Desde este martes 25 de agosto, Lilith transita plenamente por Libra, lo que nos puede traer un ciclo en el cual nuestras relaciones entren en un período “oscuro”, difícil de manejar y comprender, atemorizante, intenso, a veces sórdido, pero del cual podemos aprender a descubrir riquezas escondidas y vivir transformaciones a fondo a través de experiencias con otras personas.

DOMINGO, 23 DE AGOSTO DE 2015

Relaciones a la sombra de la Luna Negra

Textos tomados del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva

La simbología astrológica es muy amplia, y existen una diversidad de puntos energéticos que no son de uso común en una carta astral, pero que de vez en cuando resulta interesante analizarlos para encontrar respuestas que no encontramos con los astros usados más a menudo.

Uno de esos puntos energéticos es “Lilith”, o “Luna Negra”, que se calcula en forma parecida a los Nodos Lunares, y su movimiento alrededor del zodíaco es de nueve años,  justo la mitad del recorrido de los Nodos.

Lilith se asocia a un arquetipo femenino de características sórdidas o malévolas. No obstante, su interpretación moderna y más ajustada a la realidad, tiene que ver con el “lado oscuro” de cada ser humano; en esta zona del alma pueden albergarse nuestros deseos reprimidos, complejos, temores, lo que no nos atrevemos a decir o desconocemos de nosotros mismos.

Generalmente este lado oscuro no aflora, se queda en nuestro interior y solamente a través de circunstancias especiales, sale a flote. Seguramente a mucha gente le habrá provocado en alguna ocasión matar a alguien a quien detesta, pero en la práctica no se le ocurriría hacerlo, aunque lamentablemente, en variadas ocasiones, este lado oscuro se abre paso y comete las peores atrocidades.

Muchas veces, el tránsito de Lilith por alguna zona de nuestra carta astral, nos pone a prueba, eso es lo que se llama luchar contra nuestros propios demonios, y nos confrontamos con ciertas tentaciones que debemos dominar, o serán ellas las que nos dominen.

En los tránsitos de Lilith puede aparecer un ser que nos atemoriza, una mujer o un hombre cuyo lado femenino (sensible, intuituivo) aflora. No siempre tiene que traer algún evento negativo, incluso puede traernos algo muy bueno, pero en circunstancias llenas de misterio e incertidumbre.

Desde este martes 25 de agosto, Lilith transita plenamente por Libra, lo que nos puede traer un ciclo en el cual nuestras relaciones entren en un período “oscuro”, difícil de manejar y comprender, atemorizante, intenso, a veces sórdido, pero del cual podemos aprender a descubrir riquezas escondidas y vivir transformaciones a fondo a través de experiencias con otras personas.

Eso sí, será un ciclo de unos nueves meses,  en el cual los acuerdos a los que lleguemos, los asuntos legales, las relaciones de pareja, matrimonios, asociaciones y relaciones humanas en general, tendrán un toque desconcertante y misterioso, lo que no significa que el desenlace sea negativo: es cuestión de arriesgarse y dar el salto en el vacío, o dejar pasar lo que podría ser una oportunidad.

Sol en Virgo: Tiempo de analizar y sanar

El domingo 23 de agosto a las 06:08 de la mañana, hora de Venezuela (10:38 GMT), el Sol entra a Virgo y despierta las cualidades esenciales de este signo durante un mes.

Pertenece al elemento tierra, lo que favorece que actuemos con sentido práctico y podamos concretar las cosas que nos propongamos; es también un signo mutable, pues su período corresponde al cierre de una de las estaciones del año, y esto significa que su ciclo es un puente hacia los cambios, y su naturaleza favorece la adaptabilidad y la flexibilidad ante las nuevas situaciones.

Este signo está regido por Mercurio, el astro de la mente y las comunicaciones, el cual en esta franja del zodíaco destaca sus cualidades para el análisis y la observación de los detalles. Virgo también está regido por Quirón, el sanador herido, lo que hace propicio su ciclo para emprender procesos sanadores en algún área de nuestras vidas, en lo individual o en lo colectivo.

El ciclo de Virgo es propicio para el servicio público y elTRABAJOen equipo, para seleccionar, analizar, ordenar todo aquello que nos sirve para el desempeño de nuestras actividades y metas, es tiempo de saber seleccionar lo que nos hace falta y desechar lo que ya no funciona.

El tiempo de Virgo es favorable para la limpieza, el orden, para depurar nuestro organismo, chequear nuestra salud, reponernos de excesos, es momento de estar pendientes de los detalles que componen el todo, de ser minuciosos, exigentes y perfeccionistas.

Sin embargo debemos cuidar no ser radicales, porque podríamos caer en comportamientos tales como ser hipocondríacos, maniáticos del orden, demasiado quisquillosos, burocráticos, con tendencia a complicarlo todo.

La palabra clave de Virgo es “yo analizo”. Es un signo cerebral, con una especial aptitud para la observación, para seleccionar, que le da un temperamento científico y administrativo, una capacidad para actividades que requieren de precisión.

La espiritualidad de Virgo es el reflejo de su signo opuesto, Piscis. Recordemos que la era pisciana es la del cristianismo, la fe y el sacrificio, y en esta era, un icono importante es la Virgen María, multiplicada luego en diversas apariciones que nos han llevado a bautizarla de muchas maneras. En la era de Piscis, los apóstoles y discípulos de Jesús fueron pescadores. Enfrente de Piscis está Virgo, el signo de la Virgen, simbolizando a María, madre de Cristo.

La virtud de tener hambre

SÓCRATES RAMÍREZEl Nacional 24 DE AGOSTO 2015 - 12:01 AM

Al principio los invadió la vergüenza de la cola al saberse numerados, zonificados y humillados para comprar alimentos. El malestar avanzó al mismo ritmo que la especialización de los controles. Hubo quienes percibieron la deshonra humana que significa ordenarse militarmente para meterse un bocado de pan en la boca. La realidad avisaba en clave: aquí no hay para todos, para usted no alcanza, usted no cabe.

La intranquilidad fue sustituida por la mansedumbre y la costumbre. Se ajustaron los horarios y los ritmos al turno correspondiente en los mercados. La cola se convirtió en el refugio de los invisibles, en el ágora de la necesidad donde la precariedad más miserable reúne a los hombres y los pone a hablar del futuro convertido en paquete de harina. La cola y la captura de “lo que hay” sustituyeron al mérito y al amor como recurso de reconocimiento social y afectivo. La heroicidad y la gloria reservada para la acción de uno en beneficio de todos quedaron reducidas a víveres en una bolsa negra. Se extendió experimentalmente una extraña solidaridad fundada en las nuevasdelicateses.  

Pero hubo más. Las formas de saciar el hambre se convirtieron en motivos de delación. La primigenia solidaridad se transformó en denuncia. El olor de lo que a los ojos de todos no aparece: un trozo de carne asándose o el aroma del café que se filtra pese a las ventanas cerradas, pasaron a ser razones acusatorias por desviación gastronómica burguesa. Lo que antes era cotidiano se convirtió en un privilegio y en aquella sociedad de la igualdad el privilegio era perseguido: comer escondido era castigado. Sólo comía bien el delator, por eso el señalamiento y la denuncia fueron abrazados con fruición. Para engullir algo más o menos decente, sucedáneamente nutritivo, sólo bastaba con afinar la nariz, pegar el oído a la pared de al lado o mirar con incendio la bolsa del vecino y denunciar el arroz o el huevo frito como un crimen contra la igualdad estomacal. El trabajo mejor pagado era escrutar en la vida de los otros.

El ciudadano dio paso al chivato, la solidaridad a la vigilancia, la libertad a la misión. Aquel país se disolvió en la propaganda que imponía a todos el deber de salvar el socialismo, de contrarrestar los ataques, de precisar y destruir enemigos. Todos debían creer que podían hacer la guerra con hambre. El hambre fue sinónimo de dignidad y resistencia. Leal era quien aguantaba más sin quejarse, quien necesitaba menos, quien parecía sentirse más cómodo en medio de la miseria y la barbarie.   

En la más remota intimidad que pudo salvarse, en las torpes palabras que podían cruzarse mientras la vigilancia pestañeaba a veces se comentaba, con temor, que el Comando había fracasado en su deber de velar por el bienestar de todos, por su seguridad, por su alimentación. Ingenuos pensantes. El Comando había triunfado. Con cola y hambre logró lo que no consiguió con finas maneras: avergonzarlos de sí mismos, devolverlos a la animalidad de quien hiere a otro para comer, transmutar la admiración por el celo, en fin, arrodillarlos. Pero, ¿todos hicieron del hambre una virtud?, ¿todos se arrodillaron?, ¿acaso alguien dijo no?