Bolívar profético
...El augur ante el cual acuden en busca de verdad las naciones de América
JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ | EL UNIVERSAL
domingo 30 de agosto de 2015 12:00 AM
En las señales de la historia, en las aspiraciones de su tiempo, en la especificidad de nuestra raza, en todo observó el porvenir. La "Carta de Jamaica" escrita en Kingston en medio de la soledad y el infortunio, evidenció su pensamiento bajo cuyo dictado materializó su singular obra como hombre de acción. Advirtió como ninguno el futuro, pero lo que más nos debe sorprender y más necesitamos es cómo conformó los elementos constructivos de nuestro pasado y juzgó su presente para señalar lo que somos y lo que debemos ser.
Bolívar describió las formas del ser americano desde el antiguo México y hasta el lejano Chile, apreciando con profundidad sus condiciones y el desenvolvimiento de las sociedades, su carácter y perspectivas.
Ante los males de la conquista, del despotismo y de la tiranía, los siglos de dominación y servilismo, aislada la América irredenta, Bolívar no vaciló en asegurar que el "suceso coronará nuestros esfuerzos" al intuir el destino de la América libre y la necesidad de "conseguir instituciones liberales" y "sociedades civiles... sobre las bases de la justicia, la libertad y la igualdad", derecho irrenunciable de individuos y pueblos.
Bolívar creyó resolver en América el enigma de la libertad para reivindicar en ella: "los derechos de la humanidad", "el equilibrio del mundo", la existencia de"una república" que a pesar de nuestra inexperiencia no terminase envuelta en las "anarquías demagógicas, o... tiranías monócratas", o sea, bajo dictaduras. Luchó para superar el "espíritu de partido" destructor y divisor de la patria, para alcanzar "la unidad", "fundar un gobierno libre" con "leyes benévolas", respetuoso de "los derechos del hombre, manteniendo el equilibrio de los poderes y estatuyendo leyes generales a favor de la libertad civil, de imprenta y otras", lo que debe constituir y perpetuar una sólida República.
Bolívar es el augur ante el cual acuden en busca de verdad las naciones de América.
@jfdiazbermudez
Bolívar describió las formas del ser americano desde el antiguo México y hasta el lejano Chile, apreciando con profundidad sus condiciones y el desenvolvimiento de las sociedades, su carácter y perspectivas.
Ante los males de la conquista, del despotismo y de la tiranía, los siglos de dominación y servilismo, aislada la América irredenta, Bolívar no vaciló en asegurar que el "suceso coronará nuestros esfuerzos" al intuir el destino de la América libre y la necesidad de "conseguir instituciones liberales" y "sociedades civiles... sobre las bases de la justicia, la libertad y la igualdad", derecho irrenunciable de individuos y pueblos.
Bolívar creyó resolver en América el enigma de la libertad para reivindicar en ella: "los derechos de la humanidad", "el equilibrio del mundo", la existencia de"una república" que a pesar de nuestra inexperiencia no terminase envuelta en las "anarquías demagógicas, o... tiranías monócratas", o sea, bajo dictaduras. Luchó para superar el "espíritu de partido" destructor y divisor de la patria, para alcanzar "la unidad", "fundar un gobierno libre" con "leyes benévolas", respetuoso de "los derechos del hombre, manteniendo el equilibrio de los poderes y estatuyendo leyes generales a favor de la libertad civil, de imprenta y otras", lo que debe constituir y perpetuar una sólida República.
Bolívar es el augur ante el cual acuden en busca de verdad las naciones de América.
@jfdiazbermudez
Integración con Colombia: una realidad
GUILLERMO GARCÍA N. | EL UNIVERSAL
domingo 30 de agosto de 2015 12:00 AM
La decisión del presidente Maduro de cerrar la frontera con Colombia tiene un gran impacto no solo en lo político, sino aun en mayores proporciones en lo comercial y de negocios.
Hoy día, la integración es un tema de actualidad. La palabra integración está en boca de políticos, empresarios y hasta del ciudadano común. La integración del comercio con Colombia trasciende más allá de la noticia y la diplomacia para convertirse en una realidad de hoy. La relación comercial entre los dos países ha venido creciendo y consolidándose. Para los dos países, el flujo de comercio exterior (importaciones/exportaciones) es de vital importancia. Son dos mercados que difícilmente pueden ser excluidos y reemplazados, sin registrar impactos negativos, no solo de balanza comercial, sino también en el empleo, abastecimiento y disminución sustancial de las exportaciones no-tradicionales de los dos países. En consecuencia, cualquier decisión que dificulte o elimine una relación de comercio e integración en el grado de complementariedad que existe entre Venezuela y Colombia, no solo pone en peligro un proceso de integración natural, similar y de reducidas asimetrías, sino que nos lleva a un aislamiento comercial que no se compagina con las realidades del comercio internacional del siglo XXI.
Las realidades económicas del mundo de hoy no están marcadas bajo el modelo de control y centralizado, altamente protegido obsoleto del pasado. La dinámica de interacción económica de las naciones exige modernidad por parte de los gobiernos, empresarios, y trabajadores. Venezuela no escapa de ello. Es así como el país debe insertarse y mantenerse en un contexto de economía moderna e internacional. El flujo de capitales, bienes y servicios no deben tener trabas y restricciones. Técnicamente ya no hay argumentos válidos para mantener un proteccionismo comercial, financiero y de inversión. Mientras más tiempo nos tome entender e implementar estas realidades, más tardaremos en incorporarnos al desarrollo industrial y al intercambio competitivo internacional de bienes y servicios, requisito fundamental para mejorar nuestros niveles de vida; no hacerlo significará negarle a la gran masa de ciudadanos la posibilidad de una mejor condición de bienestar.
El modelo proteccionista y de subsidios a empresas ineficientes en el pasado y en el presente solo ha producido pobreza y estancamiento económico, y es muy importante recalcar que, sin crecimiento económico es difícil mantener estabilidad política.
La mayor apertura económica y comercial ha permitido en la década de los 90 que Venezuela y Colombia, hubiesen avanzado a pasos agigantados hacia una integración comercial y de inversión más estrecha. Venezuela y Colombia ven su integración como una fórmula de aumentar y complementar sus economías. Cada día, el comercio y la inversión entre los dos países debería incrementarse para lograr un mejor porvenir de nuestros pueblos. No obstante, la integración y libre comercio e inversión implica cambios: apertura de los mercados, legislaciones laborales, fiscales y de inversión, y una economía libre de controles de cambio y precios, que en lado venezolano ha distorsionado totalmente la formación de precios y tipo de cambio y ha generado el enorme arbitraje (bachaqueo de todo tipo: Alimentos, gasolina y moneda).
Hoy, la integración con Colombia es un hecho, una realidad. Esto no solo se está produciendo en el área comercial, sino también en el área financiera y de inversión.
Las posibilidades y oportunidades son inmensas. Lo que cabe ahora, es que los presidentes Maduro y Santos retomen el diálogo y se planteen el fomento de proyectos binacionales que sean beneficiosos para el desarrollo de inversiones tanto del sector público de los dos países, como de la participación importante del sector privado. Esperemos que las relaciones puedan ser retomadas a la brevedad; y que prive la sensatez, la ponderación y se evalúe muy bien los efectos de un rompimiento de relaciones políticas y comerciales; que lamentablemente, en la actualidad para Venezuela, su aparato productivo no está en capacidad de producir lo requerido.
La integración de Venezuela y Colombia debe estar sentando bases sólidas para un despegue económico de desarrollo y bienestar de ambas naciones, y que la integración hoy por hoy de los dos países, es un hecho irreversible, una realidad y que va más allá de las decisiones presidenciales del momento.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
Hoy día, la integración es un tema de actualidad. La palabra integración está en boca de políticos, empresarios y hasta del ciudadano común. La integración del comercio con Colombia trasciende más allá de la noticia y la diplomacia para convertirse en una realidad de hoy. La relación comercial entre los dos países ha venido creciendo y consolidándose. Para los dos países, el flujo de comercio exterior (importaciones/exportaciones) es de vital importancia. Son dos mercados que difícilmente pueden ser excluidos y reemplazados, sin registrar impactos negativos, no solo de balanza comercial, sino también en el empleo, abastecimiento y disminución sustancial de las exportaciones no-tradicionales de los dos países. En consecuencia, cualquier decisión que dificulte o elimine una relación de comercio e integración en el grado de complementariedad que existe entre Venezuela y Colombia, no solo pone en peligro un proceso de integración natural, similar y de reducidas asimetrías, sino que nos lleva a un aislamiento comercial que no se compagina con las realidades del comercio internacional del siglo XXI.
Las realidades económicas del mundo de hoy no están marcadas bajo el modelo de control y centralizado, altamente protegido obsoleto del pasado. La dinámica de interacción económica de las naciones exige modernidad por parte de los gobiernos, empresarios, y trabajadores. Venezuela no escapa de ello. Es así como el país debe insertarse y mantenerse en un contexto de economía moderna e internacional. El flujo de capitales, bienes y servicios no deben tener trabas y restricciones. Técnicamente ya no hay argumentos válidos para mantener un proteccionismo comercial, financiero y de inversión. Mientras más tiempo nos tome entender e implementar estas realidades, más tardaremos en incorporarnos al desarrollo industrial y al intercambio competitivo internacional de bienes y servicios, requisito fundamental para mejorar nuestros niveles de vida; no hacerlo significará negarle a la gran masa de ciudadanos la posibilidad de una mejor condición de bienestar.
El modelo proteccionista y de subsidios a empresas ineficientes en el pasado y en el presente solo ha producido pobreza y estancamiento económico, y es muy importante recalcar que, sin crecimiento económico es difícil mantener estabilidad política.
La mayor apertura económica y comercial ha permitido en la década de los 90 que Venezuela y Colombia, hubiesen avanzado a pasos agigantados hacia una integración comercial y de inversión más estrecha. Venezuela y Colombia ven su integración como una fórmula de aumentar y complementar sus economías. Cada día, el comercio y la inversión entre los dos países debería incrementarse para lograr un mejor porvenir de nuestros pueblos. No obstante, la integración y libre comercio e inversión implica cambios: apertura de los mercados, legislaciones laborales, fiscales y de inversión, y una economía libre de controles de cambio y precios, que en lado venezolano ha distorsionado totalmente la formación de precios y tipo de cambio y ha generado el enorme arbitraje (bachaqueo de todo tipo: Alimentos, gasolina y moneda).
Hoy, la integración con Colombia es un hecho, una realidad. Esto no solo se está produciendo en el área comercial, sino también en el área financiera y de inversión.
Las posibilidades y oportunidades son inmensas. Lo que cabe ahora, es que los presidentes Maduro y Santos retomen el diálogo y se planteen el fomento de proyectos binacionales que sean beneficiosos para el desarrollo de inversiones tanto del sector público de los dos países, como de la participación importante del sector privado. Esperemos que las relaciones puedan ser retomadas a la brevedad; y que prive la sensatez, la ponderación y se evalúe muy bien los efectos de un rompimiento de relaciones políticas y comerciales; que lamentablemente, en la actualidad para Venezuela, su aparato productivo no está en capacidad de producir lo requerido.
La integración de Venezuela y Colombia debe estar sentando bases sólidas para un despegue económico de desarrollo y bienestar de ambas naciones, y que la integración hoy por hoy de los dos países, es un hecho irreversible, una realidad y que va más allá de las decisiones presidenciales del momento.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
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