Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Se acerca un cambio rápido del campo magnético de la Tierra?

A lo largo de la historia del planeta Tierra, los polos magnéticos se han invertido muchas veces
A lo largo de la historia del planeta Tierra, los polos magnéticos se han invertido muchas veces
El campo magnético terrestre no sólo nos ayuda a encontrar el norte utilizando una brújula, sino que también nos protege de la peligrosa radiación que emana del Sol
Desde hace tiempo los científicos saben que a lo largo de la historia del planeta Tierra, los polos magnéticos se han invertido muchas veces.

Ese proceso, del que se desconocen sus causas exactas y que se creía duraba miles de años, se inicia con un progresivo debilitamiento del campo magnético y culmina con la inversión de los polos.

Según algunos cálculos, las reversiones magnéticas han ocurrido con una frecuencia de 1 a 5 eventos cada millón de años.

Ahora, un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Berkeley (UCB) y la Universidad de Columbia, junto con investigadores franceses e italianos, ha concluido que la última inversión magnética que se produjo en la Tierra se dio hace 786.000 años y no se prolongó durante miles de años sino que se produjo en menos de un siglo.

Esa rapidez en la reversión geomagnética terrestre -por la que las posiciones del polo norte y sur magnéticos se intercambian- ha sorprendido a los responsables de la investigación, publicada en la revista Geophysical Journal International, que señalan que el cambio se dio "en lo que dura una vida humana".

Inversión de los polos

El campo magnético terrestre es resultado de la interacción de los núcleos interno y externo de nuestro planeta -compuesto el primero por hierro en estado sólido y el segundo por una aleación líquida de hierro y níquel- junto con el movimiento de rotación terrestre.

Ello crea un proceso de dinamo que convierte la Tierra en un enorme imán.

Por razones que no están claras, la intensidad de campo magnético terrestre varía y cada cientos de miles de años, los polos magnéticos se invierten, en un proceso que deja su huella en las rocas.

Cuando, por ejemplo, la lava se enfría, partículas de óxido de metal quedan "congeladas" en la dirección del campo magnético existente, lo que permite que los científicos puedan saber la posición de los polos en un momento determinado examinando y datando muestras de esa lava.

Ahora, estudiando los sedimentos de un antiguo lago expuestos en la cuenca Sulmona de los montes Apeninos, al este de Roma, en Italia, los científicos de la UCB han podido constatar que la última inversión de los polos de nuestro planeta se produjo en menos de 100 años.

Debido a que los sedimentos del lago se depositaron a una velocidad alta y constante durante un período de 10.000 años, los científicos pudieron datar la inversión magnética en aproximadamente 786.000 años.

Esta fecha es mucho más precisa que la obtenida por estudios anteriores, que situaban la reversión hace entre 770.000 y 795.000 años.

Incertidumbre

"Lo más interesante de nuestro estudio fue poder constatar que el campo magnético de la Tierra puede cambiar muy rápidamente. Imaginábamos que podía suceder pero no contábamos con los datos que lo corroboraran", explica en conversación con BBC Mundo Paul Renne, profesor de geología en la UCB y unos de los coautores del estudio.

"Como el cambio que estudiamos es bastante reciente, podemos observar con mucho detalle cómo sucedió. El problema es que no sabemos si cada vez que se da un cambio de polaridad ocurre de la misma manera. Así que no sabemos si el próximo cambio va a ser más lento, igual o más rápido que el que hemos analizado".

Según Renne, las reversiones de los polos vienen precedidas por un periodo de inestabilidad que puede prolongarse entre 2.000 y 5.000 años.

La transición final, cuando el campo magnético se invierte del todo, es lo que puede suceder en un periodo inferior a un siglo, según el científico.

Renne señala que en la actualidad se está produciendo un debilitamiento del campo magnético terrestre que es diez veces más rápido del habitual.

Eso ha llevado a que algunos investigadores se planteen si se acerca un nuevo cambio de polaridad en nuestro planeta.

"Si es similar al que se dio hace 786.00 años, puede ser que estemos entrando en el periodo de inestabilidad que pude prolongarse durante miles de años. Pero no estamos seguros de que eso vaya a ser así. Es por eso que debemos considerar la posibilidad de que la inversión ocurra de manera muy rápida", apunta Paul Renne.

Peligros

¿Qué consecuencias tendría para la vida en la Tierra una inversión de los polos magnéticos?

"Los cambios en el magnetismo terrestre podrían tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas del planeta y también, por ejemplo, en los instrumentos de navegación", señala el geólogo.

"Además, también se podrían producir consecuencias en la naturaleza, ya que sabemos que muchos animales, como los pájaros, la ballenas o las abejas, utilizan el campo magnético para orientarse".

Otros investigadores advierten que si durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilitara excesivamente o incluso desapareciera, aunque sólo fuera durante un corto perido de tiempo, perderíamos nuestra protección contra la radiación solar y los rayos cósmicos, lo que podría afectar la vida en nuestro planeta, ya que estos pueden producir mutaciones genéticas.

La cuestión, según Paul Reene, es que los científicos saben que no se trata de un ciclo que se dé con regularidad, por lo que "no podemos preccedir cuándo sucederá"

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