Frankestein y su striptease
ANGEL OROPEZA | EL UNIVERSAL
miércoles 30 de abril de 2014 12:00 AM
A pesar de tratarse de un concepto "paraguas", que abarca bajo su nombre una pléyade de modalidades políticas distintas, muchas de ellas abiertamente contradictorias y excluyentes entre sí, la noción de "socialismo" ha estado siempre ligada a los principios del humanismo y la primacía de la persona por encima de cualquier otra consideración. Por el contrario, el fascismo como modelo político social de dominio, se caracteriza no por la supremacía de la persona, sino por la preeminencia del Estado.
En los modelos fascistoides y totalitarios, el Estado siempre es primero, y la persona tiene sentido e importancia en tanto se subsuma en el Estado. Así, el fascismo reconoce los derechos de las personas sólo cuando no entran en conflicto con las necesidades del Estado, y por tanto, aquellos son siempre inferiores y subordinados a estas últimas. Y como en estos modelos el Estado es lo mismo que el partido gobernante, las "necesidades del Estado" se traducen en la práctica en los intereses y las conveniencias de la camarilla oficialista. Cuando en el fascismo la clase política en el poder habla de los "intereses del Estado", lo que en realidad está hablando es de sus propios intereses personales, sean económicos y/o de dominio.
Una de las ventajas con las que ha contado el modelo de dominación militarista que ocupa el poder en Venezuela desde hace 15 años, ha sido la dificultad para arribar a una definición consensuada sobre qué es realmente. Sin embargo, la realidad suele muchas veces acudir en auxilio de los confundidos. Y la última semana ha seguido contribuyendo, para quienes todavía no se han dado cuenta, en el esclarecimiento de la auténtica naturaleza de esto que padecemos hoy en nuestro país.
Ya no es sólo la salvaje represión contra las protestas estudiantiles y ciudadanas, muy al estilo de los esbirros de Pinochet en la oprobiosa dictadura militar chilena o de los "tonton macoute" de los hermanos Duvalier en Haití. Tampoco es la presencia de paramilitares oficialistas, mal llamados "colectivos", a la usanza de las "milicias voluntarias para la seguridad del Estado" de Mussolini o los "camisas pardas" del nazismo hitleriano. Ni siquiera la proverbial confesión de la llamada "defensora del pueblo" en cuanto a la justificación de las torturas si la seguridad del Estado –es decir, de ellos- está en peligro. La semana pasada nos trae, para seguir sumando, dos nuevas e incontestables evidencias del carácter estructuralmente fascista del militarismo del siglo 21: la eliminación del derecho constitucional a la protesta por parte del TSJ, y la negativa –por ahora, hasta que el costo político sea tan alto que les obligue a hacerlo- a una medida de amnistía humanitaria.
Las declaraciones de nuestros oficialistas criollos para justificar ambas acciones se basan en el mismo razonamiento, esencial en el pensamiento fascista: ningún derecho de las personas, sea el de la legítima protesta o el derecho a la vida y a la libertad, como es el caso de los prisioneros y detenidos por causas políticas, puede nunca estar por encima del derecho del Estado a protegerse y cuidarse a sí mismo (que es como decir, a proteger y cuidar tanto las cuentas bancarias de los burócratas como sus privilegios de poder). Como "atentar contra el Estado" (esto es, criticar o poner en riesgo los cargos y beneficios de quienes gobiernan) es la falta más grave que puede existir en un régimen fascista, esa sola acusación basta para pasar por encima y eliminar derechos que son incuestionables para cualquier gobierno democrático. Y si este último además llegase a estar inspirado en la mejor tradición del socialismo democrático y humanista, pues simplemente tales derechos se convierten en sagrados e insustituibles, sin importar las razones que puedan argüir los burócratas de turno.
Frankestein, el famoso personaje de la novela de Mary Shelley en 1818, era un monstruo con cabeza pero sin cerebro, con pecho pero sin corazón, y que se movía pero no tenía alma. No era una persona, sino sólo un engendro. Por tanto, actuaba como tal. El intento de su creador por juntar pedazos de otros cuerpos para formar uno resultó un fracaso.
Igual ocurre con nuestro monstruo particular, el modelo de dominación actual venezolano, que tiene lengua socialista, extremidades militaristas, agallas neoliberales salvajes, cerebro de revoltijo trasnochado y un alma profundamente fascista, todo mezclado en una masa torpe y caótica, que sólo sabe sembrar miedo, destrucción y muerte a su paso. Diciéndose socialista, no es más que un adefesio fascistoide –y por tanto, actúa como tal- que a medida que se desenvuelve en el ejercicio del poder, va quedando progresivamente al desnudo, como en una decadente pero reveladora sesión de striptease político.
@angeloropeza182
En los modelos fascistoides y totalitarios, el Estado siempre es primero, y la persona tiene sentido e importancia en tanto se subsuma en el Estado. Así, el fascismo reconoce los derechos de las personas sólo cuando no entran en conflicto con las necesidades del Estado, y por tanto, aquellos son siempre inferiores y subordinados a estas últimas. Y como en estos modelos el Estado es lo mismo que el partido gobernante, las "necesidades del Estado" se traducen en la práctica en los intereses y las conveniencias de la camarilla oficialista. Cuando en el fascismo la clase política en el poder habla de los "intereses del Estado", lo que en realidad está hablando es de sus propios intereses personales, sean económicos y/o de dominio.
Una de las ventajas con las que ha contado el modelo de dominación militarista que ocupa el poder en Venezuela desde hace 15 años, ha sido la dificultad para arribar a una definición consensuada sobre qué es realmente. Sin embargo, la realidad suele muchas veces acudir en auxilio de los confundidos. Y la última semana ha seguido contribuyendo, para quienes todavía no se han dado cuenta, en el esclarecimiento de la auténtica naturaleza de esto que padecemos hoy en nuestro país.
Ya no es sólo la salvaje represión contra las protestas estudiantiles y ciudadanas, muy al estilo de los esbirros de Pinochet en la oprobiosa dictadura militar chilena o de los "tonton macoute" de los hermanos Duvalier en Haití. Tampoco es la presencia de paramilitares oficialistas, mal llamados "colectivos", a la usanza de las "milicias voluntarias para la seguridad del Estado" de Mussolini o los "camisas pardas" del nazismo hitleriano. Ni siquiera la proverbial confesión de la llamada "defensora del pueblo" en cuanto a la justificación de las torturas si la seguridad del Estado –es decir, de ellos- está en peligro. La semana pasada nos trae, para seguir sumando, dos nuevas e incontestables evidencias del carácter estructuralmente fascista del militarismo del siglo 21: la eliminación del derecho constitucional a la protesta por parte del TSJ, y la negativa –por ahora, hasta que el costo político sea tan alto que les obligue a hacerlo- a una medida de amnistía humanitaria.
Las declaraciones de nuestros oficialistas criollos para justificar ambas acciones se basan en el mismo razonamiento, esencial en el pensamiento fascista: ningún derecho de las personas, sea el de la legítima protesta o el derecho a la vida y a la libertad, como es el caso de los prisioneros y detenidos por causas políticas, puede nunca estar por encima del derecho del Estado a protegerse y cuidarse a sí mismo (que es como decir, a proteger y cuidar tanto las cuentas bancarias de los burócratas como sus privilegios de poder). Como "atentar contra el Estado" (esto es, criticar o poner en riesgo los cargos y beneficios de quienes gobiernan) es la falta más grave que puede existir en un régimen fascista, esa sola acusación basta para pasar por encima y eliminar derechos que son incuestionables para cualquier gobierno democrático. Y si este último además llegase a estar inspirado en la mejor tradición del socialismo democrático y humanista, pues simplemente tales derechos se convierten en sagrados e insustituibles, sin importar las razones que puedan argüir los burócratas de turno.
Frankestein, el famoso personaje de la novela de Mary Shelley en 1818, era un monstruo con cabeza pero sin cerebro, con pecho pero sin corazón, y que se movía pero no tenía alma. No era una persona, sino sólo un engendro. Por tanto, actuaba como tal. El intento de su creador por juntar pedazos de otros cuerpos para formar uno resultó un fracaso.
Igual ocurre con nuestro monstruo particular, el modelo de dominación actual venezolano, que tiene lengua socialista, extremidades militaristas, agallas neoliberales salvajes, cerebro de revoltijo trasnochado y un alma profundamente fascista, todo mezclado en una masa torpe y caótica, que sólo sabe sembrar miedo, destrucción y muerte a su paso. Diciéndose socialista, no es más que un adefesio fascistoide –y por tanto, actúa como tal- que a medida que se desenvuelve en el ejercicio del poder, va quedando progresivamente al desnudo, como en una decadente pero reveladora sesión de striptease político.
@angeloropeza182
Las pataletas del ilegítimo
ADOLFO R. TAYLHARDAT | EL UNIVERSAL
miércoles 30 de abril de 2014 12:00 AM
Hay muchos temas sobre los cuales escribir esta semana. Por falta de espacio los trataré someramente.
El más relevante es la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia prohibiendo las manifestaciones pacíficas. Muchas veces he denunciado que el TSJ actúa como poder constituyente emitiendo opiniones o interpretaciones y dictando sentencias que ostensiblemente alteran, tergiversan o hasta pretenden modificar el texto constitucional violando la naturaleza sagrada de la Carta Magna como expresión libérrima de la ciudadanía. Un caso notable es la marramucia que permitió instaurar al ilegítimo como jefe de Estado. Ahora, abusando de sus funciones, para complacer a su jefe máximo, y utilizando el argumento de que no es un derecho absoluto, nuevamente actúa como poder constituyente para alterar el significado y los alcances del artículo 68 de la Constitución que consagra y garantiza el derecho a manifestar y protestar pacíficamente. ¿Acaso todos los derechos consagrados en la Constitución no son derechos absolutos? ¿En qué momento el constituyente categorizó los derechos ciudadanos en absolutos y relativos?
Pero sobre este tema se han publicado numerosos artículos con la opinión de constitucionalistas autorizados. Todos coinciden en que esa sentencia es una agresión más al estado de derecho ya suficientemente malogrado. La entrevista a la ex-magistrado Mármol de León publicada en este diario el lunes pasado es fulminante
Otro tema es el del tristemente famoso decreto 058 rotundamente rechazado por la sociedad civil con protestas de padres y representantes de escolares por tratarse de un proyecto político destinado a lavar el cerebro de los niños comenzando desde el pre-escolar. Según informaciones de prensa el gobierno tiene impresos 30 millones de libros con los nuevos contenidos programáticos para las escuelas que persiguen la ideologización de la educación y la imposición de un pensamiento único.
Otro tema tiene que ver con el presunto diálogo gobierno-oposición. Fue el ilegítimo quien insistió en la necesidad de que se entablara el diálogo y hasta llegó a acusar a la oposición de cobarde y de negarse a participar en él. Para el ilegítimo el diálogo es un medio para obtener la legitimación que le ha sido negada por haber accedido al poder valiéndose de recursos fraudulentos, borrar de la mente de la opinión internacional la imagen de que es un dictador sustituyéndola con la de un manso corderito que persigue la paz interna y para ello, está dispuesto a sentarse a dialogar con la oposición.
La evolución de este proceso es suficientemente conocida. Personalmente sigo pensando que con este gobierno no hay diálogo posible. No estoy en contra del diálogo como método para solucionar controversias. En mi vida como diplomático lo utilicé muchas veces. El problema aquí no está en el instrumento sino en la credibilidad de un gobierno fullero que no tiene interés en llegar a un resultado. Todo diálogo persigue un resultado. Su fin último es, precisamente, conciliar los intereses de las partes, armonizar las posiciones divergentes, plasmar sus resultados en acuerdos satisfactorios para los adversarios y poner fin a los antagonismos que dieron origen al diálogo.
La mejor muestra de que al ilegítimo y su combo de chupamedias corruptos no les interesa el diálogo son sus declaraciones acusando a la oposición de intentar chantajearlo "amenazando con retirarse de la mesa de diálogo si no se producen resultados concretos"... "están amenazando diciendo que, o hay resultados concretos o se paran del diálogo. Quien se quiera parar, que se pare ya... Quien se quiera ir del diálogo, que se vaya y punto",..."Vienen a dialogar para buscar impunidad. Y si no, les da su pataleta, entonces salen a derrocar el Gobierno"
Si de pataletas se trata, los únicos que han padecido de esos achaques son el fallecido padre putativo del ilegítimo quien por "quítame esta pajita" liberaba sus furias rompiendo relaciones, expulsando embajadores, movilizando el ejército y lanzando acusaciones infundadas. Ahora, el propio ilegítimo, contagiado con los padecimientos de su tutor sufre pataletas como esa de demostrar que el diálogo le importa un bledo y que no le interesa que en ese ejercicio se produzcan resultados.
Finalmente, quiero referirme a lo que, con todo respeto, considero una pifia de la MUD cuando aceptó reunirse con una supuesta asociación de las víctimas del oficialismo del 11 de abril de 2002. ¿De dónde salió esa asociación? ¿Dónde están sus estatutos? ¿Se informó la MUD antes de la reunión? Ahora resulta que se han invertido los papeles, los victimarios son las víctimas. ¿Qué ha pasado con las verdaderas víctimas, los manifestantes que marcharon a Miraflores y cayeron bajo el fuego cerrado de los asesinos apostados en puente Llaguno? El triste resultado final de esa reunión fue que la fulana asociación se burla de la MUD y afirma que ni Simonovis ni Leopoldo López serán jamás puestos en libertad.
www.adolfotaylhardat.net/indexbis
www.adolfotaylhardat.net/blog2
@taylhardat
El más relevante es la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia prohibiendo las manifestaciones pacíficas. Muchas veces he denunciado que el TSJ actúa como poder constituyente emitiendo opiniones o interpretaciones y dictando sentencias que ostensiblemente alteran, tergiversan o hasta pretenden modificar el texto constitucional violando la naturaleza sagrada de la Carta Magna como expresión libérrima de la ciudadanía. Un caso notable es la marramucia que permitió instaurar al ilegítimo como jefe de Estado. Ahora, abusando de sus funciones, para complacer a su jefe máximo, y utilizando el argumento de que no es un derecho absoluto, nuevamente actúa como poder constituyente para alterar el significado y los alcances del artículo 68 de la Constitución que consagra y garantiza el derecho a manifestar y protestar pacíficamente. ¿Acaso todos los derechos consagrados en la Constitución no son derechos absolutos? ¿En qué momento el constituyente categorizó los derechos ciudadanos en absolutos y relativos?
Pero sobre este tema se han publicado numerosos artículos con la opinión de constitucionalistas autorizados. Todos coinciden en que esa sentencia es una agresión más al estado de derecho ya suficientemente malogrado. La entrevista a la ex-magistrado Mármol de León publicada en este diario el lunes pasado es fulminante
Otro tema es el del tristemente famoso decreto 058 rotundamente rechazado por la sociedad civil con protestas de padres y representantes de escolares por tratarse de un proyecto político destinado a lavar el cerebro de los niños comenzando desde el pre-escolar. Según informaciones de prensa el gobierno tiene impresos 30 millones de libros con los nuevos contenidos programáticos para las escuelas que persiguen la ideologización de la educación y la imposición de un pensamiento único.
Otro tema tiene que ver con el presunto diálogo gobierno-oposición. Fue el ilegítimo quien insistió en la necesidad de que se entablara el diálogo y hasta llegó a acusar a la oposición de cobarde y de negarse a participar en él. Para el ilegítimo el diálogo es un medio para obtener la legitimación que le ha sido negada por haber accedido al poder valiéndose de recursos fraudulentos, borrar de la mente de la opinión internacional la imagen de que es un dictador sustituyéndola con la de un manso corderito que persigue la paz interna y para ello, está dispuesto a sentarse a dialogar con la oposición.
La evolución de este proceso es suficientemente conocida. Personalmente sigo pensando que con este gobierno no hay diálogo posible. No estoy en contra del diálogo como método para solucionar controversias. En mi vida como diplomático lo utilicé muchas veces. El problema aquí no está en el instrumento sino en la credibilidad de un gobierno fullero que no tiene interés en llegar a un resultado. Todo diálogo persigue un resultado. Su fin último es, precisamente, conciliar los intereses de las partes, armonizar las posiciones divergentes, plasmar sus resultados en acuerdos satisfactorios para los adversarios y poner fin a los antagonismos que dieron origen al diálogo.
La mejor muestra de que al ilegítimo y su combo de chupamedias corruptos no les interesa el diálogo son sus declaraciones acusando a la oposición de intentar chantajearlo "amenazando con retirarse de la mesa de diálogo si no se producen resultados concretos"... "están amenazando diciendo que, o hay resultados concretos o se paran del diálogo. Quien se quiera parar, que se pare ya... Quien se quiera ir del diálogo, que se vaya y punto",..."Vienen a dialogar para buscar impunidad. Y si no, les da su pataleta, entonces salen a derrocar el Gobierno"
Si de pataletas se trata, los únicos que han padecido de esos achaques son el fallecido padre putativo del ilegítimo quien por "quítame esta pajita" liberaba sus furias rompiendo relaciones, expulsando embajadores, movilizando el ejército y lanzando acusaciones infundadas. Ahora, el propio ilegítimo, contagiado con los padecimientos de su tutor sufre pataletas como esa de demostrar que el diálogo le importa un bledo y que no le interesa que en ese ejercicio se produzcan resultados.
Finalmente, quiero referirme a lo que, con todo respeto, considero una pifia de la MUD cuando aceptó reunirse con una supuesta asociación de las víctimas del oficialismo del 11 de abril de 2002. ¿De dónde salió esa asociación? ¿Dónde están sus estatutos? ¿Se informó la MUD antes de la reunión? Ahora resulta que se han invertido los papeles, los victimarios son las víctimas. ¿Qué ha pasado con las verdaderas víctimas, los manifestantes que marcharon a Miraflores y cayeron bajo el fuego cerrado de los asesinos apostados en puente Llaguno? El triste resultado final de esa reunión fue que la fulana asociación se burla de la MUD y afirma que ni Simonovis ni Leopoldo López serán jamás puestos en libertad.
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Critican derroche y políticas públicas a un año de gobierno
Afirma que la partida de viajes al exterior del Presidente, es de $8 millones
Los gastos de vehículos y de seguridad del Presidente y de su familia son excesivos, según Berrizbeitia PRENSA MIRAFLORES
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EL UNIVERSAL
domingo 20 de abril de 2014 12:00 AM
Diputados de la bancada opositora de la AN, en un balance del primer año de gobierno de Nicolás Maduro, destacaron vicios como el derroche y la corrupción frente a las erradas políticas económicas que, dijeron, han llevado al país "al fracaso económico y a la ruina".
Carlos Berrizbeitia (ProVe-Carabobo), secretario general nacional de Proyecto Venezuela, aseveró que "en Miraflores continúan derrochando el dinero de los venezolanos, a pesar de los problemas que aquejan al país como "el fracaso en materia económica; la inseguridad, con más de 24 mil asesinatos; desempleo, la inflación más alta y la mayor devaluación en la historia".
"Nicolás Maduro cumple un año en Miraflores y los gastos de su despacho superan los Bs.145 millones, más de Bs.400 mil diarios por concepto de viáticos y pasajes, teléfonos, agencias de festejos, prendas de vestir, compra de vehículos, seguridad del Presidente y de su familia; y gastos de la residencia La Casona, que incluye la contratación de agencias de festejo por un monto de 82 mil bolívares mensuales", afirmó.
Precisó el diputado que solo en la partida para viajes al exterior el gasto supera "la escandalosa cifra" de 8 millones de dólares. "Para la seguridad de Maduro y sus familiares la partida asciende a 47 millones de bolívares", subrayó.
Contrastó esta situación con la de los hospitales públicos que carecen de insumos, hay escasez de medicinas; la insuficiencia presupuestaria de las universidades, y la falta de dinero de miles de familias que no tienen como cubrir sus necesidades básicas. "Maduro se hace llamar 'Presidente obrero' pero, lo cierto es que Venezuela tiene un Presidente rico viviendo dentro de Miraflores y un pueblo pasando muchas necesidades afuera del Palacio", resaltó Berrizbeitia.
Por su parte, el diputado Andrés Velásquez (La Causa R-Bolívar) cuestionó la política económica y la corrupción, a un año de Gobierno.
"A un año de Maduro y hemos tenido la mas salvaje devaluación de nuestra moneda. el costo de la vida por las nubes", dijo Velásquez en su cuenta @AndresVelasq, de Twitter, en la cual aseguró que el país está "en ruinas". "In (sic) año de Maduro y Vzla, esta en ruinas: sin comida, sin empleos, sin papel tualet, sin medicinas, sin repuestos", escribió y lo contrastó con la "la corrupción insoportable". Los enchufados robando parejo y el pueblo más pobre que nunca", señaló.
Carlos Berrizbeitia (ProVe-Carabobo), secretario general nacional de Proyecto Venezuela, aseveró que "en Miraflores continúan derrochando el dinero de los venezolanos, a pesar de los problemas que aquejan al país como "el fracaso en materia económica; la inseguridad, con más de 24 mil asesinatos; desempleo, la inflación más alta y la mayor devaluación en la historia".
"Nicolás Maduro cumple un año en Miraflores y los gastos de su despacho superan los Bs.145 millones, más de Bs.400 mil diarios por concepto de viáticos y pasajes, teléfonos, agencias de festejos, prendas de vestir, compra de vehículos, seguridad del Presidente y de su familia; y gastos de la residencia La Casona, que incluye la contratación de agencias de festejo por un monto de 82 mil bolívares mensuales", afirmó.
Precisó el diputado que solo en la partida para viajes al exterior el gasto supera "la escandalosa cifra" de 8 millones de dólares. "Para la seguridad de Maduro y sus familiares la partida asciende a 47 millones de bolívares", subrayó.
Contrastó esta situación con la de los hospitales públicos que carecen de insumos, hay escasez de medicinas; la insuficiencia presupuestaria de las universidades, y la falta de dinero de miles de familias que no tienen como cubrir sus necesidades básicas. "Maduro se hace llamar 'Presidente obrero' pero, lo cierto es que Venezuela tiene un Presidente rico viviendo dentro de Miraflores y un pueblo pasando muchas necesidades afuera del Palacio", resaltó Berrizbeitia.
Por su parte, el diputado Andrés Velásquez (La Causa R-Bolívar) cuestionó la política económica y la corrupción, a un año de Gobierno.
"A un año de Maduro y hemos tenido la mas salvaje devaluación de nuestra moneda. el costo de la vida por las nubes", dijo Velásquez en su cuenta @AndresVelasq, de Twitter, en la cual aseguró que el país está "en ruinas". "In (sic) año de Maduro y Vzla, esta en ruinas: sin comida, sin empleos, sin papel tualet, sin medicinas, sin repuestos", escribió y lo contrastó con la "la corrupción insoportable". Los enchufados robando parejo y el pueblo más pobre que nunca", señaló.
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