A mi hija Gabriela, cuya vida es un milagro del "Poverello de Asis"
Francisco de Asís, hombre de diálogo
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona
Por Cardenal Lluís Martínez Sistach
BARCELONA, 24 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - Francisco de Asís era decididamente un hombre sin fronteras, de diálogo y de encuentro con los diferentes, que ha marcado la historia de la humanidad. Durante los diez años más intensos de predicación y de expansión de la fraternidad creada por él -entre 1210 y 1220-, con este espíritu de encuentro y de diálogo, emprendió tres veces el viaje hacia tierra de sarracenos, aunque sólo lo consiguió al tercer intento.
En el segundo intento, entre los años 1213 y 1214, la tradición dice que pasó por Cataluña. El santo emprendió el camino a pie hacia Marruecos, donde quería predicar a Cristo y tenía la esperanza de morir, en todo caso, como mártir del Señor. Multitud de leyendas y capillas se refieren a su paso por nuestras tierras. Se dice que pasó por varios lugares y por la misma ciudad de Barcelona. Según esta tradición, al caer enfermo se hospedó en el Hospital de San Nicolás de Barcelona.
Finalmente, en 1219, Francisco consiguió su objetivo: llegar hasta Siria y de allí a Egipto, donde encontró los campamentos de los cruzados, que asediaban Damieta. Francisco se presentó allí, pero con la única pretensión de poder hablar de tú a tú con el sultán Malik al-Kamil. El sultán era un hombre culto que lo escuchó con atención y simpatía e incluso le concedió la posibilidad de quedarse algún tiempo entre ellos. El sultán quedó impresionado por Francisco, pero también Francisco -nos dicen los historiadores- quedó impresionado por el mundo musulmán y en sus escritos se notan influencias islámicas.
Ciertamente, este hecho altamente simbólico no tuvo repercusiones políticas y militares inmediatas, pero es un signo claramente evangélico en medio de las cruzadas y también en nuestro tiempo, tan diferente del de Francisco, pero en el que hay enfrentamientos entre el islamismo radical y los países de cultura cristiana. El ejemplo de Francisco puede ser inspirador de un verdadero diálogo y de una convivencia interreligiosa inspirada en el Evangelio y en el respeto a los derechos humanos.
El franciscanismo está muy vivo en Cataluña y está especialmente presente, por ejemplo, en la obra de Gaudí y en los escritos de Joaquim Ruyra. Con motivo de los 800 años del paso del Poverello por Cataluña, la familia franciscana ha organizado este año varios actos, sobre todo el pasado 4 de octubre, fiesta del santo.
Se cree que, en esa peregrinación, san Francisco llegó incluso a Santiago de Compostela para venerar al apóstol. Por eso este año, con motivo de este octavo centenario, se ha constatado un aumento de las peregrinaciones a la tumba del apóstol. Benedicto XVI, el 6 de noviembre de 2010, en su homilía en la plaza compostelana del Obradoiro, dijo: "Quien peregrina a Santiago, en el fondo lo hace para encontrarse sobre todo con Dios, que, reflejado en la majestad de Cristo, lo acoge y bendice al llegar al Pórtico de la Gloria". El santo de Asís buscó dar una respuesta a los problemas de su tiempo desde la fe y la experiencia de Dios. Y eso es lo que hace de él un ejemplo también para nuestro tiempo.
En el segundo intento, entre los años 1213 y 1214, la tradición dice que pasó por Cataluña. El santo emprendió el camino a pie hacia Marruecos, donde quería predicar a Cristo y tenía la esperanza de morir, en todo caso, como mártir del Señor. Multitud de leyendas y capillas se refieren a su paso por nuestras tierras. Se dice que pasó por varios lugares y por la misma ciudad de Barcelona. Según esta tradición, al caer enfermo se hospedó en el Hospital de San Nicolás de Barcelona.
Finalmente, en 1219, Francisco consiguió su objetivo: llegar hasta Siria y de allí a Egipto, donde encontró los campamentos de los cruzados, que asediaban Damieta. Francisco se presentó allí, pero con la única pretensión de poder hablar de tú a tú con el sultán Malik al-Kamil. El sultán era un hombre culto que lo escuchó con atención y simpatía e incluso le concedió la posibilidad de quedarse algún tiempo entre ellos. El sultán quedó impresionado por Francisco, pero también Francisco -nos dicen los historiadores- quedó impresionado por el mundo musulmán y en sus escritos se notan influencias islámicas.
Ciertamente, este hecho altamente simbólico no tuvo repercusiones políticas y militares inmediatas, pero es un signo claramente evangélico en medio de las cruzadas y también en nuestro tiempo, tan diferente del de Francisco, pero en el que hay enfrentamientos entre el islamismo radical y los países de cultura cristiana. El ejemplo de Francisco puede ser inspirador de un verdadero diálogo y de una convivencia interreligiosa inspirada en el Evangelio y en el respeto a los derechos humanos.
El franciscanismo está muy vivo en Cataluña y está especialmente presente, por ejemplo, en la obra de Gaudí y en los escritos de Joaquim Ruyra. Con motivo de los 800 años del paso del Poverello por Cataluña, la familia franciscana ha organizado este año varios actos, sobre todo el pasado 4 de octubre, fiesta del santo.
Se cree que, en esa peregrinación, san Francisco llegó incluso a Santiago de Compostela para venerar al apóstol. Por eso este año, con motivo de este octavo centenario, se ha constatado un aumento de las peregrinaciones a la tumba del apóstol. Benedicto XVI, el 6 de noviembre de 2010, en su homilía en la plaza compostelana del Obradoiro, dijo: "Quien peregrina a Santiago, en el fondo lo hace para encontrarse sobre todo con Dios, que, reflejado en la majestad de Cristo, lo acoge y bendice al llegar al Pórtico de la Gloria". El santo de Asís buscó dar una respuesta a los problemas de su tiempo desde la fe y la experiencia de Dios. Y eso es lo que hace de él un ejemplo también para nuestro tiempo.
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