación de docentes para que se incorporen a contribuir al desarrollo del país, el Pedagógico ha sido vigilante desde el inicio de su fundación por impartir una educación democrática y plural, como lo establece nuestra Carta Magna en su Artículo 102: “La Educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable de máximo interés en todos sus niveles y modalidades...”.
Nos preguntamos, por qué se le niegan los medios económicos necesarios para que cumpla con las necesidades de los docentes, alumnos y planta física al Pedagógico Nacional de Caracas y no se le ayuda con ahínco y decisión para que pueda realizar su misión de formar educadores para todos los niveles de la educación venezolana. Por qué se le ponen trabas y se discrimina a sus egresados, preparados con integridad, conocimientos académicos y sentimientos nacionalistas para ir a educar a todos los venezolanos.
En estos momentos difíciles de nuestra Institución, cuya labor es innegable a través de siete décadas formando educadores, siendo vigilante en los avances científicos, pedagógicos, metodológicos y humanísticos, nos vienen a la mente sentimientos de gratitud a todos nuestros profesores, que por su ética profesional, entrega y esfuerzo para su preparación intelectual y su anhelo de dedicarse a sembrar en sus alumnos valores y principios democráticos, difundiendo con valentía los intereses y las necesidades de la patria para bien de todos los ciudadanos.
Imposible olvidar a monseñor Manuel Montaner, director, en sus visitas cotidianas al aula de clase; los profesores: Duilia Govea de Carpio, Maruja Cedeño, Edmundo Marcano, Rubén Carpio Castillo, Guillermo Morón, Ojeda Olachea, Aura Celina Casanova, Ramón Tovar, entre otros, con sus clases magistrales, su responsabilidad en el cumplimiento de su deber docente y sus gestos gentiles, humanos y sencillos en la relación profesor-alumnos.
Enhorabuena Instituto Pedagógico Nacional.
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