París celebra el legado de Soto
El Centro Pompidou exhibe las obras del artista donadas por su familia a Francia
La exposición estará abierta hasta el 20 de mayo
AFP/EL UNIVERSAL
sábado 23 de febrero de 2013 12:00 AM
París.- Nacido en el seno de una familia pobre en el interior de Venezuela, Jesús Soto fue uno de los protagonistas de la "revolución cinética" que marcó el arte europeo en la década de 1950. Ahora, París, cuidad en la que vivió y murió en 2005, saluda su legado con una muestra en el Centro Pompidou.
Titulada solamente Soto, la exposición reúne desde sus primeros relieves en plexiglás ejecutados en los años 50 -cuando el artista llegó a París con sólo su guitarra bajo el brazo y sin hablar francés-, hasta uno de sus célebresPenetrables, esos volúmenes conformados por centenares de finas varillas verticales suspendidas en el espacio, y que el espectador puede atravesar.
Lo que más llama la atención en la muestra, que abrirá el 27 de febrero y concluirá el 20 de mayo, es que 20 de las 25 magníficas obras expuestas fueron donadas en 2011 al Estado francés por la familia de Soto, en pago de impuestos.
"Es una donación excepcional que permite entender la evolución de este artista visionario, fascinado por el movimiento y que no cesó de renovar su vocabulario artístico", señaló el curador de la muestra, Jean Paul Amelyne.
El especialista recordó que Francia posee desde 1968 una legislación, llamada "dación", que permite a los museos enriquecer sus colecciones gracias a la donación por las familias de artistas de obras, como manera de pago del impuesto de sucesión al Estado francés.
Pero para Christophe Soto, uno de los cinco hijos del artista nacido en Ciudad Bolívar en 1923, para la familia "no era una cuestión de pago de impuestos, y mucho menos de evasión de impuestos".
"Se trataba de escoger obras que pudieran esclarecer su recorrido", dijo el hijo de Soto en una sala del Pompidou, mientras se montaban las obras de su padre.
La selección de las obras donadas "fue fruto de una estrecha colaboración" con los museos nacionales franceses, afirmó Christophe Soto. "Esta exposición es la culminación de un proceso muy largo, que empezó tras la muerte de mi padre. Todas las obras donadas han participado en exposiciones importantes, son obras históricas", resaltó.
El curador destacó que la importancia de esta donación de obras de Soto -quien junto con otro artista venezolano, Carlos Cruz-Diez-, encabezó la revolución cinética en el arte- es tanto mayor cuanto que el artista venezolano estaba hasta ahora "poco representado en las colecciones públicas francesas, que poseían sólo cinco de sus obras".
"Las piezas donadas por la familia de Soto, que datan de 1955 a 2004, cubren esa laguna", reafirmó Amelyne, subrayando que esta es la primera vez que se expone este conjunto excepcional, que esclarece la trayectoria de Soto. "Soto se renovó constantemente, rechazó siempre la facilidad", subrayó el experto, recordando que el artista usó el plexiglás desde 1953, lo que le permitió introducir en su obra los efectos vibrantes de la luz. Pero unos años después, lo dejó, y empezó a utilizar metal para atrapar la realidad en movimiento.
Uno de los grandes legados de Soto es haber "integrado al espectador en la obra", indicó Amelyne, mientras trabajadores instalaban el Cubo penetrable, realizado por el artista en 1996 para su retrospectiva en el Museo Jeu de Paume en 1997.
Christophe Soto dijo que su padre hizo un museo en su ciudad natal, Ciudad Bolívar. "Él pensaba que todo el mundo debía poder ir a una exposición, disfrutar del arte, experimentar sorpresa", dijo. Lo único que lo entristece es que ese museo "está ahora en el centro de un conflicto con la gobernación local. Es un problema de personas. Pero no quiero hablar del conflicto, sino de las soluciones", concluyó.
Titulada solamente Soto, la exposición reúne desde sus primeros relieves en plexiglás ejecutados en los años 50 -cuando el artista llegó a París con sólo su guitarra bajo el brazo y sin hablar francés-, hasta uno de sus célebresPenetrables, esos volúmenes conformados por centenares de finas varillas verticales suspendidas en el espacio, y que el espectador puede atravesar.
Lo que más llama la atención en la muestra, que abrirá el 27 de febrero y concluirá el 20 de mayo, es que 20 de las 25 magníficas obras expuestas fueron donadas en 2011 al Estado francés por la familia de Soto, en pago de impuestos.
"Es una donación excepcional que permite entender la evolución de este artista visionario, fascinado por el movimiento y que no cesó de renovar su vocabulario artístico", señaló el curador de la muestra, Jean Paul Amelyne.
El especialista recordó que Francia posee desde 1968 una legislación, llamada "dación", que permite a los museos enriquecer sus colecciones gracias a la donación por las familias de artistas de obras, como manera de pago del impuesto de sucesión al Estado francés.
Pero para Christophe Soto, uno de los cinco hijos del artista nacido en Ciudad Bolívar en 1923, para la familia "no era una cuestión de pago de impuestos, y mucho menos de evasión de impuestos".
"Se trataba de escoger obras que pudieran esclarecer su recorrido", dijo el hijo de Soto en una sala del Pompidou, mientras se montaban las obras de su padre.
La selección de las obras donadas "fue fruto de una estrecha colaboración" con los museos nacionales franceses, afirmó Christophe Soto. "Esta exposición es la culminación de un proceso muy largo, que empezó tras la muerte de mi padre. Todas las obras donadas han participado en exposiciones importantes, son obras históricas", resaltó.
El curador destacó que la importancia de esta donación de obras de Soto -quien junto con otro artista venezolano, Carlos Cruz-Diez-, encabezó la revolución cinética en el arte- es tanto mayor cuanto que el artista venezolano estaba hasta ahora "poco representado en las colecciones públicas francesas, que poseían sólo cinco de sus obras".
"Las piezas donadas por la familia de Soto, que datan de 1955 a 2004, cubren esa laguna", reafirmó Amelyne, subrayando que esta es la primera vez que se expone este conjunto excepcional, que esclarece la trayectoria de Soto. "Soto se renovó constantemente, rechazó siempre la facilidad", subrayó el experto, recordando que el artista usó el plexiglás desde 1953, lo que le permitió introducir en su obra los efectos vibrantes de la luz. Pero unos años después, lo dejó, y empezó a utilizar metal para atrapar la realidad en movimiento.
Uno de los grandes legados de Soto es haber "integrado al espectador en la obra", indicó Amelyne, mientras trabajadores instalaban el Cubo penetrable, realizado por el artista en 1996 para su retrospectiva en el Museo Jeu de Paume en 1997.
Christophe Soto dijo que su padre hizo un museo en su ciudad natal, Ciudad Bolívar. "Él pensaba que todo el mundo debía poder ir a una exposición, disfrutar del arte, experimentar sorpresa", dijo. Lo único que lo entristece es que ese museo "está ahora en el centro de un conflicto con la gobernación local. Es un problema de personas. Pero no quiero hablar del conflicto, sino de las soluciones", concluyó.
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