El lumpen empresariado oficialista
9 Noviembre, 2014
Carlos Marx acuñó el término “lumpen proletariado” para referirse a un sector pobre de la población, que no alcanza la categoría de clase obrera, que no tiene conciencia de clase y que por tanto no es útil para la revolución e incluso la obstaculiza. En su visión, el lumpen proletariado lo componen individuos como los mendigos, los rateros y delincuentes comunes, las prostitutas, los desempleados crónicos etc. Marx los veía como la escoria de la sociedad.
En la Venezuela de estos días, uno podría tomar prestado ese concepto para hablar de otro sector que se relaciona de una manera distinta con la autodenominada revolución bolivariana. Se trata del lumpen empresariado; un sector que se ha expandido aceleradamente bajo la égida del régimen.
Es un “empresariado” a ratos improvisado pero siempre voraz, que se forma y alimenta de los disparates de política económica, de la corrupción y de la incompetencia. Entre sus numerosas y crecientes variedades se encuentran ese empresariado de maletín que explota los múltiples tipos de cambio y sus controles; el que se dedica al contrabando de todo tipo de bienes (que ha pasado a convertirse en una actividad muy rentable en estos tiempos); el que practica invasiones de fincas y propiedades, cuya tenencia luego trata de regularizar mediante el uso mafioso del poder judicial; el que logra la adquisición forzada y en condiciones leoninas de empresas privadas, cuyos dueños son sometidos a toda clase de presiones para que vendan, utilizando como cómplice los poderes públicos.
Es un “empresariado” que, parafraseando a Marx, no tiene conciencia de clase, porque no le importa y más bien le estorba el estado de derecho, los equilibrios macroeconómicos, la racionalidad de la política económica; que no necesita de ningún clima adecuado de inversiones, o mejor dicho, que el que tiene actualmente es exactamente el que necesita.
Para ser justos hay que decir que ese “empresariado” ha existido siempre en todo tiempo y lugar.
Lo que es nuevo en el Socialismo del Siglo XXI venezolano es la magnitud y el poder que ese sector ha adquirido en el país y en la economía. Ese es el “empresariado” que más prospera hoy en Venezuela.
A diferencia del lumpen proletariado de Marx, que no sirve a los fines de la revolución, el creciente lumpen empresariado de estos tiempos en Venezuela es un aliado fundamental y base de apoyo del régimen. Podría ser considerado escoria de la sociedad tal como Marx pensaba del lumpen proletariado, pero definitivamente no es pobre, débil, ni marginal. Todo lo contrario. Es la extensión y creciente fortaleza de ese lumpen empresariado una de las principales razones por las cuales el viraje en el modelo económico que algunos han estado ansiosamente esperando no se produce.
9 Noviembre, 2014
El silencio de los oligarcas
Nunca dan explicaciones. No hace falta. Ellos están por encima de todo. O más bien: ellos están por encima de todos. Los oligarcas no necesitan justificarse con nadie. Para eso existen. No aclarar jamás nada es también uno de sus privilegios. Es un lujo muy conveniente, sobre todo en un país donde la huella digital es un cotidiano certificado de inocencia, donde los ciudadanos comunes estamos cada vez más obligados a justificarlo todo. Ellos lo saben. Lo disfrutan. Ser oligarca es malo, pero es muy sabroso. Tiene muchas ventajas.
Pregúntenselo a Elías Jaua Milano.
Escribo estas líneas el jueves y, todavía, el camarada ministro y vicepresidente no se ha dignado a decir nada sobre lo ocurrido hace varios días en Sao Paulo. Ni la detención de la niñera que cuida a sus hijos, ni el arma hallada en su maleta, ni el viaje de su suegra en un avión de Pdvsa… le parecen suficientemente importantes como para, de manera más o menos responsable, ofrecer algún tipo de declaración. Aunque sea breve. No. No hace falta. Jaua actúa como si no hubiera pasado nada. Jaua ni pío. Jaua piensa que el pueblo no merece ninguna explicación.
Se trata, por cierto, del mismo personaje que, con la insistencia de un insecto anopluro, se la pasa denunciando y exigiendo constantes explicaciones a Henrique Capriles, gobernador que lo derrotó en las últimas elecciones en el estado Miranda. Ese Jaua envalentonado y directo, ese Jaua público y preciso, que no pierde la oportunidad de apelar a la moral y a la transparencia pública, de pronto se evapora, no existe, se transforma en un silencio altivo y distante. No intenta pasar agachado. Es peor. Pretende que el abuso de poder sea un dogma. Decide que él es incuestionable. Que una niñera con una pistola es una estampa natural. Que el uso particular de un avión del Estado es algo normal. Que todo está bien. Que él no tiene por qué rendirle cuentas a nadie.
Tampoco estamos ante una gran novedad. Esta semana, Jaua ha reproducido una conducta que, por desgracia, desde hace mucho practica el oficialismo. Los venezolanos podríamos hacer una larga lista de los sucesos, problemas o temas que el chavismo ha obviado, ha eludido o simplemente se ha negado a debatir. Lo que calla la oligarquía es, también, otra manera de contar la historia. Su omisión es un relato contundente de todos estos años.
De brote pronto, la memoria podría recuperar muchos casos. Lo que, desde un planteamiento supuestamente revolucionario y supuestamente de izquierda, se han negado a debatir los diputados pro gobierno es vergonzoso. Queriendo ser leales a la lógica del poder, han terminado asumiendo un silencio cómplice con la negligencia y con la corrupción. Ahora, por ejemplo, cuando se llenan la boca autopromocionando la lucha contra el contrabando y el acaparamiento, sería saludable recordar que, hace años, ellos mismos lograron que no se debatiera públicamente el caso de las más de cien toneladas de comida podrida encontradas en el país. Traicionaron al pueblo y le impusieron un silencio nauseabundo.
Lo mismo ha sucedido con otros casos emblemáticos como el del exjuez Aponte Aponte. El oficialismo imposibilitó cualquier tipo de discusión. No hubo dudas. No hubo preguntas. No hubo democracia. La mayoría usó su poder para multiplicar el silencio y tapar los delitos, para estandarizar y distribuir la mudez de los poderosos.
Uno de los elementos fundacionales del chavismo es la oralidad. Su naturaleza mimética, en la relación directa con el líder, produjo esta suerte de movimiento masivo donde la pasión retórica parece ser un requisito. Chávez convirtió la incontinencia verbal en una virtud. Pero eso no significa que no supiera ejercer el silencio con violencia. Por eso todavía esperamos algunas respuestas: ¿qué pasó con las empresas fantasmas, por ejemplo? ¿Dónde están los más de 20.000 millones de dólares groseramente robados al país? ¿Cuántos ceros caben detrás del silencio de los oligarcas?
7 DE NOVIEMBRE 2014 - 09:53 AM
Por qué molestó tanto a Brasil la visita de Elías Jaua
De acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro, el viaje era una “visita de trabajo”, pero Brasil ignoraba la agenda de contactos del ministro venezolano con organizaciones sociales locales
La primera noticia que se conoció públicamente sobre la visita del ministro venezolano Elías Jaua a Brasil ya era atípica: su niñera fue detenida en el aeropuerto de São Paulo a fines de octubre, por llevar un revólver en su valija.
La última novedad sobre el viaje, revelada este jueves por la prensa brasileña, también es llamativa: el canciller Luiz Alberto Figueredo transmitió a Venezuela la molestia de su gobierno por la falta de información sobre las actividades de Jaua en el país.
El ministerio venezolano de Comunas, que encabeza Jaua, había indicado que el viaje era una “visita de trabajo”, pero Brasil ignoraba su agenda de contactos con organizaciones sociales locales.
Por eso Figueiredo convocó el miércoles al encargado de negocios de la embajada venezolana, Reinaldo Segóvia, y le expresó la “extrañeza” del gobierno de Dilma Rousseff con esa situación, informó la cancillería brasileña a BBC Mundo.
En clave diplomática esto supuso una muestra clara de insatisfacción, que contrasta con las estrechas relaciones que mantienen ambos países. Jaua es uno de los hombres fuertes del gobierno de Nicolás Maduro.
La nota entregada por Figueiredo a Segóvia, a la que accedió BBC Mundo, dice que la actitud de Jaua “puede significar injerencia en asuntos internos de Brasil” y pide las “aclaraciones necesarias y las manifestaciones correspondientes con relación a lo ocurrido”.
Un funcionario venezolano que sigue el caso indicó que el canciller brasileño manifestó además verbalmente a Segóvia que el reclamo lo hacía “por petición de la presidenta Dilma Rousseff”.
Agregó que, ante la magnitud que tomó este asunto, espera que un alto miembro del gobierno de Maduro responda próximamente a Brasil.
Convenios y revólver
Durante su estadía en São Paulo, Jaua firmó convenios con el Movimiento de Trabajadores sin Tierra (MST), una organización social que busca la reforma agraria, indicó un comunicado divulgado por su ministerio el 28 de octubre.
El texto aseguró que esos acuerdos buscaban “fortalecer lo que es fundamental en una revolución socialista, que es la formación, la conciencia y la organización del pueblo para defender lo que ha logrado y seguir avanzando en la construcción de una sociedad socialista”.
Otro comunicado del ministerio señaló que Jaua también se reunió con representantes farmacéuticos y de laboratorios brasileños para el suministro de medicamentos genéricos a Venezuela.
Afirmó que la visita a Brasil fue encomendada por Maduro e incluiría también contactos con la Alcaldía de Curitiba, ciudad que calificó como “modelo de gestión local”.
Pero el viaje de Jaua llamó la atención de la prensa brasileña antes de esos anuncios, cuando la niñera de su familia fue detenida por la Policía Federal en el aeropuerto de São Paulo por transportar un revólver calibre 38 en su equipaje el 24 de octubre.
Yaneth Anza estuvo presa en una cárcel femenina y quedó en libertad provisoria cinco días después, a la espera de ser juzgada bajo cargos de tráfico internacional de armas.
En Brasil ese delito se castiga con entre cuatro y ocho años de prisión.
Jaua asumió su responsabilidad por el incidente en un comunicado que publicó el domingo.
“Ante las autoridades judiciales de ese país (Brasil) hice constar que se trataba de un error involuntario, que el arma era de mi propiedad y que yo asumía la responsabilidad de lo ocurrido”, escribió.
Jaua sostuvo que pidió a Anza, que viajó a Brasil para acompañar a su mujer que estaba enferma y fue operada en São Paulo, que sacara el arma de la maleta antes de embarcar. Pero agregó que la niñera no la encontró “y viajó convencida de que no trasladaba ningún armamento”.
Otras repercusiones
Las fuentes consultadas por BBC Mundo indicaron que el incidente del revólver quedó fuera de la conversación entre el canciller Figueiredo y el diplomático venezolano Segóvia.
Pero indicaron que además del revólver, la policía brasileña incautó un maletín con documentos de Jaua que transportaba Anza, incluido un plan de estrategia política para las elecciones legislativas venezolanas de 2015.
La diplomacia venezolana intentaba recuperar esos documentos de Jaua, quien ocupa cargos de gobierno en Venezuela desde la administración del extinto presidente Hugo Chávez.
Anza deberá volver a Brasil para la próxima audiencia judicial, cuando sea citada a través del consulado.
El viaje tuvo otras repercusiones.
La oposición venezolana señaló que Jaua, sus familiares y la niñera viajaron en un avión de la petrolera estatal Pdvsa. Esta semana, la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional rechazó un pedido para investigar esa presunta irregularidad.
En Brasil, el canciller Figueiredo ha sido invitado al Congreso para explicar las actividades de Jaua en el país, algo que se espera que ocurra próximamente
No hay comentarios:
Publicar un comentario