Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 21 de marzo de 2015

"Los hombres no podemos vivir condenándonos unos a otros por nuestra forma de pensar o actuar. Es verdad que hay leyes inviolables relacionadas con el bien y el mal, pero entre ambas hay mucho espacio que debería dejarse a la libre elección del individuo". (¿Y qué es el libre albedrío...Nunca has sabido de éso???

Herejes: un tratado sobre la libertad

MARÍA ELENA ARCIA PASCHEN |  EL UNIVERSAL
sábado 21 de marzo de 2015  12:00 AM
Recientemente leí sobre las implicaciones terapéuticas tanto de la lectura como de la escritura, esta última en mayor grado, y del efecto cognitivo positivo que la acción de subrayar un libro supone, ya que por un lado implica tomar decisiones al escoger que frases subrayar y por otro lado requiere hacer un esfuerzo de síntesis y de comprensión, todo lo cual refuerza nuestra salud psíquica.

De allí mi motivación a escribir esta pequeña nota sobre la maravillosa obra,Herejes, del periodista y escritor cubano Leonardo Padura. Aun cuando se trata de una novela detectivesca con un notable trabajo de investigación histórica (en especial sobre el asunto de las persecuciones de los judíos a lo largo de la historia), en mi opinión su mayor valor radica en los juicios sobre la libertad, la existencia de Dios (o su muerte prematura Nietzche dixit) y la crítica a los regímenes basados en la intolerancia y el irrespeto a la libertad que terminan por convertirse en sistemas decadentes y derrotados que promueven la desesperanza en una juventud que necesita creer en algo.

A esta conclusión personal llegó cuando reviso lo que he subrayado a lo largo de este relato de más de 500 páginas, que obviamente es una consecuencia de lo que me mantiene persuadida a continuar escribiendo: desmontar el mito de que el presente es eterno y que al no poder cambiarlo tenemos que resignarnos...

En esta obra de la literatura caribeña contemporánea su autor, con mucha asertividad, nos describe las distintas fases que la sociedad cubana ha vivido en los últimos 50 años y que en la actualidad se expresan en la pérdida de valores y categorías, en el agotamiento de paradigmas creíbles y en la falta de expectativas sobre el futuro. Todo lo anterior luce muy parecido a nuestra situación con la diferencia que en el caso de esta tierra de gracia, nos ha llevado un poco menos tiempo evidenciar el enorme margen entre el discurso político y la realidad, cuando el sentido de supervivencia del régimen debería obligarlo a que el discurso observe la realidad y lo redefina.

El régimen, de aquí y de allá, considera herejía la práctica de la libertad en muchas de sus manifestaciones y esto es muy peligroso, como lo ha demostrado la historia de la humanidad y que con magistral pluma nos describe Padura en su obra.

Parte del relato cuenta las penurias padecidas por los judíos a lo largo de su existencia por distintos motivos (éxito económico, cultura, religión) y las inquietudes en el espíritu que generan los fanatismo de una u otra índole que hacen que en muchos casos la ira de los hombres sea más feroz que la de los dioses e impida el ejercicio pleno de la libertad. Esto aplica al individuo, al grupo, en fin a la sociedad.

Es imposible leer esta novela y no pensar en el paralelismo que existen con muchas situaciones que estamos viviendo; sin embargo en el caso de Cuba, el cansancio histórico y la decadencia del régimen ha producido la pérdida de fe y de credulidad que está provocando los cambios. Este lo hacen patente muchos de los personajes de la novela que se consideran o seres envejecidos y derrotados productos de una "generación desencantada" o testigos y víctimas de los desastres del régimen que los alejan de la retórica de triunfos y sacrificios.

Hay algo muy claro en ambas situaciones y que señala con firmeza el protagonista: "No se puede jugar con lo que no te pertenece; ni con el dinero y mucho menos con las ilusiones y el alma de otros. Si lo haces, siempre, en algún momento (a veces muy retardado, es verdad), se dispara la flecha del castigo...".

Si algo debemos extraer como enseñanza final es que los hombres no podemos vivir condenándonos unos a otros por nuestra forma de pensar o actuar. Es verdad que hay leyes inviolables relacionadas con el bien y el mal, pero entre ambas hay mucho espacio que debería dejarse a la libre elección del individuo.

@malarcia
malarcia@icloud.com

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Leonardo de la Caridad Padura Fuentes (La Habana1955) es unnovelista y periodista cubano, conocido especialmente por sus novelas policiacas del detective Mario Conde. Desde 2011, ostenta doble nacionalidad, ya que el Gobierno de España le concedió ese año la española por carta de naturaleza

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