Antonio Ecarri Bolívar || Betancourt: ¿Hace 105 años se rompió el molde?
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Este viernes se cumplen 105 años del nacimiento de Rómulo Betancourt, en Guatire, estado Miranda. Rómulo, al igual que sus contemporáneos socialistas españoles y Haya de la Torre en Perú, fueron lo suficientemente críticos y visionarios como para no tragarse el cuento de la Dictadura del Proletariado, pues veían allí el germen de desviaciones ulteriores que darían al traste con la dignidad humana y con el mismo régimen soviético, que se erigía como la gran revolución de todos los tiempos. Se dieron cuenta de que el socialismo sin libertad no es más que otro régimen tiránico, con el disfraz de la reivindicación social, pero que al conculcar la libertad se prostituiría, sin remedio, más temprano que tarde.
A pesar de haberse adoptado el esquema organizativo leninista, la incorporación a la dirección de Acción Democrática, por empeño del mismo Rómulo, de figuras destacadísimas de la sociedad venezolana de la época, evitó la hegemonía de un caudillo indiscutible, pues Betancourt era en el CEN del partido un “igual entre pares”, lo que permitió no solo que la discusión interna fuese la constante de esa dirección, sino que muchísimas veces el propio Rómulo, a pesar de su liderazgo, fuese derrotado en esos debates. Tanto fue así, que su tesis de escoger un candidato de consenso con el partido social cristiano Copei, después de su período presidencial, fue derrotada en la Convención Nacional de su partido, que escogió a otro militante de AD como el abanderado de las siguientes elecciones: el abogado laboralista Raúl Leoni, quien, contra todos los pronósticos, ganó esa justa en el año 1963.
Betancourt, contrariamente a lo que opinan algunos de sus críticos, no fue un obstáculo para la renovación de dirigentes en la cosa pública, pues su ejemplo indica precisamente lo contrario. En efecto, cuando Rómulo sale de la Presidencia y queda electo su viejo compañero de luchas estudiantiles del año 28, Raúl Leoni, lo primero que hace es abandonar el país, para que no dijesen que se convertiría en el “poder detrás del trono”. En las elecciones siguientes, que ocurren al final del mandato de su amigo y rival político Rafael Caldera, cuando la norma Constitucional le permite -por haberse cumplido dos períodos presidenciales después del suyo- aspirar nuevamente a la presidencia de la República y cuando, internamente en su partido nada ni nadie se lo impedía, rechaza tal pedimento de las bases y dirección de su organización, permitiendo así la renovación de cuadros y el surgimiento de otro líder nacional como lo fue Carlos Andrés Pérez.
Otra de las más importantes contribuciones de Betancourt a la democratización de Venezuela, fue la despersonalización del poder, pues no otra cosa fue la que alentó y logró materializar con el famoso consenso político conocido como “Pacto de Punto Fijo”, pues por primera vez en este país no se hablaría más, al decir de Manuel Caballero, de los “ismos” personalistas que definían las etapas políticas desde la independencia hasta 1958.
En efecto, ya no se hablaría más de “Paecismo”, “Guzmancismo”, “Monaguismo”, “Gomecismo”, “Perezjimenizmo”, sino de “Puntofijismo, que a pesar de ser un cognomento empleado por los actuales gobernantes para denostar y pretender desprestigiar, ese acuerdo logra exactamente lo contrario, es decir, su reivindicación, al exaltar la despersonalización del poder y poner de bulto un logro excepcional, como fue la transformación de Venezuela de una era de caudillos y líderes providenciales en una sociedad moderna, integradora y no excluyente. Hablar hoy de “chavismo” es, qué duda cabe, una regresión histórica.
En definitiva, el pensamiento y la acción de Rómulo Betancourt, en función de la institucionalidad democrática; de la integración del individuo en el cuerpo social a través de la educación y el trabajo, permitieron que los hijos de campesinos y obreros escalaran los peldaños sociales que convirtieron a Venezuela en el país con la clase media más importante de América Latina; permitieron asimismo la construcción de un partido policlasista, el más importante y de mayor influencia en la vida de la sociedad venezolana, como Acción Democrática; de la influencia decisiva, con su “Doctrina Betancourt”, que contribuyó a defenestrar los regímenes dictatoriales, de derecha e izquierda, en todo el Continente, dieron una inestimable contribución a la modernización de Venezuela y América Latina.
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