Manolo Valdés hila su pasado y su presente
El artista español exhibe en la galería Freites obras en soportes diversos, entre ellas lienzos y esculturas, creadas a partir de clásicos del arte universal
Con mirada curiosa, como la de un niño que descubre el mundo, Manolo Valdés recorrió ayer los pasillos de la galería Freites. Caminaba y observaba las obras con la misma actitud de contemplación que puede tener cualquier visitante que se acerque al lugar. La única diferencia es que él no es un espectador común. Por el contrario, conoce esas piezas de memoria, pues es su creador.
El artista español fue atrapado por el montaje que hizo el galerista Alejandro Freites, quien no le había informado que trabajos que ha elaborado durante su larga trayectoria se mostrarían allí. “Nunca me había pasado esto, pero estoy maravillado. Se nota que está orgulloso de su galería, la cuida y ejerce un control sobre ella que está a la vista en esta exposición de autor. Él siempre compra mis obras, algunas las guarda y otras las comercia, pero tiene muchas piezas que usa para hacer este tipo de eventos. Fue una sorpresa cuando vi esta exhibición tan variada. Obras del pasado se llevan muy bien con las actuales y completan un discurso coherente. Podría tratarse de una exposición organizada por un curador de museo”, expresó el creador de 71 años de edad.
En los dos pisos de la galería conviven los lienzos característicos de Valdés, en los que hace una lectura contemporánea de imágenes famosas de la historia de arte, con cabezas femeninas gigantes cubiertas por una suerte de sombreros de mariposas y helechos, que representan su trabajo más reciente y con el que indaga en el dominio de las escalas sin alterar las proporciones, texturas y armonías.
Entre las piezas se destaca Dama a caballo, con versiones en madera, mármol y piedra, en las que la reconstrucción de la imagen de Isabel de Borbón (basada en los retratos de Diego Velázquez) adquiere varias lecturas. El retrato sale al exterior, pierde sus rasgos y rompe con su procedencia, se reformula como un arquetipo contemporáneo y cobra otra dimensión a partir del volumen, de la masa y del ensamblaje de los materiales.
Obras de calle. Aunque Valdés comenzó su carrera dedicado en paralelo a la pintura y la escultura desde que fundó el Equipo Crónica –grupo de vanguardia que criticó la dictadura de Francisco Franco–, en los últimos años se ha interesado en profundizar en el proceso de transformación de una imagen bidimensional en tridimensional, especialmente en la manera en que cobra vida propia e interactúa con el medio ambiente. Por ese motivo trabaja en la elaboración de esculturas monumentales.
“En esta exposición hay una representación de algunas de las pequeñas. Estoy muy interesado en cómo la misma escultura mostrada en distintos ambientes cambia su discurso. Por ejemplo, es muy diferente cómo se ve en Broadway, rodeada de coches, de ruido y de prisa, a cómo se expone en la tranquilidad del Jardín Botánico de Nueva York. Lo interesante, además, es observar cómo la luz influye de manera distinta”, explicó.
Hasta el domingo, cuando se inaugure la exhibición, Valdés estará en Venezuela. Luego regresará a su taller en Nueva York, donde trabaja los siete días de la semana en la reflexión y reconceptualización de la pintura y la escultura de la historia universal del arte.
La genealogía de Manolo Valdés
La muestra homónima inaugura el domingo en la galería Freites.
Sus pinturas parten de la obra de los grandes maestros (Cortesía)
JESSICA MORÓN | EL UNIVERSAL
miércoles 25 de septiembre de 2013
Manolo Valdés (España, 1942) recrea una metaformosis de la obra de los grandes maestros del arte moderno. Para el creador valenciano, las pinturas de Henri Matisse, los retratos de Diego Velázquez, Fra Filippo Lippi y Lucas Cranach constituyen un recuerdo ancestral. Una suerte de árbol genealógico de su trabajo.
"Valdés es un constructor de imágenes. Él retoma ese legado de la historia del arte para construir un nuevo espacio y un discurso inédito. Parte de un registro, de una coordenada ya estampada, para articular su propio lenguaje con el cual transforma el imaginario del arte occidental y le agrega nuevos valores y dimensiones a las imágenes del pasado clásico", comenta la curadora María Luz Cárdenas acerca de la muestra homónima del pintor y escultor que comparte su vida entre Nueva York y Madrid.
Una serie de 40 piezas monumentales se exhibirá a partir del domingo en la galería Freites de Las Mercedes. Retratos de reyes y reinas pintados sobre tela o tallados en madera. Representaciones mitológicas en metal y alabastro emergen de la tierra con una morfología casi colosal y un nuevo dilema.
La pintura ecuestre de Felipe IV (Velázquez, 1634) aparece deconstruida entre pedazos de saco. Lo mismo sucede con el Retrato de mujer y hombre en una ventana de Lippi que Valdés esboza en tela. La transformación del rostro de laVenus de Cranach, cuyas facciones se desvanecen en óleo y renacen en materiales austeros.
"Estos personajes entraron en mi cabeza y nunca me he propuesto sacarlos. Pienso que su retorno indica que se puede hacer algo más. Ellos están allí y yo sólo recurro a diversos materiales para darles una nueva vida en el espacio. Para contar algo distinto a la historia con la que vienen marcados", explica el creador que en 1985 fue reconocido con el Premio Nacional de Bellas Artes en España.
Valdés confiesa que no tiene límites. Se considera un aventurero movido por la insatisfacción. "Me persigue la inconformidad. Siempre quiero más y en esa búsqueda insaciable encuentro otro elemento, otro motivo. Aunque confieso que los materiales se escogen en función de las preocupaciones", dice el artista visual que ha experimentado con madera verde, alabastro y metal.
Para Valdés, el entorno se ha convertido en una obsesión. "Soy un amante del espacio. De los jardines al aire libre y de las ciudades. Porque el ambiente y las estaciones también influyen en mi obra. No es lo mismo ver una pieza a plena luz del día o en la oscuridad de la noche; en primavera o en otoño la impresión cambia", describe el creador que en 2012 mostró sus cabezas envueltas con tocados de mariposas en el Jardín Botánico de Nueva York.
"La obra de Valdés es un replanteamiento que penetra y cuestiona en su totalidad las normas canónicas de mirar y recordar la historia del arte", alude la curadora de la muestra que lejos de ser una exposición antológica, indaga en la diversidad de lenguajes que han cautivado el ingenio del artista visual español.
"La sorpresa ha sido buena. El espacio se apropia de distintos momentos históricos de mi obra. Me llevo una impresión positiva y sobre todo un nuevo motivo para crear", comenta Valdés mientras recorre los espacios de la galería que reviven su estancia en Venezuela luego de un lustro.
Durante la entrevista, no contiene la emoción que le produce retornar al país con una nueva muestra. Quizá la nostalgia, lo motiva a reflexionar en medio de la conversación. "Cuando tenía 16 años abandoné la escuela de artes plásticas. Tenía dudas, pero sabía que quería pintar. Aprovecho para caer en cuenta que hoy después de 70 años estoy donde me soñé", concluye.
El artista español Juan Asensio presenta su primera muestra individual en el país. Una serie de esculturas en las que aflora la sensualidad poética de los acabados y la búsqueda del lenguaje de lo esencial inspirada en las formas geométricas.
La exposición homónima, que también inaugura el domingo en la galería Freites, reúne 45 piezas en mediano formato, esculpidas sobre mármoles, granitos y otras vaciadas en acero inoxidable, cuyo proceso creativo proyecta formas esenciales y puras. A juicio de la curadora María Luz Cárdenas, "nos permite transitar con plena libertad y fluido ritmo por entre sus formas fijas, permanentes. Con intachable pureza e inteligente destreza, ha ubicado su reflexión en una dimensión donde el arte contemporáneo habita la comunión entre racionalidad y sentimiento".
Asensio talla líneas, curvas y cavidades sobre la rigidez de una piedra. Mármol negro de Bélgica, mármol blanco Sivec -proveniente de la zona de Los Balcanes-, y el granito negro de Zimbabue, son algunos de los materiales que el artista trabaja para romper con la rigidez de las formas.
"En 1982 Asensio comenzó a trabajar la piedra y con ello inició la formulación de un lenguaje propio, un alfabeto escultórico armado con la fuerza del material y la intervención de la geometría", explica la curadora acerca del trabajo del escultor que vive y trabaja en Cuenca.
"Valdés es un constructor de imágenes. Él retoma ese legado de la historia del arte para construir un nuevo espacio y un discurso inédito. Parte de un registro, de una coordenada ya estampada, para articular su propio lenguaje con el cual transforma el imaginario del arte occidental y le agrega nuevos valores y dimensiones a las imágenes del pasado clásico", comenta la curadora María Luz Cárdenas acerca de la muestra homónima del pintor y escultor que comparte su vida entre Nueva York y Madrid.
Una serie de 40 piezas monumentales se exhibirá a partir del domingo en la galería Freites de Las Mercedes. Retratos de reyes y reinas pintados sobre tela o tallados en madera. Representaciones mitológicas en metal y alabastro emergen de la tierra con una morfología casi colosal y un nuevo dilema.
La pintura ecuestre de Felipe IV (Velázquez, 1634) aparece deconstruida entre pedazos de saco. Lo mismo sucede con el Retrato de mujer y hombre en una ventana de Lippi que Valdés esboza en tela. La transformación del rostro de laVenus de Cranach, cuyas facciones se desvanecen en óleo y renacen en materiales austeros.
"Estos personajes entraron en mi cabeza y nunca me he propuesto sacarlos. Pienso que su retorno indica que se puede hacer algo más. Ellos están allí y yo sólo recurro a diversos materiales para darles una nueva vida en el espacio. Para contar algo distinto a la historia con la que vienen marcados", explica el creador que en 1985 fue reconocido con el Premio Nacional de Bellas Artes en España.
Valdés confiesa que no tiene límites. Se considera un aventurero movido por la insatisfacción. "Me persigue la inconformidad. Siempre quiero más y en esa búsqueda insaciable encuentro otro elemento, otro motivo. Aunque confieso que los materiales se escogen en función de las preocupaciones", dice el artista visual que ha experimentado con madera verde, alabastro y metal.
Para Valdés, el entorno se ha convertido en una obsesión. "Soy un amante del espacio. De los jardines al aire libre y de las ciudades. Porque el ambiente y las estaciones también influyen en mi obra. No es lo mismo ver una pieza a plena luz del día o en la oscuridad de la noche; en primavera o en otoño la impresión cambia", describe el creador que en 2012 mostró sus cabezas envueltas con tocados de mariposas en el Jardín Botánico de Nueva York.
"La obra de Valdés es un replanteamiento que penetra y cuestiona en su totalidad las normas canónicas de mirar y recordar la historia del arte", alude la curadora de la muestra que lejos de ser una exposición antológica, indaga en la diversidad de lenguajes que han cautivado el ingenio del artista visual español.
"La sorpresa ha sido buena. El espacio se apropia de distintos momentos históricos de mi obra. Me llevo una impresión positiva y sobre todo un nuevo motivo para crear", comenta Valdés mientras recorre los espacios de la galería que reviven su estancia en Venezuela luego de un lustro.
Durante la entrevista, no contiene la emoción que le produce retornar al país con una nueva muestra. Quizá la nostalgia, lo motiva a reflexionar en medio de la conversación. "Cuando tenía 16 años abandoné la escuela de artes plásticas. Tenía dudas, pero sabía que quería pintar. Aprovecho para caer en cuenta que hoy después de 70 años estoy donde me soñé", concluye.
El artista español Juan Asensio presenta su primera muestra individual en el país. Una serie de esculturas en las que aflora la sensualidad poética de los acabados y la búsqueda del lenguaje de lo esencial inspirada en las formas geométricas.
La exposición homónima, que también inaugura el domingo en la galería Freites, reúne 45 piezas en mediano formato, esculpidas sobre mármoles, granitos y otras vaciadas en acero inoxidable, cuyo proceso creativo proyecta formas esenciales y puras. A juicio de la curadora María Luz Cárdenas, "nos permite transitar con plena libertad y fluido ritmo por entre sus formas fijas, permanentes. Con intachable pureza e inteligente destreza, ha ubicado su reflexión en una dimensión donde el arte contemporáneo habita la comunión entre racionalidad y sentimiento".
Asensio talla líneas, curvas y cavidades sobre la rigidez de una piedra. Mármol negro de Bélgica, mármol blanco Sivec -proveniente de la zona de Los Balcanes-, y el granito negro de Zimbabue, son algunos de los materiales que el artista trabaja para romper con la rigidez de las formas.
"En 1982 Asensio comenzó a trabajar la piedra y con ello inició la formulación de un lenguaje propio, un alfabeto escultórico armado con la fuerza del material y la intervención de la geometría", explica la curadora acerca del trabajo del escultor que vive y trabaja en Cuenca.
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