El Card. Rodríguez Maradiaga: '¿Llegará la Primavera Latinoamericana?'
El purpurado hondureño denuncia la 'fatiga democrática' y la 'corrupción' que padece el subcontinente. Y denuncio a la política que se vuelve una 'industria' de lucro personal
Por Iván de Vargas
MADRID, 17 de enero de 2014 (Zenit.org) - El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga ha vuelto a denunciar hoy la "fatiga democrática" que padece América Latina, donde la ciudadanía está "cansada" de ir a votar para "luego no conseguir resultados".
Durante un encuentro con periodistas en Berlín, el purpurado salesiano ha señalado que la política en Latinoamérica se ha convertido en una "industria" donde lo principal es el lucro personal de la clase dirigente y no la búsqueda del bien común.
Esta situación ha generado "una corrupción que es increíble", acompañada de una gran "impunidad" y ha ahondado la "desigualdad" que fractura al subcontinente, "uno de los mayores problemas" de Latinoamérica.
"Esto lleva a la tentación de otro tipo de liderazgo", ha explicado Rodríguez Maradiaga y ha puesto como ejemplo a Venezuela, un sistema que también "es un gran fracaso" ya que es tan sólo "la misma corrupción con otra cara".
"¿Cuándo vendrá la Primavera Latinoamericana?", se ha preguntado el cardenal del G8 papal haciendo un paralelismo con lo sucedido en las revoluciones que arrancaron en 2011 en el mundo árabe.
En su opinión, las protestas masivas del año pasado en Brasil no suponen el arranque de esa "Primavera Latinoamericana", ya que "tras la violencia" no ha surgido nada.
El presidente de Cáritas Internationalis ha afirmado también que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las ocho áreas - pobreza, salud, educación y género, entre ellas - en las que la comunidad internacional se comprometió a introducir mejoras sustanciales entre 2000 y 2015 "no se han conseguido". Y lamentó: "No se ha logrado reducir la pobreza a la mitad ni que la educación llegue a todo el mundo".
El cardenal hondureño ha apuntado a este respecto que "es bonito fijar objetivos", pero que después los gobiernos no se han implicado. "Se habla muy poco en América Latina de los objetivos del milenio. Los gobiernos no lo hacen porque sería una fuente de frustración", ha añadido.
A su juicio, la solución pasa por un "cambio del modelo de desarrollo", ya que la "globalización ha sido un fracaso" que no ha servido para mejorar la vida de los millones de personas que viven en la pobreza. "Lo único que se ha globalizado es el mercado. La globalización es una máscara para un monopolio escondido", ha insistido Rodríguez Maradiaga, que considera que el sector bancario global y los medios de comunicación están "en muy pocas manos".
En otras ocasiones, el purpurado ya había realizado interesantes reflexiones sobre la cuestión de la globalización, sobre la que se plantea que “si aceptamos la globalización de la riqueza, la tecnología y el poder, sin la globalización de la dignidad humana y de los derechos humanos, hemos fracasado como católicos”.
Recientemente también había explicado que el mundo no puede ser salvado ni por préstamos ni por decisiones de organismos financieros internacionales, sino solamente puede ser salvado por una solidaridad activa. “Cada uno tiene que ser solidario para servir a su prójimo. No se piden cosas extraordinarias, pero si al lado de nuestra casa hay una persona con necesidad, nadie hay tan pobre que tenga algo que compartir ni nadie tan rico que no tenga algo que recibir”, dijo Rodríguez Maradiaga.
Durante un encuentro con periodistas en Berlín, el purpurado salesiano ha señalado que la política en Latinoamérica se ha convertido en una "industria" donde lo principal es el lucro personal de la clase dirigente y no la búsqueda del bien común.
Esta situación ha generado "una corrupción que es increíble", acompañada de una gran "impunidad" y ha ahondado la "desigualdad" que fractura al subcontinente, "uno de los mayores problemas" de Latinoamérica.
"Esto lleva a la tentación de otro tipo de liderazgo", ha explicado Rodríguez Maradiaga y ha puesto como ejemplo a Venezuela, un sistema que también "es un gran fracaso" ya que es tan sólo "la misma corrupción con otra cara".
"¿Cuándo vendrá la Primavera Latinoamericana?", se ha preguntado el cardenal del G8 papal haciendo un paralelismo con lo sucedido en las revoluciones que arrancaron en 2011 en el mundo árabe.
En su opinión, las protestas masivas del año pasado en Brasil no suponen el arranque de esa "Primavera Latinoamericana", ya que "tras la violencia" no ha surgido nada.
El presidente de Cáritas Internationalis ha afirmado también que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las ocho áreas - pobreza, salud, educación y género, entre ellas - en las que la comunidad internacional se comprometió a introducir mejoras sustanciales entre 2000 y 2015 "no se han conseguido". Y lamentó: "No se ha logrado reducir la pobreza a la mitad ni que la educación llegue a todo el mundo".
El cardenal hondureño ha apuntado a este respecto que "es bonito fijar objetivos", pero que después los gobiernos no se han implicado. "Se habla muy poco en América Latina de los objetivos del milenio. Los gobiernos no lo hacen porque sería una fuente de frustración", ha añadido.
A su juicio, la solución pasa por un "cambio del modelo de desarrollo", ya que la "globalización ha sido un fracaso" que no ha servido para mejorar la vida de los millones de personas que viven en la pobreza. "Lo único que se ha globalizado es el mercado. La globalización es una máscara para un monopolio escondido", ha insistido Rodríguez Maradiaga, que considera que el sector bancario global y los medios de comunicación están "en muy pocas manos".
En otras ocasiones, el purpurado ya había realizado interesantes reflexiones sobre la cuestión de la globalización, sobre la que se plantea que “si aceptamos la globalización de la riqueza, la tecnología y el poder, sin la globalización de la dignidad humana y de los derechos humanos, hemos fracasado como católicos”.
Recientemente también había explicado que el mundo no puede ser salvado ni por préstamos ni por decisiones de organismos financieros internacionales, sino solamente puede ser salvado por una solidaridad activa. “Cada uno tiene que ser solidario para servir a su prójimo. No se piden cosas extraordinarias, pero si al lado de nuestra casa hay una persona con necesidad, nadie hay tan pobre que tenga algo que compartir ni nadie tan rico que no tenga algo que recibir”, dijo Rodríguez Maradiaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario