Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 4 de marzo de 2015

Rafael Poleo en "El Nuevo País" del 2 de marzo de 2015 en su columna "Corto y profundo" recurre a la comparación de las bravuconadas de nuestro colombiano/cubano Presidente y su combo amenazando a cada rato a los Estados Unidos con la fantasiosa comedia británica que originalmente iba a titularse EL DIA QUE NUEVA YORK FUE INVADIDA (The Day New York Was Invaded), pero que, acertadamente, cambió a EL RUGIDO DEL RATON. Tomando el postulado de que "no hay enemigo pequeño", todo aquí es exageración:Grand Fenwick es casi microscópico en el mapa, su ejército parece de cruzados, la poderosísima Bomba Q parece un pequeño balón de fútbol americano... ¡Y estas pequeñas cosas arman un lío internacional que pone al mundo al borde de la III Guerra Mundial! Se entiende que, en los créditos iniciales, un animado ratón con corona de un feroz rugido de león. El entonces joven Peter Sellers hace un divertido papel triple: la gran duquesa Gloriana XII (soberana de Grand Fenwick), el conde Mountjoy (Primer Ministro de Grand Fenwick) y el joven soldado Tully Bascombe (el despistado héroe). La buena (¿o mala?) suerte de los soldados invasores es increíble: llegan a Nueva York en pleno ensayo anti-bombardeo, roban el único prototipo de la Bomba Q y se lleva como rehén al profesor Kokintz (David Kossoff), el único que sabe cómo fabricarla. Proféticamente, o mejor dicho anti-proféticamente, tras la "derrota" de USA, un alto funcionario americano propone invadir Grand Fenwick y rescatar a la bomba y al profesor. Pero la réplica oficial es notable: USA no desea pasar a la historia como el invasor militar del país más pequeño del mundo, así que preferible será negociar la "rendición". Años después vendrán las invasiones yanquis de Santo Domingo, Vietnam, Granada, Panamá, Irak y Somalia, mandando al tacho este escrúpulo político. Si bien lo del enemigo "chiquito pero poderoso" que ataca con éxito a Nueva York trae hoy feos recuerdos, esta comedia británica tuvo el mérito de estrenar el tópico del olvidado pueblito que pone al mundo entero "de vuelta y media", algo que sería repetido un cuarto de siglo después por otra comedia inglesa: WATER.

"El rugido del ratón" (1959).


-- "The Mouse that Roared". Inglaterra. Año 1959.
-- Dirección: Jack Arnold.
-- Actuación: Peter Sellers, Jean Seberg, William Hartnell, David Kossoff, Leo McKern, MacDonald Parke, Austin Willis, Timothy Bateson, Monte Landis, Alan Gifford, Colin Gordon, Harold Kasket.
-- Guión: Roger MacDougall y Stanley Mann, basados en la novela de Leonard Wibberley.
-- Banda Sonora: Edwin Astley.

-- "El rugido del ratón" en IMDb.
-- "El rugido del ratón", novela y pelicula, en la Wikipedia en inglés
.Conocida también como «Un Golpe de Gracia» -
- Tuvo su secuela: The Mouse on the Moon (Richard Lester, 1963) la cual cuenta como Grand Fenwick se suma a la carrera espacial.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Se abre la pelicula, sale la curvilínea ésa que sostiene la antorcha de los estudios Columbia, y... ¡¡¡AH!!! ¡¡¡UN RATÓN!!! Mientras la susodicha se recupera del susto, el ratón nos deja paso a una secuencia medio animada en que hacemos un poco de National Geographic por las tierras de Grand Fenwick, un principado tan, pero tan, pero tan, pero tan insignificante, que ni siquiera alcanza a ser el más pequeño del mundo, por más que en la pelicula se proclame así (según las dimensiones que la pelicula le adjudica al principado, tanto Mónaco como el Vaticano le ganan a pequeñez... y también en riqueza monetaria y banqueros dudosos, todo hay que decirlo). El caso es que Grand Fenwick, gobernada por la feorra Duquesa Gloriana XII, por Dios que es fea la señora, ¡es un travesti vestido de mujer! (... mirando mejor... es Peter Sellers, o sea, es uno de esos chistes ingleses medio mariposones a que los británicos nos tienen acostumbrados, tan Oscar Wilde ellos)... ¿en qué estaba? Ya me desvié. ¡Ah, sí! Grand Fenwick. Sucede el que el ducado está a punto de pasar a Grand Fuckwick porque su principal exportación, su horroroso vino pisoteado a patas sucias, enviado a Estados Unidos, está siendo sacado del mercado por una imitación todavía más barata si es que cabe, fabricada en los propios Yunaitesteits. Con el ducado a punto de irse a la bancarrota, su ministro tiene la más genial de las ideas: ¡declararle la guerra a Estados Unidos! 
NOTA: ¿A LOS VENEZOLANOS NOS PARECE ESE ACTO HEROICO CONOCIDO?
El quid del asunto es que Estados Unidos ganará sí o sí (y fácil: el arma oficial del ejército de Grand Fedwick es el arcoiflecha XIIth Century's style), pero los yankees son de corazón amplio y generoso y luego de ganar las guerras, les da por hacer Planes Marshall y cosas así, ayudar económicamente a los vencidos, así es que conviene dejarse ganar por Estados Unidos (menudos idiotas los vietnamitas, que no se dejaron ganar). De manera que Grand Fenwick envía un ejército de arqueros y ballesteros a... ¡la guerra con América! Por una serie de coincidencias (un secretario de Estado que tira a la basura la declaración oficial de guerra, una prueba de evacuación de Nueva York justo el día de la invasión, un Dispositivo del Juicio Final que se está desarrollando en secreto en un laboratorio, y un general grandfenwickiano incompetente, NOTA. DE ESOS QUE ABUNDAN EN VENEZUELA, o sea, por todas esas coincidencias, resulta que Grand Fenwick... ¡¡¡GANA LA GUERRA!!! ¡¡¡PONE A ESTADOS UNIDOS DE RODILLAS!!! Lo que deja a Grand Fenwick con un problema inmenso: ¿qué mierda hacen ahora que hicieron lo que se suponía no iban a lograr, o sea, ganar la guerra a los gringos...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '50s y los '90s tienen un aire de familia en un aspecto: en ambos casos, el desplome de una superpotencia enemiga (Alemania, la URSS) llevó a un acrecentamiento de la hegemonía yankee. En los '50s, esto le sentó muy mal a los británicos. Tanto, que en las novelas de Ian Fleming todos los malvados más maldadosos del mundo siempre tenían por aspiración aplastar a... ¡¡¡GRAN BRETAÑA!!! ...a pesar de que en estricto rigor, el UK pesaba lo mismo que el Tercer Mundo en política internacional, y la Commonwealth no pasaba de ser un chiste de geopolítica malparida (pero si no hubiera sido así, James Bond habría tenido que dedicarse a la venta callejera de periódicos, así es que a no quejarse, ¿eh?). El caso es que en medio de ese ambiente, un escritor llamado Leonard Wibberley (yankee por ser medio estadounidense, pero antiyankee por ser medio irlandés) escribió una novela llamada "The Mouse That Roared", de tanto éxito que le siguieron tres secuelas. Inmediatamente los británicos, siempre disparados para todo lo que sea sátira fina y elegante, la hicieron pelicula. Con especial interés por parte de Peter Sellers, entonces luchando por imponerse como actor y lanzándose a la piscina con tres papeles (un poco emulando a Alec Guinness, que se mandó ocho en "Ocho sentencias de muerte"... suerte para él que se no se llamaba 365 sentencias de muerte la cosa). La pelicula resultó un pequeño éxito, pero éxito a fin de cuentas (son británicos, nadie espera que se embuchen tanto dinero como los yankees), y se transformó con el paso del tiempo en una pequeña joya de la comedia cinematográfica.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Francamente? El paso del tiempo no ha sido clemente con esta pelicula, que hoy en día luce "muy de su época". La primera mitad, con la absurda situación de un piquete de medievales tratando de tomarse Estados Unidos por asalto en misión suicida, es para mentes castro/chavistas jodedoras. Para la segunda mitad, la cosa decae un poco y acaba en un final quizás un tanto convencional (tengo entendido que toda la segunda mitad en realidad fue extendida desde la novela original, lo que no puedo cotejar porque no la he leído, pero no me sorprendería, por la pérdida de fuelle de la narración). Pero tiene sus cosas buenas. De partida, dirige Jack Arnold, un artesano que nos ha legado alguna que otra joyita ("El monstruo de la laguna negra", mostrándonos que es tan bueno dirigiendo comedias como pelis baratas de terror... eso trató de ser un elogio, por cierto). Y en segundo lugar, ya lo apuntábamos más arriba, está Peter Sellers en uno de sus primeros protagónicos, e inagurando la costumbre de interpretar múltiples papeles, algo que se repetirá en algunos otros títulos de su filmografía ("Doctor Insólito", "Camas blandas, batallas duras", "El prisionero de Zenda", "El diabólico doctor Fu-Manchú"). Jean Seberg por su parte está hermosísima y querible (eran sus muy criticados años antes de volverse musa de la Nouvelle Vague en los '60s). Y tenemos una genial secuencia de créditos cortesía de Maurice Binder, que hizo bueno el concepto de abrir una peli con dibus, algo que explotarían después "La Pantera Rosa" y secuelas hasta la saciedad (este Maurice Binder, tres años después, crearía las famosas secuencias de créditos con siluetas de chicas desnudas para James Bond a partir de "El satánico Doctor No" y hasta "Licencia para matar"). Y la política ficción (política sátira, deberíamos decir) es delirante, dentro de todo lo delirante que fue en muchos aspectos la Guerra Fría (sin los toques macabros de "Doctor Insólito", claro está). De manera que esta peli difícilmente puede ser considerada como un clásico en toda regla, pero sí tiene desperdigados por aquí y por allá elementos suficientes como para que valga la pena repasarla.

IDEAL PARA: Fanáticos de Peter Sellers y amantes de la política ficción, como la que nos hacen padecer las autoridades de la Cancillería venezolana desde hace 16 años. Vean un ejemplo muy actual

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