Sin “vidas” en el Internet más lento
Desde hace diez años Venezuela tiene la misma calificación en transferencias de datos. El país tiene la velocidad más lenta de la región
Rubén es fanático de los videojuegos online de batalla. Cuando está frente a la computadora en pleno combate, aunque cree disparar primero, el impacto de los ataques de sus contrincantes lo sacan del ruedo antes: “Compito contra gente que está en Estados Unidos; ellos no me han visto cuando disparo, pero la bala que les doy llega tarde”.
La velocidad media de conexión en Estados Unidos es de 12,6 megabytes por segundo, en promedio, mientras que la de Venezuela es de 1,5 mpbs –la más lenta de la región– y en el caso de ABA es de apenas 256 kilobytes por segundo. En ese delay Rubén pierde sus vidas virtuales.
Desde hace diez años Venezuela tiene la misma calificación en transferencias de datos: “Siguen siendo los mismos uno o dos megas. No es fácil contratar un servicio de diez mbps y que realmente los entreguen. Sobre todo en el interior del país”, afirma el vicepresidente de la Sociedad de Internet, Capítulo Venezuela, Ricardo Holmquist. Las velocidades de transferencia de datos no aumentan porque se requieren nuevos enrutadores y troncales de fibra óptica que soporten mayor tráfico de datos y resistan los 16 millones de usuarios venezolanos conectados.
El informático Wilmer Pereira, profesor en la Universidad Simón Bolívar, explica que el Dslan, la central local que proporciona el servicio de Internet, se encuentra saturado. “Si el dispositivo está a su máxima capacidad y se insiste en conectar a más gente, lo que sucederá es que el servicio será peor. Cantv muchas veces hace eso, llegan al tope y siguen conectando gente”.
La red de fibra óptica del país se quedó corta. Hace 15 años se inició la instalación de esos cables, con los que se logró cubrir 7.800 kilómetros. De acuerdo con Pereira, se necesitaría el doble o por lo menos 12.000 kilómetros de tendido. Evencio Chacón asegura que desde hace 4 años no se ha desplegado ningún metro adicional.
El anillo de fibra óptica del país está concentrado en la zona costera. De allí que las principales ciudades tengan las mejores conexiones, mientras que otras zonas, a pesar de la alta penetración, navegan con menos de un mega. Pereira señala que zonas como la costa occidental del Lago de Maracaibo, los estados Guárico, Cojedes y el sur de Anzoátegui no cuentan con suficiente cableado. El anillo actual también requiere de actualización tecnológica porque el servicio es reducido y fluctuante, y limita los juegos online, la descarga de películas o contenidos multimedia, así como el uso de streaming o videollamadas por Skype, pues todas estas funciones requieren un gran ancho de banda. “A veces se tiene grandes velocidades por segundo, pero la mayor parte del día es de un mega”.
El profesor Renny Brada agrega: “No poder ver el video o escuchar el audio o que te quiten canales de la parrilla deteriora la calidad de la comunicación con el mundo entero”.
Cable al mundo. En Camurí Chico, en una casita blanca sin mayor identificación que está ubicada a medio camino de las ruinas del viejo teleférico de La Guaira, funciona la central de cables submarinos, por los que pasa 89% de las comunicaciones internacionales del país. Es decir, cada inicio de sesión en Facebook o llamada a algún familiar que vive en el extranjero sale de ese lugar. “Es el principal punto de conexión de los sistemas de cables submarinos que transportan el tráfico internacional de telecomunicaciones del país con Estados Unidos, Europa, Latinoamérica y el resto del mundo”, señala la web de Cantv.
El lunes tres vigilantes resguardaban el sitio y despachaban a quien se acercaba en busca de información. Pese a lo estratégico de la instalación, el año pasado no se efectuó el mantenimiento especializado al sistema energético y fibra óptica de esa estación porque “no se firmaron los contratos de los servicios para 2015 por inconvenientes en la delegación de firmas de las máximas autoridades de la empresa”, señala la Memoria y Cuenta de Cantv.
En Camurí Chico tocan tierra los cables submarinos Américas I y II, Panamericano y Alba-I, cuyo uso se cancela en dólares. No pagar esos servicios implicaría un blackout para el país, advierte Edgar Rincón, periodista especializado en tecnología. En 2011 Venezuela lanzó el cable submarino Alba-1, tendido de 1.600 kilómetros con capacidad de 640 gbps que mejoraría el acceso de Internet en Cuba, para lo que el gobierno venezolano gastó 72 millones de dólares.
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