¿Tiempo de cambios en la televisión?
Un grupo de expertos considera que no solo la TV debe ser revisada
El asesinato de Mónica Spear supera la ficción de telenovelas
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ , LORENA TASCA | EL UNIVERSAL
martes 21 de enero de 2014
Ayer se llevó a cabo una reunión entre representantes del Ejecutivo Nacional, dueños de medios de comunicación y miembros de la Cámara Venezolana de Televisión por Suscripción (Cavetesu). ¿El objetivo? "Transformar la pudrición que significa para la cultura humana los programas que transmiten antivalores, que legitiman y promueven la violencia", según lo ha asomado el propio presidente de la República, Nicolás Maduro.
La televisión venezolana -ya mermada cuantitativa y cualitativamente en su producción- tiene la posibilidad de mejorar o continuar en el letargo de los últimos años. Es perfectible. Claro que lo es. Así lo aseguran algunos de los consultados para este trabajo.
El comunicólogo Antonio Pasquali tiene una propuesta única para una mejor televisión en Venezuela: "Una Radiotelevisión de Servicio Público que no reciba instrucciones ni del gobierno ni del anunciante, regida por una autoridad independiente, de cobertura territorial total, regionalizada, de muy alta calidad, de contenidos altamente diversificados, que conviva civilizadamente con la privada y la comunitaria".
En consonancia, Marcelino Bisbal, director del posgrado de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, cree que haría falta contar con una verdadera televisión pública que no esté gubernamentalizada, y que se convierta en verdadero modelo de televisión. Y en cuanto a la televisión comercial que asuma el reto de la producción y que se diversifique en sus contenidos.
Y María Eugenia Mosquera, gerente general y co-fundadora de Vale TV, propone que la revisión no se haga únicamente en la televisión. "Tenemos que hacer una reflexión generalizada de los valores personales y sociales, partiendo de conocer bien los conceptos e incluso los tipos de violencia, y a partir de ahí realizar campañas educativas a todo nivel. Porque el tema de la violencia también toca sectores como cultura, familia y educación, que también hay que revisar", considera.
Pasquali, autor de libros como Comunicación y cultura de masas (1963), desestima la relación de la violencia de la televisión con la existente en la vida real, y aporta cifras: "Durante los 40 años de la Guerra Fría nuestra televisión dedicó 52,24% de su tiempo total de transmisión al telecine norteamericano muy fuertemente cargado de violencia; se ha calculado que esa generación absorbió por esa vía la representación de 300 a 400 mil asesinatos. Durante ese período (entre 1950 y 1990, quinquenios más, quinquenios menos), el promedio nacional de homicidios se mantuvo sólidamente estable: 9,08 por 100 mil habitantes por año. A partir de 1995 (cuando la representación de la violencia en televisión comienza a mermar estrepitosamente) ese promedio sube a 14,3; en el 2000 a 26,4; en el 2005 a 45; en 2010 a 57; en 2013 a 79 por cada 100.000 habitantes. La representación del homicidio bajó enormemente al concluir la Guerra Fría y concomitantemente, en Venezuela, la tasa de homicidios reales subió 870%".
Bisbal coincide con Pasquali. "La relación no es lineal de ninguna manera, sino de tipo circular, es decir, las violencias de la vida alimentan a las violencias televisivas. Existe una lectura más completa y compleja de la relación: los medios de comunicación, y por ende la televisión, no son tan omnipotentes como se suele decir; no existe una relación directa entre los mensajes de los medios -la televisión- y la conducta de los perceptores. La violencia es preexistente a los medios de comunicación social, porque la encontramos en la vida diaria", y acá vale recordar como iniciaba el actor Javier Vidal una reflexión reciente: "Cuando Caín mató a su hermano Abel, no había series de televisión. La violencia reside en la naturaleza con sus tres reinos y en el hombre como parte de ella".
Elizabeth Safar, ex directora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela, recuerda que en la primera alocución del fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, el mandatario justificaba la violencia con declaraciones como estas: "Repiten por muchas partes que la violencia es el arma de los que no tienen razón. ¡Mentira! No siempre es así, muchas veces a un pueblo no le queda más recurso que la violencia para abrir el camino hacia la razón y hacia la verdad".
Y la profesora destaca que "con él comenzó la escalada de un discurso público en boca del gobernante que justifica la violencia para alcanzar un determinado fin. El gobierno no ha dejado de usar la violencia en el discurso público, y ya tenemos 15 años escuchando un discurso violento y amenazante, y nada pedagógico".
Además, la experta en políticas públicas de la comunicación considera importante que durante los discursos de Chávez y Maduro, nunca se ha hablado de ciudadanos. "Nosotros en sus discursos existimos solo como 'pueblo'. La peor compresión de lo que significa la palabra 'pueblo', es la reducción al nivel de 'masa sumisa' que es gobernada y que no tiene derecho a disentir. Es decir, de masa que es tutelada, que no es capaz de discernir si lo que pasan por la televisión es bueno o es malo. En otras palabras, no me dan la opción de ver el tipo de programación que yo quiera y orientar a mis hijos como yo desee".
¿Y la ley resorte funcionó?
Antonio Pasquali considera que la ley resorte ha servido solo para dos cosas: legalizar, en su artículo 10, "ese atropello sin equivalente en el mundo que son las cadenas presidenciales, y para obligar a una frase retórica e infantil al comienzo de los programas. Todo el resto es pura paja", cuestiona.
Pero María Eugenia Mosquera, quien ya suma 15 años al frente de Vale TV, señala que esta ley sí ha sido útil. "Es algo nuevo, se ha implementado en muchos países. Y creo que sí era necesario clasificar la información y promover la producción nacional".
Sin embargo, apunta que así como esa normativa ha servido para canalizar el ideal de televisión de Estado, apunta que es muy importante la existencia de la "pluralidad de la televisión, esa es la prioridad para establecer la democracia".
Bisbal advierte: "Creo que la idea de 'crear un nuevo modelo de televisión' como se ha dicho, va orientada a regular y controlar la televisión por cable o suscripción que hasta ahora están fuera de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos. Por allí van los tiros".
El Nacional 22 DE ENERO 2014 -
El Nacional 26 DE ENERO 2014 -
La televisión venezolana -ya mermada cuantitativa y cualitativamente en su producción- tiene la posibilidad de mejorar o continuar en el letargo de los últimos años. Es perfectible. Claro que lo es. Así lo aseguran algunos de los consultados para este trabajo.
El comunicólogo Antonio Pasquali tiene una propuesta única para una mejor televisión en Venezuela: "Una Radiotelevisión de Servicio Público que no reciba instrucciones ni del gobierno ni del anunciante, regida por una autoridad independiente, de cobertura territorial total, regionalizada, de muy alta calidad, de contenidos altamente diversificados, que conviva civilizadamente con la privada y la comunitaria".
En consonancia, Marcelino Bisbal, director del posgrado de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, cree que haría falta contar con una verdadera televisión pública que no esté gubernamentalizada, y que se convierta en verdadero modelo de televisión. Y en cuanto a la televisión comercial que asuma el reto de la producción y que se diversifique en sus contenidos.
Y María Eugenia Mosquera, gerente general y co-fundadora de Vale TV, propone que la revisión no se haga únicamente en la televisión. "Tenemos que hacer una reflexión generalizada de los valores personales y sociales, partiendo de conocer bien los conceptos e incluso los tipos de violencia, y a partir de ahí realizar campañas educativas a todo nivel. Porque el tema de la violencia también toca sectores como cultura, familia y educación, que también hay que revisar", considera.
Pasquali, autor de libros como Comunicación y cultura de masas (1963), desestima la relación de la violencia de la televisión con la existente en la vida real, y aporta cifras: "Durante los 40 años de la Guerra Fría nuestra televisión dedicó 52,24% de su tiempo total de transmisión al telecine norteamericano muy fuertemente cargado de violencia; se ha calculado que esa generación absorbió por esa vía la representación de 300 a 400 mil asesinatos. Durante ese período (entre 1950 y 1990, quinquenios más, quinquenios menos), el promedio nacional de homicidios se mantuvo sólidamente estable: 9,08 por 100 mil habitantes por año. A partir de 1995 (cuando la representación de la violencia en televisión comienza a mermar estrepitosamente) ese promedio sube a 14,3; en el 2000 a 26,4; en el 2005 a 45; en 2010 a 57; en 2013 a 79 por cada 100.000 habitantes. La representación del homicidio bajó enormemente al concluir la Guerra Fría y concomitantemente, en Venezuela, la tasa de homicidios reales subió 870%".
Bisbal coincide con Pasquali. "La relación no es lineal de ninguna manera, sino de tipo circular, es decir, las violencias de la vida alimentan a las violencias televisivas. Existe una lectura más completa y compleja de la relación: los medios de comunicación, y por ende la televisión, no son tan omnipotentes como se suele decir; no existe una relación directa entre los mensajes de los medios -la televisión- y la conducta de los perceptores. La violencia es preexistente a los medios de comunicación social, porque la encontramos en la vida diaria", y acá vale recordar como iniciaba el actor Javier Vidal una reflexión reciente: "Cuando Caín mató a su hermano Abel, no había series de televisión. La violencia reside en la naturaleza con sus tres reinos y en el hombre como parte de ella".
Elizabeth Safar, ex directora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela, recuerda que en la primera alocución del fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, el mandatario justificaba la violencia con declaraciones como estas: "Repiten por muchas partes que la violencia es el arma de los que no tienen razón. ¡Mentira! No siempre es así, muchas veces a un pueblo no le queda más recurso que la violencia para abrir el camino hacia la razón y hacia la verdad".
Y la profesora destaca que "con él comenzó la escalada de un discurso público en boca del gobernante que justifica la violencia para alcanzar un determinado fin. El gobierno no ha dejado de usar la violencia en el discurso público, y ya tenemos 15 años escuchando un discurso violento y amenazante, y nada pedagógico".
Además, la experta en políticas públicas de la comunicación considera importante que durante los discursos de Chávez y Maduro, nunca se ha hablado de ciudadanos. "Nosotros en sus discursos existimos solo como 'pueblo'. La peor compresión de lo que significa la palabra 'pueblo', es la reducción al nivel de 'masa sumisa' que es gobernada y que no tiene derecho a disentir. Es decir, de masa que es tutelada, que no es capaz de discernir si lo que pasan por la televisión es bueno o es malo. En otras palabras, no me dan la opción de ver el tipo de programación que yo quiera y orientar a mis hijos como yo desee".
¿Y la ley resorte funcionó?
Antonio Pasquali considera que la ley resorte ha servido solo para dos cosas: legalizar, en su artículo 10, "ese atropello sin equivalente en el mundo que son las cadenas presidenciales, y para obligar a una frase retórica e infantil al comienzo de los programas. Todo el resto es pura paja", cuestiona.
Pero María Eugenia Mosquera, quien ya suma 15 años al frente de Vale TV, señala que esta ley sí ha sido útil. "Es algo nuevo, se ha implementado en muchos países. Y creo que sí era necesario clasificar la información y promover la producción nacional".
Sin embargo, apunta que así como esa normativa ha servido para canalizar el ideal de televisión de Estado, apunta que es muy importante la existencia de la "pluralidad de la televisión, esa es la prioridad para establecer la democracia".
Bisbal advierte: "Creo que la idea de 'crear un nuevo modelo de televisión' como se ha dicho, va orientada a regular y controlar la televisión por cable o suscripción que hasta ahora están fuera de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos. Por allí van los tiros".
La cantidad de horas de transmisión de telenovelas debe reducirse a la mitad
50% de los dramáticos debe ser venezolano y cumplir los porcentajes de la Ley Resorte
Para canales especializados, como Globovisión y Meridiano, la exigencia de reducir la cantidad de horas dedicadas a las telenovelas no representa un problema. El desafío lo tienen televisoras como Venevisión, Televen y La Tele, que presentan hasta 8 horas diarias de dramáticos, como consta en sus parrillas de programación.
A la salida de la reunión entre operadores de televisión y representantes del gobierno, Pedro Maldonado, presidente de Conatel, advirtió sobre la reducción obligatoria de las producciones dramáticas.
“La Ley Resorte establece hasta cuatro horas de telenovelas por día. Dos en un bloque horario y dos en otro. He allí un primer elemento que los principales canales de televisión abierta deben presentar el lunes que viene: la reformulación de esa parrilla en cuanto al contenido de telenovelas que poseen”, añadió el funcionario.
La telenovela es la columna vertebral de la televisión venezolana, pero ante los elevados costos de producción el panorama es complejo y los canales nacionales se han visto en la necesidad de hacer uso de producciones enlatadas. Es evidente que la industria dramática venezolana ha mermado y que desde hace años el país no lidera el mercado. Fue sustituido por México y Colombia en el primer lugar como exportador.
De las nueve telenovelas que se transmiten en Venevisión, solo dos son venezolanas. En Televen y en La Tele esa cifra se reduce a una.
Los desafíos de la producción nacional. De acuerdo con el artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, se considera producción nacional cuando en un programa el capital, locaciones, guiones, autores y directores son venezolanos. El año pasado la única telenovela que cumplió con estas características fueDe todas maneras Rosa, producida y transmitida por Venevisión.
Bernardino Herrera, investigador y docente del Instituto de Investigaciones de la Comunicación, asegura que -independientemente del tamaño del canal- la producción audiovisual es una empresa que requiere algo más que buenas intenciones.
“El aumento de la producción nacional en televisión no garantiza una programación de calidad. Esa idea según la cual se obliga a un canal de televisión a producir y a darles espacio a los productores nacionales independientes no funciona. Producir televisión de calidad es una empresa gigantesca y más en un país como este”, expresa.
Gustavo Hernández, ex director del mismo instituto, señala que lo que les espera a los canales privados nacionales es algo complicado: “A un programador de televisión privada le va a ser complejo llenar las horas de producción nacional porque no tienen qué transmitir en ese horario. Hay que recordar que la telenovela es un género, no es un mensaje en sí misma. La pregunta que nadie responde es por qué hay que recortar el número de telenovelas por petición del gobierno. Lo único que dicen es que presentan antivalores que influyen en el comportamiento delincuencial del venezolano”.
El investigador recuerda que no hay estudios que comprueben una relación directa entre la televisión y la inseguridad. Menciona que, con ese fin, la Ley Resorte establece un horario de transmisión de los programas. “No se justifica que recorten ni las horas ni el número de los dramáticos, porque la misma ley en sus articulados 4, 5 y 6, indica que pertenecen a una franja horaria. La intención es limitar la libertad de pensamiento y de creación de los guionistas”.
William Castillo, presidente de TVES y nuevo viceministro de Televisión, utilizó su cuenta de Twitter para señalar que una mala palabra en una película no deforma los valores nacionales, pero que “180 horas de violencia televisiva en prime time sí afecta a la gente”. Luego añadió: “¿Se justifican 9-10 horas diarias de telenovelas y seriados en la TV? ¿Es eso de verdad lo que 'quiere' ver el pueblo venezolano?”.
"La audiencia no es pasiva"
Estudiosos de la comunicación desestiman las denuncias del presidente Nicolás Maduro sobre que el medio tiene una influencia directa en las cifras de criminalidad en el país, cada vez más altas. "No se puede establecer una relación automática de causa-efecto entre violencia en la televisión y violencia en las calles", dice Óscar Lucien, ex director del Ininco
Aunque el papel de la televisión en la sociedad ha sido ampliamente discutido desde sus inicios, el tema ha recrudecido en el país en los últimos días, después de las declaraciones del presidente Nicolás Maduro.
Gloria Cuenca, docente de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, considera que en los últimos años el papel del medio ha cambiado signifi cativamente. "La televisión está centrada en dos aspectos: entretenimiento, desde los canales privados, en los cuales la información ha disminuido mucho porque está sometida al temor después del cierre de RCTV. E ideologización, en los canales que pertenecen al Sistema Bolivariano de Comunicación e Información; son medios de propaganda", señala.
Luisa Torrealba, coordinadora general de Instituto Prensa y Sociedad, dice que educar, entretener e informar siguen siendo las tareas principales del medio. La investigadora afi rma que lo que ha cambiado es la manera en la que se ve televisión. "Ha variado sustancialmente la forma en la que se percibe el contenido. Cuando se revisan las teorías de la comunicación, entre las dos guerras mundiales se hablaba de la aguja hipodérmica, es decir, a través de los medios masivos se inoculaba una ideología y la audiencia respondía automáticamente. Pero hoy día estamos frente a ciudadanos críticos, reflexivos, creativos, capaces de defi nir los usos que quieren darle a un medio de comunicación", explica.
A esa transformación ha contribuido la hipersegmentación de las audiencias, asegura Óscar Lucien, ex director del Instituto de Investigaciones de la Comunicación. "La televisión generalista, la que se ocupaba de todo en señal abierta, ha cambiado. Ahora hay canales especializados", agrega.
Con la lupa en el contexto. Para los especialistas, sentenciar a los canales nacionales por supuestamente incidir en las cifras de violencia en Venezuela es pensar que los espectadores son incapaces de resignificar los contenidos de acuerdo con su contexto.
"En los estudios más recientes de exposición a los medios se ratifi ca que la audiencia lee el contenido a través de un conjunto de mediaciones familiares, culturales, religiosas. Todo eso interviene en la apreciación de los contenidos que circulan y no se puede establecer una relación automática de causa-efecto entre violencia en la televisión y violencia en las calles", expresa Lucien. "La audiencia no es pasiva. Quien así lo considere es porque ve a la televisión como el único medio que está en el entorno de la sociedad venezolana. No es una bala mágica que va a infl uir unidireccionalmente en los comportamientos, creencias y valores de los espectadores, eso se ha negado a través de las investigaciones", señala Gustavo Hernández, también ex director del Ininco.
Torrealba comparte que el contexto de los espectadores infl uye en la manera en la que se perciben los contenidos que ofrece la televisión. Destaca que así la población no vea programas violentos está a merced de la violencia diaria, y no solo de la que deriva en asesinatos sino incluso de la psicológica, que se ve en el núcleo de numerosas familias.
Responsabilidad gubernamental. El aumento sostenido en las cifras de inseguridad se debe a una suma de factores.
Hernández advierte que, en esta oportunidad, la televisión sirve como chivo expiatorio que excusaría las deficiencias del sistema judicial y la falta de planes de prevención.
Torrealba dice: "Las medidas están destinadas a censurar informaciones que dejan en evidencia la inacción, la ineficiencia de la gestión gubernamental. Por ejemplo, cuando hubo el derrame de petróleo en el río Guarapiche y la sociedad civil denunció la situación del agua, la fiscal general solicitó a un tribunal que prohibiera difundir información".
Cuenca señala el défi cit en la educación como uno de los causantes de la violencia: "Hay una crisis de escolaridad, montones de niños abandonan la escuela, no hay límites en la vida familiar y se ha creado una patente de corso en la que el muchacho no puede ser castigado porque la Lopna persigue a los profesores y las escuelas. Eso es grave porque no hay forma de corregir".
Torrealba recuerda que en 2010 se aprobó la Ley de Prohibición de Videojuegos y Juguetes Bélicos y que, sin embargo, el índice de homicidios ha aumentado desde entonces. La investigadora también sostiene que no existe en el gobierno interés en profundizar en el uso educativo de los medios de comunicación social. "Todos los niños en educación inicial deben tener una formación que les enseñe el lenguaje de los medios, para ayudarlos a comprender los mensajes y que incluso aprendan a producir contenido. Es una herramienta innovadora y creativa, que potencia el aprendizaje y ha sido dejada de lado. Las iniciativas que se toman son destinadas a satanizar los medios de comunicación", concluye.
Gloria Cuenca, docente de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, considera que en los últimos años el papel del medio ha cambiado signifi cativamente. "La televisión está centrada en dos aspectos: entretenimiento, desde los canales privados, en los cuales la información ha disminuido mucho porque está sometida al temor después del cierre de RCTV. E ideologización, en los canales que pertenecen al Sistema Bolivariano de Comunicación e Información; son medios de propaganda", señala.
Luisa Torrealba, coordinadora general de Instituto Prensa y Sociedad, dice que educar, entretener e informar siguen siendo las tareas principales del medio. La investigadora afi rma que lo que ha cambiado es la manera en la que se ve televisión. "Ha variado sustancialmente la forma en la que se percibe el contenido. Cuando se revisan las teorías de la comunicación, entre las dos guerras mundiales se hablaba de la aguja hipodérmica, es decir, a través de los medios masivos se inoculaba una ideología y la audiencia respondía automáticamente. Pero hoy día estamos frente a ciudadanos críticos, reflexivos, creativos, capaces de defi nir los usos que quieren darle a un medio de comunicación", explica.
A esa transformación ha contribuido la hipersegmentación de las audiencias, asegura Óscar Lucien, ex director del Instituto de Investigaciones de la Comunicación. "La televisión generalista, la que se ocupaba de todo en señal abierta, ha cambiado. Ahora hay canales especializados", agrega.
Con la lupa en el contexto. Para los especialistas, sentenciar a los canales nacionales por supuestamente incidir en las cifras de violencia en Venezuela es pensar que los espectadores son incapaces de resignificar los contenidos de acuerdo con su contexto.
"En los estudios más recientes de exposición a los medios se ratifi ca que la audiencia lee el contenido a través de un conjunto de mediaciones familiares, culturales, religiosas. Todo eso interviene en la apreciación de los contenidos que circulan y no se puede establecer una relación automática de causa-efecto entre violencia en la televisión y violencia en las calles", expresa Lucien. "La audiencia no es pasiva. Quien así lo considere es porque ve a la televisión como el único medio que está en el entorno de la sociedad venezolana. No es una bala mágica que va a infl uir unidireccionalmente en los comportamientos, creencias y valores de los espectadores, eso se ha negado a través de las investigaciones", señala Gustavo Hernández, también ex director del Ininco.
Torrealba comparte que el contexto de los espectadores infl uye en la manera en la que se perciben los contenidos que ofrece la televisión. Destaca que así la población no vea programas violentos está a merced de la violencia diaria, y no solo de la que deriva en asesinatos sino incluso de la psicológica, que se ve en el núcleo de numerosas familias.
Responsabilidad gubernamental. El aumento sostenido en las cifras de inseguridad se debe a una suma de factores.
Hernández advierte que, en esta oportunidad, la televisión sirve como chivo expiatorio que excusaría las deficiencias del sistema judicial y la falta de planes de prevención.
Torrealba dice: "Las medidas están destinadas a censurar informaciones que dejan en evidencia la inacción, la ineficiencia de la gestión gubernamental. Por ejemplo, cuando hubo el derrame de petróleo en el río Guarapiche y la sociedad civil denunció la situación del agua, la fiscal general solicitó a un tribunal que prohibiera difundir información".
Cuenca señala el défi cit en la educación como uno de los causantes de la violencia: "Hay una crisis de escolaridad, montones de niños abandonan la escuela, no hay límites en la vida familiar y se ha creado una patente de corso en la que el muchacho no puede ser castigado porque la Lopna persigue a los profesores y las escuelas. Eso es grave porque no hay forma de corregir".
Torrealba recuerda que en 2010 se aprobó la Ley de Prohibición de Videojuegos y Juguetes Bélicos y que, sin embargo, el índice de homicidios ha aumentado desde entonces. La investigadora también sostiene que no existe en el gobierno interés en profundizar en el uso educativo de los medios de comunicación social. "Todos los niños en educación inicial deben tener una formación que les enseñe el lenguaje de los medios, para ayudarlos a comprender los mensajes y que incluso aprendan a producir contenido. Es una herramienta innovadora y creativa, que potencia el aprendizaje y ha sido dejada de lado. Las iniciativas que se toman son destinadas a satanizar los medios de comunicación", concluye.
Yordano - Por Estas Calles (Video Oficial) - YouTube
www.youtube.com/watch?v=Am3oIVMcJ_Q
15/2/2009 - Subido por VideoclipsVenezuelaYordano - Por Estas Calles (Video Oficial) ... Watch Later Yordano - Madera Finaby jonbenz80,874 views ... Por estas calles
El Nacional 25 DE ENERO 2014
De acuerdo con la lógica gubernamental, lo de Mónica Spear fue un autosuicidio. A la absoluta falta de respeto e irresponsabilidad con la que siempre han actuado para enfrentar los problemas que nunca han tenido ni la menor idea de cómo resolver, ahora se suma que las telenovelas –donde Mónica actuaba– son las causantes de la criminalidad que ha convertido a Venezuela en uno de los países más inseguros del mundo. Imagino entonces que los autores intelectuales serían Leonardo Padrón, César Miguel Rondón y Alberto Barrera Tyszka, aunque si nos vamos un pelito más atrás, en la lista debería estar nada menos que Román Chalbaud, tan cómodamente instalado en su campanita de cristal privada. Sin mencionar a Rodolfo Santana, quien escribió junto con Chalbaud Amores de barrio adentro, la fracasada telenovela revolucionaria que costo millones de bolívares y nadie pero lo que se llama nadie se enganchó en su ridícula trama, al extremo de que el bodrio “realismo-socialista” duró algo así como tres capítulos sin que ninguno se preguntara adónde cipote fueron a tener esos reales. Que si seguimos en esta línea de pensamiento, pues entre los autores materiales se debería incluir a Gustavo Cisneros y Carlos Bardasano, quienes pagan los sueldos a escritores, actores y directores de esas telenovelas que tanto crimen han generado pero también tantas ganancias a los propietarios de los canales, crimen número dos según el filósofo aquel que aseveró que “ser rico es malo” y, en consecuencia, llevó al país a la quiebra.Sospecho que a Ibsen Martínez y Marcel Granier les deberían premiar en consecuencia, porque hasta el sol de hoy más de un idiota sostiene que Por estas calles fue el factor decisivo en la caída de los imperios de AD y Copei y la posterior debacle política que contribuyó a que un grupete de tenientes –que obviamente no se perdieron ni un solo capítulo de los dos años que duró la telenovela–, apenas culminó la trama, decidieran violar la Constitución, montarse en un tanque, atacar Miraflores, caerle a plomo a La Casona –donde habitaba la familia presidencial– y en un gesto burda de simbólico, asesinar a sangre fría a los vigilantes de VTV, donde se transmitió exitosamente La dueña, presunta corresponsable de todos los cadáveres que hoy se acumulan en la morgue.Cabría preguntarse, por no dejar, qué tanto daño pudieron haber hecho las miles de horas que durante 14 años el presidente Chávez utilizó en radio y TV para insultar, vejar, amenazar y ridiculizar a medio país. Las miles de veces que se burló de sus ministros, que los regañó en público. Las cientos de veces que, en vivo y directo, “expropió” empresas, industrias, edificios, terrenos, lo que, a la hora de la chiquita, es lo más cercano a usar el poder para apropiarse de algo ajeno. Más o menos como ponerle una pistola en la cara a alguien para robarle un reloj o unos zapatos. Cuántos niños crecieron pegados a la tele viendo semejante ejemplo. Cuántos se sintieron más héroes que Superman “expropiando” a su enemigo de clase. Cuántos se sintieron protegidos desde Miraflores porque bastaba con asomar sus armas frente a la antigua Globovisión para conseguir salvoconducto eterno.Mussolini, como lo expresó magistralmente el filme Cinema Paradiso, prohibió la transmisión de besos en las películas durante su régimen. Entonces, visto el fascismo que nos gobierna, sería bien bueno que la ministra de nosequecosa penitenciaria siguiera su ejemplo y, en lugar de fotografiarse abrazada a los pranes y permitir discotecas y bailes de tubo en las cárceles, les obligara a ver Discovery Channel o National Geographic todo el día. Que les transmitan, por ejemplo, En el vientre materno, una serie preciosa que explica los misterios de la fertilización, a ver si entienden lo valiosa que es cada vida humana y abandonan el crimen y los secuestros para siempre.Eso sí: no les incluya las cadenas de Nicolás porque, como cualquiera de nosotros, los malandros se van a arrechar de nuevo.
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