En tres años se transfirieron a Cuba 18.000 millones de dólares
El dinero fluyó entre préstamos, donaciones e inversiones
El presidente Nicolás Maduro conversa con su homólogo cubano, Raúl Castro (Efe)
FRANK LÓPEZ BALLESTEROS | EL UNIVERSAL
domingo 1 de junio de 2014 12:00 AM
Si Cuba no ha visto naufragar su economía en la última década se debió exclusivamente a los aportes directos del Gobierno de Venezuela, que solo en tres años transfirió a la isla unos 18 mil millones de dólares, entre préstamos, inversiones o donaciones.
El gobierno del finado presidente Hugo Chávez, y ahora el de Nicolás Maduro, nunca ha dado detalles de esas erogaciones sin control, pero poco a poco los datos oficiales de Caracas y La Habana permiten presentar un estimado de lo que para Venezuela ha representado la alianza con esa nación.
Entre 2008 y 2011 hubo una transferencia estimada de recursos financieros, préstamos e inversiones de Venezuela a Cuba por unos $18 mil millones donde buena parte se ha ido en pago de servicios y la onerosa filantropía bolivariana.
El monto proviene de cálculos recopilados en una investigación de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE), con sede en Estados Unidos, donde se tomaron en cuenta estadísticas oficiales de la isla.
"Cuánto es deuda y cuanto es transferencia (regalo) no lo sabemos. La impresión es que casi todo es transferencia y si hay deuda tiene condiciones muy favorables", explicaba el autor del estudio, el doctor en economía Luis R. Luis, miembro del directorio de la ASCE.
Los flujos financieros a Cuba hasta 2013 provienen en su gran mayoría de Venezuela, pero se desconoce la composición exacta de los mismos. "Algo debía ser deuda pero las cifras no la muestran", dice Luis.
Un documento oficial de la Unión Europea reveló los 31 millardos de dólares de deuda externa cubana al 2008, donde aparecía Venezuela como el principal y primer acreedor de la isla con $11.4 millardos.
Ambos países tienen un convenio desde 2003 mediante el cual Cuba presta servicios médicos y sociales al país y esto se paga con el envío de unos 100 mil barriles de petróleo diarios. No obstante, desde hace una década Venezuela es el mayor socio comercial de ese país.
Unos 44.800 cubanos están prestando servicios en las misiones sociales que comenzaron en 2003, según la última cifra oficial reportada en 2012, pero fuentes revelan que la llegada de personal viene en descenso. Si se toma en cuenta que Venezuela paga a Cuba parte de sus servicios de profesionales con crudo, en 2013 el Gobierno habría sufragado en promedio 91.000 dólares por cada persona, 7.600 dólares al mes.
Trampolín verde
Después de 2011 continuó yendo petróleo a Cuba pero los números de la isla indican que el valor de los servicios de médicos, maestros o asesores hacia Venezuela son mucho mayores que el valor del petróleo.
En 2012, siempre de acuerdo con cifras oficiales de Cuba, este país tuvo un superávit de $6 mil millones en su comercio total con Venezuela. "De aquí que no se acumula deuda y pudieran estar reduciendo rápidamente alguna deuda que exista", señala el doctor Luis.
En todo caso, lo importante no es la deuda sino el hecho que Venezuela envía petróleo por el cual Cuba paga con servicios evaluados a precios altos.
Para Luis, los datos oficiales dejan ver que entre 2012 al 2013 estas transferencias se han evaporado y lo que hay principalmente es el canje de servicios cubanos por petróleo.
De acuerdo con estimados que realizó el economista cubano Carmelo Mesa Lago, basado en cifras de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), y en estadísticas de la isla, Venezuela desembolsó $5,6 millardos en 2008, para el pago de médicos, enfermeros y otros profesionales antillanos.
Por otro lado, de los flujos de la banca internacional se desprende que Cuba ha obtenido recursos financieros netos de Venezuela hasta el 2011.
"¿Son estos préstamos o transferencias?", se pregunta Luis. "Ya que Cuba no indica la existencia de deuda se debe suponer que son transferencias o una donación".
Un dato oficial ayuda a responder. Hasta 2011, 70% del Fondo para la Cooperación Internacional del Banco de Desarrollo de Venezuela (Bandes) se destinó a "apoyar" al gobierno cubano para sufragar programas entre ambos países.
Cuba, con una deuda de $1.193 millones al Bandes según se desprende de un reporte de la entidad al que accedió El Universal, es el país que más compromisos mantiene, sin conocerse bajo qué condiciones se acordaron los llamados "préstamos solidarios".
El gobierno del finado presidente Hugo Chávez, y ahora el de Nicolás Maduro, nunca ha dado detalles de esas erogaciones sin control, pero poco a poco los datos oficiales de Caracas y La Habana permiten presentar un estimado de lo que para Venezuela ha representado la alianza con esa nación.
Entre 2008 y 2011 hubo una transferencia estimada de recursos financieros, préstamos e inversiones de Venezuela a Cuba por unos $18 mil millones donde buena parte se ha ido en pago de servicios y la onerosa filantropía bolivariana.
El monto proviene de cálculos recopilados en una investigación de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE), con sede en Estados Unidos, donde se tomaron en cuenta estadísticas oficiales de la isla.
"Cuánto es deuda y cuanto es transferencia (regalo) no lo sabemos. La impresión es que casi todo es transferencia y si hay deuda tiene condiciones muy favorables", explicaba el autor del estudio, el doctor en economía Luis R. Luis, miembro del directorio de la ASCE.
Los flujos financieros a Cuba hasta 2013 provienen en su gran mayoría de Venezuela, pero se desconoce la composición exacta de los mismos. "Algo debía ser deuda pero las cifras no la muestran", dice Luis.
Un documento oficial de la Unión Europea reveló los 31 millardos de dólares de deuda externa cubana al 2008, donde aparecía Venezuela como el principal y primer acreedor de la isla con $11.4 millardos.
Ambos países tienen un convenio desde 2003 mediante el cual Cuba presta servicios médicos y sociales al país y esto se paga con el envío de unos 100 mil barriles de petróleo diarios. No obstante, desde hace una década Venezuela es el mayor socio comercial de ese país.
Unos 44.800 cubanos están prestando servicios en las misiones sociales que comenzaron en 2003, según la última cifra oficial reportada en 2012, pero fuentes revelan que la llegada de personal viene en descenso. Si se toma en cuenta que Venezuela paga a Cuba parte de sus servicios de profesionales con crudo, en 2013 el Gobierno habría sufragado en promedio 91.000 dólares por cada persona, 7.600 dólares al mes.
Trampolín verde
Después de 2011 continuó yendo petróleo a Cuba pero los números de la isla indican que el valor de los servicios de médicos, maestros o asesores hacia Venezuela son mucho mayores que el valor del petróleo.
En 2012, siempre de acuerdo con cifras oficiales de Cuba, este país tuvo un superávit de $6 mil millones en su comercio total con Venezuela. "De aquí que no se acumula deuda y pudieran estar reduciendo rápidamente alguna deuda que exista", señala el doctor Luis.
En todo caso, lo importante no es la deuda sino el hecho que Venezuela envía petróleo por el cual Cuba paga con servicios evaluados a precios altos.
Para Luis, los datos oficiales dejan ver que entre 2012 al 2013 estas transferencias se han evaporado y lo que hay principalmente es el canje de servicios cubanos por petróleo.
De acuerdo con estimados que realizó el economista cubano Carmelo Mesa Lago, basado en cifras de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), y en estadísticas de la isla, Venezuela desembolsó $5,6 millardos en 2008, para el pago de médicos, enfermeros y otros profesionales antillanos.
Por otro lado, de los flujos de la banca internacional se desprende que Cuba ha obtenido recursos financieros netos de Venezuela hasta el 2011.
"¿Son estos préstamos o transferencias?", se pregunta Luis. "Ya que Cuba no indica la existencia de deuda se debe suponer que son transferencias o una donación".
Un dato oficial ayuda a responder. Hasta 2011, 70% del Fondo para la Cooperación Internacional del Banco de Desarrollo de Venezuela (Bandes) se destinó a "apoyar" al gobierno cubano para sufragar programas entre ambos países.
Cuba, con una deuda de $1.193 millones al Bandes según se desprende de un reporte de la entidad al que accedió El Universal, es el país que más compromisos mantiene, sin conocerse bajo qué condiciones se acordaron los llamados "préstamos solidarios".
Adiós socialismo
ANTONIO RIVAS | EL UNIVERSAL
martes 27 de mayo de 2014 12:00 AM
Entre los sueños de los eruditos e intelectuales de izquierda y las acciones del gobierno hay un gran abismo, un gran vacío de capacidad gerencial, voluntad y ética que separa el verbo de los resultados. Y la falta de respuestas a las autocríticas que se hacen en el proceso parece dejarles claro que en Venezuela el socialismo es minoría, inclusive en el gobierno.
El proceso iniciado por Chávez atrajo por igual, desde su inicio, a aquellos que comulgan con los ideales socialistas, pero también a los que clamando justicia anhelaban más bien venganza contra sectores políticos y económicos, y también, cómo dudarlo, atrajo a los mayores oportunistas del país. En los primeros días de la revolución, y seguramente advertido por Fidel Castro, Chávez se percató de las dos principales trabas para implementar su proyecto. La primera es que una buena parte de sus seguidores entendía por socialismo las ayudas del Estado y la confiscación de lo ajeno en función del beneficio propio, y no el trabajo diario desprendido en función del bien común, y la segunda es que tendría una férrea y agresiva oposición tanto de los sectores poderosos de la economía venezolana como del pueblo progresista.
Siendo así, para solventar la primera traba optó por ejercer un control casi absoluto sobre el Estado subordinándolo a su mandato, a la vez que, obviando la negativa del referéndum, dio carácter indefinido a las reelecciones presidenciales. Con eso tenía el poder para "educar" al pueblo en lo que significaba realmente el socialismo, por las buenas, o por las no tan buenas si fuese necesario. El tiempo era su aliado. Con la segunda traba su estrategia fue cerrar filas y declarar guerra a muerte a los opositores, donde todo chavista estaba exento de culpa alguna y todo opositor era un traidor apátrida.
Tres lustros después, lo que juega en contra del proceso es que, lamentablemente para el pueblo genuinamente socialista, el presidente Chávez no está, y el factor tiempo ya no es aliado. Y en el absolutista cierre de puertas para aislarse de los enemigos, dejó puertas adentro a un nutrido grupo de ladrones e incompetentes que difícilmente ahora pueda ser controlado.
Así, el pueblo que se proclamó socialista sigue vistiendo franelas del PSUV y votando por la revolución pero muchos están revendiendo productos regulados en puestos de buhoneros, contrabandeando en las fronteras, cobrando comisiones en los organismos, comprando paquetes de café por docenas cada vez que pueden y vendiendo sus cupos de Cadivi en Facebook. Los vengadores, por su parte, tomaron las empresas expropiadas en medio de vítores y aplausos y con eso dieron por logrado su objetivo. La producción, la eficiencia, la planificación, la gerencia, etc. está fuera de su alcance y, a decir verdad, de sus objetivos. Ya la "justicia" se hizo. Y, finalmente, los oportunistas rebautizan las oficinas de control cambiario, simulan trabajo creando ministerios, vice-ministerios y comisiones a placer, controlan las mafias importadoras y se muestran complacientes y cómplices al paso del narcotráfico, entre otras faltas.
Ante tal panorama, los socialistas quieren levantar su voz pidiendo que se retome el camino, pero no encuentran eco en el gobierno. Más bien al contrario, el gobierno viendo que la economía va a la deriva, considera unificar el tipo de cambio en lo que sería una devaluación icónica, retoma el diálogo con los sectores productivos privados, coquetea con la idea de aumentar el precio a la gasolina, aumenta tímidamente el salario mínimo y ajusta sin mucho ruido los precios de los productos regulados, mientras algunos aún gritan "Chávez vive" para negarse a aceptar que la revolución, incluso con el actual gobierno, está desvaneciéndose, dejando a los izquierdistas en la orfandad.
No pretendo emitir un juicio de valor acerca del pasado, ni me atrevería a predecir el futuro de la estructura política de los socialistas. Pero valga una vez más el momento para invitar a la reflexión a los que creyeron en este proceso: trabajar en función del bien común y vivir alejado del consumismo es una decisión personal. No se necesita vociferar altruismo ni alistarse en proyectos inquisidores. Más aún, abrir los ojos, entender la realidad y zafarse de jaulas semánticas es de pensadores libres. Después de todo, la ideología es para el que puede discernir, la idolatría es para el que no.
@AntonioERivasR
rivas_antonio@hotmail.com
El proceso iniciado por Chávez atrajo por igual, desde su inicio, a aquellos que comulgan con los ideales socialistas, pero también a los que clamando justicia anhelaban más bien venganza contra sectores políticos y económicos, y también, cómo dudarlo, atrajo a los mayores oportunistas del país. En los primeros días de la revolución, y seguramente advertido por Fidel Castro, Chávez se percató de las dos principales trabas para implementar su proyecto. La primera es que una buena parte de sus seguidores entendía por socialismo las ayudas del Estado y la confiscación de lo ajeno en función del beneficio propio, y no el trabajo diario desprendido en función del bien común, y la segunda es que tendría una férrea y agresiva oposición tanto de los sectores poderosos de la economía venezolana como del pueblo progresista.
Siendo así, para solventar la primera traba optó por ejercer un control casi absoluto sobre el Estado subordinándolo a su mandato, a la vez que, obviando la negativa del referéndum, dio carácter indefinido a las reelecciones presidenciales. Con eso tenía el poder para "educar" al pueblo en lo que significaba realmente el socialismo, por las buenas, o por las no tan buenas si fuese necesario. El tiempo era su aliado. Con la segunda traba su estrategia fue cerrar filas y declarar guerra a muerte a los opositores, donde todo chavista estaba exento de culpa alguna y todo opositor era un traidor apátrida.
Tres lustros después, lo que juega en contra del proceso es que, lamentablemente para el pueblo genuinamente socialista, el presidente Chávez no está, y el factor tiempo ya no es aliado. Y en el absolutista cierre de puertas para aislarse de los enemigos, dejó puertas adentro a un nutrido grupo de ladrones e incompetentes que difícilmente ahora pueda ser controlado.
Así, el pueblo que se proclamó socialista sigue vistiendo franelas del PSUV y votando por la revolución pero muchos están revendiendo productos regulados en puestos de buhoneros, contrabandeando en las fronteras, cobrando comisiones en los organismos, comprando paquetes de café por docenas cada vez que pueden y vendiendo sus cupos de Cadivi en Facebook. Los vengadores, por su parte, tomaron las empresas expropiadas en medio de vítores y aplausos y con eso dieron por logrado su objetivo. La producción, la eficiencia, la planificación, la gerencia, etc. está fuera de su alcance y, a decir verdad, de sus objetivos. Ya la "justicia" se hizo. Y, finalmente, los oportunistas rebautizan las oficinas de control cambiario, simulan trabajo creando ministerios, vice-ministerios y comisiones a placer, controlan las mafias importadoras y se muestran complacientes y cómplices al paso del narcotráfico, entre otras faltas.
Ante tal panorama, los socialistas quieren levantar su voz pidiendo que se retome el camino, pero no encuentran eco en el gobierno. Más bien al contrario, el gobierno viendo que la economía va a la deriva, considera unificar el tipo de cambio en lo que sería una devaluación icónica, retoma el diálogo con los sectores productivos privados, coquetea con la idea de aumentar el precio a la gasolina, aumenta tímidamente el salario mínimo y ajusta sin mucho ruido los precios de los productos regulados, mientras algunos aún gritan "Chávez vive" para negarse a aceptar que la revolución, incluso con el actual gobierno, está desvaneciéndose, dejando a los izquierdistas en la orfandad.
No pretendo emitir un juicio de valor acerca del pasado, ni me atrevería a predecir el futuro de la estructura política de los socialistas. Pero valga una vez más el momento para invitar a la reflexión a los que creyeron en este proceso: trabajar en función del bien común y vivir alejado del consumismo es una decisión personal. No se necesita vociferar altruismo ni alistarse en proyectos inquisidores. Más aún, abrir los ojos, entender la realidad y zafarse de jaulas semánticas es de pensadores libres. Después de todo, la ideología es para el que puede discernir, la idolatría es para el que no.
@AntonioERivasR
rivas_antonio@hotmail.com
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