La Migración Mexicana en la retórica del candidato republicano Donald Trump
Desespera la tibieza con la que el gobierno mexicano ha reaccionado a los señalamientos del magnate. No estaría de más recordarle a la sociedad norteamericana todo la riqueza que han abonado los trabajadores mexicanos en EE UU.
22 de marzo de 2016
Hablar de la migración mexicana hacia los Estados Unidos luce un tema inagotable, debido a los distintos campos de conocimiento desde donde puede ser abordado. Además de ser un fenómeno de amplio alcance histórico, pues estos dos países comparten una frontera desde que se estaban constituyendo como Estados nacionales. Es un problema que merece atención académica debido a la importancia económica, cultural y política que involucra a estos dos países.
Como algunos dicen, hace poco tiempo se podía ser conservador y estar a favor de políticas de inmigración razonables. Ronald Reagan, Jack Kemp, Steve Forbes y George W. Bush adoptaron posiciones abiertas en esa materia.
El problema ahora es la desproporción del discurso xenófobo del candidato republicano Donald Trump. Sus pronunciamientos han obligado a repensar la migración mexicana debido a los sistemáticos ataques de este personaje en contra de los trabajadores mexicanos. Y también contra el propio país, ya que en su retórica habla de renegociar el Tratado de Libre Comercio signado hace poco más de dos décadas y, de construir un “muro” para salvaguardar a su país de los “delincuentes y violadores mexicanos”.
Hace poco tiempo se podía ser conservador y estar a favor de políticas de inmigración razonables. Ronald Reagan, Jack Kemp, Steve Forbes y George W. Bush adoptaron posiciones abiertas en esa materia. El problema ahora es la desproporción del discurso xenófobo del candidato republicano Donald Trump.
Todo parecería ser un mal chiste, si no fuera por la popularidad que ha ganado este candidato ultra conservador, dentro de las preferencias del partido republicano. Sin embargo, un presidente así pone los pelos de punta a muchos incluso dentro del propio partido desde donde compite hasta ahora.
El cambio generacional es una variable que explica el eco de las palabras de este personaje. Las crisis económicas, aún cuando fueron controladas durante la administración deObama, lastimaron a buena parte del blondy working class, que se sintió despojado de muchos de los beneficios que le suponía haber laborado en el sector secundario. También es un hecho que la sociedad norteamericana se está transformando en una sociedad de minorías. Esto atemoriza a buena parte de la sociedad más conservadora, que por definición no se va a sentir cómoda en un país en donde la mayoría ya no luce como antaño.
Sin embargo, desespera la tibieza con la que el gobierno mexicano ha reaccionado a los señalamientos de Donald Trump. Quizá un trabajo de lobby, en los corredores y pasillos de las Cámaras, sería deseable para revertir aquello que Trump ha logrado muy rápido en corto tiempo: responsabilizar a los trabajadores inmigrantes de todos los males de la sociedad norteamericana. Incluso ha bombardeado la televisión abierta con casos de crímenes de mexicanos en los Estados Unidos. No estaría de más, con esa misma tónica, recordarle a la sociedad norteamericana todo la riqueza que han abonado los trabajadores mexicanos en el país en el que Trump quiere ser presidente.
Cuando se negociaba el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, (TLCAN), el tema del libre paso a las personas quedó excluido de las conversaciones. En aquel entonces se entendía esto como un escenario previo a un Mercado Común. Los logros económicos de España se seguían con interés desde México y, se creía que una Comunidad Norteamericana con libre paso a personas y productos sólo sería una cuestión de tiempo, conforme las asimetrías económicas de los tres países se redujeran.
Pero poco han escuchado las voces de muchos de los migrantes, en referencia a los ataques de Trump. Algunos mexicanos dicen estar preparados por si las cosas se ponen muy difíciles con Donald Trump: “Pues yo tengo mi casa pagada en Querétaro (México) y no es cualquier casa. Ya tengo mis cositas. Nunca he querido quedarme en este país. Cuando la Migra me agarre, si me agarra, yo les voy a decir: señores, muchas gracias. Yo tengo una casa en México y quien me espere.” Así se refiere Ricardo, un mexicano del Estado de Querétaro, quien tiene ya más de cinco años trabajando en la construcción.
Ricardo es el supervisor de una cuadrilla de seis trabajadores, quienes se encargan de equipar los campos de golf con tribunas para celebrar los torneos nacionales de este deporte. Su trabajo es itinerante. Ricardo requiere de un chofer, ya que el no puede contar con licencia de manejo. Los choferes casi siempre son Puertorriqueños, cubanos con posibilidades de portar una licencia de conducir. Esto es importante porque todos estos trabajadores viajan en furgonetas por distintos Estados de la Unión Americana.
Estados Unidos es la principal economía del mundo y el mayor receptor de inmigrantes a escala global, por su parte, la India fue el principal país expulsor de emigrantes en el mundo.
Pero hay que dejar algo claro: La migración internacional México-EU se explica por la existencia de marcadas asimetrías salariales, dada la relación de abundancia / escasez de los factores trabajo y capital entre ambas economías: Un país como México es intensivo en mano de obra, desde la década de los sesenta ha generado una oferta-expulsión de este factor de la producción porque ha registrado tasas de crecimiento económico por debajo de las requeridas para incorporar a la población económicamente activa al mercado laboral. En contrapartida, la economía de los EU es altamente intensiva en capital, su dinamismo la ha colocado como una de la más importante a nivel global, genera una natural demanda-atracción de trabajadores de diversas regiones del mundo, con diferentes grados de calificación, para emplearlos en diversos sectores que conforman su actividad económica, tal situación ha sido capitalizada por la fuerza laboral mexicana que no tiene oportunidades de emplearse, que labora en condiciones precarias o que migra con la expectativa de mejorar sus niveles de ingreso.
La migración internacional México-EU genera múltiples externalidades positivas y negativas en los rubros demográficos y socioeconómicos en ambas naciones, una de las más importantes para nuestra economía está asociada con la captación de grandes flujos de remesas que ingresan a nuestro país, y que permite fortalecer los ingresos de los familiares ascendentes y descendentes de los inmigrantes que laboran temporal o permanentemente en EU, con efectos positivos en la microeconomía familiar (incremento del poder de compra de los hogares beneficiados); y en la macroeconomía del país (diseño de proyectos productivos en las comunidades expulsoras).
Según un documento elaborado por la Cámara de Diputados de México, de la LXll Legislatura, en el análisis del flujo migratorio internacional, se afirma que EU es la principal economía del mundo y el mayor receptor de inmigrantes a escala global, en el 2013, ingresaron a su territorio 45.79 millones de personas; Rusia recibió 11.05 millones; Alemania 9.85 millones; Arabia Saudita 9.01 millones; Emiratos Árabes Unidos 7.83 millones; Reino Unido 7.82 millones; Francia 7.44 millones y Canadá 7.28 millones de inmigrantes. Por su parte, la India fue el principal país expulsor de emigrantes en el mundo con 14.20 millones de personas, le siguieron en orden de importancia: México con 13.20 millones que ocupó el segundo lugar a nivel global, Rusia con 10.80 millones, China con 9.30 millones y Bangladesh con 7.70 millones.
El destino de los inmigrantes mexicanos se concentra en dos estados de la Unión Americana, que no los únicos, que son los principales receptores de connacionales: en el 2010 California captó 4 millones 400.11 mil inmigrantes y Texas 2 millones 539.75 inmigrantes.
En contrapartida, el destino de los inmigrantes mexicanos se concentra en dos estados de la Unión Americana que son los principales receptores de connacionales: en el 2010 California captó 4 millones 400.11 mil inmigrantes y Texas 2 millones 539.75 inmigrantes. Otros estados con menor intensidad inmigratoria, respecto a estos dos polos de atracción tradicional son Illinois con 720.08 inmigrantes, Arizona con 534.21 inmigrantes y Georgia con 295.61 inmigrantes. En resumen, California, Texas, Illinois, Arizona y Georgia concentraron casi el 71% de la inmigración total de mexicanos que se internaron en EU, distribuidos de la siguiente manera: California representó el 36.78%; Texas el 21.23%, Illinois el 6.02%, Arizona el 4.47% y Georgia el 2.47%.
Como consecuencia de la dinámica migración existente en el corredor México-EU, nuestro país es uno de los más importantes receptores de remesas del mundo. Al 2012, nuestro país se ubicó en el cuarto lugar mundial en la captación de remesas con 23 mil 366 millones de dólares (mdd), por debajo de la India, China y Filipinas, naciones que captaron 68 mil 821, 57 mil 987 y 24 mil 610 mdd respectivamente; y superando a países como Francia, Alemania, Bangladesh, Bélgica y España.
En el contexto regional, para el 2012, México fue el principal país receptor de remesas en América Latina y el Caribe, superando a países como República Dominicana que captó 4 mil 262 mdd, Colombia con 4 mil 019 mdd; el Salvador con 3 mil 910 mdd, Brasil con 2 mil 583 mdd y Honduras con 2 mil 920 mdd.
En resumen podríamos entonces subrayar que:
La oferta-expulsión de fuerza de trabajo, se presenta por la insuficiente dinámica de la economía nacional para absorber el excedente de la fuerza de trabajo, lo que obliga a la población en edad de trabajar de nuestro país a buscar las oportunidades de empleos con salarios atractivos que no encuentran internamente;
La demanda–atracción, dada por la evolución de los sectores agrícola, industrial y de servicios de la Unión Americana y la demanda de fuerza de trabajo inmigrante; y
Los factores sociales, que ligan a los inmigrantes con la familia, los amigos, las comunidades de origen y destino, son determinantes para reducir los costos y riesgos asociados con el movimiento migratorio hacia los EU.
Los factores asociados con la oferta-expulsión prueban las tesis centrales sobre las cuales descansa la Teoría Neoclásica Micro y Macroeconómica, porque explican el flujo migratorio de México hacia los EU a partir de las asimetrías económicas existentes entre ambas naciones en lo relacionado con dos importantes factores de la producción: el trabajo y el capital
En este sentido, EU es el país receptor que genera la demanda atracción al ser intensivo en capital, en tanto que nuestra nación es oferente de fuerza de trabajo por ser intensivo en mano de obra. La expulsión se presenta por el importante diferencial salarial que existe en ambas naciones, que hacen que los connacionales, al ser actores individuales racionales, deciden migrar porque el cálculo del costo-beneficio los conduce a expectativas de ingreso positivo, reflejado en mejores ingresos monetarios y en una mejor calidad de vida.
La Teoría Neoclásica de la Migración Internacional predice que, en el mediano o largo plazo, el flujo migratorio del país que es intensivo en mano de obra se detendrá, porque su oferta de trabajo se reducirá y los salarios tenderán a subir.
Llama la atención que la Teoría Neoclásica de la Migración Internacional predice que, en el mediano o largo plazo, el flujo migratorio del país que es intensivo en mano de obra se detendrá, porque su oferta de trabajo se reducirá y los salarios tenderán a subir; por su parte, en el país que es intensivo en capital, la oferta de trabajo se incrementará y los salarios se contraerán, conduciendo hacia una reducción en el diferencial internacional de salarios.
Existe suficiente evidencia empírica que permite demostrar que la tasa de mexicanos que inmigran a los Estados Unidos alcanzó su clímax en el 2005 y, desde entonces la curva ha ido decreciendo. Desde el 2009 se redujo a cero. El periódico New York times lo documentó de la siguiente manera:
En pocas palabras, desde 2008 han llegado más inmigrantes de Asia que de América Latina y la diferencia no deja de aumentar. (…) Hay más mexicanos que salen de Estados Unidos que los que entran. Según el Centro de Investigaciones Pew, de 2009 a 2014 hubo un flujo neto de salida (llegadas menos salidas) de 140.000 personas. Esto quiere decir que si Trump levanta su muro, los mexicanos que no puedan salir serán más que los que no puedan entrar.
Sin embargo existen algunos estudios que dan al traste a la retórica de Trump, cuando afirma que quiere construir un muro para atajar la entrada de delincuentes que ingresan a su país desde México. El mismo New York Times publicó a este respecto que:
Las evidencias en general no dejan lugar a dudas: los inmigrantes hacen que las calles de Estados Unidos sean más seguras. Más o menos un 1,6 por ciento de hombres inmigrantes entre 18 y 39 años de edad terminan encarcelados, a diferencia del 3,3 por ciento de estadounidenses nacidos en el país del mismo grupo de edad. Y entre los hombres nacidos en Estados Unidos que no tienen estudios de bachillerato, la cifra de encarcelados es del 11 por ciento. Entre mexicanos, guatemaltecos y salvadoreños con grado similar de estudios, solo un 2 o un 3 por ciento terminan en la cárcel (…) Un estudio realizado en 103 ciudades de 1994 a 2004 encontró que el índice de delitos violentos se reducía conforme aumentaba la concentración de inmigrantes. Numerosos estudios han demostrado que una gran parte de la reducción del índice delictivo en los años noventa fue resultado del aumento de la inmigración.
Sería bueno recordarle al candidato conservador que un muro que pretende que pague México es una idea bastante peregrina si lo que pretende es impedir la entrada de terroristas, ya que la patrulla fronteriza va a erogar muchos recursos en perseguir jardineros, cocineros y constructores, en lugar de seguir pistas a los posibles terroristas que vienen, por cierto, de otro continente.
Sería bueno recordarle al candidato conservador que un muro que pretende que pague México es una idea bastante peregrina si lo que pretende es impedir la entrada de terroristas, ya que la patrulla fronteriza va a erogar muchos recursos en perseguir jardineros, cocineros y constructores, en lugar de seguir pistas a los posibles terroristas que vienen, por cierto, de otro continente. El tema de la inmigración se ha sostenido en la agenda y por eso, Hilary Clinton ya señaló su postura en este sentido. No a la deportación masiva y a la división de familias para inmigrantes con un record criminal limpio.
Donald Trump amenazó con declarar la guerra a México, en caso de que este país se niegue a pagar los costos económicos para la construcción del “Muro”. El discurso del magnate está descontinuado y fuera de sintonía porque a pesar de los problemas que sacuden a México, gradualmente se está constituyendo como una de las 10 economías más grandes del mundo (Friedman, 2016). Norteamerica, incluyendo a Estados Unidos y Canadá se sigue posicionando como una zona de una importantísima actividad económica. Más que en muros habría que estar pensando en puertos de gran calado o en fronteras inteligentes que agilicen el comercio. Está por verse si dichas declaraciones beligerantes no dejan al decubierto que, el verdadero enemigo del Partido Republicano es el propio Trump. Los saldos con los que se termine la contienda electoral podrían ser muy perjudiciales para el propio partido y, más lamentable, para la sociedad norteamericana –que sin muro- quedará dividida por las declaraciones demagógicas de un empresario cada vez más populista y demagogo.
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