ENTREVISTA JUAN VILLORO, ESCRITOR
La pasión de Villoro
"La literatura se alimenta de pérdidas. Escribimos para compensar carencias" "La literatura carece de utilidad inmediata para cambiar la realidad, pero puede salvar de la locura".
Dos libros del autor mexicano ya están disponibles en las librerías venezolanas (Cortesía)
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DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
domingo 8 de junio de 2014 09:21 AM
Juan Villoro (México, D.F., 1956) quizá no escribiría hoy de fútbol si hubiera anotado algún gol en el estadio Maracaná. Villoro escribe, en parte, porque no pudo dedicarse a jugar. El argentino Roberto Fontanarrosa diría que tenía dos problemas para estar en la cancha: uno es la pierna izquierda y el otro es la pierna derecha. El mexicano, que estuvo en las categorías juveniles de los Pumas de la UNAM de su país, acaba de publicar otro libro: Balón dividido (Planeta).
A Juan Villoro le gusta el balompié desde que era pequeño. Ya dijo antes que "vio" su primer Mundial, en el 62, por radio. Entonces supo, o tal vez mucho más tarde, que la palabra puede recuperar la emoción de un partido. Quizás, por eso, también escribe.
-De niño, iba con el radio de transistores al estadio para no perderme las narraciones de los grandes cronistas. El partido mejoraba mucho gracias a ellas. Jorge Valdano contó que solo lloró de emoción por el gol que metió en la final del Mundial de México 86 cuando escuchó, años después, una narración del juego. La realidad es más real cuando se narra.
Balón dividido es un libro que ofrece retratos de algunas figuras contemporáneas del fútbol. (Leonel Messi, Cristiano Ronaldo, Josep Guardiola, José Mourinho, los hermanos Boateng, Ronaldo, Ronaldinho). Todo a la manera de Villoro, que hace analogías con la literatura, la historia o la psicología. También hay crónicas de sus visitas a grandes estadios (La Bombonera, San Mamés), y perfiles de futbolistas que murieron de distintas maneras (suicidio, infarto, asesinato). Siempre como si uno lo viviera justo en ese momento (Martín Palermo, por ejemplo, pareciera que jugara mejor en el texto del autor que en la cancha). Villoro habla de diversos temas cuando habla de fútbol.
-El fútbol permite establecer contacto con casi todo (...). El sexo, la religión, la cocina, la política, el dinero y todo lo demás se relacionan con el fútbol. Por eso, lo que más interesa del juego no es el deporte en sí, sino la afición que convoca.
Villoro es uno de esos escritores que convierte el balompié en un género literario (vio en el suicidio del portero Robert Enke una tragedia similar a la de Ana Karenina o en la rivalidad entre los hermanos Boateng algo propio de Caín y Abel). Juan Carlos Onetti, Augusto Roa Bastos, Roberto Bolaño, Manuel Vásquez Montalbán, Javier Marías, Eduardo Galeano, Martín Caparrós. Todos han escrito del tema. Todos, alguna vez, se imaginaron como futbolistas; unos, incluso, lo fueron en la ficción.
-(El fútbol) Es la forma de entretenimiento mejor repartida en el planeta e incluso los intelectuales se entretienen.
Villoro ya ha dicho que el fútbol es un novela en sí mismo. Y que, al igual que la literatura, el deporte conmueve. También podría decirse que es otra manera de denuncia. Fíjese en la ola de protestas que desató el Mundial en Brasil.
-En 1986 el presidente Miguel de la Madrid inauguró el Mundial de México y recibió una rechifla ejemplar. Poco antes, había sido incapaz de enfrentar los daños del terremoto. Ese día, en el Estadio Azteca, surgió el llamado "Partido del Temblor", una masa crítica harta del sistema de partido único. La gente no había ido a un mitin político y estaba contenta por la fiesta, pero repudió sin miramientos al mandatario. Es un ejemplo del fútbol como espacio de denuncia.
Hace ocho años Villoro publicó Dios es redondo (Anagrama). Desde entonces escribió algunos otros textos sobre fútbol. Varios ya aparecieron en prensa; otros los retrabajó para darles unidad, o formato de libro. En la mayoría de ellos se siente un toque de nostalgia (Marías decía que el fútbol es la recuperación de la infancia).
-La literatura se alimenta de pérdidas. Escribimos para compensar carencias. Es lógico que un ruso, que conoce el invierno más severo, componga La consagración de la primavera y un colombiano de Aracataca descubra en el calor de su tierra que el hielo es el mayor invento de nuestro tiempo. Todo esto para decirte que si hubiera anotado en Maracaná no escribiría de fútbol.
dfermin@eluniversal.com
NOTA VINCULADA: LAS FORMAS DE LA VIDA
Balón dividido no es la única novedad de Juan Villoro. La editorial Puntocero publicó ¿Hay vida en la Tierra?, una recopilación de artículos periodísticos escritos en los últimos 16 años.
El mexicano recurre a anécdotas mínimas para hablar de temas universales. La noche en la que un amigo suyo se peleó con su mujer le sirve para analizar la imposibilidad de los hombres de decir frases de amor. Todo con un toque de ironía. "El humor es un atributo de la inteligencia y permite entender el mundo de otro modo. Augusto Monterroso decía: 'El verdadero papel del humorista es hacer pensar y, a veces, hasta hacer reír'. No pretendo haber alcanzado una sabia ironía, pero la aprecio en quienes sí lo logran", dijo el autor, que cree que el papel del escritor consiste en preguntar para que los otros respondan.
¿Hay vida en la Tierra? podría interpretarse como un retrato íntimo de lo real, o una forma de analizar al mundo desde la cotidianidad. Que, en el fondo, es lo que puede hacer la escritura. "La literatura no es el hospital de la realidad, es su ventanilla de quejas. En sus páginas se pueden ventilar desastres y eso ayuda a resolverlos con el paso del tiempo. Carece de utilidad inmediata para cambiar la realidad en su conjunto, pero puede salvar de la locura, de la depresión o del tedio a muchos individuos".
@Daniel_Fermin
A Juan Villoro le gusta el balompié desde que era pequeño. Ya dijo antes que "vio" su primer Mundial, en el 62, por radio. Entonces supo, o tal vez mucho más tarde, que la palabra puede recuperar la emoción de un partido. Quizás, por eso, también escribe.
-De niño, iba con el radio de transistores al estadio para no perderme las narraciones de los grandes cronistas. El partido mejoraba mucho gracias a ellas. Jorge Valdano contó que solo lloró de emoción por el gol que metió en la final del Mundial de México 86 cuando escuchó, años después, una narración del juego. La realidad es más real cuando se narra.
Balón dividido es un libro que ofrece retratos de algunas figuras contemporáneas del fútbol. (Leonel Messi, Cristiano Ronaldo, Josep Guardiola, José Mourinho, los hermanos Boateng, Ronaldo, Ronaldinho). Todo a la manera de Villoro, que hace analogías con la literatura, la historia o la psicología. También hay crónicas de sus visitas a grandes estadios (La Bombonera, San Mamés), y perfiles de futbolistas que murieron de distintas maneras (suicidio, infarto, asesinato). Siempre como si uno lo viviera justo en ese momento (Martín Palermo, por ejemplo, pareciera que jugara mejor en el texto del autor que en la cancha). Villoro habla de diversos temas cuando habla de fútbol.
-El fútbol permite establecer contacto con casi todo (...). El sexo, la religión, la cocina, la política, el dinero y todo lo demás se relacionan con el fútbol. Por eso, lo que más interesa del juego no es el deporte en sí, sino la afición que convoca.
Villoro es uno de esos escritores que convierte el balompié en un género literario (vio en el suicidio del portero Robert Enke una tragedia similar a la de Ana Karenina o en la rivalidad entre los hermanos Boateng algo propio de Caín y Abel). Juan Carlos Onetti, Augusto Roa Bastos, Roberto Bolaño, Manuel Vásquez Montalbán, Javier Marías, Eduardo Galeano, Martín Caparrós. Todos han escrito del tema. Todos, alguna vez, se imaginaron como futbolistas; unos, incluso, lo fueron en la ficción.
-(El fútbol) Es la forma de entretenimiento mejor repartida en el planeta e incluso los intelectuales se entretienen.
Villoro ya ha dicho que el fútbol es un novela en sí mismo. Y que, al igual que la literatura, el deporte conmueve. También podría decirse que es otra manera de denuncia. Fíjese en la ola de protestas que desató el Mundial en Brasil.
-En 1986 el presidente Miguel de la Madrid inauguró el Mundial de México y recibió una rechifla ejemplar. Poco antes, había sido incapaz de enfrentar los daños del terremoto. Ese día, en el Estadio Azteca, surgió el llamado "Partido del Temblor", una masa crítica harta del sistema de partido único. La gente no había ido a un mitin político y estaba contenta por la fiesta, pero repudió sin miramientos al mandatario. Es un ejemplo del fútbol como espacio de denuncia.
Hace ocho años Villoro publicó Dios es redondo (Anagrama). Desde entonces escribió algunos otros textos sobre fútbol. Varios ya aparecieron en prensa; otros los retrabajó para darles unidad, o formato de libro. En la mayoría de ellos se siente un toque de nostalgia (Marías decía que el fútbol es la recuperación de la infancia).
-La literatura se alimenta de pérdidas. Escribimos para compensar carencias. Es lógico que un ruso, que conoce el invierno más severo, componga La consagración de la primavera y un colombiano de Aracataca descubra en el calor de su tierra que el hielo es el mayor invento de nuestro tiempo. Todo esto para decirte que si hubiera anotado en Maracaná no escribiría de fútbol.
dfermin@eluniversal.com
NOTA VINCULADA: LAS FORMAS DE LA VIDA
Balón dividido no es la única novedad de Juan Villoro. La editorial Puntocero publicó ¿Hay vida en la Tierra?, una recopilación de artículos periodísticos escritos en los últimos 16 años.
El mexicano recurre a anécdotas mínimas para hablar de temas universales. La noche en la que un amigo suyo se peleó con su mujer le sirve para analizar la imposibilidad de los hombres de decir frases de amor. Todo con un toque de ironía. "El humor es un atributo de la inteligencia y permite entender el mundo de otro modo. Augusto Monterroso decía: 'El verdadero papel del humorista es hacer pensar y, a veces, hasta hacer reír'. No pretendo haber alcanzado una sabia ironía, pero la aprecio en quienes sí lo logran", dijo el autor, que cree que el papel del escritor consiste en preguntar para que los otros respondan.
¿Hay vida en la Tierra? podría interpretarse como un retrato íntimo de lo real, o una forma de analizar al mundo desde la cotidianidad. Que, en el fondo, es lo que puede hacer la escritura. "La literatura no es el hospital de la realidad, es su ventanilla de quejas. En sus páginas se pueden ventilar desastres y eso ayuda a resolverlos con el paso del tiempo. Carece de utilidad inmediata para cambiar la realidad en su conjunto, pero puede salvar de la locura, de la depresión o del tedio a muchos individuos".
@Daniel_Fermin
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