Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 10 de agosto de 2015

Redundaría en necedad insistir sobre la importancia del conocimiento de los distintos hechos históricos, mas la aproximación al pasado está cargada de tanta subjetividad que en ocasiones la historiografía parece más un género literario que una disciplina con rigor epistémico.

Las trampas de la historia

Trampa: pretender que una situación se puede repetir en un tiempo y un contexto diferente...

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ALIRIO PÉREZ LO PRESTI |  EL UNIVERSAL
lunes 10 de agosto de 2015  12:00 AM
Redundaría en necedad insistir sobre la importancia del conocimiento de los distintos hechos históricos, mas la aproximación al pasado está cargada de tanta subjetividad que en ocasiones la historiografía parece más un género literario que una disciplina con rigor epistémico.

Una de las clásicas trampas en las cuales se cae cada vez que hacemos un análisis de lo histórico, es pretender que una situación se puede repetir en un tiempo y un contexto diferente al cual ocurrieron los hechos previos.

Tratar de extrapolar una determinada situación histórica a un contexto diferente es sólo una acrobacia intelectual. A veces leo textos en donde a los venezolanos se nos compara con los remotos chinos, los lejanos rusos, los distantes chilenos o los colindantes cubanos y sinceramente no le veo el parecido, por más que me lo adornen y traten de explicármelo de manera sencilla.

Al menos cuatro razones pueden ser asomadas para desmontar lo que a mi juicio es caer en la eterna trampa de pretender que los procesos históricos se pueden repetir en un lugar de igual manera a como ocurrieron en otro.

1. "La viveza criolla". Por Dios que no debe existir un pueblo más creativo a la hora de vulnerar lo normativo que el nuestro. Son tantas las maneras de hacer trampa del venezolano, que las más insólitas formas de supervivencia económica han hecho su aparición de manera desbordada. Es la picaresca del puerto de Sevilla transmutada a viveza criolla en sus más desorbitadas formas de funcionamiento. Es tal la vulneración de las reglas, que permite que la sociedad siga funcionando con todos los elementos nocivos que pueda haber. Han aparecido increíbles prácticas de subsistencia, siendo el "bachaqueo" una ilegal manera de mercadeo que permite equilibrio social. De alguna forma la práctica delictiva del "bachaqueo" funciona como una especie de impuesto que pagan unos a otros en una espiral de tal perfección, en la cual queriendo o sin querer el grueso de los habitantes terminamos siendo cómplices al mantener el sistema.

2. "El embrollo económico". Venezuela es ejemplo de las imprecisiones que señalan los economistas y afines. La actual situación económica, si la vemos desde el punto de vista académico, ni siquiera debería existir, ya en el papel es insostenible. Sin embargo se sostiene, pues una cosa es la disciplina denominada "economía" y otra la realidad. Formamos un país cada día más dependiente de la renta petrolera, con pobre visión colectiva de futuro, sin planes de expansión en otros rubros y lo podemos seguir siendo durante mucho tiempo. Que exista una mala gerencia es una cosa, pero pretender convencernos de que no está entrando suficiente flujo de dinero por concepto de petrodólares es falso. La realidad es la prueba de cómo una pésima administración puede crear indefinidamente la paradójica situación en la cual vivimos. Desde el punto de vista teórico la economía no debería funcionar. Lo increíble es que funciona a tal punto que no vemos importantes manifestaciones de descontento colectivo, salvo las consabidas quejas a través de las redes sociales y el plañidero discurso del venezolano, que ya forma parte de nuestra peculiar idiosincrasia.

3. "El buen mesías". El pensamiento mágico es parte de nuestra cultura. El creer que existe una especie de líder cuya representación es la materialización tangible de un ser que nos ha de salvar, forma parte de nuestra visión como conglomerado. Lo cierto es que los guías que hemos tenido nos han conducido a situaciones casi catastróficas, callejones sin salida y enfrentamiento entre hermanos. Creo que soy un ciudadano que hace bien con ir a votar e inducir a que otros ejerzan este derecho. Mi rol como protagonista político está bastante confinado a los resultados electorales. Un ejemplo de cómo se nos trata como si fuésemos débiles mentales es cada vez que nos dicen: "Esta es la elección más importante". Ninguna elección es más importante que otra. Lo que existe es una ausencia de cultura política responsable que le permita entender al desentendido que un proceso conduce a otro y así hasta el infinito. La historia no funciona como las telenovelas. Lo social no tiene un capítulo de inicio y un final. El "final feliz" es propio de las series televisivas, no de la historia.

4. "Nuestra naturaleza". Cuando se intenta comprender un fenómeno a través del lente de una disciplina, se cae en el saco roto de la visión "especializada". La especialidad es una manera de cultivar la ignorancia porque a través del lente confinado del conocimiento específico de algo, sólo vemos una parte de la situación. Para entender el asunto venezolano hay que verlo necesariamente desde la transdisciplinariedad, interdisciplinariedad o como se quiera llamar. Lo cierto es que somos como somos por razones que van desde nuestra naturaleza "originaria" hasta las múltiples influencias sociales que nos marcan, con sus cosas buenas y sus inseparables tragedias. 

@perezlopresti

¿La sociedad del miedo?

OFELIA AVELLA |  EL UNIVERSAL
lunes 10 de agosto de 2015  12:00 AM
Esta semana, mi hija llegó de su trabajo como guía de campamento asombrada por lo que vivió con un chiquito de cuatro años. En un momento dado el niñito le preguntó que si acaso allí no había armas. Ella le respondió que no, que en un campamento no tenía por qué haber armas, pero para tratar de comprender la inquietud del niño le preguntó que por qué quería saber eso. Después de escucharlo, mi hija y sus compañeros captaron que la inquietud del niño tenía que ver con su sensación de desprotección al no ver personas con armas. Tuvieron que explicarle que allí no le pasaría nada y que en todo caso había guardias de seguridad.

El miedo del niñito, terrible y lastimoso, trajo a mi mente el de muchas personas. Hace poco una amiga me manifestó el mismo miedo al captar que unos guardias que pasaban el día instalados en un punto concreto cercano a su casa dejaron de ir al lugar. En lugar de pasar el día entero (incluida la noche) en el sitio de siempre, ahora van sólo pocas horas al día. Dejó de ver armas y se sintió, como el niñito, desprotegida. Es terrible que nuestros niños se estén acostumbrando a vivir en una sociedad en la que hay que aprender a desconfiar de todos: de quien pide una dirección, de quien nos pregunta algo en la calle, de quien se nos acerca para algo. Sin querer, uno les transmite que nos rodea una inseguridad tremenda cuando les insiste en ser vigilantes, en no hacer tantas cosas y cuidarse de tantas maneras; cuando les enseña a desconfiar y cuando nos ven a nosotros mismos moviéndonos con prudencia por la ciudad.

Es inevitable y doloroso, pero ¿cómo infundir que es posible confiar en el ser humano, creer que no todos mienten, que no todos roban, que muchos son capaces de ayudar de buena fe y de ser también amigos, buenos amigos? No se trata, por supuesto, de educar en la ingenuidad, pero hay que procurar conversar con los hijos (y meditarlo uno bastante) sobre las razones que llevan a muchos a vivir siempre fuera de "la ley y el orden" social.  Hay que conversar sobre lo que es la amistad, la lealtad, y procurar rodearlos de buenos ejemplos (empezando por el nuestro), porque de lo contrario estos conceptos serán pura teoría, una mera abstracción. Sin referencias cercanas de valores y virtudes familiares y ciudadanas, no dudemos que se impongan con mucha concreción y realismo los rostros mafiosos, malandros, corruptos y la necesidad de un arma que los controle.

Cuando el pesimismo nos aturda y sintamos que el ambiente se nos viene encima, cosa que nos está pasando a muchos, sobrepongámonos por nuestros hijos, por nuestros niños, y luchemos por ser dentro de nuestras limitaciones y defectos una referencia de amistad, de sinceridad, de bondad, de trabajo. Es difícil, lo sé, porque lo que estamos viviendo no es otra cosa que una lucha por la supervivencia, por llegar hasta el producto después de horas de cola y de peleas con los que se colean, una batalla contra la impunidad y la injusticia, un miedo que inevitablemente es como una sombra que nos persigue. Es difícil transmitir paz, amor, confianza, y fe en el ser humano. Es cierto, pero conversemos sobre lo que es el hombre, sobre lo que somos capaces los hombres en momentos difíciles, sobre las ideologías, la mentira, la corrupción, y pongámosles ejemplos concretos de lo contrario a eso que ven y genera temor. Se puede ser honesto, valiente, buen amigo y heroico, porque esto es lo que hay que ser en momentos de oscuridad.

Es difícil no dejarse dominar por el miedo, lo sé, pero tenemos que educar a sobreponerse a él con prudencia, sin ser ingenuo, pero tampoco cobarde. Todo un arte, sí, pero si no lo hacemos educaremos en el temor, en la desconfianza, en la pasividad. Seremos una sociedad que se ocultará en un cascarón hasta que pase la tormenta. Es misión de todos dar una mano a nuestros jóvenes, a nuestros niños. Los padres y los maestros tenemos una responsabilidad especial en estos momentos porque no hay nada más difícil que transmitir fe en que algo brotará de la adversidad.

ofeliavella@gmail.com
@ofeliavella


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