Juan Liscano y la fundación de Papel Literario
Papel Literario ha sido una publicación central para la literatura y el pensamiento venezolano
En Juan Liscano Velutini desembocaron dos tradiciones familiares. Los Liscano son originarios del estado Lara y deben descender de los inmigrantes vascos radicados en esta zona, probablemente aventados hasta estas tierras por obra de la Compañía Guipuzcoana, a partir de 1728. Los Velutini son descendientes de inmigrantes corsos, naturalmente desembarcados en Río Caribe o Carúpano, como fue costumbre durante la primera mitad del siglo XIX. En la genealogía familiar figuran los nombres de dos generales, ambos abuelos del poeta, Carlos Liscano y José Antonio Velutini.
Quedó huérfano de padre a los 3 años. Su escolaridad se inicia en el colegio La Salle en Caracas, y luego continúa en Francia, para regresar a estudiar con los jesuitas en su ciudad natal. Su madre vuelve a casarse, con Luis Gregorio Chacín Itriago, y ahora los cinco (dos hermanastras) regresan a Europa: tiempo en el que el adolescente Liscano se forma en colegios de altísima calidad académica, destinados a la formación de las élites de estos países (Bélgica, Suiza y Francia). Allí se aficiona a la literatura, gracias al estímulo de un profesor de lenguas, pero también se aviene con el fútbol, pasión que cultivará a lo largo de toda su vida.
Habiendo nacido el 7 de julio de 1915 a las 11:45 de la noche en Caracas, su reencuentro con el país ocurre al regreso de Europa, cuando el padrastro fallece, en 1934. Entonces el joven Liscano cuenta con 19 años y un desarraigo comprensible. Comienza estudios de abogacía en la UCV, pero los abandona pronto y se confina voluntariamente en la Colonia Tovar. Allá surge la vena poética que no lo abandonará hasta el momento de su muerte, el 19 de febrero de 2001, a los 85 años.
Consagró su vida de escritor a dos géneros literarios, la poesía y el ensayo, y desarrolló a fondo el articulismo de opinión y el arte de la polémica. Además, jugó un papel fundamental en la fundación de los estudios folclóricos y etnomusicológicos venezolanos. También fue un respetable editor y, como buen intelectual de su tiempo, un apasionado de los asuntos políticos en su perspectiva antropológica y cultural. Formó el grupo literario Suma, fundó y dirigió la revista Zona Franca durante 20 años, estuvo al frente de Monte Ávila Editores, y presidió la Comisión fundadora del Conac. En 1948, organizó el Festival Folclórico del Nuevo Circo, con motivo de la toma de posesión de la Presidencia de la República del maestro Rómulo Gallegos, y esto se recuerda como uno de los eventos claves de la venezolanidad, en varios sentidos.
De su vasta obra poética, de más de 20 títulos, destacan Cármenes (1966), Edad oscura (1969), Vencimientos (1986) y Sola evidencia (2000). Entre sus libros de ensayo, sin duda, Panorama de la literatura venezolana actual (1973), Espiritualidad y literatura: una relación tormentosa (1976) y El horror por la historia (1980). Sin embargo, la selección que hago no sugiere olvidar su obra de conjunto, por el contrario, la lectura más rica que puede hacerse es la global, ya que toda su aventura intelectual es una sola: signada por la espiritualidad y las pulsiones eróticas, siempre desde el punto de vista de quien busca comprender la complejidad y la riqueza del hombre.
En 1942, Antonio Arráiz le pide al joven Liscano que prologue una nueva edición de su poemario Parsimonia. El encargo llena de entusiasmo a Liscano. Se siente reconocido por un poeta mayor al que admira fervorosamente. Luego, el mismo Arráiz en 1943, cuando se desempeña como Director del recién fundado diario El Nacional, será el que le proponga dirigir las páginas literarias que en el matutino se tenían previstas para los domingos. Papel Literario fue el nombre que escogieron entre Arráiz, Liscano y Miguel Otero Silva, hijo del propietario del periódico (Henrique Otero Vizcarrondo) y alma de la empresa hasta 1985, año de su muerte. Entonces, Liscano era un muchacho de 28 años.
Papel Literario ha sido una publicación central para la literatura y el pensamiento venezolano. Liscano lo dirigió entre el 22 de agosto de 1943 y el 23 de julio de 1950 y volvió a dirigirlo entre junio de 1958 y finales de 1959. Aquella aventura de periodismo literario que comenzó en agosto de 1943, felizmente, ha continuado en el tiempo. Muy pocos diarios en Hispanoamérica le dedican un espacio privilegiado a los asuntos de las ideas y la creación. El viejo Liscano se sentía orgulloso de su trabajo fundacional. Nosotros también.
1 DE SEPTIEMBRE 2013 - El Nacional
Quedó huérfano de padre a los 3 años. Su escolaridad se inicia en el colegio La Salle en Caracas, y luego continúa en Francia, para regresar a estudiar con los jesuitas en su ciudad natal. Su madre vuelve a casarse, con Luis Gregorio Chacín Itriago, y ahora los cinco (dos hermanastras) regresan a Europa: tiempo en el que el adolescente Liscano se forma en colegios de altísima calidad académica, destinados a la formación de las élites de estos países (Bélgica, Suiza y Francia). Allí se aficiona a la literatura, gracias al estímulo de un profesor de lenguas, pero también se aviene con el fútbol, pasión que cultivará a lo largo de toda su vida.
Habiendo nacido el 7 de julio de 1915 a las 11:45 de la noche en Caracas, su reencuentro con el país ocurre al regreso de Europa, cuando el padrastro fallece, en 1934. Entonces el joven Liscano cuenta con 19 años y un desarraigo comprensible. Comienza estudios de abogacía en la UCV, pero los abandona pronto y se confina voluntariamente en la Colonia Tovar. Allá surge la vena poética que no lo abandonará hasta el momento de su muerte, el 19 de febrero de 2001, a los 85 años.
Consagró su vida de escritor a dos géneros literarios, la poesía y el ensayo, y desarrolló a fondo el articulismo de opinión y el arte de la polémica. Además, jugó un papel fundamental en la fundación de los estudios folclóricos y etnomusicológicos venezolanos. También fue un respetable editor y, como buen intelectual de su tiempo, un apasionado de los asuntos políticos en su perspectiva antropológica y cultural. Formó el grupo literario Suma, fundó y dirigió la revista Zona Franca durante 20 años, estuvo al frente de Monte Ávila Editores, y presidió la Comisión fundadora del Conac. En 1948, organizó el Festival Folclórico del Nuevo Circo, con motivo de la toma de posesión de la Presidencia de la República del maestro Rómulo Gallegos, y esto se recuerda como uno de los eventos claves de la venezolanidad, en varios sentidos.
De su vasta obra poética, de más de 20 títulos, destacan Cármenes (1966), Edad oscura (1969), Vencimientos (1986) y Sola evidencia (2000). Entre sus libros de ensayo, sin duda, Panorama de la literatura venezolana actual (1973), Espiritualidad y literatura: una relación tormentosa (1976) y El horror por la historia (1980). Sin embargo, la selección que hago no sugiere olvidar su obra de conjunto, por el contrario, la lectura más rica que puede hacerse es la global, ya que toda su aventura intelectual es una sola: signada por la espiritualidad y las pulsiones eróticas, siempre desde el punto de vista de quien busca comprender la complejidad y la riqueza del hombre.
En 1942, Antonio Arráiz le pide al joven Liscano que prologue una nueva edición de su poemario Parsimonia. El encargo llena de entusiasmo a Liscano. Se siente reconocido por un poeta mayor al que admira fervorosamente. Luego, el mismo Arráiz en 1943, cuando se desempeña como Director del recién fundado diario El Nacional, será el que le proponga dirigir las páginas literarias que en el matutino se tenían previstas para los domingos. Papel Literario fue el nombre que escogieron entre Arráiz, Liscano y Miguel Otero Silva, hijo del propietario del periódico (Henrique Otero Vizcarrondo) y alma de la empresa hasta 1985, año de su muerte. Entonces, Liscano era un muchacho de 28 años.
Papel Literario ha sido una publicación central para la literatura y el pensamiento venezolano. Liscano lo dirigió entre el 22 de agosto de 1943 y el 23 de julio de 1950 y volvió a dirigirlo entre junio de 1958 y finales de 1959. Aquella aventura de periodismo literario que comenzó en agosto de 1943, felizmente, ha continuado en el tiempo. Muy pocos diarios en Hispanoamérica le dedican un espacio privilegiado a los asuntos de las ideas y la creación. El viejo Liscano se sentía orgulloso de su trabajo fundacional. Nosotros también.
Obturador
Mariano Picón Salas
Escritor, académico y diplomático, Mariano Picón Salas (1901-1965) ha sido uno de los intelectuales más notables de nuestro país. Considerado uno de los más brillantes exponentes de la ensayística, Picón Salas también emprendió retos de valía para la cultura nacional, como la creación de la Revista Nacional de Cultura; la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCV, de la que fue su primer decano; y del Inciba, del que fue también su primer presidente. El 15 de enero de 1952 asumió la dirección del Papel Literario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario