Mercurio retrógrado en Tauro: “Parálisis…”
Tomado del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva
A partir del jueves 28 de abril, Mercurio, planeta de las comunicaciones y relaciones públicas, entra en su fase retrógrada, es decir, de retroceso en el zodíaco, y lo hace en Tauro, signo que tiene la particularidad de darle cierta lentitud, que puede ser algo desesperante, sobre todo en lo que respecta a la toma de decisiones.
Y si Mercurio en Tauro se torna lento, en su movimiento retrógrado llegará a límites que pueden tornarse explosivos, si tomamos en cuenta que también Marte está retrocediendo, y ello se traduce en acumulación de energías que frenan la acción y que trae estados de descontento o agresividad.
Mercurio en Tauro tiende a “rumiar” las ideas, los pensamientos. Esto significa que bajo esta energía, se piensan demasiado las cosas, se reflexionan en exceso, se tardan en tomar decisiones, se tiende a consultar demasiado a otros antes de tomar alguna medida, y ello trae una sensación de parálisis.
La estadía de Mercurio en Tauro se prolongará debido a su movimiento retrógrado. Su retroceso durará hasta el 22 de mayo, pero su tránsito por Tauro será hasta el 12 de junio.
El efecto retrógrado agregará a la sensación de parálisis, un elemento distorsionador en los procesos de comunicación, algo así como sentir que no estamos siendo escuchados, y a la vez tenderemos a no escuchar, y es que estaremos tan metidos dentro de nuestra mente, “rumiando”, masticando las ideas, dándole vueltas a las cosas, que terminaremos por no escuchar debidamente al otro, incluso a pesar de haber pedido su opinión; y es que a pesar de consultar opiniones, seremos algo tercos en aceptarlas de buenas a primeras.
En este ciclo debemos hacer un esfuerzo adicional en prestar atención, y está bien que reflexionemos, pero pongamos fecha a las decisiones que tengamos que tomar; asumamos la responsabilidad de nuestras decisiones y no las descarguemos en los demás, y no pospongamos las cosas, a menos que sea realmente necesario. Si dejamos de tomar acciones por pensar demasiado las cosas, cuando nos decidamos, puede que ya haya pasado el momento oportuno.
Es importante no acumular en nuestra mente las cosas que nos molesten, es importante expresarlas en el momento adecuado, porque si dejamos pasar las cosas, se van tornando en una olla de presión que en algún momento estalla.
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