Ricardo Sánchez y la bofetada a la historia de la Revolución
Bolivariana
"Aún recuerdo la consigna que retumbaba pasillos de nuestras Universidades y calles de nuestro pueblo: "A estudiar, a estudiar . . el que no estudie manos blancas va a parar", será que nuestro gobierno no ha estudiado debidamente y ha terminado en manos Blancas?"
Reflexiones de un anónimo.
Andreina Tarazón, Héctor Rodríguez, Libertad Velasco, Osly Hernández, Robert Serra, César Trompiz, junto a unos cuantos anónimos, nos encontramos aquel 2007 para luchar. Recuerdo aún los enérgicos discursos de Chávez -nuestro Chávez socialista- apostando con toda su alma a la formación de una nueva generación de combatientes por este proyecto popular que llamamos Revolución Bolivariana. Aunque en aquel entonces criticamos las designaciones burocráticas de la comisión para el poder popular estudiantil, reconocimos el esfuerzo puesto por cada uno para derrotar la entonces derecha mal entonada.
En aquel 2007 Chávez escuchando a su pueblo decidió no renovar la concesión de RCTVE –por cierto revivido hoy en la nefasta gestión de TVES- y entonces nos tocó salir a pelear contra un movimiento juvenil llamado Manos Blancas. Movimiento que respondió a las más viles tareas derechistas, que vilipendió las exigencias del pueblo, que maltrató a todos aquellos que soñábamos y hacíamos revolución. Movimiento juvenil que de joven no tenía nada, que sólo buscaba enterrar la lucha de millones defendiendo una "supuesta" libertad de expresión.
Algunos parecen desmemoriados, y no está de más recordar que el "gran" dirigente estudiantil que estuvo al frente de ese movimiento reaccionario tenía nombre y apellido: RICARDO SANCHEZ. Si, ese que ahora es candidato del PSUV. Aquel que jocosamente llamábamos "puerco araña" ahora es candidato de la Revolución. Y no voy a perder tiempo en buscar citas que así lo comprueben, porque por más cara e´tabla que se hagan al tratar de borrar este pasado, todos sabemos que no estoy mintiendo.
Entonces compañeros, ¿todo el esfuerzo que realizó nuestro pueblo junto a Chávez lo vamos a tirar a la basura así no más? ¿Todos estos años de lucha los vamos a dejar destruir por una burocracia traidora? ¿Toda la irreverencia de la que siempre nos hicimos eco va a convertirse en un simple recuerdo? ¿Hoy cuando "nuestro" gobierno aplica contrarreformas económicas y políticas vamos a guardar silencio? ¿Vamos a tolerar que Ricardo Sánchez sea candidato y ni una piedra tiraremos?
Pues yo no me quedo callado, alzo mi voz de protesta contra esta bofetada a nuestra historia, la historia de revolución bolivariana. Queda de su parte callar o luchar.
María Corina e Isabel Pereira
El régimen decidió cerrarle el paso a María Corina Machado y no ha podido. Los rojos han hecho de todo, desde los golpes físicos, los judiciales, los administrativos y los morales. No han podido. No por razones misteriosas; no porque ella no haya sentido miedo o porque no le hayan dado temor las agresiones contra sus allegados. Lo que la ha hecho una mujer todo terreno es moverse más allá de la política, en el campo de los valores. Ha sabido estar con las multitudes y ha sabido quedarse sola cuando las corrientes de opinión no la han favorecido, pero sus principios le han exigido la firmeza en una posición. Y mantener principios puede no ser cómodo para el pensamiento “políticamente correcto” y a veces no es popular; pero, a la larga, es lo que permite moverse en mares infestados de tiburones sin que la conciencia llegue a la playa hecha jirones. No es la única persona que se orienta por esa inestimable guía de una ética rigurosa y hay muchos ejemplos, pero es una de las más significativas en la conmovida Venezuela de hoy.
En la política de machacar a los dirigentes representativos de las fuerzas democráticas, a María Corina le ha tocado el turno varias veces; al lado de Leopoldo López, Antonio Ledezma, Daniel Ceballos, Enzo Scarano y muchos otros. La última hazaña del régimen es impedirle ser candidata a la Asamblea Nacional, de la cual fue expulsada en forma anticonstitucional. La idea de los estrategas rojos no solo era apartarla, sino abrir la oportunidad para disputas menores dentro de las fuerzas opositoras y añadir confusión al daño. No parecen haber logrado el objetivo, al menos por ahora.
El lanzamiento de Isabel Pereira como candidata en su reemplazo es una noticia excelente.
Isabel es una mujer que se ha hecho a punta de esfuerzo propio. Ha llegado a posiciones intelectuales y políticas producto no solo de la investigación académica, sino de un trabajo incansable de recorrido por Venezuela, en diálogo con todos los sectores. Fue columna fundamental en el área social de la Comisión para la Reforma del Estado y su preocupación ha estado centrada en promover el desarrollo de los sectores populares para formar una poderosa clase media. Es excelente articuladora de entendimientos entre empresarios y trabajadores.
Se querían librar de una mujer de guáramo y ahora lo que les ha salido inesperadamente son dos mujeres de guáramo en una dupla que puede ser de inestimable potencia.
Isabel en la Asamblea Nacional y María Corina en la calle constituyen una fórmula excelente como expresión de rebeldía cívica.
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