Bergoglio, el papado y la izquierda
7 Julio, 2015
Jamás he sido de
derechas. SS Francisco a Civiltá Cattolica
Culpo a los
políticos que buscan sus propios intereses. Los socialistas creen en la
redistribución que es una de las razones de la pobreza. Ustedes quieren
nacionalizar el universo para controlar todas las actividades humanas. Cardenal
Bergoglio a Chris Matthews [1]
Cuando Max Weber (Maximilian Carl Emil Weber (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de junio de 1920) , el gran sociólogo
alemán, publica La ética protestante y el “espíritu”
del capitalismo (Die protestantische Ethik und der
‘Geist’ des Kapitalismus), en 1904, el papado
estaba en manos de Pio X (latín: Pius PP. X) (Treviso, Reino de Lombardía-Venecia, (actual Italia ), 2 de junio de 1835-Roma, 20 de agosto de 1914 ) .
Enfrentado a Werner Sombart y a Karl Marx, Weber, al mismo tiempo que se oponía
a las visiones unilaterales y totalizantes de uno y de otro rechazaba el
determinismo, la reducción de las pulsiones básicas de los procesos históricos
a la economía o al espíritu, insistiendo, sin embargo, en los condicionantes
espirituales, religiosos, en el desarrollo de los procesos económicos. Y
atendió a un hecho
apenas considerado por las ciencias sociales – que impulsara
junto a Werner Sombart (Ermsleben, 1863 - Berlín, 1941)a alturas de máxima cientificidad -: el principal motor
del desarrollo capitalista, siempre en manos de los sujetos económicos
concretos, no de abstracciones hegelianas, habría sido el espíritu protestante.
Sus esfuerzos científicos: comprender
el espíritu del capitalismo desde sus raíces éticas en la religión. El punto de
partida de la superación de los prejuicios anticapitalistas del cristianismo –
la ambición de ganancias con un mínimo esfuerzo, inherente al rentismo, y la
estimación de que el trabajo es una maldición divina y una carga que debe ser
combatida – los encuentra en los profundos cambios de conciencia aportados por
la Reforma. En pocas palabras, la tesis de Weber es que el mundo protestante es
más exitoso económicamente que el mundo católico gracias al influjo de la
religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez,
ahorro y un apego permitido a lo material, algo que el catolicismo no supo
responder. De allí el exponencial desarrollo del capitalismo en los países
protestantes y sajones – Inglaterra, Alemania, los Estados Unidos – y el
hundimiento en el mercantilismo de los países latinos y católicos: España e
Italia, principalmente.
Ustedes destruyen
el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse de su familia, un crimen
contra la naturaleza y contra Dios. Estas ideologías crean más pobres que todas
las
corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas. Bergoglio a
Chris Matthews
Vuelvo a reflexionar sobre esa
extraordinaria obra del sociólogo alemán al leer las palabras con que el Papa
Francisco, hasta cardenal Bergoglio un perspicaz y combativo opositor al
populismo castrochavista – “Chávez es el clásico ejemplo: ustedes, los
socialistas, empobrecen para controlar políticamente a sus clientelas” le dijo
palabras más palabras menos al periodista norteamericano que fuera a sonsacarle
sus verdades en el terreno de la contingencia política inmediata. No se
pronunció, como lo hiciera Lutero, por la libre determinación y el esfuerzo
personal como fuente de una anhelada y bendecida riqueza, bienaventurada por
Dios, pero tampoco se mostró “pobresista”. Todo lo contrario: un cura
combativo, progresista y liberal. Si el contenido de dicha entrevista es
verdadero, y no un montaje interesado con intereses espurios.
Es cierto que en esa entrevista que
conmoviera a la cristiandad venezolana, arrinconada en la pobreza y el
desamparo por culpa del populismo izquierdista que Bergoglio denunciara con
vehemencia en dicha entrevista, tampoco hubo confesiones mayores de sus íntimas
tendencias político partidistas. Si bien se comenta en la red que en una
importante entrevista con un medio progresista italiano habría confesado no
haber votado jamás por la derecha. Lo cual viene a significar que cuando no se
abstuvo o votó nulo, votó por la izquierda. ¿En Argentina, por la familia
Kirchner? De estar vivo nuestro Cardenal Rosalio José Castillo Lara, que me
confesara haber seguido fiel y cristianamente las instrucciones de Pío XII
quitándose la sotana, cubriéndose la tonsura con una boina y saliendo a
repartir panfletos y hacer rayados contra los comunistas italianos por las
calles de la Roma de la posguerra, qué significado tenía y cuál era el pecado
de votar por los partidos que los Castro, Chávez y Maduro consideran de
derecha, entre ellos, desde luego, los partidos democratacristianos y liberales
del mundo. ¿Votar por los comunistas?
Al natural entusiasmo con que
recibiéramos la noticia de su nombramiento, seguros de que un defensor de las
libertades democráticas y del emprendimiento de corte liberal en nuestra
América – en dicha entrevista también recurrió al símil de regalar peces o
enseñar a pescar, casi bíblica metáfora del liberalismo manchesteriano –
ocuparía el trono de la cristiandad, nos sucede ahora la perplejidad. Oírle
decir no sólo a un tirano, sino a un implacable asesino de opositores como Raúl
Castro después de reunirse con el Papa en el Vaticano que tanto impacto le
causaran las palabras de SS Francisco que pensaría seriamente si volver al seno
de la Iglesia, no puede menos que preocupar hondamente a un cristiano sometido
a una satrapía dominada por el sujeto de marras.
El imperio de la
dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que
lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles peces pero sin
permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado
y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad es castigada. Tú
hablas de progreso y yo de pobreza. Bergoglio a Chris Matthews
No ha habido en todo su reinado una
sola palabra que refleje la frontalidad y franqueza anti populista de
Bergoglio. En cambio, llegando al Ecuador de Correa, esa sí una “democracia
restringida”, que aún no avanza los miles de kilómetros que lo separan de la
dictadura castromadurista, el ahora Papa Francisco se ha escorado sin ambages
hacia quienes hacen de la pobreza la principal preocupación de las izquierdas
por las que él parece haber votado. Y las cuales no se interesan en la pobreza
para superarla, como hicieran los reformistas luteranos desplegando las
potencialidades del capitalismo moderno, sino como caldo de cultivo para el
dominio político, como él mismo lo describiera con agudeza y aparente
sinceridad en la entrevista mencionada. Haberlo dicho en Ecuador, de viaje
hacia la crisis económica y la recesión siguiendo la senda del chávezmadurismo
venezolano, es doblemente preocupante. ¿Seguirá en esa tónica de agradar los
oídos de las izquierdas marxistas latinoamericanas en Bolivia, en donde se
propone mascar hojas de coca como muestra de solidaridad con los pobres
bolivianos?
Temo por América
Latina. Toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas,
como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los
salvará de esa tiranía? Bergoglio a Chris Matthews
¿A qué vino Francisco? ¿A reunirse
con su feligresía que sufre y padece el atropello a sus libertades? ¿A
respaldar las luchas democráticas de una región empantanada en el castrismo
cubano? ¿O a darle un espaldarazo a los embates del forismo marxista? Sería un
imperdonable desacato responder a esas graves interrogantes sin atender a sus
hechos. Pero cuentas claras conservan la amistad. Y la amistad de un Papa que
fue un extraordinario Cardenal bien vale una misa.
@sangarccs
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[1] La supuesta entrevista del Cardenal Bergoglio con el periodista norteamericano Chris Matthews ha sido seriamente cuestionada por falsa o su traducción al español por gravemente manipulada. Ruego tomar las citas que aquí se insertan con las debidas precauciones. Recomiendo por ello consultar este artículo.
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[1] La supuesta entrevista del Cardenal Bergoglio con el periodista norteamericano Chris Matthews ha sido seriamente cuestionada por falsa o su traducción al español por gravemente manipulada. Ruego tomar las citas que aquí se insertan con las debidas precauciones. Recomiendo por ello consultar este artículo.
Raúl Castro y el Papa Francisco: misterios de la
Iglesia
19 Mayo, 2015
A Asdrúbal Aguiar
Chris Mathews, periodista británico
de tendencias socialistas, se llevó una amarga sorpresa cuando llegó a
entrevistar al Cardenal Bergoglio, primado argentino. Sufrió lo que cuentan del
pastor que fue por lana y salió trasquilado: no consiguió enardecer al cardenal
Bergoglio con sus reproches socialistas. El que salió enardecido fue él.
La entrevista dio la vuelta al
planeta en tiempos en que ni Bergoglio ni Mathews tenían la menor idea de lo
que le esperaba a uno de ellos: convertirse en el Sumo Pontífice de la Iglesia
católica, apostólica y romana. Si todo lo que en dicha entrevista expresara el
primado argentino contribuyó a que el Sacro Colegio Cardenalicio lo designara
máximo dirigente de los miles de millones de cristianos del mundo, la intención
no podía ser más clara: sincerar la política, acercarla a los principios de la
Iglesia Católica, desterrar la demagogia, la humillación, la mentira y
humanizar la gestión de la vida pública, adecentándola y descascarándola de la
pesada carga de manipulación marxista. En el caso concreto de América Latina,
advertirle al mundo de la grave amenaza que se cernía sobre el continente desde
Venezuela, en donde un teniente coronel golpista practicaba en abundancia lo
que Bergoglio consideraba el colmo de la manipulación: empobrecer a las
mayorías en nombre, precisamente, de esa mayoría, para arrastrarla a elegir a
sus propios depredadores. Bergoglio acusaba, precisamente, al socialismo
marxista, al chavismo en concreto, y al castrocomunismo por extensión, dominio
e influencia, de empobrecer para reinar: “Culpo a los políticos que buscan sus
propios intereses. Los socialistas creen en la redistribución que es una de las
razones de la pobreza. Ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar
todas las actividades humanas”.
La radicalidad y racionalidad del
rechazo al socialismo no podía ser más categórico. E iba a la esencia del
reproche del liberalismo al comunismo: no le enseña al hombre los medios para
su propio enriquecimiento, sino que lo conduce irremisiblemente a la mendicidad
para convertirlo en un siervo del Estado. Vale decir, del partido. “Ustedes
destruyen el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse de su familia, un
crimen contra la naturaleza y contra Dios. Estas ideologías” –no necesita
aclarar que se trata del comunismo en todas sus vertientes – “crean más pobres
que todas las corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas”.
La indignación de Mathews lo lleva a
brincar de la silla: “Nunca había escuchado algo así de un cardenal”. A lo cual
responde el hoy Papa Francisco, si bien, necesario es aclararlo, por entonces
nadie divisaba el papado en su horizonte inmediato, “la gente dominada por
socialistas necesita saber que no tenemos que ser pobres.” Y allí destapa el
frasco de la indignación de Mathews, pues Bergoglio deja de lado toda prudencia
y entierra su espada en el corazón del monstruo: “El imperio de la dependencia
creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que lleguen a
arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles peces pero sin permitirles
pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado y sus peces
confiscados por los socialistas. La libertad es castigada. Tú hablas de
progreso y yo de pobreza”.
La trascendencia del reproche y su
profunda importancia radican en el análisis que lo sustenta: no se trata de
Hugo Chávez, ni siquiera de Venezuela. Se trata de toda nuestra región, se
trata del Foro de Sao Paulo: “Temo por América Latina. Toda la región está
controlada por un bloque de regímenes socialistas, como Cuba, Argentina,
Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”.
Rebosa de la acrimonia cardenalicia
toda una reflexión metódica y científica – sociológica, económica y
políticamente sustentada que inhiben cualquier consideración accidental. El
anticomunismo de Bergoglio se inserta en la más compleja y profunda tradición
de la Iglesia y el cristianismo: un tirano comunista no puede arrodillarse ante
el Papa y prometer regresar al seno de la Iglesia luego de haber tiranizado a
su Patria durante más de medio siglo, perseguido a su Iglesia, encarcelado y
asesinado a sus mejores hijos y llevado al dominio de todo un continente en los
términos tan contrarios al espíritu de la Iglesia, como le reclamaba Bergoglio
a Mathews, receptor por circunstancia de un discurso dirigido a toda la
izquierda socialista mundial: “Ustedes han creado el estado de bienestar y ha
sido solo respuesta a las necesidades de los pobres creados por la política. El
estado interventor absuelve a la sociedad de su responsabilidad. Las familias
escapan de su responsabilidad con el falso estado de bienestar e inclusive, las
iglesias. La gente ya no practica la caridad pues ve a los pobres como problema
del gobierno. Para la iglesia ya no hay pobres que ayudar, los han empobrecido
permanentemente y son ahora propiedad de los políticos. Y algo que me irrita
profundamente, es la inhabilidad de los medios para observar el problema sin
analizar cuál es la causa. A la gente la empobrecen para que luego vote por
quienes los hundieron en la pobreza”.
Si la cruda e implacable sinceridad
del cardenal Bergoglio irritó hasta la exasperación a un periodista de simples
tendencias socialistas al encontrarse a un anticomunista de la más rancia,
legítima, justificada y pura especie ¿qué reacciones no hubiera provocado en un
tirano que constituye la prueba palpable y fehaciente de las graves y
trascendentales acusaciones de quien hoy ocupa el trono papal? Es más: ¿qué
habría pensado el máximo responsable por la creación del bloque socialista que
él denuncia tan frontalmente y sin tapujos? Estamos ante otro misterio de la
Iglesia.
@sangarccs
muelasgaitan
sembrando consciencia
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