¿Qué futuro queremos en realidad?
AGUSTÍN ALBORNOZ S. | EL UNIVERSAL
viernes 12 de julio de 2013
"El futuro no es un regalo: es un logro. Cada generación ayuda a hacer su propio futuro. Este es el reto esencial del presente". Robert Kennedy
Comentábamos recientemente sobre cómo en muchas oportunidades permitimos que el pasado, que ya no podemos modificar, nos afecte y hasta mortifique nuestro presente. Hoy hablaremos un poco sobre el futuro y cómo este también se convierte en motivo fundamental de preocupación para muchos.
Sin duda vivimos actualmente en un mundo muy cambiante, hay cambios que ocurren continuamente y que podemos percibir con claridad (la tecnología y el volumen de información disponible son buenos ejemplos de este caso), hay otros también evidentes y amenazantes, como los problemas económicos y los climáticos, mientras que hay otros que quizás no son tan manifiestos pero que igualmente influyen bastante en nosotros, como son los problemas derivados de las relaciones humanas, afectadas ellas por todos los otros cambios mencionados, así como por otros factores.
Lo cierto es que debido a la complejidad del mundo actual y de sus cambios, además de temas como la violencia y el establecimiento de ciertos antivalores aceptados como normales en la sociedad actual, es hasta cierto punto natural que guardemos recelo y hasta temor cuando pensamos en el futuro. Es decir, hay problemas que son muy reales y diversos, que lo ponen a uno a pensar en lo que podría pasar. Ello es fuente de preocupación, temor y ansiedad. ¿Cómo debemos afrontar ese futuro que por lo pronto se ve bien oscuro?
Lo primero que viene a nuestra mente, al reflexionar sobre este tema, es que deberíamos prepararnos para ese futuro tan poco halagüeño como si fuera a suceder mañana, y sin embargo seguir trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir. ¿Qué queremos decir con esto?
Que si estamos vislumbrando un futuro negro, que en realidad todavía no ha llegado, es porque tenemos un presente negro donde sí podemos actuar, y donde estamos tomando decisiones y teniendo actitudes erróneas que, de no cambiar, sin duda nos van a llevar a ese futuro negro. Y cuando decimos "estamos tomando" nos referimos a todos los seres humanos que conformamos la sociedad actual; es decir, todos somos responsables de lo que hagamos y dejemos de hacer en el ámbito donde cada uno nos desenvolvemos. Por tanto, si nos preparásemos para ese futuro negro como si fuera a suceder mañana, entonces en la actualidad buscaríamos cambiar todas las actitudes y decisiones erróneas presentes, con el apremio de saber que, de no hacerlo, dicho futuro negro va a llegar mañana.
Por otra parte, si seguimos trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir, en vez de estar atacados por dudas, desaliento, pensamientos negativos, desesperanza, y en resumen, preocupados debido al temor por el futuro, estaríamos más bien ocupados en vivir y disfrutar de nuestra vida presente, con nuestros seres queridos y allegados, trabajando al mismo tiempo por incorporar a nuestra existencia cotidiana valores tales como la solidaridad, la honestidad, la superación, el trabajo en equipo, la gratitud, la responsabilidad y otros más, tan necesarios en estos tiempos.
Apreciados lectores, esforcémonos por aprender no a poner nuestras metas de acuerdo a nuestro esfuerzo y compromiso, sino más bien la totalidad de nuestros esfuerzos a la altura de nuestras metas. El futuro real lo vamos a construir todos nosotros por medio de nuestro compromiso personal, nuestras decisiones y acciones, y también con lo que dejemos de hacer. Ah, y no olvidemos que cada día cuenta, mientras más nos demoremos en hacer algo al respecto más difícil va a ser, y más esfuerzo va a requerir de todos. La visión entonces debe ser construir un futuro mejor a partir de nuestro presente, porque es allí en ese futuro donde vamos a vivir todos, en especial las nuevas generaciones.
agusal77@gmail.com
@agusal77
AGUSTÍN ALBORNOZ S. | EL UNIVERSAL
viernes 12 de julio de 2013
"El futuro no es un regalo: es un logro. Cada generación ayuda a hacer su propio futuro. Este es el reto esencial del presente". Robert Kennedy
Comentábamos recientemente sobre cómo en muchas oportunidades permitimos que el pasado, que ya no podemos modificar, nos afecte y hasta mortifique nuestro presente. Hoy hablaremos un poco sobre el futuro y cómo este también se convierte en motivo fundamental de preocupación para muchos.
Sin duda vivimos actualmente en un mundo muy cambiante, hay cambios que ocurren continuamente y que podemos percibir con claridad (la tecnología y el volumen de información disponible son buenos ejemplos de este caso), hay otros también evidentes y amenazantes, como los problemas económicos y los climáticos, mientras que hay otros que quizás no son tan manifiestos pero que igualmente influyen bastante en nosotros, como son los problemas derivados de las relaciones humanas, afectadas ellas por todos los otros cambios mencionados, así como por otros factores.
Lo cierto es que debido a la complejidad del mundo actual y de sus cambios, además de temas como la violencia y el establecimiento de ciertos antivalores aceptados como normales en la sociedad actual, es hasta cierto punto natural que guardemos recelo y hasta temor cuando pensamos en el futuro. Es decir, hay problemas que son muy reales y diversos, que lo ponen a uno a pensar en lo que podría pasar. Ello es fuente de preocupación, temor y ansiedad. ¿Cómo debemos afrontar ese futuro que por lo pronto se ve bien oscuro?
Lo primero que viene a nuestra mente, al reflexionar sobre este tema, es que deberíamos prepararnos para ese futuro tan poco halagüeño como si fuera a suceder mañana, y sin embargo seguir trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir. ¿Qué queremos decir con esto?
Que si estamos vislumbrando un futuro negro, que en realidad todavía no ha llegado, es porque tenemos un presente negro donde sí podemos actuar, y donde estamos tomando decisiones y teniendo actitudes erróneas que, de no cambiar, sin duda nos van a llevar a ese futuro negro. Y cuando decimos "estamos tomando" nos referimos a todos los seres humanos que conformamos la sociedad actual; es decir, todos somos responsables de lo que hagamos y dejemos de hacer en el ámbito donde cada uno nos desenvolvemos. Por tanto, si nos preparásemos para ese futuro negro como si fuera a suceder mañana, entonces en la actualidad buscaríamos cambiar todas las actitudes y decisiones erróneas presentes, con el apremio de saber que, de no hacerlo, dicho futuro negro va a llegar mañana.
Por otra parte, si seguimos trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir, en vez de estar atacados por dudas, desaliento, pensamientos negativos, desesperanza, y en resumen, preocupados debido al temor por el futuro, estaríamos más bien ocupados en vivir y disfrutar de nuestra vida presente, con nuestros seres queridos y allegados, trabajando al mismo tiempo por incorporar a nuestra existencia cotidiana valores tales como la solidaridad, la honestidad, la superación, el trabajo en equipo, la gratitud, la responsabilidad y otros más, tan necesarios en estos tiempos.
Apreciados lectores, esforcémonos por aprender no a poner nuestras metas de acuerdo a nuestro esfuerzo y compromiso, sino más bien la totalidad de nuestros esfuerzos a la altura de nuestras metas. El futuro real lo vamos a construir todos nosotros por medio de nuestro compromiso personal, nuestras decisiones y acciones, y también con lo que dejemos de hacer. Ah, y no olvidemos que cada día cuenta, mientras más nos demoremos en hacer algo al respecto más difícil va a ser, y más esfuerzo va a requerir de todos. La visión entonces debe ser construir un futuro mejor a partir de nuestro presente, porque es allí en ese futuro donde vamos a vivir todos, en especial las nuevas generaciones.
agusal77@gmail.com
@agusal77
Comentábamos recientemente sobre cómo en muchas oportunidades permitimos que el pasado, que ya no podemos modificar, nos afecte y hasta mortifique nuestro presente. Hoy hablaremos un poco sobre el futuro y cómo este también se convierte en motivo fundamental de preocupación para muchos.
Sin duda vivimos actualmente en un mundo muy cambiante, hay cambios que ocurren continuamente y que podemos percibir con claridad (la tecnología y el volumen de información disponible son buenos ejemplos de este caso), hay otros también evidentes y amenazantes, como los problemas económicos y los climáticos, mientras que hay otros que quizás no son tan manifiestos pero que igualmente influyen bastante en nosotros, como son los problemas derivados de las relaciones humanas, afectadas ellas por todos los otros cambios mencionados, así como por otros factores.
Lo cierto es que debido a la complejidad del mundo actual y de sus cambios, además de temas como la violencia y el establecimiento de ciertos antivalores aceptados como normales en la sociedad actual, es hasta cierto punto natural que guardemos recelo y hasta temor cuando pensamos en el futuro. Es decir, hay problemas que son muy reales y diversos, que lo ponen a uno a pensar en lo que podría pasar. Ello es fuente de preocupación, temor y ansiedad. ¿Cómo debemos afrontar ese futuro que por lo pronto se ve bien oscuro?
Lo primero que viene a nuestra mente, al reflexionar sobre este tema, es que deberíamos prepararnos para ese futuro tan poco halagüeño como si fuera a suceder mañana, y sin embargo seguir trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir. ¿Qué queremos decir con esto?
Que si estamos vislumbrando un futuro negro, que en realidad todavía no ha llegado, es porque tenemos un presente negro donde sí podemos actuar, y donde estamos tomando decisiones y teniendo actitudes erróneas que, de no cambiar, sin duda nos van a llevar a ese futuro negro. Y cuando decimos "estamos tomando" nos referimos a todos los seres humanos que conformamos la sociedad actual; es decir, todos somos responsables de lo que hagamos y dejemos de hacer en el ámbito donde cada uno nos desenvolvemos. Por tanto, si nos preparásemos para ese futuro negro como si fuera a suceder mañana, entonces en la actualidad buscaríamos cambiar todas las actitudes y decisiones erróneas presentes, con el apremio de saber que, de no hacerlo, dicho futuro negro va a llegar mañana.
Por otra parte, si seguimos trabajando y actuando como si nunca fuera a ocurrir, en vez de estar atacados por dudas, desaliento, pensamientos negativos, desesperanza, y en resumen, preocupados debido al temor por el futuro, estaríamos más bien ocupados en vivir y disfrutar de nuestra vida presente, con nuestros seres queridos y allegados, trabajando al mismo tiempo por incorporar a nuestra existencia cotidiana valores tales como la solidaridad, la honestidad, la superación, el trabajo en equipo, la gratitud, la responsabilidad y otros más, tan necesarios en estos tiempos.
Apreciados lectores, esforcémonos por aprender no a poner nuestras metas de acuerdo a nuestro esfuerzo y compromiso, sino más bien la totalidad de nuestros esfuerzos a la altura de nuestras metas. El futuro real lo vamos a construir todos nosotros por medio de nuestro compromiso personal, nuestras decisiones y acciones, y también con lo que dejemos de hacer. Ah, y no olvidemos que cada día cuenta, mientras más nos demoremos en hacer algo al respecto más difícil va a ser, y más esfuerzo va a requerir de todos. La visión entonces debe ser construir un futuro mejor a partir de nuestro presente, porque es allí en ese futuro donde vamos a vivir todos, en especial las nuevas generaciones.
agusal77@gmail.com
@agusal77
Chavismo limita a Venezuela
PEDRO BERNARDO CELIS | EL UNIVERSAL
viernes 12 de julio de 2013
La explotación de los recursos naturales renovables siempre está limitada por el flujo de reposición del recurso. El agua del embalse del Guri es un recurso natural renovable. Lo explotamos para generar electricidad. El clima es determinante en la velocidad de reposición, pero en general, estamos hablando que dentro de un mismo año logramos recuperar los niveles del embalse. Contamos así, con electricidad durante todo el año. Los bosques también son un recurso natural renovable. Los explotamos para extraer la madera. Dependiendo de la especie de árbol que se trabaje, su reposición puede ser de unos pocos años o varios lustros. En cualquier caso, lo que limita la explotación de estos recursos es la velocidad a la que la naturaleza los repone. Desde el punto de vista sistémico, la misma explotación del recurso, impulsa una espiral de crecimiento de la explotación. Esta espiral de crecimiento, es limitada por el flujo de reposición. Si generamos demasiada electricidad, vaciamos el embalse, y dejaremos de producir electricidad hasta que el agua del embalse sea repuesta. Algo similar pasaría con la madera. La estructura de la explotación de los recursos naturales renovables apunta a la necesidad de un equilibrio entre la rata de reposición del recurso y la explotación del mismo.
La velocidad de reposición del recurso petrolero la medimos en eras geológicas. Para todo efecto práctico de explotación, el petróleo es un recurso finito, no renovable. La explotación de los recursos naturales no renovables siempre está limitada por el volumen del recurso que tengamos a disposición. En el caso del petróleo, la limitante será el tamaño del yacimiento y la tecnología de extracción. Desde el punto de vista sistémico, la misma explotación del recurso, impulsa una espiral de crecimiento de la explotación. Extraemos petróleo, lo comercializamos, y generamos nuevos recursos para reinvertir, abriendo nuevos pozos y extrayendo más petróleo. Incluso, es posible reinvertir en nueva tecnología que nos permita extraer más petróleo de donde pensábamos que ya no se podía extraer más. Esta espiral de crecimiento se detiene cuando el yacimiento se agota. O al menos eso pensábamos.
Ningún sistema puede crecer infinitamente en un ambiente finito. En el marco del pensamiento sistémico, los sistemas físicos de crecimiento exponencial, cuentan por lo menos con una espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento y otra espiral de retroalimentación balanceada que restringe el crecimiento. En el caso específico del petróleo, la reinversión de las ganancias de la explotación petrolera para incrementar la capacidad de extracción, es la espiral de retroalimentación reforzada. Esta espiral la caracterizamos como reforzada, ya que con cada vuelta tenemos cada vez más capacidad de extracción y más capacidad de reinversión. Esto se traduce en el agotamiento cada vez mas rápido de los yacimientos petroleros, que es un recurso no renovable. Previsiblemente, la espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento será frenada en seco al agotarse el recurso petrolero. Se acaba así, la espiral de la explotación y reinversión.
Los venezolanos tenemos una Industria Petrolera que cada vez extrae menos petróleo, cada vez invierte menos en extraer petróleo, y cada vez recibe menos recursos a cambio de su petróleo. Cualquiera podría intuir que se acabó el petróleo en Venezuela. Nadie se podría imaginar que el chavismo, con premeditación y alevosía, desmontaría nuestra espiral de retroalimentación reforzada. Contrario al sentido común, el chavismo dejó de reinvertir en la explotación petrolera. Le cambió el sentido a la espiral, y lo que impulsó fue el decrecimiento de la explotación petrolera en Venezuela. El chavismo incluso abandonó las nuevas tecnologías desarrolladas por nuestra Industria, como la Orimulsión. Es así que mucho antes de que el petróleo dejase de ser la principal fuente energética del planeta, y sin ninguna necesidad, el chavismo frenó en seco el crecimiento de nuestra Industria Petrolera. En estos 14 años de gobierno castro-comunista, el recurso monetario, producto de la explotación petrolera, ha sido desviado en su totalidad para financiar el bienestar pasajero de poblaciones extranjeras y locales, garantizando muchos años de poder al chavismo, y la ruina de la Industria Petrolera.
La espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento, es una estructura típica de los sistemas. Como seres humanos inteligentes, y elementos que somos parte de este sistema, es natural que trabajemos para mantener la espiral de retroalimentación reforzada. Mantener el crecimiento tanto como se pueda. Para que el sistema no deje de crecer, es necesario intervenirlo, eliminando o minimizando las espirales de retroalimentación balanceada que lo limitan. Curiosamente, el chavismo es nuestra principal limitante en el crecimiento de la nación.
@ProfPBCelis
pbcelis@usb.ve
La velocidad de reposición del recurso petrolero la medimos en eras geológicas. Para todo efecto práctico de explotación, el petróleo es un recurso finito, no renovable. La explotación de los recursos naturales no renovables siempre está limitada por el volumen del recurso que tengamos a disposición. En el caso del petróleo, la limitante será el tamaño del yacimiento y la tecnología de extracción. Desde el punto de vista sistémico, la misma explotación del recurso, impulsa una espiral de crecimiento de la explotación. Extraemos petróleo, lo comercializamos, y generamos nuevos recursos para reinvertir, abriendo nuevos pozos y extrayendo más petróleo. Incluso, es posible reinvertir en nueva tecnología que nos permita extraer más petróleo de donde pensábamos que ya no se podía extraer más. Esta espiral de crecimiento se detiene cuando el yacimiento se agota. O al menos eso pensábamos.
Ningún sistema puede crecer infinitamente en un ambiente finito. En el marco del pensamiento sistémico, los sistemas físicos de crecimiento exponencial, cuentan por lo menos con una espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento y otra espiral de retroalimentación balanceada que restringe el crecimiento. En el caso específico del petróleo, la reinversión de las ganancias de la explotación petrolera para incrementar la capacidad de extracción, es la espiral de retroalimentación reforzada. Esta espiral la caracterizamos como reforzada, ya que con cada vuelta tenemos cada vez más capacidad de extracción y más capacidad de reinversión. Esto se traduce en el agotamiento cada vez mas rápido de los yacimientos petroleros, que es un recurso no renovable. Previsiblemente, la espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento será frenada en seco al agotarse el recurso petrolero. Se acaba así, la espiral de la explotación y reinversión.
Los venezolanos tenemos una Industria Petrolera que cada vez extrae menos petróleo, cada vez invierte menos en extraer petróleo, y cada vez recibe menos recursos a cambio de su petróleo. Cualquiera podría intuir que se acabó el petróleo en Venezuela. Nadie se podría imaginar que el chavismo, con premeditación y alevosía, desmontaría nuestra espiral de retroalimentación reforzada. Contrario al sentido común, el chavismo dejó de reinvertir en la explotación petrolera. Le cambió el sentido a la espiral, y lo que impulsó fue el decrecimiento de la explotación petrolera en Venezuela. El chavismo incluso abandonó las nuevas tecnologías desarrolladas por nuestra Industria, como la Orimulsión. Es así que mucho antes de que el petróleo dejase de ser la principal fuente energética del planeta, y sin ninguna necesidad, el chavismo frenó en seco el crecimiento de nuestra Industria Petrolera. En estos 14 años de gobierno castro-comunista, el recurso monetario, producto de la explotación petrolera, ha sido desviado en su totalidad para financiar el bienestar pasajero de poblaciones extranjeras y locales, garantizando muchos años de poder al chavismo, y la ruina de la Industria Petrolera.
La espiral de retroalimentación reforzada que impulsa el crecimiento, es una estructura típica de los sistemas. Como seres humanos inteligentes, y elementos que somos parte de este sistema, es natural que trabajemos para mantener la espiral de retroalimentación reforzada. Mantener el crecimiento tanto como se pueda. Para que el sistema no deje de crecer, es necesario intervenirlo, eliminando o minimizando las espirales de retroalimentación balanceada que lo limitan. Curiosamente, el chavismo es nuestra principal limitante en el crecimiento de la nación.
@ProfPBCelis
pbcelis@usb.ve
Notitarde 08/07/2013
Cámara de Comercio
119 años de fundada
- José Alfredo Sabatino (Notitarde / )
- José Alfredo Salbatino
El 22 de noviembre de 1893 marca el comienzo de la actividad gremial organizada del empresariado venezolano, con la fundación de la Cámara de Comercio de Caracas. Se había adoptado para su organización el modelo inglés de carácter privado, asociativo y autónomo, por tanto, sin participación gubernamental. En otras palabras, los comerciantes se organizaban en defensa de sus intereses y la búsqueda de reglas claras que regularan su actividad, haciendo sugerencias a la normativa legal, proponiendo políticas públicas y exponiendo sus opiniones respecto de la política económica en general. Fundamental resultó para la Cámara caraqueña, sin embargo, fomentar la creación de sus homólogas en la provincia, enviando en marzo del año siguiente una circular a los comerciantes de Valencia, Puerto Cabello, Maracaibo, Ciudad Bolívar y Carúpano, instándoles a formar sucursales y corresponsales para hacer más efectivas las gestiones que pudiera adelantar aquélla. La respuesta de la provincia fue la constitución de las primeras Cámaras de Comercio del interior el año 1894, esto en Maracaibo, Valencia y Puerto Cabello.
La Cámara de Comercio local se instala formalmente el 10 de julio, una vez que sus estatutos redactados por Miguel A. Römer, Carlos Brandt, Antonio Braschi, Carl F. Lind, Jorge Rivas, Ricardo Kolster y R. V. Beselin fueran aprobados por la comisión redactora. Por tanto, será la cuarta fundada en el país, de allí que la institución arriba ahora a sus 119 años de fructífera existencia. Correspondió a don Miguel Alejandro Römer ocupar la primera presidencia, siendo sus miembros fundadores las casas de comercio Hn. Ascher & Co., Blohm & Co., Boulton & Co., Baasch, Mauss & Co., Ed. & Osc. Baasch, C. Brandt, Beselin & Co., A Braschi e hijos, C. Brandi & Co., A. Ermen, M. Frey, J. Frey & Co., José L. Garcés, M.F. de Guruceaga, Leseur, Römer & Co., Mestern & Co., A. Martínez & Co., J.M. Pérez & Co., Rivas, Fensohn & Co., Roberto Rivero y B. Segú & Co.
Cuando trabajamos en el libro sobre la Cámara porteña (“Historia y presencia de una Cámara centenaria”, 1997), tratamos de ahondar sobre los antecedentes de su fundación sin mayor éxito. Parecía que su establecimiento era solo una respuesta a la exhortación hecha desde la capital, y las gestiones adelantadas a nivel local por las casas Blohm & Cía., Boulton & Cía. y Leseur Römer & Cía., comisionadas por la Cámara de Comercio de Caracas para tal fin; sin embargo, la reciente lectura de algunos ejemplares de El Correo Porteño, diario que circuló en la ciudad a finales del siglo XIX, sugiere que ya desde 1891 se viene gestando en el Puerto el establecimiento del ente empresarial. Lo anterior constituye un interesantísimo antecedente histórico, hasta ahora desconocido, pues coloca a los comerciantes porteños a la vanguardia en la defensa de los intereses de ese gremio. Así, en la edición del 26 de septiembre, el editor de ese órgano informativo –M.E. Urosa– dedica un suelto al tema de las Cámaras de Comercio incitando al establecimiento de una en la localidad.
El editorial informa sobre un “individuo miembro del alto comercio” que venía trabajando en un proyecto de estatutos para organizar la futura cámara empresarial, ofreciendo los mejores esfuerzos de ese órgano informativo para promoverla, aunque pocos días más tarde el editor se queja del poco interés del comercio local por concretar la idea: “Y no se nos diga –escribe irónicamente Urosa– que se hace difícil tener una reunión para realizar el útil pensamiento: porque el Club lo desmiente. Si ahí se congregan para recreo y solaz por qué no tomarse una cuarta parte de este tiempo para instalar y fomentar una institución de que derivarían grandes bienes para el comercio de la localidad”. Aquella iniciativa, entonces, habría de esperar por un tiempo (10 de julio de 1894) para materializarse en la centenaria Cámara de Comercio, institución de muchas y meritorias ejecutorias en la ciudad.
José Alfredo Sabatino Pizzolante
@PepeSabatino
La Cámara de Comercio local se instala formalmente el 10 de julio, una vez que sus estatutos redactados por Miguel A. Römer, Carlos Brandt, Antonio Braschi, Carl F. Lind, Jorge Rivas, Ricardo Kolster y R. V. Beselin fueran aprobados por la comisión redactora. Por tanto, será la cuarta fundada en el país, de allí que la institución arriba ahora a sus 119 años de fructífera existencia. Correspondió a don Miguel Alejandro Römer ocupar la primera presidencia, siendo sus miembros fundadores las casas de comercio Hn. Ascher & Co., Blohm & Co., Boulton & Co., Baasch, Mauss & Co., Ed. & Osc. Baasch, C. Brandt, Beselin & Co., A Braschi e hijos, C. Brandi & Co., A. Ermen, M. Frey, J. Frey & Co., José L. Garcés, M.F. de Guruceaga, Leseur, Römer & Co., Mestern & Co., A. Martínez & Co., J.M. Pérez & Co., Rivas, Fensohn & Co., Roberto Rivero y B. Segú & Co.
Cuando trabajamos en el libro sobre la Cámara porteña (“Historia y presencia de una Cámara centenaria”, 1997), tratamos de ahondar sobre los antecedentes de su fundación sin mayor éxito. Parecía que su establecimiento era solo una respuesta a la exhortación hecha desde la capital, y las gestiones adelantadas a nivel local por las casas Blohm & Cía., Boulton & Cía. y Leseur Römer & Cía., comisionadas por la Cámara de Comercio de Caracas para tal fin; sin embargo, la reciente lectura de algunos ejemplares de El Correo Porteño, diario que circuló en la ciudad a finales del siglo XIX, sugiere que ya desde 1891 se viene gestando en el Puerto el establecimiento del ente empresarial. Lo anterior constituye un interesantísimo antecedente histórico, hasta ahora desconocido, pues coloca a los comerciantes porteños a la vanguardia en la defensa de los intereses de ese gremio. Así, en la edición del 26 de septiembre, el editor de ese órgano informativo –M.E. Urosa– dedica un suelto al tema de las Cámaras de Comercio incitando al establecimiento de una en la localidad.
El editorial informa sobre un “individuo miembro del alto comercio” que venía trabajando en un proyecto de estatutos para organizar la futura cámara empresarial, ofreciendo los mejores esfuerzos de ese órgano informativo para promoverla, aunque pocos días más tarde el editor se queja del poco interés del comercio local por concretar la idea: “Y no se nos diga –escribe irónicamente Urosa– que se hace difícil tener una reunión para realizar el útil pensamiento: porque el Club lo desmiente. Si ahí se congregan para recreo y solaz por qué no tomarse una cuarta parte de este tiempo para instalar y fomentar una institución de que derivarían grandes bienes para el comercio de la localidad”. Aquella iniciativa, entonces, habría de esperar por un tiempo (10 de julio de 1894) para materializarse en la centenaria Cámara de Comercio, institución de muchas y meritorias ejecutorias en la ciudad.
José Alfredo Sabatino Pizzolante
@PepeSabatino
Notitarde 10/07/2013
¿Sociedades con vocación de atraso?
- Ángel Lombardi (Notitard / )
Ángel Lombardi
Hay sociedades con vocación de atraso, evidentemente no todos sus integrantes pero sí ciertos grupos o sectores. En Venezuela muchos políticos y empresarios no logran ir más allá del asalto a la renta petrolera, muy lejos de la política moderna y de la economía productiva. Los primeros, gobernantes a cualquier nivel, se convierten en verdaderos depredadores del presupuesto público, sin rendición de cuentas, sin límites morales y en donde se practica una promiscuidad absoluta entre lo público y lo privado. Los segundos, evidentemente no todo el sector empresarial, se asumen como aventureros de los negocios con sus famosas empresas de maletín en donde todo es susceptible de convertirse en negocio, casi siempre en alianza con algún sujeto “enchufado” en el gobierno. Sin ningún escrúpulo, política y negocio se confunden. Estos personajes practican sin saberlo la muerte de Dios, en donde todo está permitido bajo el manto de la santidad del dinero.
Parte de nuestra incapacidad como sociedad para entrar al futuro son estos sectores “dirigentes” ya que los otros sectores o se han ausentado del país o se aíslan en sus intereses particulares y cultivan la desesperanza y la derrota anímica. En general las clases medias y los sectores populares se limitan a vivir la incertidumbre y la precariedad a que los obligan las circunstancias y los menguados ingresos.
A pesar de todo lo anterior, podemos afirmar con certeza que las sociedades no se suicidan aunque puedan vivir, como es nuestro caso, una larga y agónica crisis, pero en algún momento la propia sociedad logra reaccionar y de los mismos sectores identificados negativamente surgen movimientos y acciones que ayudan a cambiar radicalmente las cosas en sentido positivo.
Un buen ejemplo de estos movimientos es el sector militar, principal sostén del régimen, pero en la historia contemporánea venezolana la institución armada siempre terminó siendo factor de cambio y estabilidad. Así fue con López y Medina, entre 1936 y 1945, mientras se liquidaba políticamente al gomecismo y así fue en 1958 y 1959, mientras desaparecía el perezjimenismo y seguramente así será en esta próxima e inevitable transición política.
angellombardi.com
*Rector de la Universidad Católica “ Cecilio Acosta “ (Unica)?
Parte de nuestra incapacidad como sociedad para entrar al futuro son estos sectores “dirigentes” ya que los otros sectores o se han ausentado del país o se aíslan en sus intereses particulares y cultivan la desesperanza y la derrota anímica. En general las clases medias y los sectores populares se limitan a vivir la incertidumbre y la precariedad a que los obligan las circunstancias y los menguados ingresos.
A pesar de todo lo anterior, podemos afirmar con certeza que las sociedades no se suicidan aunque puedan vivir, como es nuestro caso, una larga y agónica crisis, pero en algún momento la propia sociedad logra reaccionar y de los mismos sectores identificados negativamente surgen movimientos y acciones que ayudan a cambiar radicalmente las cosas en sentido positivo.
Un buen ejemplo de estos movimientos es el sector militar, principal sostén del régimen, pero en la historia contemporánea venezolana la institución armada siempre terminó siendo factor de cambio y estabilidad. Así fue con López y Medina, entre 1936 y 1945, mientras se liquidaba políticamente al gomecismo y así fue en 1958 y 1959, mientras desaparecía el perezjimenismo y seguramente así será en esta próxima e inevitable transición política.
angellombardi.com
*Rector de la Universidad Católica “ Cecilio Acosta “ (Unica)?
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