Neguito, Chino y Nacho
Un grueso de los seguidores del Gobierno y de sus detractores se parecen igualito
JORGE SAYEGH | EL UNIVERSAL
viernes 21 de noviembre de 2014 12:00 AM
"Suena Caracas", el megafestival que organiza la Alcaldía Libertador, me produce sentimientos encontrados. Por un lado es una excelente oportunidad para disfrutar de algunos talentos extranjeros a precios irrisorios o gratis -es un decir, lo está pagando todo el mundo, incluso el que no vaya- que sería difícil que se presentaran en el país, porque nuestra economía colapsó. Por otro, no deja de ser un despropósito que se destinen divisas para "importar" a las Chicas del Can, antes que alimentos y medicamentos de primera necesidad. Sin embargo, esa última debería ser una preocupación ética para los defensores de este experimento fallido que mientan chavismo. Sobre lo que quiero reflexionar con Ud., querido lector, es cómo un grueso de los seguidores del Gobierno y de sus detractores se parecen igualito.
Que "Suena Caracas" congregue tanto a músicos gobierneros; tipo Dame pa'matarla; como a algunos artistas en abierta oposición; tipo Zapato 3; ha disparado nuevamente las alarmas entre un enorme grupo de venezolanos que apuesta al desconocimiento del adversario. El tema "No quiero ser la mitad" de Gran Coquivacoa es un llamado al reencuentro pero, curiosamente, provoca una ira irreconciliable entre muchos opositores que acusan a Iván Pérez Rossi y Francisco Pacheco de "chavistas arrepentidos". Asimismo, muchos chavistas no le perdonan a Chino y Nacho que, en plena entrega de un premio internacional farandulero, hayan hecho un llamado a la paz, solidarizándose con los estudiantes (principales víctimas de aquella torpe e improvisada #lasalida) y reclaman que deberían ser vetados por el Festival.
Este público ofendido está formado por ciudadanos que, aparentemente juran defender distinta ideología, pero que actúan con la misma metodología: liberan ciegamente sus frustraciones y resentimientos contra el objetivo equivocado. Por eso insisto en que muchos opositores y chavistas viven peleándose contra el espejo y ni siquiera lo pueden ver.
JorgeSayegh@gmail.com
@JorgeSayegh
Que "Suena Caracas" congregue tanto a músicos gobierneros; tipo Dame pa'matarla; como a algunos artistas en abierta oposición; tipo Zapato 3; ha disparado nuevamente las alarmas entre un enorme grupo de venezolanos que apuesta al desconocimiento del adversario. El tema "No quiero ser la mitad" de Gran Coquivacoa es un llamado al reencuentro pero, curiosamente, provoca una ira irreconciliable entre muchos opositores que acusan a Iván Pérez Rossi y Francisco Pacheco de "chavistas arrepentidos". Asimismo, muchos chavistas no le perdonan a Chino y Nacho que, en plena entrega de un premio internacional farandulero, hayan hecho un llamado a la paz, solidarizándose con los estudiantes (principales víctimas de aquella torpe e improvisada #lasalida) y reclaman que deberían ser vetados por el Festival.
Este público ofendido está formado por ciudadanos que, aparentemente juran defender distinta ideología, pero que actúan con la misma metodología: liberan ciegamente sus frustraciones y resentimientos contra el objetivo equivocado. Por eso insisto en que muchos opositores y chavistas viven peleándose contra el espejo y ni siquiera lo pueden ver.
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