"En este caso las mentiras del Gobierno son obvias"
"El episodio de las fotos concede un margen de maniobra, pero la incertidumbre continúa" "No veo, todavía, el momento de la calle. Irse de bruces en una estrategia leninista sólo consolidaría la polarización"
Ricardo Sucre Heredia advierte que todavía no ha llegado la hora de salir a calle ARCHIVO
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
domingo 17 de febrero de 2013 12:00 AM
-Luego de conocerse las fotografías del presidente parece haberse reforzado la polarización. Los chavistas no sólo creyeron en la autenticidad de la foto sino que se ilusionaron con algo que parecía imposible hasta el viernes: el retorno de Chávez. En la oposición la reacción fue contraria: escepticismo y el convencimiento de que las fotos son un montaje.
-Las fotos son la respuesta a la incertidumbre que estaba planteada luego de la decisión adoptada por el TSJ el 10 de enero. Estaba claro que esa situación no podía prolongarse y aunque no se había llegado a un punto crítico, en los últimos días se planteaba con mayor insistencia la pregunta sobre el estado de Chávez. Había un reclamo general en la oposición en las voces de Capriles, de Aveledo e incluso de los estudiantes. El gobierno decidió, entonces, echarle un poco más de gasolina a su tanque para mantener la tesis de normalidad.
-Pero, ¿no hay contradicciones entre el texto de la declaración y las fotografías?
-El comunicado me parece más interesante que las fotos porque advierte que a Chávez le asiste el uso de sus facultades mentales, recalcando algo menos creíble: que está en el ejercicio pleno de todas sus facultades. Y ahí entra la foto: un señor como estático, inmóvil, pero no demacrado y más bien cachetón. Entonces es detectable el objetivo, por parte del gobierno, de comunicar que todo está normal, aunque esa no sea la realidad.
-Esa sensación de normalidad, ¿no nos lleva a suponer que Chávez va a regresar para reasumir sus funciones, echando por tierra la creencia de que asistíamos al inicio de una transición?
Ahora, si esa sensación resulta una ilusión pasajera, ¿no se generará frustración y rechazo en unos eventuales electores?
-En apariencia luce como una contradicción, pero la estrategia del Gobierno, en este momento, es ganar tiempo. Cuando se planteó que el chavismo requería unas elecciones rápido yo no le veía así, sino en el contexto de la incertidumbre. Y poniéndome en los zapatos de un chavista concluía que lo fundamental era ganar tiempo para estabilizar, medio poner orden en la economía, desarrollar una estrategia de represión contra la oposición y neutralizar a Capriles.
-El problema es que tiempo, generalmente, no espera mucho a un enfermo de cáncer.
-Por eso los comunicados son ambiguos. Dicen que se está recuperando, pero como son buenos para los subterfugios hablan de la "enfermedad base". ¿Cuál es la enfermedad base? El cáncer. Y frente a eso , gracias a la ambigüedad, puede justificarse cualquiera de los escenarios planteados.
-Se informa que al Presidente se le está facilitando la respiración gracias a una dispositivo traqueal, pero la foto no lo muestra por ninguna parte.
-Esa circunstancia nos está diciendo que el tratamiento será largo, aunque se insinúa un pronto regreso. El Presidente tendría serias dificultades para comunicarse verbalmente, pero sus voceros no han dicho que han conversado con él. Quizás por eso Maduro advirtió, según leí en twitter, que había hablado con Chávez, pero antes de colocársele el dispositivo. Ahí la mentira es obvia.
-Volvemos entonces a la pregunta: ¿No generarán esas incidencias un impacto negativo en los votantes, en caso de elecciones?
-Sí, si el Gobierno logra estabilizarse. No, en la medida en que aplique una política represiva y continúe con esa suerte de mentiras.
-¿No depende eso del papel que juegue la oposición?
-Si antes que las frases ("Nos están mintiendo", "el paquetazo rojo", "el segundón) logra interpelar y toca la fibra sensible de la realidad, puede generar un efecto. Así, la efectividad del oficialismo, en su intención de transferir la abstracción afectiva de Chávez a la candidatura de Maduro, dependerá de una oposición que vaya más allá de la simple denuncia. De manera que pese a la cohesión que muestra el chavismo, la Unidad podría incidir en lo que se llama el público de la periferia.
-Dices que la oposición debe ir más allá, pero el único camino institucional de presión que tiene, la representación parlamentaria, está bloqueada. Por ahí no consigue nada. Le queda la calle, pero la maquinaria, la organización y la capacidad de agitación tampoco se ven por ninguna parte.
-No veo, todavía, el momento de la calle. Es cierto, hay polarización y también que el Gobierno agarró un poquito más de gasolina y ganó tiempo, pero al final la incertidumbre continúa. Los temas de la enfermedad de Chávez y la devaluación puede ser tocados por la oposición desde la perspectiva del engaño y el falseamiento de la realidad. Así, se le podrá abrir los ojos a mucha gente y llegará el momento de la calle. Irse de bruces con la estrategia leninista de la agitación y las condiciones objetivas, sólo servirá para consolidar la polarización.
-El verbo sobre la acción.
-Tanto la enfermedad de Chávez como la devaluación desnudan al Gobierno. Eso se siente en la inquietud y las dudas que algunos sectores del chavismo (Aporrea) han venido manifestando. No creo que se pueda conquistar muchos, pero al menos siembras una duda crítica sobre lo que significa su gobiernos. Si bien la oposición carece de recursos materiales, tiene las palabras y las ideas, cuyo mejor momento es el actual. Lo otra, la opción leninista, no creo que el país la procese bien.
-Entonces, el desenlace lo posponen los protagonistas.
-El episodio de las fotos concede un margen de maniobra, aunque no puede durar mucho. En meses, incluso en semanas, el tema resurgirá. Mientras tanto, el Gobierno buscará metabolizar el traslado de la abstracción afectiva de Chávez hacia Maduro.
-Las fotos son la respuesta a la incertidumbre que estaba planteada luego de la decisión adoptada por el TSJ el 10 de enero. Estaba claro que esa situación no podía prolongarse y aunque no se había llegado a un punto crítico, en los últimos días se planteaba con mayor insistencia la pregunta sobre el estado de Chávez. Había un reclamo general en la oposición en las voces de Capriles, de Aveledo e incluso de los estudiantes. El gobierno decidió, entonces, echarle un poco más de gasolina a su tanque para mantener la tesis de normalidad.
-Pero, ¿no hay contradicciones entre el texto de la declaración y las fotografías?
-El comunicado me parece más interesante que las fotos porque advierte que a Chávez le asiste el uso de sus facultades mentales, recalcando algo menos creíble: que está en el ejercicio pleno de todas sus facultades. Y ahí entra la foto: un señor como estático, inmóvil, pero no demacrado y más bien cachetón. Entonces es detectable el objetivo, por parte del gobierno, de comunicar que todo está normal, aunque esa no sea la realidad.
-Esa sensación de normalidad, ¿no nos lleva a suponer que Chávez va a regresar para reasumir sus funciones, echando por tierra la creencia de que asistíamos al inicio de una transición?
Ahora, si esa sensación resulta una ilusión pasajera, ¿no se generará frustración y rechazo en unos eventuales electores?
-En apariencia luce como una contradicción, pero la estrategia del Gobierno, en este momento, es ganar tiempo. Cuando se planteó que el chavismo requería unas elecciones rápido yo no le veía así, sino en el contexto de la incertidumbre. Y poniéndome en los zapatos de un chavista concluía que lo fundamental era ganar tiempo para estabilizar, medio poner orden en la economía, desarrollar una estrategia de represión contra la oposición y neutralizar a Capriles.
-El problema es que tiempo, generalmente, no espera mucho a un enfermo de cáncer.
-Por eso los comunicados son ambiguos. Dicen que se está recuperando, pero como son buenos para los subterfugios hablan de la "enfermedad base". ¿Cuál es la enfermedad base? El cáncer. Y frente a eso , gracias a la ambigüedad, puede justificarse cualquiera de los escenarios planteados.
-Se informa que al Presidente se le está facilitando la respiración gracias a una dispositivo traqueal, pero la foto no lo muestra por ninguna parte.
-Esa circunstancia nos está diciendo que el tratamiento será largo, aunque se insinúa un pronto regreso. El Presidente tendría serias dificultades para comunicarse verbalmente, pero sus voceros no han dicho que han conversado con él. Quizás por eso Maduro advirtió, según leí en twitter, que había hablado con Chávez, pero antes de colocársele el dispositivo. Ahí la mentira es obvia.
-Volvemos entonces a la pregunta: ¿No generarán esas incidencias un impacto negativo en los votantes, en caso de elecciones?
-Sí, si el Gobierno logra estabilizarse. No, en la medida en que aplique una política represiva y continúe con esa suerte de mentiras.
-¿No depende eso del papel que juegue la oposición?
-Si antes que las frases ("Nos están mintiendo", "el paquetazo rojo", "el segundón) logra interpelar y toca la fibra sensible de la realidad, puede generar un efecto. Así, la efectividad del oficialismo, en su intención de transferir la abstracción afectiva de Chávez a la candidatura de Maduro, dependerá de una oposición que vaya más allá de la simple denuncia. De manera que pese a la cohesión que muestra el chavismo, la Unidad podría incidir en lo que se llama el público de la periferia.
-Dices que la oposición debe ir más allá, pero el único camino institucional de presión que tiene, la representación parlamentaria, está bloqueada. Por ahí no consigue nada. Le queda la calle, pero la maquinaria, la organización y la capacidad de agitación tampoco se ven por ninguna parte.
-No veo, todavía, el momento de la calle. Es cierto, hay polarización y también que el Gobierno agarró un poquito más de gasolina y ganó tiempo, pero al final la incertidumbre continúa. Los temas de la enfermedad de Chávez y la devaluación puede ser tocados por la oposición desde la perspectiva del engaño y el falseamiento de la realidad. Así, se le podrá abrir los ojos a mucha gente y llegará el momento de la calle. Irse de bruces con la estrategia leninista de la agitación y las condiciones objetivas, sólo servirá para consolidar la polarización.
-El verbo sobre la acción.
-Tanto la enfermedad de Chávez como la devaluación desnudan al Gobierno. Eso se siente en la inquietud y las dudas que algunos sectores del chavismo (Aporrea) han venido manifestando. No creo que se pueda conquistar muchos, pero al menos siembras una duda crítica sobre lo que significa su gobiernos. Si bien la oposición carece de recursos materiales, tiene las palabras y las ideas, cuyo mejor momento es el actual. Lo otra, la opción leninista, no creo que el país la procese bien.
-Entonces, el desenlace lo posponen los protagonistas.
-El episodio de las fotos concede un margen de maniobra, aunque no puede durar mucho. En meses, incluso en semanas, el tema resurgirá. Mientras tanto, el Gobierno buscará metabolizar el traslado de la abstracción afectiva de Chávez hacia Maduro.
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