"Derivas": laboratorio literario
El escritor Alejandro Sebastiani Verlezza publicó su diario
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El
libro del autor venezolano integra la serie de ensayo de la colección
"Voces iniciales", de la editorial Bid&co CORTESÍA ENZO SEBASTIANI
VERLEZZA
DANIEL FERMÍN
| EL UNIVERSAL
sábado 4 de enero de 2014
A Alejandro Sebastiani
Verlezza (Caracas, 1982) un día le regalaron un cuaderno para que
anotara las impresiones de un viaje que estaba por hacer. Aquella
experiencia le agradó tanto que convirtió en hábito escribir un diario
literario. Derivas fue su tesis de grado en la Escuela de Letras antes convertirse ahora en un libro, que fue publicado por Bid&co.
La segunda obra del escritor venezolano es un collage de pequeños fragmentos sueltos. Reseñas de libros, reflexiones, sueños, frases, sala de experimentos de textos fronterizos. Una forma de transformar hechos cotidianos en literatura. Todo acompañado por fechas. "Al escribir diarios doy con un botín de imágenes que podrán desplazarse hacia el poema, el ensayo, la crónica. No veo separación entre los géneros sino continuidad, exploración de fronteras", dijo el autor, que había publicado en 2011 la plaquette de poemas Posdatas.
El diario le permite a Sebastiani Verlezza practicar su escritura mientras llega la poesía. También hacer de esas anotaciones una parte de su obra. "Con la escritura, se sabe, es posible indagar en el mundo interior. Ese ejercicio puede ofrecer gratificaciones. Algunas, sí, vienen con mood de poesía (...) Esas Derivas fueron escritas casi al mismo tiempo que Posdatas", agregó el periodista, que escribe diarios desde 2006.
La publicación de las anotaciones desnuda al escritor. Sebastiani Verlezza expone su intimidad ante desconocidos. Al autor no le inquieta o preocupa el hecho de hacer público reflexiones de carácter privado. Alguno dirá que hay exhibicionismo por parte del creador así como voyerismo en el lector. "Todo acto nos descubre, dijo Montaigne, hasta el más mínimo gesto puede delatar rasgos que no estaban calculados. Vistas las cosas así, no pasa nada: el diario es un ejercicio expresivo que ofrece descubrimientos, a veces, enormes. Sólo por eso vale la pena. Ese que escribió Derivas, soy yo pero también ya no lo soy. Y me alivia", indicó el también docente de talleres de escritura.
Una advertencia al lector: el diario es un laboratorio literario sólo para aquellos lectores atraídos por los apuntes caleidoscópicos de un escritor. Al que le guste la literatura dentro de la propia literatura, pues. Ya Rafael Castillo Zapata se lo había preguntado en los diarios que publicó a mediados de año: "¿A quién le interesaría leer las páginas de alguien que no ha dejado otras páginas memorables en la literatura?" Sebastiani Verlezza responde: "Supongo que al interesado en conocer mi condición y humor. Si son dos o tres personas, entonces será suficiente. Me sé frágil, pasajero, por eso dejo las huellas de mi tránsito".
dfermin@eluniversal.com
La segunda obra del escritor venezolano es un collage de pequeños fragmentos sueltos. Reseñas de libros, reflexiones, sueños, frases, sala de experimentos de textos fronterizos. Una forma de transformar hechos cotidianos en literatura. Todo acompañado por fechas. "Al escribir diarios doy con un botín de imágenes que podrán desplazarse hacia el poema, el ensayo, la crónica. No veo separación entre los géneros sino continuidad, exploración de fronteras", dijo el autor, que había publicado en 2011 la plaquette de poemas Posdatas.
El diario le permite a Sebastiani Verlezza practicar su escritura mientras llega la poesía. También hacer de esas anotaciones una parte de su obra. "Con la escritura, se sabe, es posible indagar en el mundo interior. Ese ejercicio puede ofrecer gratificaciones. Algunas, sí, vienen con mood de poesía (...) Esas Derivas fueron escritas casi al mismo tiempo que Posdatas", agregó el periodista, que escribe diarios desde 2006.
La publicación de las anotaciones desnuda al escritor. Sebastiani Verlezza expone su intimidad ante desconocidos. Al autor no le inquieta o preocupa el hecho de hacer público reflexiones de carácter privado. Alguno dirá que hay exhibicionismo por parte del creador así como voyerismo en el lector. "Todo acto nos descubre, dijo Montaigne, hasta el más mínimo gesto puede delatar rasgos que no estaban calculados. Vistas las cosas así, no pasa nada: el diario es un ejercicio expresivo que ofrece descubrimientos, a veces, enormes. Sólo por eso vale la pena. Ese que escribió Derivas, soy yo pero también ya no lo soy. Y me alivia", indicó el también docente de talleres de escritura.
Una advertencia al lector: el diario es un laboratorio literario sólo para aquellos lectores atraídos por los apuntes caleidoscópicos de un escritor. Al que le guste la literatura dentro de la propia literatura, pues. Ya Rafael Castillo Zapata se lo había preguntado en los diarios que publicó a mediados de año: "¿A quién le interesaría leer las páginas de alguien que no ha dejado otras páginas memorables en la literatura?" Sebastiani Verlezza responde: "Supongo que al interesado en conocer mi condición y humor. Si son dos o tres personas, entonces será suficiente. Me sé frágil, pasajero, por eso dejo las huellas de mi tránsito".
dfermin@eluniversal.com
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