Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 18 de abril de 2014

Justifica la muerte heroica y CONSCIENTE del honorable Jorge Rodríguez , el odio psicopático que su hijo tiene contra todos los venezolanos que no pensamos como él? De verdad que la oscuridad toma las mentes de quienes no saben amar lo que hacen, como si lo hizo Jorge Rodríguez, padre, pues el hijo disfrutó de todas las prebendas que da la sociedad venezolana a sus hijos de familias solventes, con la diferencia que Jorge, hijo, se volvió un psicópata lleno de odio y resentimiento, igual que su hermana Delcy...

“A mi esposo lo mataron por socialista”, expresó en cierta ocasión Delcy Gómez, su esposa, con quien tuvo dos hijos: Delcy y Jorge, hoy alcalde de Caracas (en la foto)



 

Jorge Rodríguez (padre) nació en Carora, estado Lara, el 16 de febrero de 1942; tiempo de cambios y transición del gomecismo al puntofijismo, al gobierno del general Isaías Medina Angarita un eslabón revolucionario en esta larga historia de odios y resentimientos, traiciones y falsas promesas.
Dirigente estudiantil y maestro, Rodríguez recorre el país en una campaña de alfabetización por sectores rurales donde habitaban campesinos y pobres del país. Viaja a Praga en 1965 y en una parada en París se encuentra con miembros del Movimiento Estudiantil Internacional; finalmente llega a Argelia y se une a la lucha por la causa palestina.

La revolución cubana,  inspiraba y apoyaba ideológica, económica y políticamente a los movimientos revolucionarios en la lucha de resistencia e independencia por América del Sur
Entre 1969 y 1971 la izquierda revolucionaria valora la lucha pacífica y legal, así que la Organización de Revolucionarios combina formas de lucha pacíficas, clandestinas y militares bajo una lógica y directriz. Detenidos muchos combatientes fueron desaparecidos por el SIFA, en 1972
el joven revolucionario ya había probado el sabor amargo de la traición, y la muerte había tocado deseperadamente su puerta: después de retirarse del Movimiento de Izquierda Revolucionario —MIR— es delatado por Leovigildo Briceño, quien se pasa al Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas —SIFA— y para ganar indulgencias lo incrimina con acusaciones que lo llevan a juicio militar sufriendo prisión en la Cárcel de Maracaibo.
Detenido y torturado por Carlos Núñez Tenorio, Rafael Emigdio Pacheco y Jesús Ramón García. Sin amilanarse dirige desde la cárcel la huelga de hambre de los presos políticos.
Ingresó a la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela, donde ocupó responsabilidades de dirección estudiantil, una de ellas como delegado ante el Consejo Universitario en 1966.
También fue un activista destacado contra el cierre de la universidad, en el primer gobierno de Rafael Caldera, y miembro del MIR.
Por su capacidad conformó diferentes organizaciones, según niveles de conciencia: Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo MEUP, Liga de Mujeres, Niños Pioneros por el Socialismo, Frente Obrero, Ligas campesinas, comité por los derechos humanos, comitás de barrio y amas de casa.
“El socialismo se conquista peleando”, fue el grito de combate que durante los años setenta levantara Rodríguez y la Liga Socialista, organización de la cual fue secretario general hasta sus últimos días. Un grito de esperanza que sintetiza muchos de los postulados del pueblo que libera al pueblo, en combate diario por una patria justa y equitativa, contra cualquier modo de fascismo, ideologización alienante y maldad.
COMBATIVO E INCANSABLE
Jorge era para el momento de su asesinato un joven de apenas 34 años, combativo e incansable edificador de una organización muy particular que buscaba afincarse en una línea revolucionaria más allá del foquismo y el reformismo, que caracterizaban a las otras organizaciones de la época.
La Liga Socialista se perfilaba como una de las alternativas válidas más importantes para la reorganización del movimiento revolucionario disperso y encapsulado.
Quienes lo conocieron de cerca aseguran que tenía las cualidades de un jefe revolucionario. De una energía recia y probada firmeza en la oscuridad de la muerte.
Podía dominar variados temas, estar a la hora y en el momento indicado. Atender al afecto cercano en medio de su apuro, ser alumno y maestro sumergido en las masas.
Sabía como buen militante que “la traición a los principios revolucionarios como las delaciones castigan de manera indetenible al que sin tener el valor de preservarlos para la posteridad no es capaz de mantenerlos en sanidad”.
Durante 1975 y 1976, en la Liga Socialista se comenzó a ver el crecimiento y su expansión a escala nacional. Esta organización realizó concentraciones públicas importantes como la marcha antiimperialista que cruzó el país de Oriente a Occidente y de Norte a Sur y culminó con una gran concentración popular en la ciudad de Cabimas; a ganar elecciones sindicales y en centros de estudiantes, entre otros.
Jorge estuvo preparado siempre para aguantar la más fiera tortura y la traición que nuevamente lo atacó, pues por delación de sus compañeros están o estuvieron en el gobierno de Hugo Chávez,fue sometido a prueba en su último momento, pero en sus escritos y acciones dejó testimonio para aquellos que hasta meses antes de su muerte fueron sus referentes y que hoy han dejado el camino revolucionario. Murió un 25 de julio de 1976
Desde hace más de treinta años sus amigos y familiares lo recuerdan en una reunión que realizan todos los años en el Cementerio General del Sur, en Caracas, y que no ha tenido intermitencia durante más de tres décadas.

Jorge Jesús Rodríguez Gómez (Caracas, 9 de noviembre de 1965)

 

 

La Iglesia me cae mal


Por alguna extraña razón y sin llegar a ser el momento más apropiado, el alcalde del oeste de Caracas, Jorge Jesús Rodríguez Gómez (Caracas, 9 de noviembre de 1965), se lanzó de buenas a primeras contra la Iglesia Católica precisamente cuando en Venezuela se ha dado inicio a un diálogo para tender puentes de entendimiento y convivencia, algo muy difícil de lograr si entran como elefante en cristalería personajes como Rodríguez, a quien el odio contra el resto de los venezolanos que no piensa como él se le nota demasiado.
Tampoco es que Rodríguez haga algo por ocultarlo, muy por el contrario, lo muestra incluso a dúo con su familiar cercano
 http://4.bp.blogspot.com/-LSdaG9I_MQU/UsaMxJD0H1I/AAAAAAAAWxs/jNCVv9UG4cg/s1600/delcy+rodriguez+cara.gif

(su hermana Delcy), empeñados en ver la vida siempre a través de un espejo retrovisor que le permite vigilar que sus odios estén siempre bien cerca de sus espaldas y no se pierdan en un recodo del camino. 

Ayer, mientras el oficialismo celebraba a lo grande y con alegría desmedida el aniversario de la llegada al poder del señor Nicolás Maduro, pues el alcalde Rodríguez andaba con el puñal escondido en la espalda esperando el momento para darle uso.

En efecto, comenzó por declarar que el diálogo que el jueves tuvo su primera sesión “había tenido un excelente comienzo” pero de inmediato, como si hubiera cometido un pecado mortal, aclaró a los asistentes que allí no se producirían “acuerdos subrepticios debajo de la mesa (…) Fue muy positivo para todos que se haya dado este evento más allá de las verdades y medias verdades y de las muchas mentiras”, pero sólo llegó a ser “un diálogo franco para establecer un sistema de coexistencia pacífica”.
Esto de la “coexistencia pacífica” suena, como ya lo dijimos en una oportunidad, a rémora de la Guerra Fría, es decir, a Unión Soviética y Estados Unidos poniéndose de acuerdo para no desatar una guerra nuclear devastadora. Viniendo de Rodríguez, hombre de profundos rencores según dicen, cuesta creer que él tenga ganas de coexistir pacíficamente con Henrique Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado o Antonio Ledezma. Todo lo contrario.
Ya los venezolanos tuvimos la oportunidad de ver en acción a Rodríguez cuando, durante el desarrollo del diálogo, se dirigió públicamente a Andrés Velásquez y le dijo, palabras más, palabras menos: “Tú a mí me caes mal, siempre me has caído mal, es más… me caes malísimo”. ¿Qué necesidad había de revivir en ese encuentro y en ese momento un odio que viene del pasado, que a nadie le interesaba ni aportaba algo sustancial que ayudara a encontrarle una salida a la crisis política, social y económica que vive el país?
En esos odios acumulados y fermentados lentamente con el paso de los años nadie puede sembrar la paz ni el entendimiento. Lo único que puede nacer allí es la destrucción del otro cuando llegue el momento más propicio para actuar por sorpresa, con alevosía y nocturnidad, como sentenciaría un juez. Pero quien no la hace a la entrada pues la pone a la salida: Rodríguez entró a cuestionar, sin venir al caso, el papel que cumple la Iglesia venezolana en estos momentos en que se busca el entendimiento y la pacificación del país.
Olvida Rodríguez que en las conversaciones entre el gobierno y la oposición fue vital el papel del nuncio Aldo Giordano, y de los tres cancilleres de Unasur en su papel de terceros de buena fe. Pero a Rodríguez le parece que la alta jerarquía de la Iglesia en Venezuela, y en especial los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana, han tomado partido y asumido una posición política. Con ello ayudaron a tapar “los 18.000 actos de violencia” (…) La Iglesia “al menos debería haberse deslindado de la violencia criminal”.
Lo que le faltaba a Maduro: que uno de sus colaboradores se peleara con el papa Francisco, con los obispos y la feligresía venezolana.

La psicopatía o personalidad psicópatica es un trastorno antisocial de la personalidad.

Características generales del psicópata

Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimiento, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos: la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal.
La falta de remordimientos radica en la cosificación que hace el psicópata del otro, es decir el quitarle al otro los atributos de persona para valorarlo como cosa es uno de los pilares de la estructura psicopática.
Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen conocimientos de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.
Además, los psicópatas tienen como característica el tener necesidades especiales y formas atípicas de satisfacerlas, que en general implican cierta ritualización. El acto psicopático hacia el otro se configura mediante la necesidad del psicópata y su código propio, que desde su punto de vista lo exime del displacer interno.
El problema de las necesidades de los psicópatas es que al no ser compartidas por el grupo, no pueden ser comprendidas ni generar empatía, por situarse fuera de las leyes de la costumbre y del bien común, aunque estas necesidades son sentidas con fuerza e impelen a la acción del psicópata.
Además los psicópatas tienen un marcado egocentrismo, una característica que pueden tener personas sanas pero que es intrínseca a este desorden. Esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí mismo por lo que cuando da, es que está manipulando o esperando recuperar esa inversión en el futuro.
Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de conseguir ciertas cosas y la empatía utilitaria, que consiste en una habilidad para captar la necesidad del otro y utilizar esta información para su propio beneficio, lo que constituye una mirada en el interior del otro para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular.
Ciertos autores de la corriente psicoanalítica suponen que la razón por la cual una persona psicópata es una persona perversa es porque se trata de sujetos cuya personalidad depende en gran medida de mantener el principio de realidad, pero careciendo de superyo. Esto hace que la persona psicópata pueda cometer acciones criminales u otros actos cuestionables con total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir remordimientos por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno.
A efectos penales, hace mucho que se planteó el dilema sobre si una personalidad divergente de este tipo es imputable, especialmente cuando se trata de una estructura psicótica. Debido a que el concepto de enfermedad mental quedó en desuso (ya sea personas sádicas, violadoras, estafadores, o cualquier otra actividad reprobable que desarrolle el psicópata), se tiende a sostener que le corresponde punición, dado que la persona mantiene conciencia de sus actos y puede evitar cometerlos. También influye el derecho colectivo de la sociedad a protegerse de sus acciones.
En España también se considera imputable a todos los efectos, sin que la psicopatía oficie de atenuante de delito ante el tribunal. Esto quiere decir que tienen responsabilidad y plena culpa.
Es importante saber que la psicopatía es incorregible, aunque se pueden utilizar fármacos antipsicóticos para reducir su impulsividad y rehabilitación conductual con una alta disciplina, pero las terapias de rehabilitación habituales no sólo son ineficaces, sino peligrosas. Dada su incapacidad para empatizar, y que la empatización hacia sus víctimas es el pilar principal de todo proceso de rehabilitación social por el que pasan los delincuentes, la rehabilitación de los psicópatas se está basando en el egoísmo del propio sujeto, fomentando una conducta que le reporte beneficios y evite penas.

Características clínicas de la psicopatía

Para Hellman y Blackman (1966) uno de los signos característicos a edades tempranas de rasgos psicopáticos y/o antisociales se pudieran reducir a una tríada caracterizada por enuresis, maltrato animal y piromanía.1 Sin embargo, en los manuales del DSM-IV se ha hecho énfasis en que los rasgos antisociales pueden desvanescerse con la edad, en especial en aquellos sujetos con psicopatía.1 Con el tiempo han aparecido sistemas de clasificación más complejos basados en descripciones, estudios o test de Robert Hare o Hervey Cleckley.

Características según Cleckley

El trastorno psicopático produce una conducta anormalmente agresiva y gravemente irresponsable, que según el doctor Hervey Cleckley determinan una serie de características clínicas, descritas en su libro The Mask of Sanity: An Attempt to Clarify Some Issues About the So-Called Psychopathic Personality, que incluyen:
  • Encanto superficial e inteligencia.
  • Ausencia de delirios u otros signos de pensamiento no racional.
  • Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas.
  • Escasa fiabilidad.
  • Falsedad o falta de sinceridad.
  • Falta de remordimiento y vergüenza.
  • Conducta antisocial sin un motivo que la justifique.
  • Juicio deficiente y dificultad para aprender de la experiencia.
  • Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
  • Pobreza generalizada en las principales relaciones afectivas.
  • Pérdida específica de intuición.
  • Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales.
  • Conducta extravagante y desagradable bajo los efectos del alcohol y, a veces, sin él.
  • Amenazas de suicidio raramente consumadas.
  • Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
  • Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.

Características según Hare

Para el doctor Robert Hare, investigador sobre psicología criminal, los criterios que definen a la personalidad psicopática pueden evaluarse mediante una lista de veinte características denominadas Psychopathy Checklist (PCL). Estas descripciones tuvieron como base el trabajo de Cleckley para definir la psicopatía a través de una serie de síntomas interpersonales, afectivos y conductuales. Los síntomas que exhiben los psicópatas son, según Hare:
  • Gran capacidad verbal y un encanto superficial.
  • Autoestima exagerada.
  • Constante necesidad de obtener estímulos y tendencia al aburrimiento.
  • Tendencia a mentir de forma patológica.
  • Comportamiento malicioso y manipulador.
  • Falta de culpa o de cualquier tipo de remordimiento.
  • Afectividad frívola, con una respuesta emocional superficial.
  • Falta de empatía, crueldad e insensibilidad.
  • Estilo de vida parasitario.
  • Falta de control sobre la conducta.
  • Vida sexual promiscua.
  • Historial de problemas de conducta desde la niñez.
  • Falta de metas realistas a largo plazo.
  • Actitud impulsiva.
  • Comportamiento irresponsable.
  • Incapacidad patológica para aceptar responsabilidad sobre sus propios actos.
  • Historial de muchos matrimonios de corta duración.
  • Tendencia hacia la delincuencia juvenil.
  • Revocación de la libertad condicional.
  • Versatilidad para la acción criminal.
Robert Hare estima que el 1 por ciento de la población es psicópata.2 Otras estimaciones incluso llegarían al 6 por ciento.[cita requerida]

Tipos de relaciones que establecen los psicópatas

A pesar de que los psicópatas no conciben al resto como personas sí establecen relaciones y vínculos, que suelen ser de tres tipos:
  • Asociativos, que se producen cuando un psicópata entra en contacto con otro para obtener un objetivo común. Dado que ambos integrantes del vínculo son narcicistas y ególatras el apego sólo está justificado por el utilitarismo de tener un propósito común.
  • Tangenciales, que ocurre cuando el psicópata encuentra una víctima ocasional en un encuentro puntual, donde utiliza sus tácticas coercitivas de forma temporal.
  • Complementarios, que determinan una relación de doble vía, que habitualmente ocurre con un neurótico.

Psicopatía y la seducción

La seducción es la base que permite el acto psicopático y se produce mediante una transferencia bidireccional donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro, dado que una característica fundamental de la personalidad psicopática es la habilidad para captar las necesidades del otro. Este mecanismo se articula cuando el psicópata convence al otro de que él le es infinitamente necesario para suplir necesidades irracionales que éste no puede detallar.
En la seducción el psicópata necesita que el otro esté de acuerdo, para lo cual usa la persuasión y el encanto, por lo que es bidireccional; hay un consentimiento por parte de la otra persona, a diferencia de lo que ocurre en las relaciones tangenciales donde el psicópata actúa unidireccionalmente mediante la violencia, que constituye una agresión desde una posición de poder. Aquella bidireccionalidad podría ser debida a que la mayoría de psicópatas son conscientes de las consecuencias judiciales de sus actos.

Psicopatía en la historia

El tema de la psicopatía estuvo presente en la historia desde la Antigüedad, aunque la conceptualización es más reciente, pero ya en Babilonia aparece la preocupación por las personalidades anormales, que se separan conductualmente del resto pero que no cabían en las categorías de cuerdo o loco.
"Al principio, sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean y se finge benévolo y manso para con todos [...] Suscita algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de conductor [...] Y para que, pagando impuestos, se hagan pobres y, por verse forzados a dedicarse a sus necesidades coditianas, conspiren menos contra él [...] Y también para que, si sospecha de algunos que tienen temple de libertad y no han de dejarle mandar, tenga un pretexto para acabar con ellos entregándoles a los enemigos [...] ¿Y no sucede que algunos de los que han ayudado a encumbrarle y cuentan con influencia se atreven a enfrentarse ya con él, ya entre sí [...] censurando las cosas que ocurren, por lo menos aquellos que son más valerosos? [...] Y así el tirano, si es que ha de gobernar, tiene que quitar de en medio a todos éstos hasta que no deje persona alguna de provecho ni entre los amigos ni entre los enemigos."
Platón, Politeia, 562a-570c.
Pinel (1745-1826) precisó en 1801 que se trataría de una forma de manía sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un grave daño en la capacidad afectiva, lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.
En 1835 J.C. Pritchard define la "locura moral", una forma de perturbación mental en que no parece haber una lesión en funcionamiento intelectual y cuya patología se manifiesta en el ámbito de los sentimientos, el temperamento o los hábitos.
Este psiquiatra inglés explica que en casos de esta naturaleza los principios morales o activos de la mente están extrañamente pervertidos o dañados, no hay un poder de autogobierno y el individuo es incapaz de conducirse con decencia y propiedad en los diferentes aspectos de la vida.
El psiquiatra polaco Andrew M. Lobaczewski ha estudiado cómo los psicópatas influyen en el avance de la injusticia social y sobre cómo se abren paso hacia el poder, cuya culminación política es lo que ha venido a denominar patocracia. Lobaczewski es el inventor de la ponerología, el estudio interdisciplinario de las causas de períodos de injusticia social, donde el psicópata es un factor clave.
"La patocracia es una enfermedad de grandes movimientos sociales seguidos por sociedades enteras, así como naciones e imperios. Durante el transcurso de la historia de la humanidad, ha afectado a movimientos sociales, políticos y religiosos, al igual que a las ideologías que la acompañan… Y los ha convertido en caricaturas de ellos mismos… Esto ocurrió como resultado de… la participación de agentes patológicos en un proceso patodinámico similar. Esto explica por qué todas las patocracias del mundo son, o han sido, tan similares en sus propiedades esenciales."
Andrew M. Lobaczewski en su libro Ponerología Política: Una Ciencia de La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos

Neurología y psicopatía

Actualmente se ha desarrollado un escáner que lee la zona del cerebro que contiene nuestras intenciones, antes de realizarlas, y se baraja la posibilidad de usarla en un futuro para descubrir nuevos casos de psicopatías. Este escáner o tomografía por emisión de positrones (PET en sus siglas en inglés) permite leer la actividad del cerebro ante determinados estímulos. Los estímulos relacionados con las capacidades de empatía se encuentran ausentes en el lóbulo prefrontal del cerebro en el caso de los psicópatas, ya que, por lo que sabemos de neurología, el lóbulo prefrontal es el mecanismo principal de nuestros razonamientos morales, y en el caso del psicópata se halla inactivo ante un estímulo que sugiera empatía hacia terceras personas.
Los niños con rasgos psicópatas mostraron respuestas anormales dentro de la corteza prefrontal ventromedial (área de Brodmann 10) durante errores de retracción castigados, en comparación con niños con trastorno de déficit de atención/hiperactividad y con los niños sanos (P< .05 corregido para comparaciones múltiples). De acuerdo a nuestro conocimiento, este estudio proporciona la primera evidencia de la sensibilidad de la corteza prefrontal ventromedial anormal en niños con rasgos psicópatas y demuestra que esta disfunción no es atribuible al trastorno de déficit de atención comorbido/hiperactividad. Estos resultados sugieren que los daños en el aprendizaje de retractación en pacientes con rasgos psicopáticos de desarrollo están relacionados con el procesamiento anormal de la información de refuerzo3
Los psicópatas muestran menos actividad en áreas del cerebro relacionadas con la evaluación de las emociones vinculadas a las expresiones faciales, señala el estudio publicado en el British Journal of Psychiatry. En particular, son menos receptivos a los rostros que expresaban temor, que las personas sanas. Según los expertos, esto puede explicar -al menos parcialmente- la conducta psicópata.4
Murphy, Michael Craig y Marco Catani, del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres, encontraron en agosto de 2009 que los psicópatas tienen conexiones defectuosas entre la parte del cerebro que lidia con las emociones y la que maneja los impulsos y la toma de decisiones.5
Según el experto Hugo Marietán 6 , un psicópata no debe considerarse un enfermo, sino un ser anormal con una estructura mental diferente a la norma del resto de la sociedad, e incapaz de adaptar su conducta.


“Me caes mal”, la canción que le sacaron a Jorge Rodríguez (+Audio)


Captura VTV
Captura VTV

El diálogo dejó entre los venezolanos muchos tópicos para volver jocosa la situación política, como Los Memes del diálogo o la canción a Ramos Allup “No me suene la campana” . En esta oportunidad, salió una parodia de la frase expresada por Jorge Rodríguez durante la primera reunión de diálogo gobierno-oposición, donde se refirió a Andrés Velásquez, al cual le dijo “Me caes mal, muy mal, malísimo”. La versión está inspirada en la famosa canción entre “El Potro Álvarez y Oscarcito” y fue realizada por 13CREAT!VOS.

Boliburgueses, bolichicos y otros pillos

En eso se han convertido los hijos y personajes

que se dicenportadores de los grandes ideales socialistas...¿Qué les pasó???

ZULMAIRE GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 5 de octubre de 2013  12:00 AM
Una característica que distingue a los revolucionarios y seudorrevolucionarios en estos 15 años, es crear, ser y proteger corruptos que han saqueado el país. Llámense boliburgueses, bolichicos, militares, ministros, altos funcionarios públicos, contratistas rojitos o allegados al régimen, el fin ha sido el mismo: llenar sus cuentas en dólares sin importar que están atentando contra el patrimonio público, sin importar que esos dólares que van a sus cuentas personales son necesarios para resolver problemas del pueblo venezolano, como fallas eléctricas, medicinas, comida, infraestructura y educación, por nombrar algunos.

Los llamados boliburgueses, nueva clase social que nació en revolución, poseen fortunas que no pueden justificar. Su apoyo incondicional al régimen les ha permitido ocupar altos cargos en el gobierno bolivariano a unos y a otros; han pasado a ser los contratistas preferidos del régimen. Principios como honestidad, transparencia, eficiencia, eficacia, legalidad, rendición de cuentas y responsabilidad están muy alejados de la conducta de estos boliburgueses, por el contrario, la mayoría de sus actuaciones van acompañadas de extorsión, sobornos, enriquecimiento ilícito, opacidad, y nepotismo, todos delitos contra el patrimonio público establecido en la Ley contra la Corrupción.

Los bolichitos, por su parte, no han tenido que vestirse de rojo ni defender la revolución como lo hicieron muchos boliburgueses el 11 de abril de 2002, porque apenas eran adolescentes cuando Chávez asumió por primera vez la presidencia. Estos jóvenes de refinados gustos, provienen de familias adineradas, estudiaron en los mejores colegios y universidades del país y se desenvuelven en la alta sociedad. Al parecer, sus buenos contactos con el gobierno permitieron que la compañía de estos personajes fuese beneficiada en la contratación, a pesar de haber sido recién constituida y no contar con mayor experiencia, en un área neurálgica para la nación como es el sistema eléctrico. Lamentablemente, el desempeño de estos emprendedores ha estado rodeado de sobornos, enriquecimiento ilícito, sobreprecios y otras actuaciones nada profesionales, éticas ni honestas. Sus oscuras actuaciones han trascendido fuera de nuestras fronteras, por lo que han sido demandados ante tribunales en Estados Unidos de América por soborno y enriquecimiento ilícito.

Mención aparte merecen algunos de nuestros militares, quienes se dedican al narcotráfico, extorsión y hasta manejan redes de delincuencia organizada, en vez de cumplir el rol que les atribuye la Constitución y las leyes. La Fuerza Armada debería estar ocupada en estos días defendiendo nuestra soberanía en la Guayana Esequiba, descubanizar la institución y exigir se aclare la nacionalidad de quien se desempeña como su comandante en jefe. Es difícil imaginar a un digno militar venezolano, quienes deben ser muchos, dejarse dar órdenes por un presidente de dudosa nacionalidad como Maduro.

Independientemente de sus orígenes, formación o verdadera ideología, los boliburgueses, bolichicos, militares, ministros, altos funcionarios públicos, contratistas rojitos o allegados al régimen que han tenido cuestionable conducta en el desempeño de sus funciones, tienen pendiente una cita con la justicia cuando se acabe el actual régimen, se restablezcan las instituciones y puedan ser objeto de investigación imparcial. Los venezolanos debemos reclamar que no haya impunidad y se restituya al patrimonio público el dinero ilegalmente desviado.

zulmairegonzalez@gmail.com

@zulmaire

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