Cada papá tiene su propio sabor
Durante toda la vida, los hijos guardan recuerdos gustativos de sus padres
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En ocasiones, la memoria gustativa trasciende generaciones. Así ha ocurrido con Robert, Brian y Marcel Van den Broucke quienes han disfrutado de una receta familiar de macarroni. El papá de Dayana Medina cantaba y bailaba mientras cocinaba, el de Jorge Puerta no concebía un 31 de diciembre sin ajiaco y los hijos de Rafael González Sirit crecieron rodeados de frutas FOTOS CORTESÍA FAMILIAS VAN DEN BROUCKE, MEDINA, PUERTA Y GONZÁLEZ VIVAS
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GIULIANA CHIAPPE | EL UNIVERSAL
sábado 16 de junio de 2012 12:00 AM
Como pasa con las huellas dactilares, cada padre, cuando es querido, tiene su propio aroma y sabor. A un día de celebrarle su día, hijos ya adultos se conectaron con su memoria infantil y hablaron de esos recuerdos que tienen que ver con un fogón, con un plato o con un mercado.
Macarrón secreto.
"Todos los días, papá nos cocinaba y comíamos juntos como si fuera una fiesta. Su macarroni me encantaba aunque era una bomba de calorías: pasta, salsa de gruyere y parmesano, cebolla, pimentón, champiñones, ajo, tocineta, jamón, más queso y al horno. Hoy lo hago para mis hijos y aunque me queda rico no es como el suyo. ¡Creo que me escondió un ingrediente!". Brian Van den Broucke, maestro bombonero de La Praline.
Un hervido "deconstruido". "Era todo un poema ver a mi papá comer hervido. Pedía todo separado: pescado, verduras, plátano frito, arepa, aguacate, medio limón y el caldo aparte en un cuenco. Todo lo cortaba pequeñito, tomaba las porciones a su gusto y las metía en el caldo hirviente, con un chorrito de limón. De mi papá aprendí todo en la vida, pero le agradezco sobremanera haberme enseñado a comer hervido de pescado". Juan Carlos Bruzual, maestro del Instituto Europeo del Pan.
Dorado al horno
"Mi padre me enseñó el valor y sabor de los pescados al horno. Le encantaba el dorado sobre cama de tomates, cebollas y rocío final de hierbas. Los aromas que surgían cuando mi madre sacaba la bandeja del horno, viven aún en mi memoria. Cuando la nostalgia me pega, repito la receta familiar en la que siempre asoma alguna lágrima". Alberto Soria, profesor y experto gastronómico.
Mondongo con fiesta
"Mi papá Guillermo cocinaba con nosotros y era una fiesta porque cantaba y bailaba. El mondongo era el plato estrella. Lo ofrecía con Chardonnay. Mi papá tiene sabor a papelón con Palmizulia, a parrilla de lebranche, a pernil de 6 kilos con arepa y a oporto vintage con estofado de cordero al chocolate". Dayana Medina, sommelier de la Academia Venezolana.
Bienmesabe y "supercremas"
"Mi papá cocinaba rico pero necesitaba una brigada de pinches. Era un exagerado. Contaba que había sido pinche en el Ritz de París, así que una vez fui y me tomé una foto con el chef. Mi papá se mataba de risa y decía '¡Ese hombre está igualito que cuando me contrató!' Fue goloso empedernido. Le encantaban un bienmesabe con fresa que yo hacía y los "supercremas", caramelos tipo toffee. Si no había postre, me mandaba al abasto a comprarlos". Tamara Rodríguez, chef.
Doctor chef
"Identifico a mi papá con la paella. Además de ser cirujano pediatra, es apasionado de la cocina desde hace 15 años. La paella se ha convertido en el símbolo del 'doctor chef', como lo llamo. Al hacerla se convierte en el alma de la fiesta. Es la mejor que he probado". Anabella Troconis, actriz y presidente de Socieven.
El ajiaco del 31
"Desde que recuerdo, cada año, a mediados de diciembre mi papá preguntaba cuál sería el menú del 31. Aún no entiendo por qué siempre pregunta eso pues todos los años cenamos su plato favorito: ajiaco santafereño. Es todo un ritual, que comienza comprando los ingredientes en el mercado de Quinta Crespo una semana antes del fin de año". Jorge Puerta, chef.
Arepa de Boyacá
"Mi papá es de una zona rural de Colombia que se llama Boyacá. Lo que más recuerdo es el olor de su arepa, de harina de trigo y maíz con cuajada y toques de azúcar y sal. Las hacen a la orilla de la carretera y su olor me lleva a las paradas que papá hacía al viajar a su tierra querida". Mónica Serrano, propietaria de Gelato e Caffé.
Macarrón secreto.
"Todos los días, papá nos cocinaba y comíamos juntos como si fuera una fiesta. Su macarroni me encantaba aunque era una bomba de calorías: pasta, salsa de gruyere y parmesano, cebolla, pimentón, champiñones, ajo, tocineta, jamón, más queso y al horno. Hoy lo hago para mis hijos y aunque me queda rico no es como el suyo. ¡Creo que me escondió un ingrediente!". Brian Van den Broucke, maestro bombonero de La Praline.
Un hervido "deconstruido". "Era todo un poema ver a mi papá comer hervido. Pedía todo separado: pescado, verduras, plátano frito, arepa, aguacate, medio limón y el caldo aparte en un cuenco. Todo lo cortaba pequeñito, tomaba las porciones a su gusto y las metía en el caldo hirviente, con un chorrito de limón. De mi papá aprendí todo en la vida, pero le agradezco sobremanera haberme enseñado a comer hervido de pescado". Juan Carlos Bruzual, maestro del Instituto Europeo del Pan.
Dorado al horno
"Mi padre me enseñó el valor y sabor de los pescados al horno. Le encantaba el dorado sobre cama de tomates, cebollas y rocío final de hierbas. Los aromas que surgían cuando mi madre sacaba la bandeja del horno, viven aún en mi memoria. Cuando la nostalgia me pega, repito la receta familiar en la que siempre asoma alguna lágrima". Alberto Soria, profesor y experto gastronómico.
Mondongo con fiesta
"Mi papá Guillermo cocinaba con nosotros y era una fiesta porque cantaba y bailaba. El mondongo era el plato estrella. Lo ofrecía con Chardonnay. Mi papá tiene sabor a papelón con Palmizulia, a parrilla de lebranche, a pernil de 6 kilos con arepa y a oporto vintage con estofado de cordero al chocolate". Dayana Medina, sommelier de la Academia Venezolana.
Bienmesabe y "supercremas"
"Mi papá cocinaba rico pero necesitaba una brigada de pinches. Era un exagerado. Contaba que había sido pinche en el Ritz de París, así que una vez fui y me tomé una foto con el chef. Mi papá se mataba de risa y decía '¡Ese hombre está igualito que cuando me contrató!' Fue goloso empedernido. Le encantaban un bienmesabe con fresa que yo hacía y los "supercremas", caramelos tipo toffee. Si no había postre, me mandaba al abasto a comprarlos". Tamara Rodríguez, chef.
Doctor chef
"Identifico a mi papá con la paella. Además de ser cirujano pediatra, es apasionado de la cocina desde hace 15 años. La paella se ha convertido en el símbolo del 'doctor chef', como lo llamo. Al hacerla se convierte en el alma de la fiesta. Es la mejor que he probado". Anabella Troconis, actriz y presidente de Socieven.
El ajiaco del 31
"Desde que recuerdo, cada año, a mediados de diciembre mi papá preguntaba cuál sería el menú del 31. Aún no entiendo por qué siempre pregunta eso pues todos los años cenamos su plato favorito: ajiaco santafereño. Es todo un ritual, que comienza comprando los ingredientes en el mercado de Quinta Crespo una semana antes del fin de año". Jorge Puerta, chef.
Arepa de Boyacá
"Mi papá es de una zona rural de Colombia que se llama Boyacá. Lo que más recuerdo es el olor de su arepa, de harina de trigo y maíz con cuajada y toques de azúcar y sal. Las hacen a la orilla de la carretera y su olor me lleva a las paradas que papá hacía al viajar a su tierra querida". Mónica Serrano, propietaria de Gelato e Caffé.
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