Publicado por Tito Maciá el noviembre 5, 2016 a las 8:30am
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La Astrología mundial o astrología social se ocupa de los problemas de la vida de las comunidades humanas, su comportamiento colectivo, los resultados económicos para un periodo de tiempo, las relaciones entre los que ostentan algún tipo de poder y las personas que conforman el cuerpo social de una nación o centros de influencia colectiva y de todo tipo de fenómenos socioculturales que van surgiendo en el mundo.
Para tal menester el astrólogo francés Henry Gouchon acuñó en el siglo pasado el concepto del índice cíclico planetario utilizando un gráfico donde se destacan los momentos en que ocurren las grandes conjunciones entre los planetas exteriores o sociales, desde Júpiter hasta Plutón.
Más tarde André Barbault, otro reconocido astrólogo francés, recuperó la idea y creó otro gráfico en forma de ondas semejantes en los se podía observar el tiempo en el que se producen las grandes conjunciones planetarias.
En el gráfico de ondas del índice de Gouchon las ondas son especulares respecto las ondas de Barbault, pero en ambos gráficos se trata de reflejar el tiempo en el que en el cielo hay una mayor concentración de conjunciones planetarias.
Para entender qué cosa es el índice cíclico basta con pensar en las conjunciones de los planetas lentos, desde Júpiter hasta Plutón. André Barbault valoraba las conjunciones a la baja dentro del gráfico, mientras que Gouchon y el explorador armónico del programa Armon dibuja las ondas de las conjunciones al alza, tal y como se puede observar en este gráfico en el que se calculan las conjunciones entre los planetas superiores, desde Júpiter hasta Plutón.
A finales del siglo XX Miguel García en su programa Explorador armónico creo un sistema gráfico mucho mejor que el de los franceses, un gráfico muy operativo que nos permite estudiar el índice cíclico de los planetas de un modo rápido, claro y perfecto.
Usando el explorador armónico se puede observar el índice cíclico de los planetas mayores, o mejor, el tiempo en el que se producen las conjunciones entre ellos.
En este gráfico se puede observar el índice cíclico planetario desde principio del siglo XX hasta principio del siglo XXI.
En este otro gráfico se puede observar el índice cíclico planetario entre los años 1998 y 2022, donde se puede ver un aumento espectacular de la onda del índice cíclico con la llegada del año 2020.
Soy de los que piensa que antes de lanzarse a realizar pronósticos sobre lo que tiene que venir, conviene realizar un análisis sobre lo que ocurrió con anterioridad, para ello voy a lanzar una mirada retrospectiva que nos sirva de ilustración y que luego nos permita mirar el futuro de una manera, sino más sensata, al menos más formada.
Para hacernos una idea del modo en el que se percibe la influencia de las grandes conjunciones basta con pensar en una "nueva ola", cada vez que se produce una de éstas importantes conjunciones se inicia un nuevo ciclo social, algo ocurre en el mundo que deja huella en modo de crisis, que conlleva un cambio y el principio de una nueva etapa social en el mundo.
Observando el último gráfico del índice cíclico que abarca desde finales de los años 60 hasta el 2022 se puede ver que hay una elevación de onda en el año 1968, lo que nos lleva a recordar el mayo francés, la Primavera de Praga y la posterior invasión de las tropas soviéticas que usando 200.000 soldados y 5.000 tanques invadieron Checoslovaquia y pusieron fin al intento de libertad de la juventud europea. La crisis social y política que se inició en ese tiempo tuvo como final el derrumbe del comunismo en Europa.
A pricipio de la década de los 80, hubo otra elevación importante del índice cíclico originado por las conjunciones de Júpiter y Plutón, semejante a la del 68, Saturno Plutón y Júpiter Saturno, unas conjunciones semejantes a las que tendremos en el año 2020. Hubo astrólogos que realizaron pronósticos funestos para ese tiempo y erraron parcialmente en sus observaciones, pues en esos años llegó la crisis del comunismo y la caída del Muro de Berlín, pero no el fin del mundo como algún astrólogo conocido anunció.
El el 91 hubo otra elevación del indice cíclico y lo que ocurrió en ese tiempo, fue la interrupción de los créditos a las pequeñas y medianas empresa, el cierre de miles de empresas y la apertura de miles de nuevas empresa en China que acabaron con las manufacturas y buena parte de la industria mundial. Así fue la nueva ola de los 90.
A finales del siglo pasado se elevó la onda a causa de la conjunción de Júpiter con Urano cuya influencia nos situó en la nueva era informática y de internet, se abrió la puerta a un nuevo modo de comunicación y de hacer negocios.
En el 2020 tendremos una elevación de la onda del índice cíclico de gran envergadura, en pocos meses ocurren las conjunciones de Júpiter Saturno y Plutón semejantes a las de 1983, lo que nos permite pesar que estamos ante un tiempo crítico en el que va a comenzar un nuevo tiempo con cambios sociales de gran envergadura.
¿Pero cómo de grandes e importantes han de ser esos cambios? ¿Será el fin del mundo capitalista? ¿Se acabará el comunismo para siempre? ¿Permitirán las corridas de toros en Badalona?.
No, francamente creo que no a las tres preguntas. Es cierto que se avecina un cambio de valores, una crisis mundial que ha de tomar otro derrotero, pero no el fin del mundo ni de nada. En realidad estas conjunciones no son tan preocupantes y digo esto después de analizar 2000 años de historia usando el índice cíclico planetario.
En este gráfico se observa el indice cíclico planetario en los primeros mil años de historia. Aquí se puede ver una elevación extraordinaria en un momento del tiempo muy interesante. Voy a ampliarlo para verlo mejor.
A principios de la década del 410 se produjo un elevación del índice cíclico planetario que sobrepasó las 50 astrodinas, lo que significa que después de ese tiempo ya las cosas nunca fueron iguales que antes, llegaron los bárbaros del norte y se acabó el Imperio Romano. Eso si que fue un cambio extraordinario.
Vamos a asomarnos ahora al segundo milenio para ver si hay otra elevación de tanta envergadura.
Entre el año 1000 y el 2040 se observa otra elevación muy importante en el siglo XIV, una elevación que tiene más de 50 astrodinas y por ello significa cambios sociales en los que a partir de ese tiempo ya nunca fueron las cosas iguales que eran antes. Voy a ampliarlo para verlo mejor.
A principios de siglo XIV hubo una elevación del índice cíclico planetario que superó las 50 astrodinas, coincidiendo con el cambio climático conocido como la pequeña edad de hielo que se acompañó de durísimas sequías y supuso una hambruna descomunal que fue seguida de la peste negra que se llevó por delante dos tercios de la población mundial. El islam retrocedió de manera importante y el mundo maya, por las mismas causas climáticas y sociales, se vino abajo. Eso si que fue una crisis de gran envergadura.
Si comparamos las dos crisis citadas con la crisis que se ve venir en el 2020, podemos pensar que su influencia no será como la de la caída del Imperio Romano, ni como las pestes o el cambio climático de la Edad media, así que la crisis que se nos avecina anuncia cambios sociales importantes pero no una catástrofe como las que ocurrieron cuando el índice cíclico sobrepasa las 50 astrodinas.
En esta ocasión, el índice cíclico planetario apenas alcanza las 30 astrodinas, cuyo significado señala un cambio de rumbo en los asuntos sociales, económicos y políticos, pero ni se acaba el mundo, ni cae ningún imperio, a lo sumo los bárbaros del norte que ahora esta liderados por Putin pueden dar un poco la vara, pero nada más. Rusia en el país más despoblando del mundo y no tiene gente para mandar a ningún sitio que no sea a tomar el sol de vacaciones.
En cierto que se inician tres ciclos importantes, y uno de ellos, el de Júpiter y Saturno tiene una importancia especial porque inicia un ciclo nuevo de 260 años al comenzar la serie de conjunciones en Acuario y los signos de aire, terminado con ello un ciclo de 260 años cuyos valores se corresponden con el pensamiento de los signos de tierra, señalando así el fin de los valores del materialismo puro y duro y el comienzo de una nueva era más transparente y humanista. Pero sobre este ciclo tendremos tiempo de hablar.
Resumiendo, nada de alarmismos innecesarios porque mundo seguirá rodando, por mucho catastrofista que anuncie lo contrario.
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