De Benedicto XVI al presidente Chávez
El Papa agradece a sus colaboradores y pide perdón por sus defectos
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JULIO CÉSAR PINEDA | EL UNIVERSAL
jueves 14 de febrero de 2013 12:00 AM
El Vaticano es el centro de la opinión pública mundial por la renuncia del Papa Benedicto XVI. El último Pontífice en separarse de su cargo fue Gregorio XII en el año 1415. De los 265 Papas en forma voluntaria han renunciado solo Celestino V en 1294 y Benedicto XVI. Este micro Estado, con 750 mts2 y una población cercana a los mil habitantes, tiene una influencia determinante como religión y como Estado. El Vaticano está gobernado por el Papa, cuyo ejercicio siempre terminaba con su muerte. Benedicto XVI ha sorprendido al mundo. Su Pontificado termina el próximo 28 de febrero a las 8 pm.
¡Qué gran honestidad de este Jefe de Estado, además de líder de la más importante religión, de dejar de lado al poder, reconocerse enfermo e incapaz de gobernar el Barco de San Pedro, para aceptar que otros, en mejores condiciones físicas y psicológicas lo hagan, después de haber cumplido con su labor! ¡Que coherencia tan extraordinaria!, porque ya lo había declarado en el 2010, en su libro "Luz del Mundo". Agradece a todos por el amor y el trabajo, pero también pide perdón por sus defectos. Cuantos presidentes, primeros ministros, monarcas, aferrados al gobierno incluso destruyendo la calidad de su vida, deberían seguir este ejemplo.
Se retira a un Monasterio de Clausura para la oración, la lectura y la escritura. Estará en el consistorio pero no en el cónclave para elegir al nuevo Papa. No quiere influir en la selección cardenalicia de su sucesor. La renuncia del Papa está prevista en el Derecho Canónico, como en las constituciones del mundo, y él quiere cumplirla al pie de la letra "Se requiere para su validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente". Solo falta después de su manifestación pública la Carta de renuncia oficial al Colegio Cardenalicio. Es más fácil dejar el pontificado, que para un cura desligarse de su parroquia, aunque muchos Papas como el propio Benedicto XVI llegaron a la muerte en delicadísimo estado de salud que propiciaban rumores y desmentidos. Seguramente vendrá un Papa de transición en el cónclave del mes de marzo y hacia la verdadera Iglesia del siglo XXI. No se descarta la escogencia de un latinoamericano o al menos el primer Papa no europeo. El 42% de los católicos del mundo están en América Latina mientras que en Europa un 25%. Con Benedicto XVI (alemán) y con Juan Pablo II (Polaco) se rompió la tradición de los pontífices italianos. El próximo Papa, de no ser un italiano podría estar en la siguiente jerarquía: el austríaco Christoph Schönborn, por ser tan cercano a Benedicto XVI; el estadounidense Timothy Dolan reconocido arzobispo de New York, frontal en su lucha contra los escándalos de pederastia; el africano Peter Turkson, director de la Oficina de Justicia y Paz del Vaticano; el brasileño João Braz de Aviz, el más cercano a la teología de la liberación, representa al país con más católicos en el mundo; el canadiense Marc Ouellet, el mejor conocedor interno del Papado; para los venezolanos sería agradable la elección de Leonardo Sandri, porque fue Nuncio Apostólico en Caracas; el más joven y carismático es Luis Tagle filipino de 55 años, con un perfil parecido al de Juan Pablo II. El cónclave será 15 días después del 28 de febrero con 120 Cardenales, incluyendo al venezolano, su Eminencia el Cardenal Urosa. El candidato deberá obtener la mayoría de los 2 tercios de los votos de los Cardenales electores. La última votación casi siempre es entre los dos de mayor aceptación, pero puede haber hasta más de 30 escrutinios. Hasta el día que con el humo blanco se anuncie desde el balcón de la Basílica Vaticana el tradicional "Habemus Papam". Presenciaremos de forma inédita la existencia de dos Papas, el elegido y el renunciante, frente a un mundo de profunda crisis económica, política y cultural, en una Europa que pareciera fraccionarse, el continente asiático en pleno crecimiento, un África con los permanentes problemas de guerra y confrontaciones, y una América Latina frente al desafío de mayor democracia pero mayor justicia. El nuevo Papa tendrá que afrontar los nuevos desafíos y tener la capacidad para hacerlo.
Qué oportuno para el señor presidente Hugo Chávez y otros Jefes de Estado, el ejemplo que ha dado el Cardenal Joseph Ratzinger, cuando reconoce "No tener fuerzas para ejercer adecuadamente el Ministerio ni el vigor tanto del cuerpo como del espíritu". El Papa reconoció su incapacidad para ejercer bien el gobierno y la necesidad de que otros continúen con la labor, sin interferir en la designación del sucesor. Agradece a sus colaboradores y pide perdón por sus defectos. La Iglesia como los Naciones siguen más allá de sus líderes.
Embajador
jcpineda01@gmail.com
¡Qué gran honestidad de este Jefe de Estado, además de líder de la más importante religión, de dejar de lado al poder, reconocerse enfermo e incapaz de gobernar el Barco de San Pedro, para aceptar que otros, en mejores condiciones físicas y psicológicas lo hagan, después de haber cumplido con su labor! ¡Que coherencia tan extraordinaria!, porque ya lo había declarado en el 2010, en su libro "Luz del Mundo". Agradece a todos por el amor y el trabajo, pero también pide perdón por sus defectos. Cuantos presidentes, primeros ministros, monarcas, aferrados al gobierno incluso destruyendo la calidad de su vida, deberían seguir este ejemplo.
Se retira a un Monasterio de Clausura para la oración, la lectura y la escritura. Estará en el consistorio pero no en el cónclave para elegir al nuevo Papa. No quiere influir en la selección cardenalicia de su sucesor. La renuncia del Papa está prevista en el Derecho Canónico, como en las constituciones del mundo, y él quiere cumplirla al pie de la letra "Se requiere para su validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente". Solo falta después de su manifestación pública la Carta de renuncia oficial al Colegio Cardenalicio. Es más fácil dejar el pontificado, que para un cura desligarse de su parroquia, aunque muchos Papas como el propio Benedicto XVI llegaron a la muerte en delicadísimo estado de salud que propiciaban rumores y desmentidos. Seguramente vendrá un Papa de transición en el cónclave del mes de marzo y hacia la verdadera Iglesia del siglo XXI. No se descarta la escogencia de un latinoamericano o al menos el primer Papa no europeo. El 42% de los católicos del mundo están en América Latina mientras que en Europa un 25%. Con Benedicto XVI (alemán) y con Juan Pablo II (Polaco) se rompió la tradición de los pontífices italianos. El próximo Papa, de no ser un italiano podría estar en la siguiente jerarquía: el austríaco Christoph Schönborn, por ser tan cercano a Benedicto XVI; el estadounidense Timothy Dolan reconocido arzobispo de New York, frontal en su lucha contra los escándalos de pederastia; el africano Peter Turkson, director de la Oficina de Justicia y Paz del Vaticano; el brasileño João Braz de Aviz, el más cercano a la teología de la liberación, representa al país con más católicos en el mundo; el canadiense Marc Ouellet, el mejor conocedor interno del Papado; para los venezolanos sería agradable la elección de Leonardo Sandri, porque fue Nuncio Apostólico en Caracas; el más joven y carismático es Luis Tagle filipino de 55 años, con un perfil parecido al de Juan Pablo II. El cónclave será 15 días después del 28 de febrero con 120 Cardenales, incluyendo al venezolano, su Eminencia el Cardenal Urosa. El candidato deberá obtener la mayoría de los 2 tercios de los votos de los Cardenales electores. La última votación casi siempre es entre los dos de mayor aceptación, pero puede haber hasta más de 30 escrutinios. Hasta el día que con el humo blanco se anuncie desde el balcón de la Basílica Vaticana el tradicional "Habemus Papam". Presenciaremos de forma inédita la existencia de dos Papas, el elegido y el renunciante, frente a un mundo de profunda crisis económica, política y cultural, en una Europa que pareciera fraccionarse, el continente asiático en pleno crecimiento, un África con los permanentes problemas de guerra y confrontaciones, y una América Latina frente al desafío de mayor democracia pero mayor justicia. El nuevo Papa tendrá que afrontar los nuevos desafíos y tener la capacidad para hacerlo.
Qué oportuno para el señor presidente Hugo Chávez y otros Jefes de Estado, el ejemplo que ha dado el Cardenal Joseph Ratzinger, cuando reconoce "No tener fuerzas para ejercer adecuadamente el Ministerio ni el vigor tanto del cuerpo como del espíritu". El Papa reconoció su incapacidad para ejercer bien el gobierno y la necesidad de que otros continúen con la labor, sin interferir en la designación del sucesor. Agradece a sus colaboradores y pide perdón por sus defectos. La Iglesia como los Naciones siguen más allá de sus líderes.
Embajador
jcpineda01@gmail.com
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