Ágora
Santa Protesta
Charito Rojas
"Yo
soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá,
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás." Jesús de Nazareth,
llamado también Jesucristo, Cristo o "El Galileo" (1- 33 d.C): DIOS.Estos días de intensa convulsión social, injusticias, agresiones y dolor, nos deben llevar más que a una playa a una Iglesia. La violencia, las protestas, los duelos, no parecen el mejor marco para un asueto desprejuiciado.
La Semana Mayor es tomada por demasiados como una vacación para hacer turismo nacional y los que pueden, internacional. Sin embargo, la crisis económica, la inseguridad, el mal estado de las carreteras, de la flota aérea y terrestre y las pocas ganas de fiesta, harán que si acaso se tome un bañito de playa para desestresarse. Digo, los que tienen conciencia de la gravedad de lo que sucede en este país tomado por la anarquía y el desgobierno.
Cuarenta muertes ensombrecen el ánimo de los venezolanos con sensibilidad, me refiero a los que no están bailando y celebrando cualquier cosa, mientras el resto está de luto. Nuestros muchachos siguen en la calle, luchando por el país que los adultos no han sabido darle. Los ciudadanos conscientes del crucial momento, no han cesado en marchas, reuniones, pancartazos y hasta guarimbas.
Los "campamentos libertad" son instalados en la geografía nacional por los estudiantes con sus carpas en plazas y parques, para recordar a gobierno e indiferentes que la protesta está viva porque la causa de la protesta no ha cesado. Es momento de reflexión, de hacer balance y sobre todo, de entregarse a la fe y al amor de Dios para que Su fortaleza acompañe la lucha de los venezolanos.
En esta difícil situación el escepticismo por el futuro no solo es político sino religioso. ¿Por qué Dios permite tanta injusticia? ¿Por qué Dios no nos ayuda a salir de esta tragedia que vive Venezuela?, se preguntan muchos.
La respuesta es sencilla: Dios es el primer creyente en la libertad. Nos creó libres para escoger nuestra vida y nuestro futuro, nos habló de responsabilidad, del camino recto y del deber ser. Nos ofrece una recompensa celestial, nos hace una promesa de resurrección. Y también nos nuestra el camino del mal, de los impíos y fariseos, de los hipócritas y malvados. A ellos, les promete el infierno, que de acuerdo a nuestra limitada inteligencia humana, puede comenzar por un castigo muy terráqueo.
Así que si Dios creó seres libres, que tienen la opción de elegir entre el bien y el mal, por tanto son responsables de las consecuencias de sus actos. En otras palabras: si el hombre escoge el camino errado, que no le eche la culpa a Dios ni pretenda que con una petición, estará obligado a sacarlo del berenjenal en que se metió.
Los venezolanos hemos fallado mucho en el camino recto trazado por las enseñanzas cristianas. Y todo error tienen sus consecuencias: las faltas a mandamientos elementales de conducta como el no robarás, no mentiras, no desearas los bienes ajenos, no matarás, respetarás, honrarás a Dios y amarás al prójimo como a ti mismo. Hay algunos que no sólo violentan estos mandatos de convivencia humana, sino que se entregan a la adoración de un becerro de oro que sustituye en sus corazones la imagen misericordiosa de un Dios bueno que ama a todos sus hijos, aún a los que militan en partidos de oposición como la santería y otras sectas que exigen la entrega del alma que sólo a Él pertenece.
Así que si somos libres para pecar o cometer errores que traen consecuencias, la culpa no es de Dios. Es de nosotros y así mismo debemos saber cómo enmendar el camino. Él no es responsable de todas las ocasiones que no fuimos a votar porque pensamos que había cosas más importantes, o cuando toleramos que se pisoteasen normas para no salir de nuestro globo de confort. De esa forma permitimos la escalada al poder de seres oscuros que tienen sus propias divinidades que agreden las buenas enseñanzas de la mayoría.
Por tanto, son los venezolanos y no Dios quienes deben enderezar el tremendo error, la desidia o negligencia que origina el actual estado de cosas.
Lo qué sí nos brinda Dios es su cobijo, la fe que nos fortalece en la lucha, la esperanza de que bajo la égida del bien nos va a ir mucho mejor. Para esta lucha por Venezuela necesitamos la protección divina, Su palabra guía y la fuerza que nos da la seguridad de estar no solo en el lado correcto de la historia sino en el lado correcto del bien.
Las palabras del Papa Francisco, leídas por el Nuncio Apostólico monseñor Aldo Giordano en el llamado "Diálogo de Paz" fueron escuchadas en cadena nacional. Su Santidad expresó su deseo de que este diálogo produzca "los frutos de reconciliación y de paz", además de manifestar su "preocupación por cuanto está ocurriendo" y renovó su afecto "por todos los venezolanos, en particular por las víctimas de la violencia y por sus familias". Como punto central expresó su pleno convencimiento de que "la violencia nunca podrá traer paz y bienestar a un país, ya que ella genera siempre y sólo violencia". Al contrario, "por medio del diálogo ustedes pueden redescubrir la base común y compartida que conduce a superar el momento actual de conflicto y polarización que hiere tan profundamente Venezuela, para encontrar formas de colaboración".
"Les invito, pues, a que no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo, sino a que se abran unos a otros para hacerse y ser auténticos constructores de paz", afirmó el pontífice, quien envió su bendición apostólica a Venezuela.
Por ninguna parte dijo que Dios iba a arreglar esto, ni que era un castigo divino lo que sucedía, ni nada parecido. Bien claro en sus deseos, asigna la total responsabilidad de las consecuencias y de los remedios a imponer, a los hombres que causaron tal impasse.
Somos libres para escoger. Les deseo que escojan el reencuentren con su fe y con Dios; que Sus enseñanzas nos iluminen y que Su perfecta sabiduría muestre el camino hacia la resolución de este conflicto que destruye la paz y la vida de los venezolanos.
Dios con nosotros en esta Semana Santa.
Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter: @charitorojas
No hay comentarios:
Publicar un comentario