Las bibliotecas públicas suplen a las escolares pero no forman lectores
De acuerdo con un estudio realizado por el Cenal el año pasado, casi 80% de los venezolanos no visita las bibliotecas del país
31 DE AGOSTO 2013 - El nacional
La reciente aprobación de la Ley Orgánica de Cultura abre la puerta para la discusión de marcos legales en los subsectores culturales y los trabajadores de la Biblioteca Nacional han constituido mesas de trabajo para proponer a la Asamblea Nacional un Anteproyecto de Ley para la Biblioteca Nacional y la Red de Bibliotecas Públicas que sustituya a la de 1977.
Si bien hasta la fecha la discusión se ha concentrado en cómo adecuar el nuevo documento a las leyes orgánicas del trabajo y de la cultura, la oportunidad es propicia para evidenciar los problemas más urgentes de las bibliotecas públicas en el país.
Constituidas inicialmente como instituciones a la vanguardia de la promoción de lectura en el país, la Red de Bibliotecas Públicas y la Biblioteca Nacional están aquejadas por problemas presupuestarios y de mantenimiento que dificultan su gestión y no están cumpliendo esa función, a tal punto que casi 80% de los venezolanos declara no visitarlas, como mostró el Estudio del Comportamiento Lector, Acceso al Libro y la Lectura en Venezuela hecho por el Centro Nacional del Libro el año pasado. Apenas 1,2%, según el mismo documento, asegura que ha ido alguna vez a la Biblioteca Nacional.
Vistas las cifras, parece urgente crear un orden que pueda convertir estos sitios en verdaderos centros de promoción cultural y de formación de lectores críticos. La discusión de la ley parece oportuna para esto, en especial porque la del año 1977 se limitó a crear el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y la Red de Bibliotecas Públicas del país y a regular su funcionamiento, pero nada dice ese documento legal sobre lo central que son estos organismos en la promoción de la lectura del país.
“Una nueva ley tiene que ser amplia para sustentar programas de desarrollo para lectores y una visión central que incluya la necesidad de unos servicios modernos que respondan a las necesidades de la población, que va de niños a adultos”, señala Elsi Jiménez, profesora de Bibliotecología de la Universidad Central de Venezuela
La propuesta de Jiménez está en consonancia con el Modelo de Ley y Fomento de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas, propuesto por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, en el que se define la biblioteca como “la herramienta principal para que el Estado garantice el acceso al libro y la información, y por lo tanto a la cultura en condiciones de equidad, lo que permite a los grupos sociales con menores ingresos disfrutar de los beneficios de la cultura escrita”.
De lo real a lo virtual. Para la académica, el Sistema de Bibliotecas Públicas está desasistido: “No hay recursos materiales –como dotación de las bibliotecas y plataforma tecnológica, pues los infocentros todavía tienen limitaciones– y hace falta una mejor formación de los bibliotecarios, una orientada a convertir su trabajo en uno de promoción de la lectura y de investigación, más que como meros receptores de libros”.
La escasez de recursos se debe a que, a excepción de Miranda y Mérida, las bibliotecas públicas dependen directamente de la sede en Caracas, que en los últimos años ha sufrido varios recortes presupuestarios.
La profesora indica que, debido a la falta de dotación en los colegios, las bibliotecas públicas se han convertido en sustituto de las escolares e insiste en la necesidad de adecuar la plataforma tecnológica, porque los planes de lectura exitosos son los que se dirigen a la formación del hábito en los niños y para esto son cruciales las computadoras en el mundo globalizado actual. “Es importante incorporar una sólida plataforma tecnológica, recursos para las bibliotecas públicas pensados en que la población infantil es la que mejor sabrá utilizarlas”, dice antes de señalar que ha notado en las últimas adquisiciones de la Red de Bibliotecas un marcado sesgo ideológico a favor del Gobierno.
Coincide con ella el bibliotecario Renny Granda. En un artículo publicado en la revista online Qué Leer señala que el desarrollo de las tecnologías de la información ha tenido el efecto negativo de desplazar a los referencistas –los encargados de buscar datos– al permitir que la gente encuentre informaciones por Internet. Pero, si bien ha cambiado quien busca y desde donde busca, las tecnologías proponen nuevas metas para los bibliotecarios, porque en el océano inacabable que es la web, sólo personas muy bien entrenadas pueden encontrar las agujas en el pajar. Así, la contemporaneidad reviste de una importancia mayor este oficio al convertirlo en una pieza central del trabajo de los investigadores y evidencia que ahora, más que nunca, las bibliotecas deberían ser centros culturales y de conocimiento.
La reciente aprobación de la Ley Orgánica de Cultura abre la puerta para la discusión de marcos legales en los subsectores culturales y los trabajadores de la Biblioteca Nacional han constituido mesas de trabajo para proponer a la Asamblea Nacional un Anteproyecto de Ley para la Biblioteca Nacional y la Red de Bibliotecas Públicas que sustituya a la de 1977.
Si bien hasta la fecha la discusión se ha concentrado en cómo adecuar el nuevo documento a las leyes orgánicas del trabajo y de la cultura, la oportunidad es propicia para evidenciar los problemas más urgentes de las bibliotecas públicas en el país.
Constituidas inicialmente como instituciones a la vanguardia de la promoción de lectura en el país, la Red de Bibliotecas Públicas y la Biblioteca Nacional están aquejadas por problemas presupuestarios y de mantenimiento que dificultan su gestión y no están cumpliendo esa función, a tal punto que casi 80% de los venezolanos declara no visitarlas, como mostró el Estudio del Comportamiento Lector, Acceso al Libro y la Lectura en Venezuela hecho por el Centro Nacional del Libro el año pasado. Apenas 1,2%, según el mismo documento, asegura que ha ido alguna vez a la Biblioteca Nacional.
Vistas las cifras, parece urgente crear un orden que pueda convertir estos sitios en verdaderos centros de promoción cultural y de formación de lectores críticos. La discusión de la ley parece oportuna para esto, en especial porque la del año 1977 se limitó a crear el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y la Red de Bibliotecas Públicas del país y a regular su funcionamiento, pero nada dice ese documento legal sobre lo central que son estos organismos en la promoción de la lectura del país.
“Una nueva ley tiene que ser amplia para sustentar programas de desarrollo para lectores y una visión central que incluya la necesidad de unos servicios modernos que respondan a las necesidades de la población, que va de niños a adultos”, señala Elsi Jiménez, profesora de Bibliotecología de la Universidad Central de Venezuela
La propuesta de Jiménez está en consonancia con el Modelo de Ley y Fomento de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas, propuesto por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, en el que se define la biblioteca como “la herramienta principal para que el Estado garantice el acceso al libro y la información, y por lo tanto a la cultura en condiciones de equidad, lo que permite a los grupos sociales con menores ingresos disfrutar de los beneficios de la cultura escrita”.
De lo real a lo virtual. Para la académica, el Sistema de Bibliotecas Públicas está desasistido: “No hay recursos materiales –como dotación de las bibliotecas y plataforma tecnológica, pues los infocentros todavía tienen limitaciones– y hace falta una mejor formación de los bibliotecarios, una orientada a convertir su trabajo en uno de promoción de la lectura y de investigación, más que como meros receptores de libros”.
La escasez de recursos se debe a que, a excepción de Miranda y Mérida, las bibliotecas públicas dependen directamente de la sede en Caracas, que en los últimos años ha sufrido varios recortes presupuestarios.
La profesora indica que, debido a la falta de dotación en los colegios, las bibliotecas públicas se han convertido en sustituto de las escolares e insiste en la necesidad de adecuar la plataforma tecnológica, porque los planes de lectura exitosos son los que se dirigen a la formación del hábito en los niños y para esto son cruciales las computadoras en el mundo globalizado actual. “Es importante incorporar una sólida plataforma tecnológica, recursos para las bibliotecas públicas pensados en que la población infantil es la que mejor sabrá utilizarlas”, dice antes de señalar que ha notado en las últimas adquisiciones de la Red de Bibliotecas un marcado sesgo ideológico a favor del Gobierno.
Coincide con ella el bibliotecario Renny Granda. En un artículo publicado en la revista online Qué Leer señala que el desarrollo de las tecnologías de la información ha tenido el efecto negativo de desplazar a los referencistas –los encargados de buscar datos– al permitir que la gente encuentre informaciones por Internet. Pero, si bien ha cambiado quien busca y desde donde busca, las tecnologías proponen nuevas metas para los bibliotecarios, porque en el océano inacabable que es la web, sólo personas muy bien entrenadas pueden encontrar las agujas en el pajar. Así, la contemporaneidad reviste de una importancia mayor este oficio al convertirlo en una pieza central del trabajo de los investigadores y evidencia que ahora, más que nunca, las bibliotecas deberían ser centros culturales y de conocimiento.
Roldán Esteva-Grillet: "Sí hay mediocridad en los museos"
"La GAN no es un organismo que pertenezca al Partido Socialista Unido de Venezuela". "Hay una utilización de los espacios en función de la ideológica política", asegura el historiador y crítico de arte.
El historiador considera que no hubo un resurgir de los museos en 2012 (Kisaí Mendoza)
DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL
lunes 3 de diciembre de 2012 08:51 AM
Solo los artistas revolucionarios tienen derecho a exponer en la Galería de Arte Nacional (GAN). Así lo asegura el historiador y crítico de arte Roldán Esteva-Grillet. ¿Ejemplos? Le sobran. Primero: la exhibición Uno, en julio de 2011, de la ganadora del Premio Nacional de Artes Plásticas 2008-2010, Azalea Quiñones. Para el columnista se trató fue de un simple remake de lo que produjo en los años 80 y 90. "Pero ahí se quedó anclada. Critiqué de la exposición que había dos y tres retratos de Juan Calzadilla, que era el curador. Además, para rellenar y mostrar que era chavista hizo retratos de los héroes nacionales", dice.
Pero hay más. Segundo ejemplo. Agosto, 2011. Exposición: Alexis Mujica rabiosamente figurativo. Roldán Esteva-Grillet afirma que si el escultor hubiese estado vivo le hubiera incomodado la muestra. "Le metieron estatuarias de los grandes héroes. Hoy en día la estatuaria no es considerado un arte, sino un simple oficio técnico. Es decir, hay que estar con el régimen para exponer en los museos. Ese es un criterio que no sé hasta qué punto es exclusivo de la Fundación Museos Nacionales (FMN). Creo que Juan Calzadilla tiene su cuota de responsabilidad. La GAN no es un organismo que pertenezca al Partido Socialista Unido de Venezuela", apunta.
-Se dice que desde que Calzadilla entró a la GAN, contribuyó a que exista un movimiento expositivo en los museos, luego de la gestión de Sesto. ¿Qué le ha dado el maestro a los museos?
-No a los museos. A la Galería de Arte Nacional. La novedad con Calzadilla son las exposiciones temporales. Se atrevió a romper con una decisión que había tomado Zuleiva Vivas como presidenta de la fundación: no tener más exposiciones individuales porque es un culto al individualismo. ¡Él se atrevió! El problema son los criterios de selección.
-Entonces, ¿cómo se están manejando los tres principales museos de Caracas?
-Todos dependen de la fundación. De manera que uno no logra saber qué tanto deciden los directores y qué tanto les imponen. La fundación no tiene un presidente asignado. Tiene uno encargado desde hace muchos años, que es la presidenta de Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (Vivian Rivas). ¿Qué revela eso? Que se les acabaron los candidatos; que una persona haga dos funciones en el Gobierno ya es normal. ¡No tienen gente! Pero sí hay gente talentosa y preparada. Solo que no está dispuesta a que le digan qué tiene que hacer. El presupuesto que dan es tan insignificante que nada se puede hacer. ¡Están atados de manos! Y lo poco que hacen lo hacen con el mayor espíritu de voluntad.
-Bajo este panorama, ¿hubo o no un resurgir de los museos este año?
-¡No! Lo que está pasando es que hay más bulla. Rompieron con la tradición que fue implantada en el Museo de Bellas Artes en el año 38: inaugurar las exposiciones los domingos a las 11 de la mañana. Ahora hacen inauguraciones los martes a las 2 de la tarde o los jueves a las 10 de mañana. O los viernes, como han querido imponer con la ronda cultural en la noche.
-¿Qué opina de la ruta nocturna de los museos?
-La gente va, pero porque hay espectáculo gratis. Van muchachos a oír conjuntos musicales y pueden tomar cosas. Se sienten seguros en una calle o dos calles en donde hay iluminación y vigilancia. Pero, ¿cuántos de ellos van a visitar las exposiciones? ¡No van a eso! Van porque hay jaleo y bulla. Es un lugar de encuentro. El Gobierno tiene dinero para gastar en espectáculos gratuitos que motiven a la gente a salir de noche. Pero si ves cuanto se gastan en las exposiciones te das cuenta de que no hay catálogos, por ejemplo.
-¿Se habla de un silencio editorial en los museos?
-Es que no podemos realmente documentar cuántas exposiciones se hicieron en 10 años. Tengo aquí (en su casa) unas hojas de catálogo. Muy bien, la galería está imprimiendo. Pero, ¿qué dicen? Por ejemplo, el del Círculo de Bellas Artes cumple 100 años en 2012. ¿En dónde está la gran exposición?
-¿No le parece que la que está en la GAN sea una gran exposición?
-Está diluida completamente con el remontaje de la colección. La exposición en sí no es nada. Lo único novedoso son las cinco fotografías que facilitó, de su colección, Esso Álvarez. De resto, son piezas de las colecciones de los museos. No hay una sola indagación en las colección privadas, porque se han cerrado. ¡Se perdió la confianza! Se hizo un cataloguito en donde se habla de todo. ¿Qué tiene que ver con el Círculo de Bellas Artes el retrato de Lovera? Además, dice que es el retrato de Juan Lovera cuando en realidad es de su sobrino Pedro. Eso lo estableció el historiador Carlos Duarte. ¡Y en la GAN está exhibido como Juan Lovera! ¿Para qué sirven los libros de investigación? Este texto está lleno de errores. También hablan de que Marcos Castillo perteneció al Círculo. No fue así. Más bien era enemigo de ellos, no personalmente, pero ni participó en los salones.
-Entonces, ¿qué están ofreciendo los museos?
-Bueno, la Galería de Arte Nacional se defiende con su colección. Crítico son las exposiciones temporales. Es que uno no está al tanto de saber si las decide la fundación, el Iartes o el ministro de Cultura. Pero no puedo creer que una exposición que hay ahora esté ocupando un lugar importante en la GAN. Es una muestra del tema patriótico con un fondo informalista y kitsch. No creo que Juan Calzadilla la haya permitido. No creo que él, con sus investigaciones y su recorrido por el país, halla descubierto esta maravilla de artista, por favor. Ahí hay una utilización de los espacios de la galería en función ideológica política.
-¿Y el Bellas Artes?
-¡Eso es un desastre! Hay seis investigadores, ¿y qué producen? Es que ni siquiera producen estos cataloguitos. Para las exposiciones que tienen ahorita lo único que está documentado es lo de Emilio Boggio. Pero ni existe una lista de obras. Estamos ausentes de Boggio, porque su museo lo cerraron. Ahí se reunían los Círculos Bolivarianos y desaparecieron obras en el 2000. Eso salió en las noticias. Este catálogo es, para el futuro, la única vía para reconstruir esa exposición. El museo posee 19 salas y tiene todas sus colecciones en depósito. Más de una sala está ocupada con obras de la GAN porque aún no está lista de la bóveda.
-¿Y el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas?
-La salvedad son ellos, por la nueva gerencia. El museo, solo este año, pensó algo original para conmemorar los 100 años del nacimiento de Gego. Buscaron qué tanto de Gego había en los artistas actuales. Y aunque estos artistas no están en la colección del museo, porque no se adquieren sus obras, se les invitó. La exposición fue muy buena, lástima que no hay catálogo. Igual pasa con la Bienal de Arte Cinético. Eso es una apertura, y eso no es Juan Calzadilla. Es una apertura, pero no política.
-¿Los museos han caído en la mediocridad?
-Lamentablemente, sí. Es que hacen las cosas para salir del paso o simplemente obedecen a una solicitud y no la cuestionan. A mí me consta; en la "mega torta" de Farruco (Francisco Sesto), la segunda Mega exposición, en donde se exhibieron 4.000 obras, 3.000 habían sido rechazadas por los funcionarios designados. Cuando fui al Museo de Bellas Artes a ver eso más de un custodio de sala me reveló que ellos no entendían qué estaba pasando. Nunca habían visto una cosa tan mediocre y tan descaradamente política. Ha habido exposiciones muy mediocres. Algunos son compromisos. Por ejemplo, yo nunca le abría dado una sala del Museo de Arte Contemporáneo a una pintura por ser esposa de un embajador. El curador fue Juan Calzadilla. ¿Conocían a esa pintora? No. Les cayó del cielo. Antes también se hacían estas cosas, pero se podía criticar.
ROLDÁN ESTEVA-GRILLET
Pero hay más. Segundo ejemplo. Agosto, 2011. Exposición: Alexis Mujica rabiosamente figurativo. Roldán Esteva-Grillet afirma que si el escultor hubiese estado vivo le hubiera incomodado la muestra. "Le metieron estatuarias de los grandes héroes. Hoy en día la estatuaria no es considerado un arte, sino un simple oficio técnico. Es decir, hay que estar con el régimen para exponer en los museos. Ese es un criterio que no sé hasta qué punto es exclusivo de la Fundación Museos Nacionales (FMN). Creo que Juan Calzadilla tiene su cuota de responsabilidad. La GAN no es un organismo que pertenezca al Partido Socialista Unido de Venezuela", apunta.
-Se dice que desde que Calzadilla entró a la GAN, contribuyó a que exista un movimiento expositivo en los museos, luego de la gestión de Sesto. ¿Qué le ha dado el maestro a los museos?
-No a los museos. A la Galería de Arte Nacional. La novedad con Calzadilla son las exposiciones temporales. Se atrevió a romper con una decisión que había tomado Zuleiva Vivas como presidenta de la fundación: no tener más exposiciones individuales porque es un culto al individualismo. ¡Él se atrevió! El problema son los criterios de selección.
-Entonces, ¿cómo se están manejando los tres principales museos de Caracas?
-Todos dependen de la fundación. De manera que uno no logra saber qué tanto deciden los directores y qué tanto les imponen. La fundación no tiene un presidente asignado. Tiene uno encargado desde hace muchos años, que es la presidenta de Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (Vivian Rivas). ¿Qué revela eso? Que se les acabaron los candidatos; que una persona haga dos funciones en el Gobierno ya es normal. ¡No tienen gente! Pero sí hay gente talentosa y preparada. Solo que no está dispuesta a que le digan qué tiene que hacer. El presupuesto que dan es tan insignificante que nada se puede hacer. ¡Están atados de manos! Y lo poco que hacen lo hacen con el mayor espíritu de voluntad.
-Bajo este panorama, ¿hubo o no un resurgir de los museos este año?
-¡No! Lo que está pasando es que hay más bulla. Rompieron con la tradición que fue implantada en el Museo de Bellas Artes en el año 38: inaugurar las exposiciones los domingos a las 11 de la mañana. Ahora hacen inauguraciones los martes a las 2 de la tarde o los jueves a las 10 de mañana. O los viernes, como han querido imponer con la ronda cultural en la noche.
-¿Qué opina de la ruta nocturna de los museos?
-La gente va, pero porque hay espectáculo gratis. Van muchachos a oír conjuntos musicales y pueden tomar cosas. Se sienten seguros en una calle o dos calles en donde hay iluminación y vigilancia. Pero, ¿cuántos de ellos van a visitar las exposiciones? ¡No van a eso! Van porque hay jaleo y bulla. Es un lugar de encuentro. El Gobierno tiene dinero para gastar en espectáculos gratuitos que motiven a la gente a salir de noche. Pero si ves cuanto se gastan en las exposiciones te das cuenta de que no hay catálogos, por ejemplo.
-¿Se habla de un silencio editorial en los museos?
-Es que no podemos realmente documentar cuántas exposiciones se hicieron en 10 años. Tengo aquí (en su casa) unas hojas de catálogo. Muy bien, la galería está imprimiendo. Pero, ¿qué dicen? Por ejemplo, el del Círculo de Bellas Artes cumple 100 años en 2012. ¿En dónde está la gran exposición?
-¿No le parece que la que está en la GAN sea una gran exposición?
-Está diluida completamente con el remontaje de la colección. La exposición en sí no es nada. Lo único novedoso son las cinco fotografías que facilitó, de su colección, Esso Álvarez. De resto, son piezas de las colecciones de los museos. No hay una sola indagación en las colección privadas, porque se han cerrado. ¡Se perdió la confianza! Se hizo un cataloguito en donde se habla de todo. ¿Qué tiene que ver con el Círculo de Bellas Artes el retrato de Lovera? Además, dice que es el retrato de Juan Lovera cuando en realidad es de su sobrino Pedro. Eso lo estableció el historiador Carlos Duarte. ¡Y en la GAN está exhibido como Juan Lovera! ¿Para qué sirven los libros de investigación? Este texto está lleno de errores. También hablan de que Marcos Castillo perteneció al Círculo. No fue así. Más bien era enemigo de ellos, no personalmente, pero ni participó en los salones.
-Entonces, ¿qué están ofreciendo los museos?
-Bueno, la Galería de Arte Nacional se defiende con su colección. Crítico son las exposiciones temporales. Es que uno no está al tanto de saber si las decide la fundación, el Iartes o el ministro de Cultura. Pero no puedo creer que una exposición que hay ahora esté ocupando un lugar importante en la GAN. Es una muestra del tema patriótico con un fondo informalista y kitsch. No creo que Juan Calzadilla la haya permitido. No creo que él, con sus investigaciones y su recorrido por el país, halla descubierto esta maravilla de artista, por favor. Ahí hay una utilización de los espacios de la galería en función ideológica política.
-¿Y el Bellas Artes?
-¡Eso es un desastre! Hay seis investigadores, ¿y qué producen? Es que ni siquiera producen estos cataloguitos. Para las exposiciones que tienen ahorita lo único que está documentado es lo de Emilio Boggio. Pero ni existe una lista de obras. Estamos ausentes de Boggio, porque su museo lo cerraron. Ahí se reunían los Círculos Bolivarianos y desaparecieron obras en el 2000. Eso salió en las noticias. Este catálogo es, para el futuro, la única vía para reconstruir esa exposición. El museo posee 19 salas y tiene todas sus colecciones en depósito. Más de una sala está ocupada con obras de la GAN porque aún no está lista de la bóveda.
-¿Y el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas?
-La salvedad son ellos, por la nueva gerencia. El museo, solo este año, pensó algo original para conmemorar los 100 años del nacimiento de Gego. Buscaron qué tanto de Gego había en los artistas actuales. Y aunque estos artistas no están en la colección del museo, porque no se adquieren sus obras, se les invitó. La exposición fue muy buena, lástima que no hay catálogo. Igual pasa con la Bienal de Arte Cinético. Eso es una apertura, y eso no es Juan Calzadilla. Es una apertura, pero no política.
-¿Los museos han caído en la mediocridad?
-Lamentablemente, sí. Es que hacen las cosas para salir del paso o simplemente obedecen a una solicitud y no la cuestionan. A mí me consta; en la "mega torta" de Farruco (Francisco Sesto), la segunda Mega exposición, en donde se exhibieron 4.000 obras, 3.000 habían sido rechazadas por los funcionarios designados. Cuando fui al Museo de Bellas Artes a ver eso más de un custodio de sala me reveló que ellos no entendían qué estaba pasando. Nunca habían visto una cosa tan mediocre y tan descaradamente política. Ha habido exposiciones muy mediocres. Algunos son compromisos. Por ejemplo, yo nunca le abría dado una sala del Museo de Arte Contemporáneo a una pintura por ser esposa de un embajador. El curador fue Juan Calzadilla. ¿Conocían a esa pintora? No. Les cayó del cielo. Antes también se hacían estas cosas, pero se podía criticar.
ROLDÁN ESTEVA-GRILLET
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