Francisco: El sacramento no es un rito mágico, sino el encuentro con Jesús que nos espera
Recordó en la misa de Santa Marta que Dios "es un compañero de camino, que hace la historia con nosotros"
Por Redacción
ROMA, 24 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Jesús nos espera siempre, esta es la humildad de Dios. Es lo que dijo el papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. El papa, quien se inspiró en el salmo "Vamos alegres a la casa del Señor", subrayó que el sacramento no es un ritual mágico, sino un encuentro con Jesús, que nos acompaña en la vida.
El papa Francisco se inspiró en el salmo de hoy, recitado después de la primera lectura, para detenerse sobre la presencia del Señor en nuestra vida. Una presencia que acompaña. En la historia del Pueblo de Dios, observó el papa, hay "buenos momentos que dan alegría", y también momentos malos "de dolor, de martirio, de pecado":
"Y sea en los momentos malos, como en los buenos tiempos, una cosa es siempre la misma: ¡el Señor está allí, nunca abandona a su pueblo! Porque el Señor, aquel día del pecado, del primer pecado, ha tomado una decisión, hizo una elección: hacer historia con su pueblo. Y Dios, que no tiene historia, porque es eterno, ha querido hacer historia, caminar cerca de su pueblo. Pero más aún: convertirse en uno de nosotros, y como uno de nosotros, caminar con nosotros, en Jesús. Y esto nos habla de la humildad de Dios".
He aquí, pues, que la grandeza de Dios --añadió, es su humildad: "Ha querido caminar con su pueblo". Y cuando su pueblo "se alejaba de Él por el pecado, con la idolatría", "Él estaba allí" esperando. Y también Jesús –continuó, viene con "esta actitud de humildad”. Él quiere "caminar con el pueblo de Dios, caminar con los pecadores; incluso caminar con los soberbios". El Señor, dijo, ha hecho mucho "para ayudar a estos corazones soberbios de los fariseos":
"Humildad. Dios siempre está listo. Dios está a nuestro lado, Dios camina con nosotros, es humilde, siempre nos espera. Jesús siempre nos espera. Esta es la humildad de Dios. Y la Iglesia canta con alegría esta humildad de Dios que nos acompaña, como lo hicimos con el Salmo. "Vamos alegres a la casa del Señor': vamos con alegría porque Él nos acompaña, Él está con nosotros. Y el Señor Jesús, incluso en nuestra vida personal nos acompaña: con los sacramentos. El sacramento no es un ritual de magia: se trata de un encuentro con Jesucristo, nos encontramos con el Señor. Es Él quien está al lado de nosotros y nos acompaña".
Jesús se hace "compañero de camino". "También el Espíritu Santo –añadió, nos acompaña y nos enseña todo lo que no sabemos, en el corazón" y "nos recuerda todo lo que Jesús nos enseñó". Y así "nos hace sentir la belleza del buen camino".
"Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo -dijo el papa Francisco, son compañeros de camino, hacen la historia con nosotros".
Y esto --continuó, la Iglesia lo celebra "con gran alegría, incluso en la Eucaristía", con la "cuarta oración eucarística", donde "se canta el amor tan grande de Dios que ha querido ser humilde, que ha querido ser compañero de viaje de todos nosotros, que ha querido también Él hacerse historia con nosotros".
"Y si Él entró en nuestra Historia, entremos también nosotros un poco en la historia de Dios, o por lo menos pidámosle la gracia de dejar escribir nuestra historia por Él: que Él escriba nuestra historia. Es algo seguro".
Traducido y adaptado por José Antonio Varela V. del texto original italiano de Radio Vaticana
El papa Francisco se inspiró en el salmo de hoy, recitado después de la primera lectura, para detenerse sobre la presencia del Señor en nuestra vida. Una presencia que acompaña. En la historia del Pueblo de Dios, observó el papa, hay "buenos momentos que dan alegría", y también momentos malos "de dolor, de martirio, de pecado":
"Y sea en los momentos malos, como en los buenos tiempos, una cosa es siempre la misma: ¡el Señor está allí, nunca abandona a su pueblo! Porque el Señor, aquel día del pecado, del primer pecado, ha tomado una decisión, hizo una elección: hacer historia con su pueblo. Y Dios, que no tiene historia, porque es eterno, ha querido hacer historia, caminar cerca de su pueblo. Pero más aún: convertirse en uno de nosotros, y como uno de nosotros, caminar con nosotros, en Jesús. Y esto nos habla de la humildad de Dios".
He aquí, pues, que la grandeza de Dios --añadió, es su humildad: "Ha querido caminar con su pueblo". Y cuando su pueblo "se alejaba de Él por el pecado, con la idolatría", "Él estaba allí" esperando. Y también Jesús –continuó, viene con "esta actitud de humildad”. Él quiere "caminar con el pueblo de Dios, caminar con los pecadores; incluso caminar con los soberbios". El Señor, dijo, ha hecho mucho "para ayudar a estos corazones soberbios de los fariseos":
"Humildad. Dios siempre está listo. Dios está a nuestro lado, Dios camina con nosotros, es humilde, siempre nos espera. Jesús siempre nos espera. Esta es la humildad de Dios. Y la Iglesia canta con alegría esta humildad de Dios que nos acompaña, como lo hicimos con el Salmo. "Vamos alegres a la casa del Señor': vamos con alegría porque Él nos acompaña, Él está con nosotros. Y el Señor Jesús, incluso en nuestra vida personal nos acompaña: con los sacramentos. El sacramento no es un ritual de magia: se trata de un encuentro con Jesucristo, nos encontramos con el Señor. Es Él quien está al lado de nosotros y nos acompaña".
Jesús se hace "compañero de camino". "También el Espíritu Santo –añadió, nos acompaña y nos enseña todo lo que no sabemos, en el corazón" y "nos recuerda todo lo que Jesús nos enseñó". Y así "nos hace sentir la belleza del buen camino".
"Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo -dijo el papa Francisco, son compañeros de camino, hacen la historia con nosotros".
Y esto --continuó, la Iglesia lo celebra "con gran alegría, incluso en la Eucaristía", con la "cuarta oración eucarística", donde "se canta el amor tan grande de Dios que ha querido ser humilde, que ha querido ser compañero de viaje de todos nosotros, que ha querido también Él hacerse historia con nosotros".
"Y si Él entró en nuestra Historia, entremos también nosotros un poco en la historia de Dios, o por lo menos pidámosle la gracia de dejar escribir nuestra historia por Él: que Él escriba nuestra historia. Es algo seguro".
Traducido y adaptado por José Antonio Varela V. del texto original italiano de Radio Vaticana
Ayuno, oración y Twitter: las claves de acción del Papa para la guerra evitada en Siria
La carta del papa Francisco a Putin. El g20, el hashtag #prayforpeace y mantener despierta la conciencia humana
Por Jorge Enrique Mújica
ROMA, 21 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - La crisis mundial suscitada por el anuncio de una intervención militar del gobierno de Barack Obama en Siria rápidamente encontró una alternativa formulada en positivo por parte del Papa Francisco y su apuesta por la paz y el diálogo.
El domingo 1 de septiembre el Papa convocaba a todos los católicos del mundo a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y Medio Oriente. La iniciativa fue prontamente acogida también por otras religiones y confesiones cristianas: desde el gran muftí de Siria hasta el patriarca ecuménico de Constantinopla, pasando por líderes políticos y personalidades del mundo del espectáculo y del deporte.
La vigilia de oración en el Vaticano, replicada en miles de ciudades y diócesis del mundo gracias a la difusión viral por parte de católicos en las redes sociales, se llevó a cabo el sábado 7 de septiembre de 19:00 a 23:00 horas. Más de cien mil personas, muchas de ellas no creyentes, acompañaron al Papa en esas cuatro horas de oración convertida en «arma de contestación» al conato de guerra.
La diplomacia vaticana liderada por el Papa Francisco aprovechó también el contexto de la reunión del G-20 en Rusia (los 19 países más industrializados del mundo más la Unión Europea) para enviar una carta al presidente Vladimir Putin.
En la carta, el Papa tocó el tema de la paz en Siria, incluso sabiendo que el encuentro en Moscú no giraba en torno a esa temática. «El encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno de las veinte mayores economías, que representan dos tercios de la población y el 90% del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como su objetivo principal. Sin embargo, no podrá prescindir de reflexionar sobre la situación en Oriente Medio y en particular en Siria. Desgraciadamente, es doloroso constatar que demasiados intereses de parte han prevalecido desde que empezó el conflicto sirio, impidiendo hallar una solución que evitara la inútil masacre a la que estamos asistiendo. Que los líderes de los Estados del G20 no permanezcan inertes frente a los dramas que vive ya desde hace demasiado tiempo la querida población siria y que corren el riesgo de llevar nuevos sufrimientos a una región tan probada y necesitada de paz. A todos y cada uno de ellos dirijo un sentido llamamiento para que ayuden a encontrar caminos para superar las diversas contraposiciones y abandonen cualquier vana pretensión de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo empeño para perseguir, con valentía y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo concorde de la comunidad internacional», dijo el Papa a Vladimir Putin en su misiva, sugiriendo que intercediera por una solución pacífica.
En efecto, unos días después el gobierno ruso mediaría en el desarme químico al que Siria quiso someterse para evitar la invasión. Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos entrarían en acción el 12 de septiembre. Unos días después, a mediados de septiembre de 2013 el gobierno de la Casa Blanca anunciaría que no se atacaría Siria. En los días precedentes, cuatro días después de la vigilia de oración y ayuno por la paz, el Congreso de los Estados Unidos había pospuesto sine die la votación que respaldaría la guerra de Obama en Siria.
Además de la oración, el ayuno y la diplomacia, un factor que también ayudó a que no se difuminará la sensibilidad por la paz en Siria fue la prolífica actividad del Papa Francisco desde sus cuentas de Twitter.
El 11 de septiembre el blog oficial de Twitter publicó un artículo analizando la actividad del Papa durante el periodo de especial tensión entre el gobierno de los Estados Unidos y el de Siria: en tan sólo una semana la mayoría de los tuits del Papa giraron en torno a la paz en Siria y Medio Oriente. Por mencionar un ejemplo, el tuit enviado el 2 de septiembre a las 11:40 a.m., desde la cuenta en inglés, superó los 10 mil retuits (reenvíos).
Fue también el Papa Francisco quien usó y viralizó el hashtag #prayforpeace el cual llegó a utilizarse en más de 260 mil ocasiones e incluso cobró «vida» independiente en muchos otros idiomas de la famosa red de microblog. Fue también entre el 1 y el 10 de septiembre que el Papa tuiteó más de lo habitual, en concreto hasta en tres ocasiones diarias, con alusiones directas al tema que estamos aludiendo.
Toda esta actividad supuso mantener despierta la conciencia humana en torno a una problemática que pudo agravarse. No parece forzado encontrar la relación entre la guerra hasta el momento evitada y todo ese empeño espiritual y digital del Papa Francisco en todo este proceso.
* Jorge Enrique Mújica, LC, es analista de ZENIT News Agency para temas de comunicación, internet, periodismo y comunicación institucional
20/09/2013 Notitarde
El domingo 1 de septiembre el Papa convocaba a todos los católicos del mundo a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y Medio Oriente. La iniciativa fue prontamente acogida también por otras religiones y confesiones cristianas: desde el gran muftí de Siria hasta el patriarca ecuménico de Constantinopla, pasando por líderes políticos y personalidades del mundo del espectáculo y del deporte.
La vigilia de oración en el Vaticano, replicada en miles de ciudades y diócesis del mundo gracias a la difusión viral por parte de católicos en las redes sociales, se llevó a cabo el sábado 7 de septiembre de 19:00 a 23:00 horas. Más de cien mil personas, muchas de ellas no creyentes, acompañaron al Papa en esas cuatro horas de oración convertida en «arma de contestación» al conato de guerra.
La diplomacia vaticana liderada por el Papa Francisco aprovechó también el contexto de la reunión del G-20 en Rusia (los 19 países más industrializados del mundo más la Unión Europea) para enviar una carta al presidente Vladimir Putin.
En la carta, el Papa tocó el tema de la paz en Siria, incluso sabiendo que el encuentro en Moscú no giraba en torno a esa temática. «El encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno de las veinte mayores economías, que representan dos tercios de la población y el 90% del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como su objetivo principal. Sin embargo, no podrá prescindir de reflexionar sobre la situación en Oriente Medio y en particular en Siria. Desgraciadamente, es doloroso constatar que demasiados intereses de parte han prevalecido desde que empezó el conflicto sirio, impidiendo hallar una solución que evitara la inútil masacre a la que estamos asistiendo. Que los líderes de los Estados del G20 no permanezcan inertes frente a los dramas que vive ya desde hace demasiado tiempo la querida población siria y que corren el riesgo de llevar nuevos sufrimientos a una región tan probada y necesitada de paz. A todos y cada uno de ellos dirijo un sentido llamamiento para que ayuden a encontrar caminos para superar las diversas contraposiciones y abandonen cualquier vana pretensión de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo empeño para perseguir, con valentía y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo concorde de la comunidad internacional», dijo el Papa a Vladimir Putin en su misiva, sugiriendo que intercediera por una solución pacífica.
En efecto, unos días después el gobierno ruso mediaría en el desarme químico al que Siria quiso someterse para evitar la invasión. Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos entrarían en acción el 12 de septiembre. Unos días después, a mediados de septiembre de 2013 el gobierno de la Casa Blanca anunciaría que no se atacaría Siria. En los días precedentes, cuatro días después de la vigilia de oración y ayuno por la paz, el Congreso de los Estados Unidos había pospuesto sine die la votación que respaldaría la guerra de Obama en Siria.
Además de la oración, el ayuno y la diplomacia, un factor que también ayudó a que no se difuminará la sensibilidad por la paz en Siria fue la prolífica actividad del Papa Francisco desde sus cuentas de Twitter.
El 11 de septiembre el blog oficial de Twitter publicó un artículo analizando la actividad del Papa durante el periodo de especial tensión entre el gobierno de los Estados Unidos y el de Siria: en tan sólo una semana la mayoría de los tuits del Papa giraron en torno a la paz en Siria y Medio Oriente. Por mencionar un ejemplo, el tuit enviado el 2 de septiembre a las 11:40 a.m., desde la cuenta en inglés, superó los 10 mil retuits (reenvíos).
Fue también el Papa Francisco quien usó y viralizó el hashtag #prayforpeace el cual llegó a utilizarse en más de 260 mil ocasiones e incluso cobró «vida» independiente en muchos otros idiomas de la famosa red de microblog. Fue también entre el 1 y el 10 de septiembre que el Papa tuiteó más de lo habitual, en concreto hasta en tres ocasiones diarias, con alusiones directas al tema que estamos aludiendo.
Toda esta actividad supuso mantener despierta la conciencia humana en torno a una problemática que pudo agravarse. No parece forzado encontrar la relación entre la guerra hasta el momento evitada y todo ese empeño espiritual y digital del Papa Francisco en todo este proceso.
* Jorge Enrique Mújica, LC, es analista de ZENIT News Agency para temas de comunicación, internet, periodismo y comunicación institucional
20/09/2013 Notitarde
Buena nueva
Oración y ayuno contra demonios
- Isabel Vidal de Tenreiro (Archivo Notitarde / )
Isabel Vidal del Tenreiro
En una carta, San Pablo escribe al joven Obispo Timoteo, pidiéndole que “ante todo se ore en particular por los jefes de Estado y demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido.” (1ª Tm 2, 1-2)
Esto fue precisamente lo que hizo el Papa Francisco al convocar a esa insólita jornada de oración y ayuno la víspera de la Fiesta de la Santísima Virgen María el pasado 7 de septiembre. Francisco sabe bien lo que está en juego para la humanidad, no sólo por la inminente amenaza de guerra en Siria, sino que también mencionó en su convocatoria “todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo”.
Cierto que el llamado del Papa era por tratar de evitar la guerra en y por Siria, pero también contemplaba situaciones de conflictos, agresiones, excesos, atropellos, violación de derechos en otros países. Cada ciudadano agredido sabe que el Papa pidió que se orara también por su país y por sus autoridades.
Pero ¿por qué el Papa agregó el ayuno? Es que Jesús lo dijo: “algunos demonios salen sólo con ayuno y oración” (Mt 17, 21).
El Papa buscó ser eficaz en su llamado a la paz. No sólo invitó a orar, sino también a ayunar. No sólo presentó la postura de la Santa Sede, proponiendo la paz, sino que se movió diplomáticamente con la carta que envió a la reunión del G20 que tenía lugar en San Petersburgo, pidiendo diálogo para evitar el enfrentamiento.
Pero también fue valiente e intrépido al convocar a la jornada de oración y ayuno la víspera de la Fiesta de la Santísima Virgen María el pasado 7 de septiembre. Y el mundo respondió. Respondió la gente de Roma y los peregrinos, los católicos y los no católicos, y muchísimas personas de buena voluntad alrededor del mundo.
Fue larga la jornada: 5 horas seguidas de oración, con exquisita música sacra, selectas lecturas y preces. 100.000 personas abarrotadas en la Plaza San Pedro y sus alrededores, ayunando y orando, seguidas por quién sabe cuántas personas más alrededor del mundo, presididas por la cabeza visible de la Iglesia Católica, el Sucesor de San Pedro. 100.000 personas orando en recogimiento, con muchos ratos de silencio profundo. Orando ante la presencia viva de Jesucristo en el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto. Orando también ante un ícono de la Virgen pintado nada menos que por San Lucas, el ícono mariano “Salus Populi Romano” que la Santa Sede cuida con especial esmero y que estaba allí frente al Papa y al mundo entero.
¿Por qué fue valiente el Papa? Porque se atrevió a convocar a toda persona de buena voluntad, católica o no, a orar frente a Jesús sacramentado y una imagen de su Madre. Porque no se detuvo a pensar que había que “respetar” las creencias de los no-católicos. Porque no se detuvo a pensar que sería muy larga esa jornada, además con hambre, y que tal vez no responderían. Porque no se detuvo a pensar que tanto recogimiento y tanto silencio iba a resultar tedioso.
Y la jornada resultó tremenda demostración de fe y confianza en Dios. Y Dios respondió: están dialogando, al menos por los momentos.
Pero… ¿qué querrá Dios respecto de otras situaciones de conflicto y abusos?
Pueda que nos pida lo que San Pablo a Timoteo: “Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras”. (1ª Tm 2, 8)
¿Tenemos las manos puras, nuestras almas puras? Porque Dios lo ha dicho: “Si mi pueblo se humilla, orando y buscando mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, Yo –entonces- los oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7, 14).
¿Por qué Dios permite el triunfo de los malos? www.buenanueva.net
Esto fue precisamente lo que hizo el Papa Francisco al convocar a esa insólita jornada de oración y ayuno la víspera de la Fiesta de la Santísima Virgen María el pasado 7 de septiembre. Francisco sabe bien lo que está en juego para la humanidad, no sólo por la inminente amenaza de guerra en Siria, sino que también mencionó en su convocatoria “todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo”.
Cierto que el llamado del Papa era por tratar de evitar la guerra en y por Siria, pero también contemplaba situaciones de conflictos, agresiones, excesos, atropellos, violación de derechos en otros países. Cada ciudadano agredido sabe que el Papa pidió que se orara también por su país y por sus autoridades.
Pero ¿por qué el Papa agregó el ayuno? Es que Jesús lo dijo: “algunos demonios salen sólo con ayuno y oración” (Mt 17, 21).
El Papa buscó ser eficaz en su llamado a la paz. No sólo invitó a orar, sino también a ayunar. No sólo presentó la postura de la Santa Sede, proponiendo la paz, sino que se movió diplomáticamente con la carta que envió a la reunión del G20 que tenía lugar en San Petersburgo, pidiendo diálogo para evitar el enfrentamiento.
Pero también fue valiente e intrépido al convocar a la jornada de oración y ayuno la víspera de la Fiesta de la Santísima Virgen María el pasado 7 de septiembre. Y el mundo respondió. Respondió la gente de Roma y los peregrinos, los católicos y los no católicos, y muchísimas personas de buena voluntad alrededor del mundo.
Fue larga la jornada: 5 horas seguidas de oración, con exquisita música sacra, selectas lecturas y preces. 100.000 personas abarrotadas en la Plaza San Pedro y sus alrededores, ayunando y orando, seguidas por quién sabe cuántas personas más alrededor del mundo, presididas por la cabeza visible de la Iglesia Católica, el Sucesor de San Pedro. 100.000 personas orando en recogimiento, con muchos ratos de silencio profundo. Orando ante la presencia viva de Jesucristo en el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto. Orando también ante un ícono de la Virgen pintado nada menos que por San Lucas, el ícono mariano “Salus Populi Romano” que la Santa Sede cuida con especial esmero y que estaba allí frente al Papa y al mundo entero.
¿Por qué fue valiente el Papa? Porque se atrevió a convocar a toda persona de buena voluntad, católica o no, a orar frente a Jesús sacramentado y una imagen de su Madre. Porque no se detuvo a pensar que había que “respetar” las creencias de los no-católicos. Porque no se detuvo a pensar que sería muy larga esa jornada, además con hambre, y que tal vez no responderían. Porque no se detuvo a pensar que tanto recogimiento y tanto silencio iba a resultar tedioso.
Y la jornada resultó tremenda demostración de fe y confianza en Dios. Y Dios respondió: están dialogando, al menos por los momentos.
Pero… ¿qué querrá Dios respecto de otras situaciones de conflicto y abusos?
Pueda que nos pida lo que San Pablo a Timoteo: “Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras”. (1ª Tm 2, 8)
¿Tenemos las manos puras, nuestras almas puras? Porque Dios lo ha dicho: “Si mi pueblo se humilla, orando y buscando mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, Yo –entonces- los oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7, 14).
¿Por qué Dios permite el triunfo de los malos? www.buenanueva.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario