El suicidio de Haydée Santamaría
¿Comprendería que asaltar el Moncada fue una locura que segó la vida de su hermano y su novio?
miércoles, agosto 7, 2013 | Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El suicidio de Haydée Santamaría Cuadrado continúa siendo un problema para Fidel Castro. En la cronología del 2007, editada por el gobierno, no aparece el trágico suceso, ocurrido el 26 de julio de 1980. La prensa oficial casi nunca reseña el percance.
La llamada “Heroína del Moncada¨ no sólo escogió esa fecha tan significativa para dispararse en la boca una bala calibre 45, sino que además coincidió con ciertos hechos ocurridos días antes, que tal vez pudieron influir.
Del 6 al 9 de abril, su revolución sufrió un golpe sin precedentes en la historia: en la embajada peruana de La Habana penetraron más de diez mil personas con el fin de huir de Cuba, y luego, a los pocos días, se marcharon otros 125 mil por el puerto del Mariel, en embarcaciones procedentes de la Florida, durante un éxodo ininterrumpido que duró cinco meses.
¿Supo Haydée que el propio Fidel Castro dio la orden de realizar ¨actos de repudio¨ contra aquellos emigrantes, que ofendió su dignidad al llamarlos escoria, o que dos embarcaciones, el Olo Yumi y Veinte Aniversario, fueron embestidas y ametralladas por fuerzas militares, al norte del Mariel y Río Canímar, donde murieron cincuenta hombres, mujeres y niños, al tratar de dirigirse a las costas de Estados Unidos?
Conocí a Haydée en los años sesenta. La escuché conversar muchas veces, dirigir reuniones con intelectuales cubanos y extranjeros. Era una mujer extremadamente sencilla y humilde, apenas con un sexto grado de escuelita rural.
Lejos de ser una genuina mandona, como Margaret Thatcher, era evidente que no le importaba mucho haber escalado altos peldaños en la política cubana: Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y del Consejo de Estado, así como directora de Casa de las Américas.
Para nada su aspecto era el de una mujer importante. Vestía como cualquier mujer de pueblo y asumía sin vanidad el título de ¨ Gran heroína de la Revolución¨, que le otorgaron por haber trasladado hasta Santiago de Cuba un par de maletas con fusiles y por cumplir seis meses de cárcel en 1953. También por colaborar con el asalto al Cuartel Moncada.
Alguien me contó que en ocasiones lloraba en su despacho, cuando su hijo, Abel Enrique, le confesaba que odiaba a Fidel Castro desde niño, porque cuando ella le proponía llevarlo de paseo, tenía que cancelar por una reunión con Fidel.
El pasado 28 de julio, al cabo de sesenta años de aquel sangriento acto terrorista, y traicionero, por llevarse a cabo de madrugada, mientras los militares dormían, el propio Fidel Castro confesó que no fue un acto racional, ¨…puesto que a partir de la experiencia acumulada habría sido mucho más realista y más seguro iniciar aquella lucha por las montañas¨.
¿Acaso Haydée ya se había dado cuenta de que el ataque al Moncada fue una idea loca de Fidel, por cuya causa ella había perdido a su novio, y a Abel, el hermano más querido?
¿Acaso el día de su muerte sintió remordimiento al pensar en el joven militar del Ejército que, amable y caballero, la ayudó a bajar del tren sus pesadas maletas con armas, quizá también asesinado por sus amigos disfrazados de militares?
Fuentes Consultadas:
– Carta de Fidel Castro a los jefes que visitaron el país, 28 de julio de 2013, Juventud Rebelde.
– Las ¨extrañas¨ maletas de Haydée y Melba, 30 de julio de 2013, Juventud Rebelde.
– Cronología Cubana, Editorial Ciencias Sociales, 2007
Data de suicidados en Cuba comunista a nivel de gobierno.
Los raros suicidios de Beatriz Allende hija del que fuera presidente marxista de Chile, Salvador Allende, y de Laura Allende, hermana del también mandatario Allende.
El suicidio en la Cuba marxista - socialista - comunista no es noticia que asombre, pues ocurre con mucha frecuencia debido a las frustraciones que genera el sistema totalitario en la población. En si Cuba es uno de los países con mayor índice de suicidios en Latinoamérica.Lo que si es raro son los suicidio en la jerarquía del régimen, pues estos altos funcionarios contrario a lo que padece el pueblo no tiene que vivir en la misma casa si se divorcian y se casan de nuevo con diferente persona; hacer colas, comprar con la libreta de racionamiento, etc., etc.; como por ejemplo son alguno de los casos de altos dirigentes del sistema totalitario que exponemos en estas páginas de Historias Individuales: El de Osvaldo Dorticós Torrado presidente de Cuba al triunfo de la revolución y que según el régimen "se suicidó debido a la muerte de su esposa y que le dolía la espalda", el de Haydee Santamaría que se dio un tiro el 26 de Julio de 1980, día muy señalado para ella, puesto que fue una de las dos mujeres que participó en el ataque al Cuartel Moncada junto Fidel Castro (26 julio 1953). El de Félix Lugerio Pena, comandante del Ejército Rebelde de Castro, y que era presidente del tribunal en el juicio que exoneró a los pilotos de aviones (año 1959), y después se dio un tiro; o aunque no era dirigente, el de Rafael del Pino "que se ahorcó estando preso con sus calcetines", entre otros allegados al tirano y que el régimen dio esas versiones de suicidios.
Para los que no conocen los antecedentes de Beatriz y Laura Allende, debemos señalar antes a grandes rasgos, que Salvador Allende Gossens presidente de Chile tenia por supuesto fuertes lazos con la tiranía cubana, la Unión Soviética, y otros países totalitarios, claro que Cuba comunista era la que estaba en primer plano asesorando y ayudando con armas y personal militar y de inteligencia a Salvador Allende, entre los que se encontraban los oficiales del Ministerio del Interior cubano Patricio y Tony de la Guardia, Luis Fernández Oña, Mario García Incháustegui (con el ropaje de embajador), y muchos mas que no viene al caso mencionar y se encontraban cercanos al presidente Allende.
LOS CARACOLES DE CELIA SÁNCHEZ
'Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, conocida como Celia Sánchez Manduley (Media Luna, 9 de mayo de 1920 – La Habana, 11 de enero de1980, víctima de un invasivo cáncer de pulmón)
Por Esteban Fernández
El grave error de Celia Sánchez fue amar a una hiena. ¿Qué tipo de atracción pudo sentir esa mujer por un asesino? Quizás sintió una mezcla del amor absoluto de una madre, la pasión de mujer la cual conlleva al deseo sexual y la sumisión que se ve en la lealtad de un perro por su amo.
¿Qué fue Celia para Fidel Castro? Al principio de la contienda cuando estaban en la Sierra, ella fue una mujer enamorada de él, fiel y servicial. A Fidel no le quedaba más remedio que conformarse con aquella mujer flaca, desgarbada y sin muchos atractivos ante la ausencia de algo mejor en aquellos momentos.
Pero poco a poco, Celia se convirtió en imprescindible para Castro. Quizás LA ÚNICA persona insustituible para el monstruo. Era secretaria, enfermera, protectora, santera, administradora de la fortuna, pero sobre todo, Celia personificó su amuleto de buena suerte. Tanto fue así, que el tirano se sintió desamparado y propenso a todo tipo de errores y fracasos tras su muerte.
Al implantarse la tiranía en nuestra nación, Celia recibe una de las mejores mansiones de La Habana. La famosa "casa de Celia" no era más que una de las principales guaridas del recién estrenado dictador. Desde luego, robada a su verdadero dueño. Por lo tanto, ese palacete estaba dedicado a recibir las esporádicas visitas de Fidel Castro.
Celia Sánchez era una especie de sombra, flaca y fea, detrás de Castro. Nunca fue más cierta la frase de "el hombre con el bacalao a cuestas" que en la relación de Castro con Celia.
Durante los primeros años de la dictadura era común que Celia entrara de sopetón en la cocina de cualquiera de los mejores restaurantes de La Habana y saliera con 20 o 25 pollos fritos; los pagaba (en esa época todavía pagaban) y se los llevara a la hambrienta bestia.
Si cinco tipos iban a una entrevista con Castro, primero Celia los recibía, libreta y pluma en mano, para chequearlos. Apuntaba detalles en la libreta como: "Cheíto es el flaco con camisa azul, Pepito está vestido de miliciano, y Pancho es el gordo con una boina negra". Le entregaba las notas a Fidel y entonces éste se podía dar el lujo de recibir a los visitantes diciéndoles efusivamente: "¿Qué tal Pancho?, ¿Cómo estás Pepe?, y ¿Qué te trae por aquí, Cheíto?"... Y los visitantes se quedaban fríos de que Castro "los reconociera" y admirados de la increíble memoria del farsante tirano.
Ustedes vieron la película "El Godfather" donde el jefe mafioso, Vito Corleone, recibía a la gente y les concedía favores y prebendas? Bueno, pues Celia se convirtió en una especie de Godmother de la mafia castrista. Montones de cubanos le hacían tertulias para que ella les resolviera "problemas de poca monta". Celia solucionaba un embrollo que alguien tuviera con la Reforma Urbana, o unos recién casados que querían un apartamento para poder mudarse, u otro que lo habían separado injustamente de su trabajo. Era la encargada de repartir "migajas de pan".
En ningún momento resolvía, ni quería resolver, nada que fuera a incomodar al “amo”. No era que ella pudiera salvar del paredón a nadie ni nada parecido. Sólo se ocupaba de boberías y cosas sin mayor importancia, siempre tratando de no perjudicar su enfermiza relación con el monstruo.
Tras su entierro, a Castro, que hasta ese instante había estado victorioso, "le cayó carcoma": vejez, enfermedades ocultas, temblequeo en las manos, derrotas en Granada, se le formó el lío de la Embajada del Perú, el éxodo por el Mariel, vino la quiebra del comunismo, el derrumbe del muro de Berlín, hubo miles de balseros escapando de la Isla, ocurrió el fusilamiento de su mejor soldado, Ochoa, vinieron los fracasos de las zafras, los ciclones, y todo fue un desastre total.
Claro que todas esas cosas no tenían nada que ver con la ausencia de Celia, pero Fidel Castro, por una rara superstición, todavía vive convencido de lo contrario. No puede concebir que todos los problemas sean producto de la casualidad después que Celia dejó de "tirarle los caracoles". Lo cierto es que él ha pasado, a la velocidad de un cohete, de "guerrillero heroico" a ser un fracasado y enfermo dinosaurio.
El grave error de Celia Sánchez fue amar a una hiena. ¿Qué tipo de atracción pudo sentir esa mujer por un asesino? Quizás sintió una mezcla del amor absoluto de una madre, la pasión de mujer la cual conlleva al deseo sexual y la sumisión que se ve en la lealtad de un perro por su amo.
¿Qué fue Celia para Fidel Castro? Al principio de la contienda cuando estaban en la Sierra, ella fue una mujer enamorada de él, fiel y servicial. A Fidel no le quedaba más remedio que conformarse con aquella mujer flaca, desgarbada y sin muchos atractivos ante la ausencia de algo mejor en aquellos momentos.
Pero poco a poco, Celia se convirtió en imprescindible para Castro. Quizás LA ÚNICA persona insustituible para el monstruo. Era secretaria, enfermera, protectora, santera, administradora de la fortuna, pero sobre todo, Celia personificó su amuleto de buena suerte. Tanto fue así, que el tirano se sintió desamparado y propenso a todo tipo de errores y fracasos tras su muerte.
Al implantarse la tiranía en nuestra nación, Celia recibe una de las mejores mansiones de La Habana. La famosa "casa de Celia" no era más que una de las principales guaridas del recién estrenado dictador. Desde luego, robada a su verdadero dueño. Por lo tanto, ese palacete estaba dedicado a recibir las esporádicas visitas de Fidel Castro.
Celia Sánchez era una especie de sombra, flaca y fea, detrás de Castro. Nunca fue más cierta la frase de "el hombre con el bacalao a cuestas" que en la relación de Castro con Celia.
Durante los primeros años de la dictadura era común que Celia entrara de sopetón en la cocina de cualquiera de los mejores restaurantes de La Habana y saliera con 20 o 25 pollos fritos; los pagaba (en esa época todavía pagaban) y se los llevara a la hambrienta bestia.
Si cinco tipos iban a una entrevista con Castro, primero Celia los recibía, libreta y pluma en mano, para chequearlos. Apuntaba detalles en la libreta como: "Cheíto es el flaco con camisa azul, Pepito está vestido de miliciano, y Pancho es el gordo con una boina negra". Le entregaba las notas a Fidel y entonces éste se podía dar el lujo de recibir a los visitantes diciéndoles efusivamente: "¿Qué tal Pancho?, ¿Cómo estás Pepe?, y ¿Qué te trae por aquí, Cheíto?"... Y los visitantes se quedaban fríos de que Castro "los reconociera" y admirados de la increíble memoria del farsante tirano.
Ustedes vieron la película "El Godfather" donde el jefe mafioso, Vito Corleone, recibía a la gente y les concedía favores y prebendas? Bueno, pues Celia se convirtió en una especie de Godmother de la mafia castrista. Montones de cubanos le hacían tertulias para que ella les resolviera "problemas de poca monta". Celia solucionaba un embrollo que alguien tuviera con la Reforma Urbana, o unos recién casados que querían un apartamento para poder mudarse, u otro que lo habían separado injustamente de su trabajo. Era la encargada de repartir "migajas de pan".
En ningún momento resolvía, ni quería resolver, nada que fuera a incomodar al “amo”. No era que ella pudiera salvar del paredón a nadie ni nada parecido. Sólo se ocupaba de boberías y cosas sin mayor importancia, siempre tratando de no perjudicar su enfermiza relación con el monstruo.
Tras su entierro, a Castro, que hasta ese instante había estado victorioso, "le cayó carcoma": vejez, enfermedades ocultas, temblequeo en las manos, derrotas en Granada, se le formó el lío de la Embajada del Perú, el éxodo por el Mariel, vino la quiebra del comunismo, el derrumbe del muro de Berlín, hubo miles de balseros escapando de la Isla, ocurrió el fusilamiento de su mejor soldado, Ochoa, vinieron los fracasos de las zafras, los ciclones, y todo fue un desastre total.
Claro que todas esas cosas no tenían nada que ver con la ausencia de Celia, pero Fidel Castro, por una rara superstición, todavía vive convencido de lo contrario. No puede concebir que todos los problemas sean producto de la casualidad después que Celia dejó de "tirarle los caracoles". Lo cierto es que él ha pasado, a la velocidad de un cohete, de "guerrillero heroico" a ser un fracasado y enfermo dinosaurio.
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