Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 12 de abril de 2014

No podemos cerrar estas líneas sin expresar ni más ni menos qué asco con las intervenciones de Cabello cuyo lenguaje y actitud gestual indujo a la náusea pese a conocer su talante pendenciero ni podemos soslayar el insulto proferido por Ramírez afirmando que su visión del modelo que impulsan es de éxito, ni la del Judas Didalco Bolívar vendido por unas monedas. No digamos Jorge Rodríguez quien fue tan desagradable como acostumbra, aparte de haberse permitido utilizar expresiones soeces que no se compadecen con el ambiente de la reunión.

Diálogo - Fin del primer acto

El Gobierno afrontó el costo político a cambio de hacer creer que tiene interés en la pacificación

ADOLFO P. SALGUEIRO |  EL UNIVERSAL
sábado 12 de abril de 2014  12:00 AM
Escenificado ya el primer acto del "diálogo" y en presencia de algunas evaluaciones preliminares, nos parece apropiado aportar nuestra incompleta opinión inicial.

No creemos que este ejercicio vaya a servir para algo y, lamentándolo, compartimos la opinión pesimista adelantada por el diputado Andrés Velásquez. La evaluación de los roles escenificados por los voceros gubernamentales: "policía bueno" (Maduro, Aristóbulo) y "policía malo" (Cabello, Ramírez, Rodríguez) señalan ya desde el inicio que de lo único que se trata es de ganar tiempo, oxigenar, capear el temporal y volver a las suyas. Jaua -tal vez por que le tocó hablar de primero- se mostró menos radical que de costumbre pero estimamos que pronto recuperará el cinismo que lo acompaña desde su época de encapuchado.

La MUD lució articulada sin que su tripulación dejara notar las importantes tensiones -casi fracturas- que hay en su interior. Aveledo -como siempre- cumplió su papel valiente y claro sin perder el señorial talante que constituye su "marca registrada". Ni abrazó las posturas radicales de algunos de sus asociados ni consintió en convertir a su organización en un cordero pascual destinado al sacrificio irremisible. Tanto él como otros reconocieron que la representatividad de la "oposición" era incompleta sin la participación del movimiento estudiantil al cual -dejaron claro- la MUD no pretende representar, pero la ausencia del ala dura (M. Corina, Ledezma, Voluntad Popular & Cía que se negaron a asistir) también dio buena ocasión al Gobierno para explotar favorablemente el tema de la división interna.

Henry Ramos Allup y Roberto Enríquez demostraron qué los grandes partidos históricos (AD y Copei) siguen siendo depositarios de talento político aun cuando pueda discutirse si el mismo es siempre o a veces bien utilizado. En opinión de este columnista esas dos intervenciones, como las de Henri Falcón y Capriles situaron el evento en la perspectiva correcta. El Gobierno tuvo que afrontar el costo político de tener que calarse cosas feas en cadena nacional a cambio de hacer creer que tiene un interés en la pacificación más allá que el de tomar un poco de oxígeno en esta menguada hora.

Coincidiendo con Maduro criticamos que la MUD tuviera que anotar once oradores de los cuales un buen número carece de toda representatividad aun cuando sus intervenciones fueran adecuadas (menos la de Juan José Molina). Ello revela que dentro de ese "colectivo" hay aún demasiadas cosas que arreglar.

No podemos cerrar estas líneas sin expresar ni más ni menos qué asco con las intervenciones de Cabello cuyo lenguaje y actitud gestual indujo a la náusea pese a conocer su talante pendenciero ni podemos soslayar el insulto proferido por Ramírez afirmando que su visión del modelo que impulsan es de éxito, ni la del Judas Didalco Bolívar vendido por unas monedas. No digamos Jorge Rodríguez quien fue tan desagradable como acostumbra, aparte de haberse permitido utilizar expresiones soeces que no se compadecen con el ambiente de la reunión.

Los días por venir darán ocasión a comentarios más decantados.

Felices Pascuas.

apsalgueiro@cantv.net

No se le dijo nada al país

El ejercicio político televisado sirvió para la catarsis, personal y colectiva, de los actores

ALFREDO YÁNEZ M. |  EL UNIVERSAL
sábado 12 de abril de 2014  12:00 AM
¡Cuántas cosas dichas! Verdades, mentiras, manipulaciones, tergiversaciones, malintenciones. Una pluralidad infinita de cinismo, solo comparable con la necesidad individual -en algunos casos colectiva- de hacer catarsis.

¡Cuánto tiempo perdido! Casi seis horas de frases cargadas de intencionalidad para defender los puntos grupales, sin entender ni un momento que frente a las pantallas se encontraba un país a la espera de alguna palabra para él.

Veintidós oradores que solo fueron a hablarse a sí mismos; porque hasta la carta enviada por el Papa estaba dirigida específicamente a esos actores divorciados y sin nexo con el país que reclama.

Que se dijeron verdades; sí. Que se desnudaron los rostros de la mentira, la cobardía, el chantaje, la venganza, la revancha, el reconcomio, sí. Que un grupo se quedó sin armas (verbales) y declinó seguir repitiendo más de lo mismo; sí. Pero al final, más allá de una foto y unas imágenes que refieren una realidad irreal; jamás hubo diálogo, ni mucho menos debate; y por ninguna parte encuentro.

¿De qué sirvió? De anécdota. De ejercicio salvavidas, para unos y otros, de necesaria consulta para dentro de unos días esgrimir tal o cual frase y acomodarla al discurso que la conveniencia amerite.

Pero el país volvió a quedar fuera. En esas casi seis horas se resumieron estos quince años de retórica; en los que una parcialidad política se empeña en alabarse y, a un tiempo, en demeritar a su contraparte; sin escuchar, sin contrastar, sin validar ni una sola de las ideas del interlocutor.

Entretanto, la crisis avanza; los anaqueles siguen vacíos, el dinero no alcanza; la incertidumbre reina; y entre tantas cosas dichas, no se le dijo nada al país.

@incisos

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