Murió la Profesora Guerrillera Roraima
Quiñonez
Miércoles 18 de marzo de 2015.-
Luego de combatir silenciosamente contra el cáncer nos deja una revolucionaria y pedagoga ejemplar: Roraima Quiñonez.
Desde muy joven se entregó a la causa del socialismo. En la Universidad de Carabobo no solo fue una excelente docente sino una combativa gremialista, lo cual la llevó a ser la Presidenta de la Asociación de Profesores de esa casa de estudio.
Roraima Quiñonez fue una rebelde socialista ejemplar. Quienes la amamos, conocimos su talento honesto y frontal a riesgo de ser catalogado como irreductiblemente irreverente por los instalados en el poder de ayer, hoy y siempre. Fue una de las combatientes civiles del 4-F de 1992 y nunca alardeo de ello.
Cuando fue nombrada coordinadora de la Misión Sucre Carabobo dijo: "Chávez me convenció para dejar de ser una guerrillera urbana y lo apoyara electoralmente; estos últimos meses estaba rogando encontrarlo para pedirle que me dejara dirigir una aldea de la Misión Sucre ubicada en un lugar cercano al sitio donde planificamos las acciones militares del 4F, ahora que me nombran Coordinadora Regional de Misión Sucre pueden estar seguros que me dedicare con todas mis fuerzas y conciencia a dirigir este hermoso sueño pedagógico que es la Misión Sucre". Murió siendo su coordinadora regional. Roraima Quiñonez es ejemplo militante de revolucionaria estudiosa y combativa para cada uno de los triunfadores de la Misión Sucre
Me despido Roraima
El pájaro de la muerte, súbito, te ha alcanzado compañera para no verte más.
Que sorpresa, que dolor, informarme esta mañana que has dejado de existir. Como tantas veces, son las muertes inmerecidas que advienen a las personas mas queridas, mas luchadoras, mas preciosas, como tu lo fuistes.
Roraima, gracias por haber hecho tanto honor al nombre de la montaña sagrada, gracias por haber puesto en la cumbre el ejemplo de la mujer venezolana, gracias por haber hecho de tu vida un pináculo presente de dignidad, de constancia, de lealtad con ideales que fuiste construyendo en la medida en que recorristes tu vida.
Quiero expresar con todo el dolor que acompaña su muerte que Roraima Quiñones fue una maestra, excepcional, una profesora de hombres y mujeres libres, muchachos que a través de ella aprendieron lo fundamental: a saber que la creación, el conocimiento y la lucha constante son la tríada indispensable a la hora de construir desde sus inicios una vida que realmente valga la pena.
Mujer que no se dejó intimidar jamás por todas las mafias académicas que una y otra vez, y aún hoy, tienen en sus manos ese informe y decadente mundo de las universidades, y en este caso La Universidad de Carabobo, ejemplo perfecto de la decadencia del espíritu de maestría en nuestro país, en sus mas viejos ejemplos. Sobran las anécdotas donde ella sola junto a la rebeldía juvenil y profesoral que la acompañó siempre, le reventó el espinazo a estas pestes que hacen de su status medioeval de únicos cognocentes y monopolizadores de saberes, una fuente de poder, de dinero, de tarado prestigio dentro de una sociedad aún colonizada gracias a las cavernas de conocimiento que son capaces de reproducir. Conciábulos de la complicidad cuyo único oficio de respeto es lamerle las medias a los viejos y nuevos gentilicios burgueses, mafiosos y políticos; y que a Valencia su ciudad la han tenido sitiada desde la independencia hasta hoy, dentro de una continuidad que no hemos sabido quebrar,
Amenazada hasta cansarse por la violencia que el mismo status social produce, teniendo tantas veces que buscar refugios clandestinos de resguardo, Roraima consiguió formar un espacio de rebeldía que luego sirvió para que muchas de esas personas y discípulos entiendan el valor y la inmensa dicha de lo que supone la irreverencia y la constancia. Cuanta gente Roraima te debe estar agradecida, deben ser inumerables las pesonas que hoy, siendo quien fuesen tomaron de tí esa gota determinante que divide la vida bella, ética y rebelde, del simple pasar por este mundo así terminemos podridos de plata. Es la paradoja alegre de Simón Rodríguez, hombre feliz sin duda, que murió en cualquier lado, probablemente olividado, pero absolutamente lleno y rico como lo dejó ver en sus libros, cuentos y enseñanzas.
Y a sí mismo Roraima fue una militante que acompañó hasta hoy las luchas subversivas. Una y otra vez estuvo al lado de la lucha desobediente y revolucionaria, juntando las condiciones para que ella pueda seguir avanzando, poniendo cualquier recurso en sus manos a su disposición, haciendo la tarea de la que muchos se espantan. Presente en todas las grandes gestas de la insurrección, y en la defensa revolucionaria. Allí también se las jugó, fue la mas fiel acompañante y amiga y de eso muchos y muchas, le estaremos enormente agradecidos, que el jugarse la vida hasta en los momentos sin esperanza, en batallas que en su momento fueron gestas perdidas, le da la prueba a cualquiera.
Mis últimos encuentros el año pasado con Roraima, fueron un contraste entre la fustración y la esperanza. Roraima era también refugio de los pesares. De muchos según me contaba -incluidos altos personajes de gobierno- que fueron a llorar sus rabias ante este contexto donde solo la desaforada e inducida corrupción es capaz de romper todas las constancias y reventar la fe necesaria. Pero Roraima era una mujer de esperanza, no importan las diferencias de criterio, lo cierto es que ella nos probada que así sea solos, todo es perfectamente posible. Su último esfuerzo hecho como directora de la Misión Sucre en Carabobo, y como siempre con todos los saboteos encima, le demotraba a ella y a todos nosotros, que sea lo que sea venceremos. En este caso como funcionaria, un ejemplo de honestidad, de dedicación y sobretodo de sensibilidad hacia el universo humano que le tocó dirigir, con el mínmo de recursos. Pero allí está esa última gota de lealtad consigo misma y su patria, que es ese universo universitario disperso que apenas anuncia uno de sus grandes sueños: una univesidad para una educación liberadora.
Me despido sin lágrimas mi amiga, compañera, camarada...que tu ejemplo sea para siempre.
Que sorpresa, que dolor, informarme esta mañana que has dejado de existir. Como tantas veces, son las muertes inmerecidas que advienen a las personas mas queridas, mas luchadoras, mas preciosas, como tu lo fuistes.
Roraima, gracias por haber hecho tanto honor al nombre de la montaña sagrada, gracias por haber puesto en la cumbre el ejemplo de la mujer venezolana, gracias por haber hecho de tu vida un pináculo presente de dignidad, de constancia, de lealtad con ideales que fuiste construyendo en la medida en que recorristes tu vida.
Quiero expresar con todo el dolor que acompaña su muerte que Roraima Quiñones fue una maestra, excepcional, una profesora de hombres y mujeres libres, muchachos que a través de ella aprendieron lo fundamental: a saber que la creación, el conocimiento y la lucha constante son la tríada indispensable a la hora de construir desde sus inicios una vida que realmente valga la pena.
Mujer que no se dejó intimidar jamás por todas las mafias académicas que una y otra vez, y aún hoy, tienen en sus manos ese informe y decadente mundo de las universidades, y en este caso La Universidad de Carabobo, ejemplo perfecto de la decadencia del espíritu de maestría en nuestro país, en sus mas viejos ejemplos. Sobran las anécdotas donde ella sola junto a la rebeldía juvenil y profesoral que la acompañó siempre, le reventó el espinazo a estas pestes que hacen de su status medioeval de únicos cognocentes y monopolizadores de saberes, una fuente de poder, de dinero, de tarado prestigio dentro de una sociedad aún colonizada gracias a las cavernas de conocimiento que son capaces de reproducir. Conciábulos de la complicidad cuyo único oficio de respeto es lamerle las medias a los viejos y nuevos gentilicios burgueses, mafiosos y políticos; y que a Valencia su ciudad la han tenido sitiada desde la independencia hasta hoy, dentro de una continuidad que no hemos sabido quebrar,
Amenazada hasta cansarse por la violencia que el mismo status social produce, teniendo tantas veces que buscar refugios clandestinos de resguardo, Roraima consiguió formar un espacio de rebeldía que luego sirvió para que muchas de esas personas y discípulos entiendan el valor y la inmensa dicha de lo que supone la irreverencia y la constancia. Cuanta gente Roraima te debe estar agradecida, deben ser inumerables las pesonas que hoy, siendo quien fuesen tomaron de tí esa gota determinante que divide la vida bella, ética y rebelde, del simple pasar por este mundo así terminemos podridos de plata. Es la paradoja alegre de Simón Rodríguez, hombre feliz sin duda, que murió en cualquier lado, probablemente olividado, pero absolutamente lleno y rico como lo dejó ver en sus libros, cuentos y enseñanzas.
Y a sí mismo Roraima fue una militante que acompañó hasta hoy las luchas subversivas. Una y otra vez estuvo al lado de la lucha desobediente y revolucionaria, juntando las condiciones para que ella pueda seguir avanzando, poniendo cualquier recurso en sus manos a su disposición, haciendo la tarea de la que muchos se espantan. Presente en todas las grandes gestas de la insurrección, y en la defensa revolucionaria. Allí también se las jugó, fue la mas fiel acompañante y amiga y de eso muchos y muchas, le estaremos enormente agradecidos, que el jugarse la vida hasta en los momentos sin esperanza, en batallas que en su momento fueron gestas perdidas, le da la prueba a cualquiera.
Mis últimos encuentros el año pasado con Roraima, fueron un contraste entre la fustración y la esperanza. Roraima era también refugio de los pesares. De muchos según me contaba -incluidos altos personajes de gobierno- que fueron a llorar sus rabias ante este contexto donde solo la desaforada e inducida corrupción es capaz de romper todas las constancias y reventar la fe necesaria. Pero Roraima era una mujer de esperanza, no importan las diferencias de criterio, lo cierto es que ella nos probada que así sea solos, todo es perfectamente posible. Su último esfuerzo hecho como directora de la Misión Sucre en Carabobo, y como siempre con todos los saboteos encima, le demotraba a ella y a todos nosotros, que sea lo que sea venceremos. En este caso como funcionaria, un ejemplo de honestidad, de dedicación y sobretodo de sensibilidad hacia el universo humano que le tocó dirigir, con el mínmo de recursos. Pero allí está esa última gota de lealtad consigo misma y su patria, que es ese universo universitario disperso que apenas anuncia uno de sus grandes sueños: una univesidad para una educación liberadora.
Me despido sin lágrimas mi amiga, compañera, camarada...que tu ejemplo sea para siempre.
Notitarde Lectura Tangente 22 marzo 2015
Frente a Frente
Roraima Con R de Revolución
Dalia Correa
Será eso que llaman destino, pues no creo en casualidades, pero mi columna de este domingo, originalmente se titulaba La mujer en la Revolución Bolivariana; sin embargo, un hecho de la vida, que en palabras de Roland Denis pudiéramos llamar el “pájaro de la muerte, súbito, te ha alcanzado compañera para no verte más…” de manera imperativa hizo que mi espíritu torciera la pluma y comenzara a escribir sobre Roraima.
Roraima Quiñónez, de ella se trata, controversial mujer valenciana, cuya alma guerrera ha viajado a otro plano, dejando un gran vacío en esta tierra tan urgida de humanidad. Roraima, a secas, como casi todos la llamábamos, sin apelativos, sin diminutivos.
La última oportunidad de conversar personalmente con Roraima la tuve el 27 de septiembre de 2014, cuando organizamos un evento para conmemorar el Día Internacional del Turismo y el 11 aniversario de la Misión Sucre en el estado Carabobo. Le correspondió a Roraima ser la oradora de orden, pues quien más que la Coordinadora Regional de la Misión para hablarnos sobre ella, a la vez que apasionada por el tema del turismo y la salud. Ya hace 20 años que Roraima y su entrañable amiga Camelia García investigaban sobre el turismo, de hecho su trabajo para ascender a titular en el escalafón docente (1995) fue Turismo Terapéutico y las potencialidades dentro de los núcleos endógenos en zonas geográficas de aguas termales. En ese evento que les mencioné todos los asistentes pudimos oír a la Roraima reflexiva, a aquella mujer que con la fogosidad de siempre, indicaba un sentido de vida. Habló sobre “la necesidad de una verdadera transformación en la educación universitaria”; la Misión Sucre debe ser vanguardia en los cambios y transformaciones requeridos, a la vez que reconoció que aún se tienen grandes déficit. Destacó, que se debe formar a ese nuevo hombre y a esa nueva mujer con principios para la vida, para el buen vivir; no sólo los aspectos tecnocientíficos, sino darles la posibilidad de emprender, de ser. Es fundamental, expresaba, educar en materia de salud y de inteligencia emocional, lo cual permita una mejor sociedad, en donde se disminuyan los índices de violencia y se puedan construir espacios de convivencia solidaria que permitan convertirnos en una región de Paz. Indicó, que justamente el turismo era una vía para la recreación del ser humano, pero un turismo que respetara el ambiente, no depredador, que potencie lo autóctono, la cultura local, la sana alimentación. Un turismo para la salud.
Y es que Roraima, a pesar de los “achaques”, seguía adelante con ese espíritu combativo que la caracterizaba. La sentía tan feliz cuando, en una que otra ocasión me contaba de su encuentro con Chávez en España, era para ella un episodio que al relatarlo le hacía iluminar su hermoso rostro. Allá en España hizo estudios doctorales en Ciencias Económicas, Sociales y Empresariales. Era una relacionista industrial de gran sensibilidad social. Le preocupaban los asuntos económicos y sociales de la nación, al punto que llegó a ocupar posiciones en la gerencia pública nacional. Pero no se quedaba mucho tiempo en los cargos, su vena subversiva le impedía acoplarse a un “Estado Burgués”, minado por la corrupción de unos viejos funcionarios públicos y unos cuantos nuevos disfrazados de “rojo rojito”. A ella le gustaba destacar entre su haber de vida “sus actuaciones relevantes como luchadora social”. Y es que sus luchas por la defensa de los derechos de los profesores universitarios fue harto conocida; llegó incluso a ser Presidenta de la Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo en las primera elecciones directas en el gremio, durante dos periodos hasta 1999.
Su sensibilidad social podía evidenciarse en cualquiera de las actividades que llevaba a cabo. En 1987, por ejemplo, se lanza a una huelga de hambre por la lesión de pipotes tóxicos de residuos industriales, traídos desde Italia, para Puerto Cabello, acción que se correspondió con los resultados de una investigación sobre las lesiones a la comunidad de Puerto Cabello, por desechos tóxicos de contrabando desde Italia. Otra acción importante fue la investigación y seguimiento a la contaminación mercurial, ocasionada por la planta de cloro-soda, establecida en la empresa Pequiven, en Morón, participando en la larga lucha desde 1984 hasta el momento cuando la empresa admite la contaminación de los trabajadores, quienes con sus familiares demostraron en marzo de 2006 sus lesiones y obtuvieron el reconocimiento de la Empresa, al igual que el resarcimiento de ellas.
De su faceta política destaca su condición de perseguida política desde el año 1989, por protestas contra el gobierno de CAP y la presencia de Caldera en la Universidad de Carabobo; sus detenciones en la DISIP de Valencia y Caracas, por los actos del 04 de Febrero y 27 de Noviembre de 1992 y su militancia persistente y tenaz contra la corrupción y la privatización de las universidades por parte de los grupos de AD, Copei, Convergencia y Proyecto Venezuela. En fin, una condición revolucionaria, a carta cabal. Entre sus compañeros de lucha Oscar Navas Tortolero, Higinio Castro, Freddy Bernal, Oscar Arape, entre otros.
En su despedida hubo mucha gente: políticos, trabajadores universitarios, estudiantes, profesores, autoridades… en todo caso, destaco a sus grandes amigos y amigas, quienes allí se hicieron presentes, algunos con los que compartí hasta el último minuto: Camelia García, Edmeé Betancourt, Adina Bastidas, Gema Belandria, Jaime Carrillo, su ahijada Anaiz Madrid, su sobrina Paula Pirela, y José León Uzcátegui, quien leyó la hermosa misiva de Rolan Denis Me despido Roraima, con la cual, tomando prestadas algunas de sus palabras, me permito cerrar este breve escrito: “Roraima, gracias por haber hecho tanto honor al nombre de la montaña sagrada, gracias por haber puesto en la cumbre el ejemplo de la mujer venezolana, gracias por haber hecho de tu vida un pináculo presente de dignidad, de constancia, de lealtad con ideales que fuiste construyendo en la medida en que recorriste tu vida”. Finalmente, escribí sobre la “Mujer en la Revolución Bolivariana”.
Twitter: @dalia_correa
Blog: http://daliacorreaguia.blogspot.com
Indocencias
Roraima
José Joaquín Burgos
Eran años difíciles para los jóvenes por las trabas que debían vencerse para estudiar, y que rogamos que jamás regresen. Décadas finales del Siglo XX. Democracia representativa. Presos políticos. Muchachos alzados en las guerrillas. Represión. Muertes violentas ejecutadas, sin aviso y sin protesto, por las policías (sobre todo políticas).
En el liceo “Pedro Gual”, de vez en cuando se alborotaban los muchachos y protestaban por la política gubernamental, pero las clases no se suspendían casi nunca, sino cuando las policías, armadas hasta los dientes, rodeaban la manzana y teníamos que mandar los muchachos para sus casas.
Excepcionalmente, reinaba la paz y la convivencia entre personal docente, alumnado, de secretaría y obrero. Manteníamos un equilibrio difícil, pero necesario sobre todo para la juventud que allí se formaba. Una vez -lo recuerdo como si hubiese sido ayer u hoy mismo- hubo una marcha y manifestación pacífica (es decir, no guarimbera) que se desplazaba por por la Av. Bolívar en sentido norte-sur y un grupo de profesores del P.G. nos apostamos detrás de la pared situada hacia el este, en la propia avenida, para ver la marcha.
A mi lado estaba la profesora Elba Cova de Muñoz, veterana de muchos años, sabia y humilde, exigente con sus alumnos, de pensamiento izquierdista y ecuánime, en el mejor sentido. Mercedes Quero de Dezio, Luigi, Pedro José Mujica, Marchan, Berbín, Juan Alberto Muñoz, Luis Alberto Gómez… en fin, casi todos, estábamos allí, cada quien, seguramente, con sus ideas rebulléndole el pensamiento. Elba, que no perdía detalle, me dijo de pronto “Mira… allá viene el Pedro Gual… mejor dicho, la izquierda… mejor dicho, las dos lideresas…” y tras un breve silencio: “¿No las has visto… ahí vienen juntas… María Medina y Roraima Quiñones…” y luego, con una sonrisa de satisfacción: “Esas carajitas son brillantes hasta en la política… qué valiosas son… dos tremendas mujeres, dos futuras universitarias de lujo…!”.
María Medina, que llegó a ser Presidenta Nacional de las Empresas Juveniles, estaba entonces en quinto de Humanidades, y Roraima en Ciencias. Ambas fueron brillantes en la Universidad.
Roraima fue, durante el resto de su vida, profesora de la UC, con un récord brillante y una hoja de vida ejemplar. Hace una semana, nos dejó, para decirlo con un nudo en la garganta y una lágrima en mis ya cansados ojos. Sentí la angustia de no poder ir a despedir sus restos. Sé que en
mi corazón ella es una luciérnaga encendida de sueños. Amo, con orgullo, su dignidad indoblegable. Ojalá en las generaciones estudiantiles haya muchas jóvenes que sean como ella en señorío, disciplina intelectual, formación académica, dignidad y humildad. Que Dios sea siempre contigo, Roraima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario