Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 15 de junio de 2012

El traspaso en el imaginario colectivo del poder de Chávez, Presidente de Venezuela convertido en utopía irrealizable, sumido en las distorsiones e incoherencias de los opiáceos y demás drogas de la Patria de Fidel Castro a quien no dejó de nombrar babeado, de forma evidente y difícil de tapar entre las risas cínicas y de gozadera de Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello el día de la lastimosa y vergonzosa presentación del ahora también comandantecandidato a la Presidencia por cuarta vez en el CNE, aunque ya no tiene agarre y duélale a quien le duela su figura de PODER ha sido sustituido por la del PRAN carcelario, quien le ha disputado a Chávez el poder como lo hemos visto en el problema de La Planta...El Presidente se arrodilló ante el PRAN. El pran es EFICIENTE, gobierna en su feudo como un monarca. Las arbitrariedades las comete él, sin ayuda del Presidente. El pran es un hombre que irrespeta la Constitución, él mismo es el Estado en la prisión; de equilibrio de poderes no sabe, él gobierna de forma autocrática, repartiendo el poder, como mendrugo, entre sus amigotes de armas. ¡Ah! De armamentos conoce mucho también, le encantan; su revolución en la prisión está armada. El es el padrino y padrote de la galera, sin tanto palabrerío y alharaca épica.

Chávez, después de Dios

RUBÉN DE MAYO |  EL UNIVERSAL
viernes 15 de junio de 2012  04:44 PM
Que el Comandante Presidente esté en constante campaña electoral, promocionando su labor de Gobierno, es cosa sabida por todos. Nunca en nuestros años de democracia un Gobierno había tenido tantos medios televisivos (TVES; Ávila tv; Venezolana de Televisión; Telesur; Catia tv; Canal de la Asamblea Nacional; Vive tv, etc.), con tanta propaganda gubernamental; pero qué digo gubernamental, la propaganda que se hace es de corte personalista, se le hace a la cabeza y alma de la Revolución, según ellos mismos, nuestro queridísimo Presidente.

Lo último que se les ocurrió, además de esa genialidad lingüística del "vivir viviendo", pronunciada por el propio Comandante, es lo de que Chávez es "puro corazón venezolano". Para llamarlo así, crearon una propaganda televisiva en la cual se observa la cabeza del héroe, en un gran acercamiento de cámara, dirigiendo su mirada a lontananza, de forma reflexiva, como pensando: "qué grande soy". El comercial termina, desde luego (son previsibles también), con Chávez abrazando a un niño, fundiéndose en su ternura e inocencia (puede darse el caso, y esto no es una contradicción, que usted minutos antes haya escuchado decir a un Chávez furioso y vengativo que la oposición es apátrida y que su candidato es un "majunche", un hombre de inferior categoría y baja estofa que le ofende al competir electoralmente con él).

Lo cierto es que tales propagandas se han intensificado, suponemos que es porque el Comandante Presidente está convaleciente, necesita descansar y relajarse, viéndose a él mismo por televisión. Decía Benjamin Disraeli, político y escritor británico: "háblale a un hombre de su persona y te escuchará horas enteras". Así Chávez se divierte, viéndose por televisión como lo que es: un grande hombre, imprescindible para un país que debe estar agradecido y orgulloso porque Sabaneta, allá en Barinas, haya dado hijo tan sabio e ilustre.

En las propagandas oficialistas uno se entera que es por Chávez que tal persona tiene vivienda, él mismo se la construyó, con sus propias manos, ladrillo por ladrillo; o que una cándida viejecita está disfrutando de una pensión porque él mismo, Chávez, con su propio dinero, de su bolsillo (no con el dinero del petróleo que pertenece a la nación), se la está pagando; o bien nos enteramos que los precios de la leche bajaron, pues el propio Chávez es quien está ordeñando todas las vacas para abaratar los costos de producción. De esta forma, todo lo que es básico y necesario para la vida, absolutamente todo, se lo debemos a Chávez: él es médico, arquitecto, pescador, educador, farmaceuta, economista, campesino, comerciante, etc.

Entre las propagandas televisivas que más le gusta a Chávez (es un chisme de muy buena fuente), se encuentra ésa en la cual aparece un hombre de edad madura, trigueño, regordete, de baja estatura, carirredondo y de semblante amigable, diciendo que él fue un niño de la calle, que vivía en condiciones deplorables (él y su extensa familia: con más de cinco muchachos, los oficiales, aparece en el comercial), y que gracias a "este Bolívar", no necesitamos decir que se refiere a Chávez, tiene un apartamento y un mobiliario dignísimos, como él nunca se lo hubiese imaginado en una vida de precariedades económicas, cuyo único alivio era reproducirse y reproducirse, llenando nuestro glorioso suelo nativo de compatriotas, hasta que el cuerpo lo permita. Luego de todo esto, el hombre termina diciendo que después de Dios está Chávez, y ya aquí, me lo han dicho, nuestro Comandante Presidente entra en delirio, sintiendo verdadero placer espiritual. Cómo es posible, piensa Chávez con su ojos humedecidos de la emoción, que ese hombre del pueblo sea tan sabio que piense lo mismo que él: que Chávez, él mismo, es un Bolívar y que luego de Dios, Chávez (fíjense que aquí pone a Bolívar en su sitio, primero él).

Imagino toda la escena y les confieso que yo también, como seguramente le sucederá a usted querido lector, me conmuevo y me invaden pensamientos filantrópicos, de un amor infinito a Venezuela, y me siento pueblo. Deseo pronunciar, en este momento, un pensamiento que me sale del alma, en ofrenda amorosa a nuestro líder, yo que soy pueblo también, Chávez que se proyecta en mí, siendo uno mismo conmigo; pero me acuerdo de Diógenes de Sínope: "el elogio en boca propia desagrada a cualquiera".

rub_dario2002@yahoo.es 

Desgasto el símbolo y se transformó en: La utopía es Chávez

RUBÉN DE MAYO |  EL UNIVERSAL
jueves 31 de mayo de 2012  03:57 PM
El fin de la sociedad socialista es el comunismo. Esto lo sabe cualquier persona que haya leído superficialmente sobre marxismo.

Para llegar a esa sociedad comunista se tendrá que haber superado el capitalismo, como a su vez, por avance evolutivo, se superaron el feudalismo y el esclavismo. Para superar el modo de producción capitalista se habrá de experimentar el socialismo, que es una etapa de transición entre el capitalismo y el comunismo, en la cual, en el nombre del proletariado, se instaurará una dictadura que combatirá a los malvados capitalistas socializando la propiedad privada, o mejor dicho: estatizándola.

Esa dictadura del proletariado deberá luchar contra las fuerzas contrarrevolucionarias internas y externas, exportando la revolución, que tendrá que ser mundial (¿se acuerdan del imperialismo de la Unión Soviética? Y cómo olvidarse de la "revolución permanente" de León Trotsky). La dictadura proletaria, expresión del socialismo, dará paso al paraíso terrenal: el comunismo, en el cual no habrá Estado, explotación del hombre por el hombre, jerarquías sociales fundadas en la riqueza y todos, de lo más felices y en plena igualdad, gozaremos y disfrutaremos de la vida y el trabajo, el cual será liberador y no alienante, viviendo en la más completa abundancia.

Es este edén comunista la utopía que quiere hacerse realidad con el socialismo, el objetivo y fin de tanto esfuerzo; por este paraíso de izquierda, Stalin asesinó en masa; por ese noble fin de la felicidad social e individual, Mao persiguió y exterminó, en la Revolución Cultural China, a tanto contrarrevolucionario, acusado de fascista. El noble fin, siguiendo a Maquiavelo, justificaba los medios de estos carniceros y matones. En nombre de esta utopía, también, el Estado cada vez se hizo más y más grande, monstruoso, desplazando al individuo a una dimensión secundaria, conculcando la libertad.

La utopía seguía ahí, sin embargo, resistente al socialismo; era a través de este último, con dictadura proletaria y todo, que se iba a alcanzar. La idea de progreso (tan importante para el marxismo como para el positivismo, hijos ambos de la modernidad que cree en la evolución gradual de la sociedades. ¿Ven cómo la tan criticada idea de progreso de Capriles debería compartirse por el Gobierno? De hecho, los izquierdistas tradicionalmente son tildados de "progresistas") coronaba, entonces, en esa sociedad comunista, reino de iguales y de bienestar absoluto. El fin del socialismo, Estado dictatorial de transición, es el comunismo; si no, ¿cómo se podría aguantar?

La respuesta a esta última pregunta la tiene nuestro socialismo revolucionario, porque aquí la utopía no es el comunismo sino el socialismo mismo. Chávez, en innumerables ocasiones, haciendo de gran teórico y pontífice de la izquierda, nos ha dicho, y miren que el hombre habla, que nuestro fin es la construcción de la patria socialista y que la transición en la cual estamos se corresponde a la construcción del socialismo.

Resulta ser, pues, que al socialismo, como mal necesario preparatorio para el advenimiento del comunismo, el chavismo lo ha entronizado como el fin último y más noble de la especie humana. Aquí se acabó la utopía de izquierda, lo que importa es la realidad pura y dura. Pálida se quedó la sincera frase de Winston Churchill de lo que le esperaba al pueblo británico en la Segunda Guerra Mundial: "sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor", ante la aplastante promesa (¿o amenaza?) de alcanzar el socialismo. Es lo que nos merecemos por tanto relajo y anarquía tropical de liberales, caudillos, adecos y copeyanos: una dictadura proletaria por siempre, con la particularidad de que tal dictadura no es ejercida por los obreros, sino por un hombre, Chávez, el que "vive viviendo", "puro corazón venezolano", que de proletario no tiene ni un pelo. La utopía de nuestro socialismo es Chávez, el oasis del hombre fuerte, tan inalcanzable como el comunismo porque acabamos de enterarnos que el Comandante es finito también (¡qué sorpresa!), no durará para siempre. Por eso la utopía también aquí es irrealizable, pero el chavismo prefiere la dura realidad; después de todo, parafraseando a Augusto Monterroso, en el Cielo (el paraíso), el cielo no se ve, lo pisamos, lo hemos hecho sucio suelo, debajo de nosotros.



Twitter: @rubdariote

rub_dario2002@yahoo.es


Y en la lamentable figura DEL PACIENTE como lo describe Nelson Bocaranda en:

Runrunes del  14 de junio de 2012

Tal y como escribí el martes la convocatoria de Capriles el domingo les hizo cambiar algunos de los planes para el lunes rojo. El guión que le habían presentado para que le hiciera sus anotaciones a mano se quedó vacío. Las órdenes se dieron verbales. No había tiempo para más papelitos. Al candidato que va por dos décadas de poder no le pusieron el acostumbrado maquillaje para que no le chorreara en la cara cuando sudara en los actos. Por eso los close-ups fotográficos son tan duros y negativos al no verse nada normal esa hinchazón. La enorme boina colorada que se puso fue para no tener que colocarse más tinte negro a su cabello pues los médicos recomendaron no abusar de ello. Las tres horas de euforia y movimiento se dieron gracias a las inyecciones de esteroides que, aunque prohibidas por los médicos de Brasil, lo ayudan. La dosis de calmantes fue exagerada. Quizás por ello se retrotrajo a viejas consignas y ataques de hace más de seis años. La llamada a José Vicente Rangel para que le sirviera de “telonero” fue un mensaje a quienes se pelean por ser sus sucesores. Ninguno, por ahora, tiene el fuelle para arengar esas masas rojas. Rangel no requiere ningún esfuerzo para disparar sus dardos. Así lo hizo.
Aunque con ese gesto presidencial los enemigos de JVR, quien fuera candidato presidencial por primera vez hace 39 años, se debieron molestar…

Su legado intelectual es:La Hojilla y la pobreza intelectual manifiesta en todo el ámbito cultural...

RUBÉN DE MAYO |  EL UNIVERSAL
jueves 3 de mayo de 2012  03:47 PM
Con asombro y perplejidad he escuchado a algunos afirmar, con mucha circunspección y solemnidad, que nuestro Comandante Presidente es hombre instruido y de muchas lecturas.

No dudamos de la inteligencia de Chávez; es lo mínimo que podemos aspirar de alguien que ocupa el más alto puesto de la administración pública. Otra cosa, sin embargo, es la calidad y profundidad del pensamiento del Presidente, reflejo de su instrucción, que podemos calibrar a través de sus discursos, sus trajinados lugares comunes y la ausencia de un pensamiento que se renueve a sí mismo en el tiempo. Mientras nosotros en 13 años de gobierno hemos mudado nuestro discurso y nuestro ser, al ritmo de esta vida hecha de cambios y pérdidas, nuestro querido Comandante se ha mantenido en el mismo lugar, incólume, hablando apasionadamente de Bolívar en un interminable monólogo de heroicidades y gestos épicos repetidos hasta la saciedad y el hartazgo. Nosotros, luego de trece años, no frecuentamos los mismos sitios, no nos gusta la misma música y nos leemos otros libros, mientras que nuestro apreciado Comandante sigue encasillado en: Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y Francisco de Miranda.

¡Ah! Y cómo olvidarnos de Los Miserables de Víctor Hugo: tan orgulloso quedó Chávez de leerse tal novela (¿habrá sido por el voluminoso número de páginas?), que hasta ordenó su publicación y distribución gratuita por parte del Estado. Agreguemos a estas lecturas variopintas: el Manifiesto Comunista, Ceresole (¡qué combinación!), un poemita de Neruda sobre Bolívar, una frase de Don Quijote (sí, esa que dice: "dejad que los perros ladren porque es señal de que vamos cabalgando", que falsamente se atribuye al caballero andante), aunque no se haya leído nunca la novela, para nuestra desgracia (se notaría positivamente la influencia cervantina en su gestión de gobierno), algo de Dietrich, una pizca de Galeano, Whitman, Fidel y otros pocos, y obtendremos la muy breve y anárquica biblioteca mental del Presidente, que sirve de sustento y alimento a sus dilatadas arengas políticas.

Nunca he oído a Chávez hablar de Andrés Bello (¿le sonará el nombre?); de Rómulo Gallegos, Cruz Diez, Salvador Garmendia, Reverón, Meneses, Jesús Soto, Villanueva, por citar desordenadamente algunos venezolanos de obra luminosa. Y no es que un presidente deba conocer de literatura, pintura, arquitectura, escultura, etc.; pero si ese presidente nos encadena constantemente hablando de la misma gente por más de un década, estamos en el derecho, creo yo, de solicitarle que diversifique un poco su discurso, leyéndose otra cosa; eso sí, que lo haga bien, que se lea todo el libro que ha de leer y que no se contente simplemente, como sospechamos que frecuentemente hace, con la lectura de la carátula, la contraportada y el prólogo.

La pobreza intelectual de Chávez se expresa en sus hombres de confianza, a los que ha rotado por casi todos los ministerios, con un desprecio absoluto por el conocimiento técnico-especializado. Ellos sirven para todo, con independencia de su instrucción y capacidad técnico-cognitiva; por eso la "medianía" es lo que ha abundado en este gobierno. Chávez podría decir como el presidente del tribunal que, en plena revolución francesa, condenó a muerte al eminente hombre de ciencia Lavoisier: "la revolución no necesita sabios".

Esta precariedad intelectual de Chávez se manifiesta, por igual, en el poder mediático y, en especial, en el primer programa televisivo del Gobierno, La Hojilla, conducido por un señor de improperio fácil, con el atrevimiento que solamente da una ignorancia aquilatada y cultivada con mimo y dedicación durante toda una vida, cuya lengua ensucia todo cuanto toca, incluso al mismísimo Chávez. Pero no es un asunto solo de lengua sino de saber ser y estar, porque como dijo Arturo Uslar Pietri: "la palabrota que ensucia la boca termina por ensuciar el espíritu". Somos lo que hemos aprendido y la lengua, eficaz medio de aprendizaje, expresa de qué pasta estamos hechos. Por lo pronto, y a sabiendas de que se encuentra cautivo en la pobreza intelectual de un hombre, dediquémosle al conductor de La Hojilla, el Sr. Silva, desde la oposición y el chavismo decente de este país, que es la mayoría, aquello que dijera Benedetti en un hermoso poema: "no me ensucie las palabras/ no les quite su sabor/ y límpiese bien la boca/si dice revolución".

@rubdariote
rub_dario2002@yahoo.es


Festival Mundial de Poesía alista su novena edición

El evento, que iniciará el lunes, tendrá 25 invitados internacionales

y dígame esa vaina el homenajeado es Enrique Hernández D'Jesús...Gracias a
Dios que han sido 14 años de Gobierno para que se puedan premiar los eternos
poetas malos de izquierda que tanto jodieron por sus blasones y premios a lo
largo de la IV República que siempre los tuvo en posiciones de honor.
imageRotate
El colombiano William Ospina es uno de los participantes GIL MONTANO
DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
miércoles 13 de junio de 2012  12:00 AM
La Feria Internacional del Libro de Venezuela quedó atrás. Ahora, la novena edición del Festival Mundial de Poesía tomará el país por una semana. El evento, que organiza la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, se inaugurará el próximo lunes en los espacios del Teatro Teresa Carreño.

La versión 2012, que rendirá homenaje a Enrique Hernández D'Jesús, se realizará de forma simultánea en todos los Estados. "Venezuela es un país que habla poesía (...) El festival no hace sino recoger lo que el pueblo venezolano aspira a tener como suyo, que es lo universal que hay en la poesía. La poesía parte de lo particular para llegar a lo cósmico", indicó Luis Alberto Crespo, en una rueda de prensa que presentó el evento.

El festival contará con la participación de 34 poetas nacionales. Del exterior, vendrán 25 invitados. El francés Michel Butor, la libanesa Joumana Haddad, el colombianano William Ospina y el ecuatoriano Humberto Vinueza entre ellos. "Hace unas semanas hicimos aquí la feria del libro. Esto es parte de un mismo esfuerzo, de una misma necesidad. Se trata de convertir estos lugares de la creación, del arte, de la poesía, en espacios comunes o cotidianos", agregó Pedro Calzadilla.

El Ministro de Cultura dijo que, en Venezuela, hay más lectores de poesía de lo que la gente cree. Hernández D'Jesús también. "A veces nos sorprendemos al ver la cantidad de jóvenes que leen en el Metro. De distintos géneros, pero leen. Así sean esos libros horribles de autoayuda que publican muchísimo. También hemos descubierto a gente leyendo a Francisco Pérez Perdomo o al mismo Luis Alberto Crespo", contó el homenajeado, nativo de Mérida.

La novena edición del evento, que se realizará hasta el sábado 23, también tendrá talleres, seminarios, recitales, conferencias, tertulias, exposiciones, mesas redondas y bautizos (habrá 18 novedades editoriales). Y no todo será letras: la programación incluye actividades de teatro, cine y música. Así, el arte se esparcirá por todo el país. 

dfermin@eluniversal.com


Cedio el poder al Pran: un símbolo revolucionario del presente...que le coloca ante su cara su ineficienca como hombre de verdadero poder...

RUBÉN DE MAYO |  EL UNIVERSAL
jueves 17 de mayo de 2012  03:21 PM
"Puño, bofetón y palo, allá en la galera tres" es el estribillo de una muy conocida canción de Ismael Miranda, que se queda muy corta ante el horror de la violencia y la muerte en nuestras cárceles.

Hace unos meses nos asombramos por la masacre de El Rodeo (más de 20 muertos así lo atestiguan), que no fue tal para el gobierno de Chávez porque insólitamente acusaron a un canal de televisión de magnificar la situación, atemorizando a la población, como si más de 20 muertos no fuese un baño de sangre capaz de atemorizar a cualquiera; como si tal cantidad de muertos no fuese de por sí alarmante. Para el Gobierno, sin embargo, la situación estaba controlada y todo fue una burda exageración. Tanto que ni siquiera se planteó desde el Gobierno, por la matanza que hubo, que Tarek El Aissami renunciara a su cargo como ministro de Relaciones Interiores y Justicia, "después de todo pensaría el señor Ministro- aquí en Caracas muere más gente en un fin de semana; ¡qué exageración de la oposición!".

De "puño, bofetón y palo", como reza la canción del Ismael Miranda, tampoco nos enteramos: lo que había en El Rodeo era plomo de alto calibre y explosiones de granadas. Y todos nos preguntábamos: ¿y esos reos de dónde sacarán el armamento de guerra?, mientras en medio del fuego cerrado una destemplada Cilia Flores acusaba, en una declaración, a la oposición de fascista (por darle cobertura al suceso sangriento), siguiendo un viejo guión importado del fracasado régimen criminal de la Unión Soviética. Tampoco escuchamos, ante la masacre de El Rodeo, a los canales del Estado (perdón, quise decir Gobierno) solidarizarse con los presos, poniendo, por ejemplo, a ellos que tanto les gusta la salsa (saludos al personal de Ávila TV), la canción Las Tumbas, de Maelo, que era lo que mejor cabía en ese luctuoso y penoso escenario de muerte.

La mayoría se enteró, por esos días, que no solamente Chávez mandaba en Venezuela: había unos sujetos llamados pranes que tenían gobierno autónomo dentro de cada cárcel. Ellos decidían las reglas del juego en un territorio hostil, hace años olvidado por el Estado. El pran tiene vocación de poder; su voz poderosa se escucha en toda la cárcel, los reos también necesitan su líder. Durante los trece años de revolución, el pran terminó de formarse como delincuente consumado; la miseria y la violencia fue la salsa en la cual se cocinó. Entre el populismo de las misiones y las interminables cadenas del Gobierno fue creciendo y desarrollando sus habilidades de Pedro Navaja. No había muchas posibilidades para él en un ambiente de miseria, porque ese siempre será el principal caldo de cultivo de la violencia en nuestras calles: la pobreza extrema. Ante él y la delincuencia desatada nos explota en la cara la realidad paliativa de las misiones, que no han resuelto de forma estructural el problema de la pobreza, en tantos años de bonanza petrolera, ahogado el Gobierno en un mar de dinero que no ha podido administrar con sabiduría y proyecto de país a largo plazo.

Al pran, hijo y bandera de esta locura violenta de país pobre, lo olvidó la revolución. Él es resistente a las curitas y esparadrapos sociales de las misiones. En su bajo mundo hamponil, el pran le recuerda al Gobierno su enorme fracaso e incapacidad.

Pero tal vez lo que más le disgusta al Gobierno del pran es que este le ha disputado a Chávez el poder. El pran gobierna en su feudo como un monarca. Las arbitrariedades las comete él, sin ayuda del Presidente. El pran es un hombre que irrespeta la Constitución, él mismo es el Estado en la prisión; de equilibrio de poderes no sabe, él gobierna de forma autocrática, repartiendo el poder, como mendrugo, entre sus amigotes de armas. ¡Ah! De armamentos conoce mucho también, le encantan; su revolución en la prisión está armada. El es el padrino y padrote de la galera, sin tanto palabrerío y alharaca épica.

El pran es el símbolo y estandarte de esta revolución; con razón le canta a Chávez, depran pran y bailando en un ladrillito, a lo venezolano, con la esperanza traicionada de Pablo Pueblo, una melodía de Ismael Miranda que dice: "señor Sereno por qué me manda a dormir".

@rubdariote
rub_dario2002@yahoo.es




No hay comentarios: