Barack Hussein Obama II (Honolulu, 4 de agosto de 1961), conocido como Barack Obama, es el cuadragésimo cuarto y actual Presidente de los Estados Unidos.
Obama señala que la lucha contra el cambio climático es una obligación moral
En la presentación del Plan de Energía Limpia, el presidente de Estados Unidos citó al papa Francisco y su encíclica Laudato si' . El mandatario recordó que el Santo Padre está a favor de la reducción de gases contaminantes
Por Redacción
Madrid, 04 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este lunes la obligación moral de su gobierno en la lucha contra el cambio climático, cuyas consecuencias definió como la mayor amenaza para el futuro.
En una ceremonia en la Casa Blanca, el mandatario presentó los detalles del denominado Plan de Energía Limpia para limitar las emisiones contaminantes de las centrales termoeléctricas del país e impulsar la inversión en energías renovables.
“Van a decir que nuestro plan va a destruir millones de puestos de trabajo”, aseguró Obama al señalar que a su lado tiene a la mayoría de la opinión pública y a personalidades como el papa Francisco, quien se ha manifestado a favor de la reducción de gases contaminantes.
“Somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo”, apuntó el gobernante. “Este es uno de esos problemas que por su magnitud, si no lo hacemos bien, no podremos reaccionar ni adaptarnos. Cuando hablamos de cambio climático, existe la posibilidad de llegar tarde”, insistió.
“Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B”, dijo Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global.
El presidente estadounidense subrayó además que, como dejó claro el Pontífice en su encíclica Laudato si', “la lucha contra el cambio climático es una obligación moral”. “La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más”, reconoció. “No hay un desafío que suponga una amenaza mayor para nuestro futuro que el cambio climático”, reiteró Barack Obama.
Las medidas presentadas ayer complementan el objetivo general con el que EEUU se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia mundial sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.
En una ceremonia en la Casa Blanca, el mandatario presentó los detalles del denominado Plan de Energía Limpia para limitar las emisiones contaminantes de las centrales termoeléctricas del país e impulsar la inversión en energías renovables.
“Van a decir que nuestro plan va a destruir millones de puestos de trabajo”, aseguró Obama al señalar que a su lado tiene a la mayoría de la opinión pública y a personalidades como el papa Francisco, quien se ha manifestado a favor de la reducción de gases contaminantes.
“Somos la primera generación que siente las consecuencias del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de hacer algo para detenerlo”, apuntó el gobernante. “Este es uno de esos problemas que por su magnitud, si no lo hacemos bien, no podremos reaccionar ni adaptarnos. Cuando hablamos de cambio climático, existe la posibilidad de llegar tarde”, insistió.
“Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B”, dijo Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global.
El presidente estadounidense subrayó además que, como dejó claro el Pontífice en su encíclica Laudato si', “la lucha contra el cambio climático es una obligación moral”. “La ciencia nos está diciendo que tenemos que hacer mucho más”, reconoció. “No hay un desafío que suponga una amenaza mayor para nuestro futuro que el cambio climático”, reiteró Barack Obama.
Las medidas presentadas ayer complementan el objetivo general con el que EEUU se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia mundial sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.
Estados Unidos seguirá financiando a Planned Parenthood
El Senado ha votado en contra de retirar los fondos federales a la red de planificación familiar, acusada de traficar con órganos de bebés abortados en sus instalaciones
Por Redacción
Madrid, 04 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El Senado de Estados Unidos votó este lunes por primera vez sobre la posibilidad de retirar todos los fondos federales a una organización de planificación familiar que lleva a cabo abortos a nivel nacional, Planned Parenthood, acusada de traficar con órganos de bebés abortados en sus instalaciones. Con 53 votos a favor y 46 en contra, los senadores republicanos no lograron la mayoría que necesitaban para que se aprobara la medida.
La controversia surgió a lo largo del mes de julio, cuando salieron a la luz una serie de vídeos grabados con cámara oculta por el Centro para el Progreso Médico, en los que altos representantes de la multinacional estadounidense supuestamente negocian pagos para la venta de órganos.
En una de las grabaciones se puede ver a la doctora Deborah Nucatola, directora de los servicios médicos de Planned Parenthood, cuando dice que “muchas personas quieren corazones intactos”.
“Siempre los hígados más intactos posibles”, afirma durante una conversación sobre la petición de tejidos fetales por parte de científicos y técnicas de aborto que permitan preservar determinados órganos. “Probablemente entre 30 y 100 dólares”, asegura la doctora cuando se le pregunta por la tarifa.
Vender partes de fetos es ilegal en Estados Unidos, pero la organización ha defendido enérgicamente que solo cobra por ellos lo suficiente para cubrir sus propios costes para preservar y transportar el tejido fetal hasta los investigadores, algo que sí permite la ley federal.
En cualquier caso, la polémica ha agravado la suspicacia de muchos republicanos hacia Planned Parenthood, que recibe más de 500 millones de dólares al año en fondos federales, la mayoría a través de subvenciones y del programa de seguros médicos para personas con bajos recursos, Medicaid.
Esta red de planificación familiar administra 700 clínicas en Estados Unidos. En ellas se atienden a 2,7 millones de pacientes por año. Aproximadamente un tercio del millón de abortos que se realizan anualmente en el país se llevan a cabo en clínicas de Planned Parenthood.
La controversia surgió a lo largo del mes de julio, cuando salieron a la luz una serie de vídeos grabados con cámara oculta por el Centro para el Progreso Médico, en los que altos representantes de la multinacional estadounidense supuestamente negocian pagos para la venta de órganos.
En una de las grabaciones se puede ver a la doctora Deborah Nucatola, directora de los servicios médicos de Planned Parenthood, cuando dice que “muchas personas quieren corazones intactos”.
“Siempre los hígados más intactos posibles”, afirma durante una conversación sobre la petición de tejidos fetales por parte de científicos y técnicas de aborto que permitan preservar determinados órganos. “Probablemente entre 30 y 100 dólares”, asegura la doctora cuando se le pregunta por la tarifa.
Vender partes de fetos es ilegal en Estados Unidos, pero la organización ha defendido enérgicamente que solo cobra por ellos lo suficiente para cubrir sus propios costes para preservar y transportar el tejido fetal hasta los investigadores, algo que sí permite la ley federal.
En cualquier caso, la polémica ha agravado la suspicacia de muchos republicanos hacia Planned Parenthood, que recibe más de 500 millones de dólares al año en fondos federales, la mayoría a través de subvenciones y del programa de seguros médicos para personas con bajos recursos, Medicaid.
Esta red de planificación familiar administra 700 clínicas en Estados Unidos. En ellas se atienden a 2,7 millones de pacientes por año. Aproximadamente un tercio del millón de abortos que se realizan anualmente en el país se llevan a cabo en clínicas de Planned Parenthood.
No hay comentarios:
Publicar un comentario