Héctor Marcano: Un cirujano venezolano que se destaca en Estados Unidos
La carrera de Héctor Marcano en Norteamérica ha alcanzado importantes logros, entre ellos ser el primer extranjero seleccionado como jefe del Servicio de Cirugía General de un hospital de Virginia.
Héctor Marcano, frente al hospital donde cursa su tercera especialización CORTESÍA JORGE MARCANO
GIULIANA CHIAPPE | GIULIANA CHIAPPEEL UNIVERSAL
jueves 19 de marzo de 2015 11:52 AM
Se está haciendo una constante: el talento venezolano se destaca cada vez más en el exterior.
Héctor Marcano es protagonista de una de esas historias de éxito que llevan implícito el tricolor. Médico venezolano de la Escuela Luis Razetti de la Universidad Central, ha hecho carrera en Estados Unidos y ha alcanzado logros como ser el primer extranjero jefe del servicio de Cirugía del hospital Wetzel Country, en Virginia.
Se marchó recién graduado, en el año 2000 y actualmente es residente del segundo año del postgrado de Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Mississippi. En el ínterin ha llenado el curriculum de experiencias positivas y metas cumplidas.
Tras aprobar los cuatro exámenes de reválidas, Marcano ingresó en 2002 como residente de Cirugía General en el Hospital Providence, a cargo de la Escuela de Medicina de la Universidad Wayne State, en Detroit, Michigan.
Ese postgrado dura cinco años en vez de los tres de Venezuela. Una vez graduado de cirujano general, Marcano buscó una segunda especialización en Cirugía Cardiovascular en el Centro Médico de Mayagüez, Puerto Rico y luego trabajó como especialista en el Wetzel Country donde, después de tres años, logró la jefatura del servicio de Cirugía General.
"Para mí, ese ha sido el mayor logro de mi carrera hasta ahora pues, en el servicio, los demás médicos eran estadounidenses y, sin embargo, me ofrecieron la jefatura a mí. Fui el primer extranjero en ejercerla", expresa el venezolano.
En paralelo, mientras ejercía en Virginia, obtuvo lo que considera dos grandes logros, que implican exámenes muy rigurosos. El primero fue la certificación por la Junta Americana de Cirugía (American Board of Surgery). "Este proceso es estresante pero una vez que se aprueba, permite trabajar en cualquier hospital americano", dice. El segundo logro fue hacerse miembro del Colegio Americano de Cirujanos (Fellow of the American College of Surgeons).
"Los procesos son muy rigurosos pero valen la pena y te hacen sentir orgulloso como médico venezolano en Estados Unidos", expresa.
Finalmente, realizó una tercera especialización que es, dice, su verdadera pasión: la Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Mississipi. Para entrar tuvo que concursar por una de dos posiciones y entre 30, lo escogieron a él y a una estadounidense. Fue el primer latinoamericano que aceptaron en ese programa.
Su talento como cirujano se ha traducido, además de la práctica profesional en su consulta, en casos satisfactorios, como la reconstrucción facial de un pequeño paciente al que un perro le desfiguró el rostro o las cirugías de labio leporino y microcia -falta de desarrollo o ausencia total de las orejas- en comunidades indígenas de Ecuador, donde son afecciones comunes. En el caso de la microcia, es necesario extraer un cartílago de las costillas y esculpir la oreja del niño, proceso que se debe realizar en dos etapas, separadas por un año.
"Es difícil, pero no imposible, triunfar como médico en Estados Unidos. Requiere mucho trabajo pero se puede lograr", concluye Marcano.
Héctor Marcano es protagonista de una de esas historias de éxito que llevan implícito el tricolor. Médico venezolano de la Escuela Luis Razetti de la Universidad Central, ha hecho carrera en Estados Unidos y ha alcanzado logros como ser el primer extranjero jefe del servicio de Cirugía del hospital Wetzel Country, en Virginia.
Se marchó recién graduado, en el año 2000 y actualmente es residente del segundo año del postgrado de Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Mississippi. En el ínterin ha llenado el curriculum de experiencias positivas y metas cumplidas.
Tras aprobar los cuatro exámenes de reválidas, Marcano ingresó en 2002 como residente de Cirugía General en el Hospital Providence, a cargo de la Escuela de Medicina de la Universidad Wayne State, en Detroit, Michigan.
Ese postgrado dura cinco años en vez de los tres de Venezuela. Una vez graduado de cirujano general, Marcano buscó una segunda especialización en Cirugía Cardiovascular en el Centro Médico de Mayagüez, Puerto Rico y luego trabajó como especialista en el Wetzel Country donde, después de tres años, logró la jefatura del servicio de Cirugía General.
"Para mí, ese ha sido el mayor logro de mi carrera hasta ahora pues, en el servicio, los demás médicos eran estadounidenses y, sin embargo, me ofrecieron la jefatura a mí. Fui el primer extranjero en ejercerla", expresa el venezolano.
En paralelo, mientras ejercía en Virginia, obtuvo lo que considera dos grandes logros, que implican exámenes muy rigurosos. El primero fue la certificación por la Junta Americana de Cirugía (American Board of Surgery). "Este proceso es estresante pero una vez que se aprueba, permite trabajar en cualquier hospital americano", dice. El segundo logro fue hacerse miembro del Colegio Americano de Cirujanos (Fellow of the American College of Surgeons).
"Los procesos son muy rigurosos pero valen la pena y te hacen sentir orgulloso como médico venezolano en Estados Unidos", expresa.
Finalmente, realizó una tercera especialización que es, dice, su verdadera pasión: la Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Mississipi. Para entrar tuvo que concursar por una de dos posiciones y entre 30, lo escogieron a él y a una estadounidense. Fue el primer latinoamericano que aceptaron en ese programa.
Su talento como cirujano se ha traducido, además de la práctica profesional en su consulta, en casos satisfactorios, como la reconstrucción facial de un pequeño paciente al que un perro le desfiguró el rostro o las cirugías de labio leporino y microcia -falta de desarrollo o ausencia total de las orejas- en comunidades indígenas de Ecuador, donde son afecciones comunes. En el caso de la microcia, es necesario extraer un cartílago de las costillas y esculpir la oreja del niño, proceso que se debe realizar en dos etapas, separadas por un año.
"Es difícil, pero no imposible, triunfar como médico en Estados Unidos. Requiere mucho trabajo pero se puede lograr", concluye Marcano.
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