Rubén Wisotzki: "El museo debe tener un corte político"
"Lo que no logró Rembrandt, Cézanne o (...) Soto, lo logró una exhibición de réplicas. (El Museo de la Palabra) ¡Fue un fracaso! Fracasé, asumo la responsabilidad", asume el director del Museo de Bellas Artes.
Wisotzki asegura que el museo está en recuperación (N. Rocco)
DUBRASKA FALCÓN , RUBÉN WISOTZKI , DIRECTOR DEL MUSEO DE BELLAS ARTES | EL UNIVERSAL
lunes 11 de junio de 2012 12:00 AM
Rubén Wisotzki asegura que el Museo de Bellas Artes (MBA) se encuentra en "franca recuperación". El periodista, que lleva 17 meses frente a la institución, afirma que el edificio diseñado por Carlos Raúl Villanueva comenzó a recibir mantenimiento: se inició el proceso para impermeabilizar las salas y combatir las filtraciones que durante casi cuatro años padeció; se acordó con los Bomberos que, por lo menos una vez al año, la construcción recibiera una inspección general; y se cambió el sistema eléctrico.
"La primera observación pública que hago es decir que el museo se encuentra en un proceso de franca recuperación. Esta es una infraestructura casi centenaria; un edificio que es casi una obra de arte y merece cuidados y atenciones especiales. Yo llegué al museo y vi que la primera sala estaba cerrada por una filtración eterna. Logramos recuperarla, y está abierta. El jardín también tenía un bote de agua. Si te pones a ver este es un trabajo de conserjería", dice Wisotzki.
-El ministro Pedro Calzadilla reconoció que habían descuidado a los museos. ¿Por qué pasó esto?
-La pregunta es compleja, porque tendría que decir que sí, obviamente. Cuando entré a esta institución de las 18 salas que teníamos apenas 12 o 13 estaban habilitadas con exposiciones. Lo primero que hice fue sentarme en una mesa con Farruco (Francisco Sesto) cuando era ministro. Le dije: 'Bueno, déme la línea, el objetivo'. Farruco me contestó: 'Rubén, abre el museo'. ¡El primer fin de semana que vine entraron cuatro personas!
-¿Por qué pasó eso? ¿No había nada interesante?
-Porque nosotros tenemos unos grandes y graves problemas culturales como sociedad. Aquí se realizó un enfrentamiento, que es entendible más no justificable, en el mundo de la cultura. ¡Creo que eso causó daños! El área de los museos fue el de mayor conflicto político. Se invadió, se perturbó y se contaminó. ¡Te hablo desde el dolor! Aquí hay artistas que piensan que hasta que no se acabe este proceso político ellos no van a entrar a los museos. Y me hace recordar a la vieja postura de la oposición cuando decide abandonar los espacios de la Asamblea. Me parece que es un error. No puedes abandonar la discusión. ¿Pero por qué?
-No cree que fue porque los museos se politizaron...
-Creo que es un error hablar de museos politizados. Porque para mí la política está en todo. Creo que Arte/Político es una gran muestra. Estas obras de arte hechas por todos estos artistas -por cierto, antes de este proceso político- no fueron nunca pensadas como una obra política. Jacobo Borges, Régulo Pérez, Esso Álvarez, nómbrame a quién tú quieras. El artista no piensa, 'Ahora voy a realizar una obra romántica o un obra postmoderna'. El artista expresa los sentimientos que lo obligan a dejar plasmados.
-Esa exposición nació en un mes político. Fue parte de una programación para celebrar un acto político...
-¡Cuidado! No es para celebrar, yo lo separo de conmemorar. Este mes es importante para todos los venezolanos, de un modo u otro. Ahí sí creo que los museos cumplen un rol importante: ¿Qué hacemos para que se reflexione en torno a eso? ¡Hacemos esta exposición! El artista en algún momento hace una denuncia. Si hubiésemos celebrado hubiera hecho un gran concurso donde los artistas hagan solamente obras en torno a Puente Llaguno.
-El Museo Alejandro Otero hizo un concurso...
-Y lo respeto. Ellos tendrán unas razones. Pero cuando se me propuso esta exposición no dudé ni un minuto, así como no dudé cuando me dijeron que montáramos a Tutankamón. Me parecen válidos los dos lenguajes. ¡Esto es oportunismo! Va a llenar el museo de gente, y, ciertamente, Arte/Políticotransformó la visión que tuve el primer día que entré al museo. De cuatro visitantes ahora son centenares. ¡La gente viene a ver qué está pasando aquí!
-Aseguró que el MBA siempre ha sido político...
-Claro, porque siempre ha albergado la obra política; porque incluso desde la colonización se incorporó un elemento "extraño". ¿Por qué nosotros tenemos cerámicas y obras de otras civilizaciones antiguas? Estamos en un proceso de recuperación de obras precolombinas. Lo que pasa en el Museo Británico: ¿Por qué esas obras están ahí? ¡Tenemos obras de otras civilizaciones que no nos pertenecen! ¿Cómo llegó a nuestras manos? Eso forma parte de un elemento perturbador en un proceso como éste.
-Se planteó devolverlas a sus países de origen...
-¿Cuándo?
-Hace tres años, quizás...
-¡Imagínate, son tiempos complejos! Te puedo presentar la cantidad de obras que hay en la colección de un eminente corte político. ¡Claro que un museo debe tener un corte político, aunque no lo quieras! Un museo contiene obras que son testigos de su tiempo.
-Apenas se creó la Fundación Museos Nacionales se afirmó que se iba a mostrar la colección al pueblo. Han pasado siete años de eso y siguen diciendo lo mismo.
-Porque nosotros siempre estamos urgidos. Los procesos tienen un tiempo de decantación y de maduración. La fundación -y ahora va a aparecer que salgo al rescate de la fundación y no es así- tuvo errores. Pero tuvo un gran acierto: acabó con los cotos y los reinados de los museos. ¡No entiendo por qué tenía que haber competencias entre museos! Personas que merecen todo el respeto como la señora Sofía Ímber, que estuvo al frente de la institución tres décadas. ¿Tú crees que en seis u ocho años vas a acabar con un pensamiento cultural de tres décadas? Una exposición como Arte/Político solamente se puede hacer con una Fundación como ésta. Esto se logra cuando a todos los museos los tratas igual, les das la misma figuración y penurias. ¡Tú sabes que Sofía hacía lobby en los ministerios para obtener recursos para una exposición! No me parece sano.
-En esa época habían exposiciones individuales, colectivas, había público. Con la Fundación se minimizaron las individuales...
-Difiero de ti en algunas cosas. Primero, estoy de acuerdo: sí se han reducido las exposiciones individuales. En cuanto a que los museos estaban llenos, no es verdad. Lo recuerdo. Recuerdo que Sofía ponía énfasis en exposiciones como las de Juan Félix Sánchez o Henry Moore. Claro, hubo exposiciones que eran acontecimientos. ¡Pero uno de los grandes problemas de las instituciones era llevar gente! Por eso el Salón Pirelli siempre fue un exitazo. Era una fiesta colectiva y había jóvenes. ¿Están full ahora? Quizás no, pero allá vamos. Hay un cambio de miradas, por ejemplo con Tutankamón.
-¿Esa exposición fue una estrategia?
-Sí, una de ellas. ¡Quiero que la gente venga masivamente al museo! Hacen colas. Hay personas que entran por primera vez al museo con esta exposición. Lo que no logró Rembrandt, Cézanne o el Mural de Bruselas de Soto, lo logra una exhibición de réplicas.
-La construcción del Mausoleo del Libertador representa 46% del presupuesto asignado al Ministerio de Cultura. ¿Qué le parece?
-Yo le otorgaría el mayor presupuesto a la cultura. No sé si con eso te respondo. Este país tiene una relación muy extraña con su mundo simbólico. Si ves las obras dedicadas al procerato de otras sociedades, nos quedamos perplejos y vemos el desequilibrio. Hoy más que nunca este país le rinde veneración al Libertador. Si este es un proceso bolivariano creo que rendirle honores es un esfuerzo. La construcción del Mausoleo no la desapruebo.
-¿Qué pasó con el Museo de la Palabra?
-¡Fue un fracaso! Fracasé, asumo la responsabilidad. No lo pude hacer. Primero obviamente por impericia mía, luego, no estaban dadas las circunstancias. ¡No supe hacerlo! El sueño no se ha terminado y algún día el museo será construido. Farruco me lo reclama.
"La primera observación pública que hago es decir que el museo se encuentra en un proceso de franca recuperación. Esta es una infraestructura casi centenaria; un edificio que es casi una obra de arte y merece cuidados y atenciones especiales. Yo llegué al museo y vi que la primera sala estaba cerrada por una filtración eterna. Logramos recuperarla, y está abierta. El jardín también tenía un bote de agua. Si te pones a ver este es un trabajo de conserjería", dice Wisotzki.
-El ministro Pedro Calzadilla reconoció que habían descuidado a los museos. ¿Por qué pasó esto?
-La pregunta es compleja, porque tendría que decir que sí, obviamente. Cuando entré a esta institución de las 18 salas que teníamos apenas 12 o 13 estaban habilitadas con exposiciones. Lo primero que hice fue sentarme en una mesa con Farruco (Francisco Sesto) cuando era ministro. Le dije: 'Bueno, déme la línea, el objetivo'. Farruco me contestó: 'Rubén, abre el museo'. ¡El primer fin de semana que vine entraron cuatro personas!
-¿Por qué pasó eso? ¿No había nada interesante?
-Porque nosotros tenemos unos grandes y graves problemas culturales como sociedad. Aquí se realizó un enfrentamiento, que es entendible más no justificable, en el mundo de la cultura. ¡Creo que eso causó daños! El área de los museos fue el de mayor conflicto político. Se invadió, se perturbó y se contaminó. ¡Te hablo desde el dolor! Aquí hay artistas que piensan que hasta que no se acabe este proceso político ellos no van a entrar a los museos. Y me hace recordar a la vieja postura de la oposición cuando decide abandonar los espacios de la Asamblea. Me parece que es un error. No puedes abandonar la discusión. ¿Pero por qué?
-No cree que fue porque los museos se politizaron...
-Creo que es un error hablar de museos politizados. Porque para mí la política está en todo. Creo que Arte/Político es una gran muestra. Estas obras de arte hechas por todos estos artistas -por cierto, antes de este proceso político- no fueron nunca pensadas como una obra política. Jacobo Borges, Régulo Pérez, Esso Álvarez, nómbrame a quién tú quieras. El artista no piensa, 'Ahora voy a realizar una obra romántica o un obra postmoderna'. El artista expresa los sentimientos que lo obligan a dejar plasmados.
-Esa exposición nació en un mes político. Fue parte de una programación para celebrar un acto político...
-¡Cuidado! No es para celebrar, yo lo separo de conmemorar. Este mes es importante para todos los venezolanos, de un modo u otro. Ahí sí creo que los museos cumplen un rol importante: ¿Qué hacemos para que se reflexione en torno a eso? ¡Hacemos esta exposición! El artista en algún momento hace una denuncia. Si hubiésemos celebrado hubiera hecho un gran concurso donde los artistas hagan solamente obras en torno a Puente Llaguno.
-El Museo Alejandro Otero hizo un concurso...
-Y lo respeto. Ellos tendrán unas razones. Pero cuando se me propuso esta exposición no dudé ni un minuto, así como no dudé cuando me dijeron que montáramos a Tutankamón. Me parecen válidos los dos lenguajes. ¡Esto es oportunismo! Va a llenar el museo de gente, y, ciertamente, Arte/Políticotransformó la visión que tuve el primer día que entré al museo. De cuatro visitantes ahora son centenares. ¡La gente viene a ver qué está pasando aquí!
-Aseguró que el MBA siempre ha sido político...
-Claro, porque siempre ha albergado la obra política; porque incluso desde la colonización se incorporó un elemento "extraño". ¿Por qué nosotros tenemos cerámicas y obras de otras civilizaciones antiguas? Estamos en un proceso de recuperación de obras precolombinas. Lo que pasa en el Museo Británico: ¿Por qué esas obras están ahí? ¡Tenemos obras de otras civilizaciones que no nos pertenecen! ¿Cómo llegó a nuestras manos? Eso forma parte de un elemento perturbador en un proceso como éste.
-Se planteó devolverlas a sus países de origen...
-¿Cuándo?
-Hace tres años, quizás...
-¡Imagínate, son tiempos complejos! Te puedo presentar la cantidad de obras que hay en la colección de un eminente corte político. ¡Claro que un museo debe tener un corte político, aunque no lo quieras! Un museo contiene obras que son testigos de su tiempo.
-Apenas se creó la Fundación Museos Nacionales se afirmó que se iba a mostrar la colección al pueblo. Han pasado siete años de eso y siguen diciendo lo mismo.
-Porque nosotros siempre estamos urgidos. Los procesos tienen un tiempo de decantación y de maduración. La fundación -y ahora va a aparecer que salgo al rescate de la fundación y no es así- tuvo errores. Pero tuvo un gran acierto: acabó con los cotos y los reinados de los museos. ¡No entiendo por qué tenía que haber competencias entre museos! Personas que merecen todo el respeto como la señora Sofía Ímber, que estuvo al frente de la institución tres décadas. ¿Tú crees que en seis u ocho años vas a acabar con un pensamiento cultural de tres décadas? Una exposición como Arte/Político solamente se puede hacer con una Fundación como ésta. Esto se logra cuando a todos los museos los tratas igual, les das la misma figuración y penurias. ¡Tú sabes que Sofía hacía lobby en los ministerios para obtener recursos para una exposición! No me parece sano.
-En esa época habían exposiciones individuales, colectivas, había público. Con la Fundación se minimizaron las individuales...
-Difiero de ti en algunas cosas. Primero, estoy de acuerdo: sí se han reducido las exposiciones individuales. En cuanto a que los museos estaban llenos, no es verdad. Lo recuerdo. Recuerdo que Sofía ponía énfasis en exposiciones como las de Juan Félix Sánchez o Henry Moore. Claro, hubo exposiciones que eran acontecimientos. ¡Pero uno de los grandes problemas de las instituciones era llevar gente! Por eso el Salón Pirelli siempre fue un exitazo. Era una fiesta colectiva y había jóvenes. ¿Están full ahora? Quizás no, pero allá vamos. Hay un cambio de miradas, por ejemplo con Tutankamón.
-¿Esa exposición fue una estrategia?
-Sí, una de ellas. ¡Quiero que la gente venga masivamente al museo! Hacen colas. Hay personas que entran por primera vez al museo con esta exposición. Lo que no logró Rembrandt, Cézanne o el Mural de Bruselas de Soto, lo logra una exhibición de réplicas.
-La construcción del Mausoleo del Libertador representa 46% del presupuesto asignado al Ministerio de Cultura. ¿Qué le parece?
-Yo le otorgaría el mayor presupuesto a la cultura. No sé si con eso te respondo. Este país tiene una relación muy extraña con su mundo simbólico. Si ves las obras dedicadas al procerato de otras sociedades, nos quedamos perplejos y vemos el desequilibrio. Hoy más que nunca este país le rinde veneración al Libertador. Si este es un proceso bolivariano creo que rendirle honores es un esfuerzo. La construcción del Mausoleo no la desapruebo.
-¿Qué pasó con el Museo de la Palabra?
-¡Fue un fracaso! Fracasé, asumo la responsabilidad. No lo pude hacer. Primero obviamente por impericia mía, luego, no estaban dadas las circunstancias. ¡No supe hacerlo! El sueño no se ha terminado y algún día el museo será construido. Farruco me lo reclama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario