"Liderazgos político-religiosos afloran cuando hay debilidad institucional"
Para el sociólogo Enrique Alí González Ordosgoiti el presidente Hugo Chávez ha tenido siempre el "interés explícito en lograr erigirse como un mesías", evidenciado en su intención de "vaciar las instituciones y las contrapartes políticas.
Las alusiones religiosas han sido constantes en el discurso presidencial (AP/Archivo)
OCARINA ESPINOZA | EL UNIVERSAL
lunes 25 de febrero de 2013 12:00 AM
Caracas.- Unas instituciones de poder debilitadas en un país es el nicho perfecto para que prosperen liderazgos carismáticos proféticos, como el que asegura el sociólogo Enrique Alí González Ordosgoiti, ha construido el presidente Hugo Chávez a lo largo de 14 años de gobierno. Se trata, según el experto, de una relación que no busca el raciocinio de sus seguidores sino una adhesión afectiva y hasta casi religiosa.
Explica que en una sociedad como la venezolana. se produce una anomia o ausencia de reglamentación para dar paso a relaciones solo personales y de confianza de este tipo. "En el caso de Chávez, él es la cara del Estado que se vincula con la otra cara de la sociedad llamada pueblo, eso a su vez establece un tipo de relación que va por encima de las instituciones, que son paralelas al aparato del Estado".
"Al haber debilidad institucional las personas van a ver en Chávez no solamente un líder político sino alguien quien contribuya a explicar y darle sentido de proyecto a la sociedad como un todo y la única posibilidad de lograr esto es a través de un discurso religioso que funciona con el más acá y el más allá, con lo que existe y lo que no, con lo posible, con el concepto de futuro y de esperanza".
En nombre del pueblo
González indica que cuando se quiere hablar de los consejos comunales y del Estado comunal como organización social se está apuntando otra vez a la desinstitucionalización. "Estos son entes que le obedecen solo al Poder Ejecutivo, es una relación bilateral: el Presidente y algo etéreo e imposible de asir que es el pueblo, por lo que el diálogo termina siendo otra vez un monólogo desde el poder".
Se entiende como profeta aquel que habla en nombre de otro y el presidente Hugo Chávez ha demostrado hasta ahora que tiene "un interés explícito en lograr erigirse como un mesías", es recurrente "no hablar en nombre de él sino del espíritu, en nombre de Dios, de las fuerzas profundas de un pueblo".
Las características presentes en el presidente Hugo Chávez para que la gente lo perciba con un cáliz religioso tienen que ver con que todo profeta es una persona que critica a las sociedades previas a su presencia y promete condiciones mejores.
Construir sobre el vacío
"Al desconocer cualquier virtud del pasado y negar el presente lo que va quedando es una vaga idea de futuro, el líder profético lo va a ir definiendo de acuerdo a su mentalidad e intereses. Eso causa en las personas una sensación de vacío, de orfandad, la percepción de que todo hay que crearlo de nuevo porque nada de lo existente es bueno, solo lo será lo que está por venir; eso explica por ejemplo la destrucción económica en el país".
El sociólogo apunta que las sociedades que se manejan de esta forma se mantienen a causa, fundamentalmente, de una complicidad o inacción entre las élites políticas, económicas y militares. "Cuando las élites no están a la altura de conformar una nueva visión de proyecto una nueva proposición de futuro, aunque se haya venido agotando la que se tenía, queda un vacío".
Sostiene que los modelos y las mismas élites también se agotan, como pasó con el de la sociedad democrática venezolana de los años cincuenta y el Pacto de Punto Fijo. Así, el chavismo, debe como en aquel entonces, interpretar la necesidad de renovación.
En Twitter: @ocarinaespinoza.
Explica que en una sociedad como la venezolana. se produce una anomia o ausencia de reglamentación para dar paso a relaciones solo personales y de confianza de este tipo. "En el caso de Chávez, él es la cara del Estado que se vincula con la otra cara de la sociedad llamada pueblo, eso a su vez establece un tipo de relación que va por encima de las instituciones, que son paralelas al aparato del Estado".
"Al haber debilidad institucional las personas van a ver en Chávez no solamente un líder político sino alguien quien contribuya a explicar y darle sentido de proyecto a la sociedad como un todo y la única posibilidad de lograr esto es a través de un discurso religioso que funciona con el más acá y el más allá, con lo que existe y lo que no, con lo posible, con el concepto de futuro y de esperanza".
En nombre del pueblo
González indica que cuando se quiere hablar de los consejos comunales y del Estado comunal como organización social se está apuntando otra vez a la desinstitucionalización. "Estos son entes que le obedecen solo al Poder Ejecutivo, es una relación bilateral: el Presidente y algo etéreo e imposible de asir que es el pueblo, por lo que el diálogo termina siendo otra vez un monólogo desde el poder".
Se entiende como profeta aquel que habla en nombre de otro y el presidente Hugo Chávez ha demostrado hasta ahora que tiene "un interés explícito en lograr erigirse como un mesías", es recurrente "no hablar en nombre de él sino del espíritu, en nombre de Dios, de las fuerzas profundas de un pueblo".
Las características presentes en el presidente Hugo Chávez para que la gente lo perciba con un cáliz religioso tienen que ver con que todo profeta es una persona que critica a las sociedades previas a su presencia y promete condiciones mejores.
Construir sobre el vacío
"Al desconocer cualquier virtud del pasado y negar el presente lo que va quedando es una vaga idea de futuro, el líder profético lo va a ir definiendo de acuerdo a su mentalidad e intereses. Eso causa en las personas una sensación de vacío, de orfandad, la percepción de que todo hay que crearlo de nuevo porque nada de lo existente es bueno, solo lo será lo que está por venir; eso explica por ejemplo la destrucción económica en el país".
El sociólogo apunta que las sociedades que se manejan de esta forma se mantienen a causa, fundamentalmente, de una complicidad o inacción entre las élites políticas, económicas y militares. "Cuando las élites no están a la altura de conformar una nueva visión de proyecto una nueva proposición de futuro, aunque se haya venido agotando la que se tenía, queda un vacío".
Sostiene que los modelos y las mismas élites también se agotan, como pasó con el de la sociedad democrática venezolana de los años cincuenta y el Pacto de Punto Fijo. Así, el chavismo, debe como en aquel entonces, interpretar la necesidad de renovación.
En Twitter: @ocarinaespinoza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario