El trono de Jesús es la cruz, dice el Papa en Solemnidad de Cristo Rey
Papa Francisco en Misa en la Plaza de San Pedro en Solemnidad de Cristo Rey. Foto: Daniel Ibáñez / ACI PRENSA
VATICANO, 20 Nov. 16 / 07:32 am (ACI).- En la homilía de la Misa que presidió en la Plaza de San Pedro el 20 de noviembre, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo y tras clausurar el Año de la Misericordia, el Papa Francisco destacó que el trono de Jesús es la cruz.
El Santo Padre indicó que “el Evangelio presenta la realeza de Jesús al culmen de su obra de salvación, y lo hace de una manera sorprendente”.
“Su realeza es paradójica: su trono es la cruz; su corona es de espinas; no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano; no viste suntuosamente, pero es privado de la túnica; no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, sino sus manos están traspasadas por los clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas”.
Francisco subrayó que la grandeza del reino de Cristo “no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas”.
“Por este amor, Cristo se abajó hasta nosotros, vivió nuestra miseria humana, probó nuestra condición más ínfima: la injusticia, la traición, el abandono; experimentó la muerte, el sepulcro, los infiernos”.
El Santo Padre señaló que en esta Solemnidad “proclamamos esta singular victoria, con la que Jesús se ha hecho el Rey de los siglos, el Señor de la historia: con la sola omnipotencia del amor, que es la naturaleza de Dios, su misma vida, y que no pasará nunca”.
El Papa exhortó además a los fieles a acoger “personalmente” a Jesús y reconocerlo como “el Señor de nuestra vida”.
VATICANO, 20 Nov. 16 / 06:50 am (ACI).- Con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el Papa Francisco clausuró el 20 de noviembre el Año Santo de la Misericordia, convocado por él en diciembre de 2015.
Antes de iniciar la Misa por la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre se dirigió a la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y presidió la ceremonia de clausura del Año Jubilar.
En la oración que pronunció antes de cerrar la Puerta Santa, el Papa pidió a Dios que mire “con bondad la Iglesia recogida en oración en el fin del Año Jubilar”.
“Agradecidos por los dones de gracia recibidos y animados a dar testimonio con las palabra su las obrar, la ternura de tu amor misericordioso, cerramos la Puerta Santa”, dijo Francisco, exhortando a que “el Espíritu Santo santificador renueve nuestra esperanza en Cristo Salvador, puerta siempre abierta, a quien te busca con corazón sincero, única puerta que introduce en el reino que viene”.
A continuación, el Santo Padre se acercó orando en silencio a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y la cerró. Luego, durante algunos segundos más, permaneció frente a la puerta en oración.
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