Con un mea culpa aspira llegar a 20 años Hugo Chávez
Con este nuevo mandato Hugo Rafael Chávez Frías, de 58 años, licenciado en Ciencias y Artes Militares de la Academia Militar de Venezuela, permanecería en el poder hasta el 2019, con lo cual cumpliría 20 años en la presidencia de Venezuela y le otorgaría el récord del ser el mandatario venezolano con más tiempo continuo en el cargo.
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MARÍA LILIBETH DA CORTE | EL UNIVERSAL
lunes 8 de octubre de 2012 12:00 AM
Ni el cáncer que lo obligó a ponerle freno a su gestión de Gobierno e imprimirle pausa a la campaña electoral impidió que el presidente Hugo Chávez fuera reelecto para llevar las riendas de Venezuela durante 6 años más. A partir del próximo 10 de enero comienza el tercer sexenio del mandato del teniente coronel (r) que irrumpiera el 4 de febrero de 1992 en el escenario político venezolano tras encabezar un golpe de estado contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Con este nuevo mandato Hugo Rafael Chávez Frías, de 58 años, licenciado en Ciencias y Artes Militares de la Academia Militar de Venezuela, permanecerá en el poder hasta el 2019, con lo cual cumplirá 20 años en la Presidencia de Venezuela y con ello conseguirá el récord del ser el mandatario venezolano con más tiempo en el cargo, sólo superado por el general Juan Vicente Gómez (1908-1935), quien de manera directa gobernó el país 16 años y de manera indirecta durante otros 11 años.
No parece preocuparle que lo acusen de pretender perpetuarse en el poder. Al contrario, el hijo de los maestros Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías de Chávez, insiste que mientras tenga el apoyo del pueblo permanecerá en la Presidencia. Frecuentemente se jacta de haber logrado justicia social en una nación donde las madres de escasos recursos tenían que comprar perrarina para darle de comer a sus hijos. Esa justicia social es el primer alegato del mandatario para mantenerse al frente del Gobierno.
Nació en Sabaneta de Barinas, el 28 de julio de 1954, en el seno de una familia de escasos recursos, lo que para muchos marca la necesidad de dirigir su gobierno a los más necesitados. Su última campaña, más mediática que de calle por el cáncer, fue marcada por un mea culpa público por las promesas incumplidas, los malos funcionarios, las metas no alcanzadas y la ineficiencia durante los 14 años de gestión.
"Sin duda he cometido errores, pero estoy totalmente dispuesto a trabajar más duro, a exigirle más a mi equipo y darle más poder al pueblo para hacer más eficiente la gestión los próximos 6 años (... ) El próximo Gobierno de Chávez comienza el 8 de octubre y ese nuevo Gobierno de Chávez será mucho mejor que los gobiernos anteriores de Chávez", prometió durante su discurso, el pasado 3 de octubre en el cierre de su campaña en Maracay (Aragua). Un día antes en Barquisimeto (Lara), había soltado: "Yo me comprometo a ser mejor Presidente que lo que he sido en el próximo ciclo de Gobierno".
El mea público presidencial quizás fue consecuencia de la campaña de su rival Henrique Capriles Radonski (MUD), quien al recorrer tres veces el país, se dedicó a enumerar cada una de las promesas, obras y metas incumplidas por Hugo Chávez en cada ciudad y pueblo que visitaba.
A tal punto llegó la admisión de sus faltas que minutos antes de cerrar la campaña, reconoció que "el error más grave" de su Gobierno "en un 90% es la falta de seguimiento". Prometió una vez reelecto transformará el Ministerio del Despacho de la Presidencia a un ente de Seguimiento de obras y promesas.
Del golpe a Miraflores
"Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (...) Nosotros acá en Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre (...) de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrrumbrase definitivamente hacia un destino mejor", así, rindiéndose tras la intentona golpista, conocieron los venezolanos a un Chávez de 37 años y desde entonces se ha mantenido presente en el escenario político.
Luego de fracasar en derrocar a Pérez pagó cárcel junto a varios de sus compañeros, hasta que fue indultado por el presidente Rafael Caldera (1993-1998) el 26 de marzo de 1994. Desde entonces va y viene en sus ideales políticos. En los comicios regionales de 1995 llamó a la abstención. En 1997 fundó el Movimiento V República (MVR) y en 1998, casado con Marisabel Rodríguez, con Rosinés su cuarta hija en brazos, un Chávez delgado y enérgico aspira a la Presidencia de Venezuela. El 24 de junio de 1998 formalizó su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) .
Chávez llegó al Palacio de Miraflores el 2 de febrero de 1999, luego de jurar sobre la que llamó "una moribunda Constitución", la cual ese mismo día se trazó enterrar a través de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Lo logró 11 meses más tarde y le permitió llevar a seis años el mandato presidencial en Venezuela. La Constitución de 1961 preveía un periodo presidencial de cinco años.
Derrotó a cuatro rivales
"El arañero", como suele llamarse, según cuenta, porque vendía dulces de lechosa durante su niñez en su natal Barinas, derrotó el 6 diciembre de 1998 al exgobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer (ProVe, Copei y AD) convirtiéndose en el Presidente más joven que ha tenido Venezuela en la era democrática.
En ese entonces promovió "la relegitimación de los cargos", logrando su ratificación y la famosa "ñapa" de año y medio. En "las megaelecciones del 2000" derrotó al hoy diputado oficialista Francisco Arias Cárdenas (PSUV-Zulia), su compañero de armas, quien en ese entonces militaba en filas opositoras y hoy ha vuelto a ser uno de sus más leales defensores..
En 1998, antes de llegar al poder, Chávez proclamaba que estaba dispuesto a entregarlo en cinco años, como lo rezaba la Constitución. A lo largo de sus 13 años de mandato, fue cambiando de opinión. Auguró que gobernaría hasta el 2021, luego afirmó que necesita mantenerse hasta el 2031 en el Gobierno para consolidar la Revolución Bolivariana y su proyecto del Socialismo del siglo XXI.
Luego de superar el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, el paro petrolero de diciembre de 2002, lanzar con las llamadas misiones sociales, enfrentar el referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004, el "comandante-presidente", como lo llaman sus funcionarios, se postuló nuevamente a la reelección. El 3 de diciembre de 2006, con el apoyo del MVR y la coalición de otros 24 partidos aliados, derrotó al exgobernador del Zulia, Manuel Rosales (UNT).
Ayer, el presidente Hugo Chávez derrotó quizás a unos de sus más fuertes adversarios Henrique Capriles Radonski, el cuarto contendor en 14 años. Ya el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática había reconocido en el cierre de la campaña que Chávez había sido "un buen contendor".
Hoy 20 años después de su primera aparición en televisión de aquel hombre joven espigado, de rostro aguileño, no queda mucho. No solo por el paso inexorable del tiempo, sino por la enfermedad que lo a aqueja. El 30 de junio de 2011, en cadena de radio y televisión desde La Habana (Cuba), el propio Chávez, informó al país que le habían extraído un tumor canceroso y que sería sometido a quimioterapia. A partir de allí sus apariciones públicas dan muestra de su estado físico, pero esto no hizo mella en sus aspiraciones presidenciales. "Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas, políticas, para mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza que antes", afirmó un mes después de haber revelado que se le diagnosticó cáncer.
Para sus adversarios políticos Chávez está debilitado por el cáncer; para sus seguidores, más fortalecido en su popularidad; pero un gran porcentaje del país ignora su estado real de salud, porque el propio mandatario ha ocultado el sitio exacto donde le fueron extraídos dos tumores cancerosos. Quizás para despejar los rumores sobre su precario estado de salud cantando y bailando llegaba a las tarimas desde donde arengaba a sus seguidores durante la campaña electoral.
Con la promesa que ni una familia se quedará sin vivienda al culminar este período presidencial (2013-2019), llevar el desempleo a cero, ser eficiente y "mejor presidente", Hugo Chávez se enrrumba a partir de hoy a cumplir su aspiración de llevar hasta el 2021 las riendas de Venezuela.
Con este nuevo mandato Hugo Rafael Chávez Frías, de 58 años, licenciado en Ciencias y Artes Militares de la Academia Militar de Venezuela, permanecerá en el poder hasta el 2019, con lo cual cumplirá 20 años en la Presidencia de Venezuela y con ello conseguirá el récord del ser el mandatario venezolano con más tiempo en el cargo, sólo superado por el general Juan Vicente Gómez (1908-1935), quien de manera directa gobernó el país 16 años y de manera indirecta durante otros 11 años.
No parece preocuparle que lo acusen de pretender perpetuarse en el poder. Al contrario, el hijo de los maestros Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías de Chávez, insiste que mientras tenga el apoyo del pueblo permanecerá en la Presidencia. Frecuentemente se jacta de haber logrado justicia social en una nación donde las madres de escasos recursos tenían que comprar perrarina para darle de comer a sus hijos. Esa justicia social es el primer alegato del mandatario para mantenerse al frente del Gobierno.
Nació en Sabaneta de Barinas, el 28 de julio de 1954, en el seno de una familia de escasos recursos, lo que para muchos marca la necesidad de dirigir su gobierno a los más necesitados. Su última campaña, más mediática que de calle por el cáncer, fue marcada por un mea culpa público por las promesas incumplidas, los malos funcionarios, las metas no alcanzadas y la ineficiencia durante los 14 años de gestión.
"Sin duda he cometido errores, pero estoy totalmente dispuesto a trabajar más duro, a exigirle más a mi equipo y darle más poder al pueblo para hacer más eficiente la gestión los próximos 6 años (... ) El próximo Gobierno de Chávez comienza el 8 de octubre y ese nuevo Gobierno de Chávez será mucho mejor que los gobiernos anteriores de Chávez", prometió durante su discurso, el pasado 3 de octubre en el cierre de su campaña en Maracay (Aragua). Un día antes en Barquisimeto (Lara), había soltado: "Yo me comprometo a ser mejor Presidente que lo que he sido en el próximo ciclo de Gobierno".
El mea público presidencial quizás fue consecuencia de la campaña de su rival Henrique Capriles Radonski (MUD), quien al recorrer tres veces el país, se dedicó a enumerar cada una de las promesas, obras y metas incumplidas por Hugo Chávez en cada ciudad y pueblo que visitaba.
A tal punto llegó la admisión de sus faltas que minutos antes de cerrar la campaña, reconoció que "el error más grave" de su Gobierno "en un 90% es la falta de seguimiento". Prometió una vez reelecto transformará el Ministerio del Despacho de la Presidencia a un ente de Seguimiento de obras y promesas.
Del golpe a Miraflores
"Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (...) Nosotros acá en Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre (...) de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrrumbrase definitivamente hacia un destino mejor", así, rindiéndose tras la intentona golpista, conocieron los venezolanos a un Chávez de 37 años y desde entonces se ha mantenido presente en el escenario político.
Luego de fracasar en derrocar a Pérez pagó cárcel junto a varios de sus compañeros, hasta que fue indultado por el presidente Rafael Caldera (1993-1998) el 26 de marzo de 1994. Desde entonces va y viene en sus ideales políticos. En los comicios regionales de 1995 llamó a la abstención. En 1997 fundó el Movimiento V República (MVR) y en 1998, casado con Marisabel Rodríguez, con Rosinés su cuarta hija en brazos, un Chávez delgado y enérgico aspira a la Presidencia de Venezuela. El 24 de junio de 1998 formalizó su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) .
Chávez llegó al Palacio de Miraflores el 2 de febrero de 1999, luego de jurar sobre la que llamó "una moribunda Constitución", la cual ese mismo día se trazó enterrar a través de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Lo logró 11 meses más tarde y le permitió llevar a seis años el mandato presidencial en Venezuela. La Constitución de 1961 preveía un periodo presidencial de cinco años.
Derrotó a cuatro rivales
"El arañero", como suele llamarse, según cuenta, porque vendía dulces de lechosa durante su niñez en su natal Barinas, derrotó el 6 diciembre de 1998 al exgobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer (ProVe, Copei y AD) convirtiéndose en el Presidente más joven que ha tenido Venezuela en la era democrática.
En ese entonces promovió "la relegitimación de los cargos", logrando su ratificación y la famosa "ñapa" de año y medio. En "las megaelecciones del 2000" derrotó al hoy diputado oficialista Francisco Arias Cárdenas (PSUV-Zulia), su compañero de armas, quien en ese entonces militaba en filas opositoras y hoy ha vuelto a ser uno de sus más leales defensores..
En 1998, antes de llegar al poder, Chávez proclamaba que estaba dispuesto a entregarlo en cinco años, como lo rezaba la Constitución. A lo largo de sus 13 años de mandato, fue cambiando de opinión. Auguró que gobernaría hasta el 2021, luego afirmó que necesita mantenerse hasta el 2031 en el Gobierno para consolidar la Revolución Bolivariana y su proyecto del Socialismo del siglo XXI.
Luego de superar el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, el paro petrolero de diciembre de 2002, lanzar con las llamadas misiones sociales, enfrentar el referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004, el "comandante-presidente", como lo llaman sus funcionarios, se postuló nuevamente a la reelección. El 3 de diciembre de 2006, con el apoyo del MVR y la coalición de otros 24 partidos aliados, derrotó al exgobernador del Zulia, Manuel Rosales (UNT).
Ayer, el presidente Hugo Chávez derrotó quizás a unos de sus más fuertes adversarios Henrique Capriles Radonski, el cuarto contendor en 14 años. Ya el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática había reconocido en el cierre de la campaña que Chávez había sido "un buen contendor".
Hoy 20 años después de su primera aparición en televisión de aquel hombre joven espigado, de rostro aguileño, no queda mucho. No solo por el paso inexorable del tiempo, sino por la enfermedad que lo a aqueja. El 30 de junio de 2011, en cadena de radio y televisión desde La Habana (Cuba), el propio Chávez, informó al país que le habían extraído un tumor canceroso y que sería sometido a quimioterapia. A partir de allí sus apariciones públicas dan muestra de su estado físico, pero esto no hizo mella en sus aspiraciones presidenciales. "Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas, políticas, para mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza que antes", afirmó un mes después de haber revelado que se le diagnosticó cáncer.
Para sus adversarios políticos Chávez está debilitado por el cáncer; para sus seguidores, más fortalecido en su popularidad; pero un gran porcentaje del país ignora su estado real de salud, porque el propio mandatario ha ocultado el sitio exacto donde le fueron extraídos dos tumores cancerosos. Quizás para despejar los rumores sobre su precario estado de salud cantando y bailando llegaba a las tarimas desde donde arengaba a sus seguidores durante la campaña electoral.
Con la promesa que ni una familia se quedará sin vivienda al culminar este período presidencial (2013-2019), llevar el desempleo a cero, ser eficiente y "mejor presidente", Hugo Chávez se enrrumba a partir de hoy a cumplir su aspiración de llevar hasta el 2021 las riendas de Venezuela.
Una bota sobre el cine
El cine venezolano vivió uno de sus peores momentos con Pérez Jiménez
La avanzada de de Hollywood había replegado el cine mexicano a pocas salas (Cortesía)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
domingo 7 de octubre de 2012 12:00 AM
A mediados de los años 50, los caraqueños se sorprendieron con lo que vieron en la portada de una revista local: Marcos Pérez Jiménez, presidente de la República, y la actriz italiana Silvana Pampanini, eran captados en traje de baño en la orilla de la piscina de un reconocido hotel capitalino. Los rumores del supuesto idilio entre ambos y la visita de la diva a la residencia presidencial de la isla de La Orchila, no se hicieron esperar.
Pero más allá del affaire entre el militar y la protagonista de cintas comoEsclava del pecado (1954) y La bella de Roma (1955), ¿había un interés del dictador por el séptimo arte, tal como lo mostró otro dictador venezolano: Juan Vicente Gómez? ¿Qué mostró el cine venezolano de 1952 a 1958?
Rodolfo Izaguirre escribió para el libro Panorama Histórico del Cine en Venezuela: 1896-1993, editado por la Cinemateca Nacional en 1997, que Rómulo Gallegos significaría una esperanza para el cine nacional dada su afinidad por el séptimo arte. Sin embargo, su derrocamiento en 1948 acabó con toda ilusión.
"El nombre de Ávila Films o Estudios Ávila, por ejemplo, y la presencia de Rómulo Gallegos, cineasta, son referencias prestigiosas, aunque la empresa Ávila Films que él creó en 1938 se viese forzada a cesar en sus actividades para convertirse, en 1942, en los Estudios América y tuviese el propio Gallegos que desviar su mirada hacia la industria cinematográfica mexicana", recuerda Izaguirre en el ensayo, al tiempo que señala: "Durante la administración democrática de Rómulo Gallegos, Venezuela se convertiría en centro de irradiación cinematográfica sobre toda la América Latina... Nada se irradió. Las ilusiones se esfumaron y todo volvió a la acostumbrada y exasperante medianía".
El arquitecto Guillermo Barrios, autor del libro Tramas cruzadas: El rol de la ciudad en el cine venezolano (2009), menciona también a Rómulo Gallegos como un precedente importante al hablar del cine en tiempos de Pérez Jiménez. "Las primeras manifestaciones de una industria cinematográfica venezolana, estimulada por la llegada de Gallegos al poder, se derrumban coincidiendo con la instalación plena de la dictadura, a partir de 1952. En el período previo, ya a la caída de Gallegos, 1949-1952, Bolívar Films, punta de lanza de una productora local, estrenó nueve filmes, de El demonio es un ángel y La balandra Isabel llegó esta tarde (1949) a Territorio verde (1952)".
Barrios señala que con la llegada de la dictadura, todo aquello se desplomó. "Se produce fundamentalmente un cine 'oficial', de propaganda del régimen y, esporádicamente un cine asociado a la instalación de la industria televisiva. En cuanto a lo primero, hay que mencionar que el régimen contrató a una empresa estadounidense, la Hamilton Wright, para producir y distribuir en el circuito internacional, registros cinematográficos de los avances en materia de infraestructura, principalmente, en el país. Una cinta, compendio de estos registros y titulada La cenicienta de América, fue estrenada en 1956".
Carlos Oteyza, director del documental Tiempos de dictadura -actualmente en cartelera-, dice que Bolívar y Tiuna Films, dos de las grandes productoras de la época, hacían principalmente noticieros en los que solo se podía hablar positivamente de la obra de Gobierno. "La industria cinematográfica venezolana era deficitaria, y el cine pobre y acartonado".
Una novela original de José Miguel de Mora titulada Los héroes no van al frente, fue adaptada al cine por el propio autor, quien escribió y dirigió el filme Festín para la muerte (1954), cuyo tema transcurre en Europa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. César Enríquez, director de una de las primeras películas de temática social (La escalinata, 1950), filma en 1956 Tambores en la colina, una cinta que según Izaguirre, "trataba de resumir atropelladamente, en noventa minutos, la agobiante banalidad de un melodrama televisivo del momento". Nada podía hablarse de los movimientos izquierdistas que ganaban terreno en Centroamérica o los presos políticos, torturados, exiliados y muertos de la Seguridad Nacional.
Oteyza asoma dos factores importantes: el cine en los años 50 era un asunto de industria, "era muy difícil el cine independiente; con la llegada de las cámaras de 16 milímetros en los 60 es que se abre esta posibilidad". Esto coincide, según él, con las temáticas políticas y sociales que comienzan a imponerse en el cine local.
En su libro Tramas cruzadas..., Barrios escribe que curiosamente el sistema de salas de cine en Venezuela llegó a alcanzar un pico histórico durante los años de la dictadura: 85 salas en Caracas para 1957. Eso, sumado a su solvencia económica, hizo de Venezuela uno de los mercados más codiciados de América Latina. "No es de extrañar que en la literatura de investigación del campo se sugiera una y otra vez la posibilidad de una permanente intromisión norteamericana, a través de representantes de la gran industria cinematográfica, para impedir o dificultar la instalación de una industria de cine comercial en Venezuela, mediante un arreglo con los factores de poder. Durante la dictadura, el cine doméstico, habiendo dejado de lado sus aspiraciones a favor de un mercado exhibitorio despejado para las producciones extranjeras, atiende a una misión claramente proselitista o de exploración documental de los valores de la geografía nacional".
Ya fuera entonces por intereses foráneos, por el empeño del poder local de acallar la disidencia o por el atraso tecnológico, lo cierto es que el cine en tiempos de Pérez Jiménez no vivió su mejor momento.
Pero más allá del affaire entre el militar y la protagonista de cintas comoEsclava del pecado (1954) y La bella de Roma (1955), ¿había un interés del dictador por el séptimo arte, tal como lo mostró otro dictador venezolano: Juan Vicente Gómez? ¿Qué mostró el cine venezolano de 1952 a 1958?
Rodolfo Izaguirre escribió para el libro Panorama Histórico del Cine en Venezuela: 1896-1993, editado por la Cinemateca Nacional en 1997, que Rómulo Gallegos significaría una esperanza para el cine nacional dada su afinidad por el séptimo arte. Sin embargo, su derrocamiento en 1948 acabó con toda ilusión.
"El nombre de Ávila Films o Estudios Ávila, por ejemplo, y la presencia de Rómulo Gallegos, cineasta, son referencias prestigiosas, aunque la empresa Ávila Films que él creó en 1938 se viese forzada a cesar en sus actividades para convertirse, en 1942, en los Estudios América y tuviese el propio Gallegos que desviar su mirada hacia la industria cinematográfica mexicana", recuerda Izaguirre en el ensayo, al tiempo que señala: "Durante la administración democrática de Rómulo Gallegos, Venezuela se convertiría en centro de irradiación cinematográfica sobre toda la América Latina... Nada se irradió. Las ilusiones se esfumaron y todo volvió a la acostumbrada y exasperante medianía".
El arquitecto Guillermo Barrios, autor del libro Tramas cruzadas: El rol de la ciudad en el cine venezolano (2009), menciona también a Rómulo Gallegos como un precedente importante al hablar del cine en tiempos de Pérez Jiménez. "Las primeras manifestaciones de una industria cinematográfica venezolana, estimulada por la llegada de Gallegos al poder, se derrumban coincidiendo con la instalación plena de la dictadura, a partir de 1952. En el período previo, ya a la caída de Gallegos, 1949-1952, Bolívar Films, punta de lanza de una productora local, estrenó nueve filmes, de El demonio es un ángel y La balandra Isabel llegó esta tarde (1949) a Territorio verde (1952)".
Barrios señala que con la llegada de la dictadura, todo aquello se desplomó. "Se produce fundamentalmente un cine 'oficial', de propaganda del régimen y, esporádicamente un cine asociado a la instalación de la industria televisiva. En cuanto a lo primero, hay que mencionar que el régimen contrató a una empresa estadounidense, la Hamilton Wright, para producir y distribuir en el circuito internacional, registros cinematográficos de los avances en materia de infraestructura, principalmente, en el país. Una cinta, compendio de estos registros y titulada La cenicienta de América, fue estrenada en 1956".
Carlos Oteyza, director del documental Tiempos de dictadura -actualmente en cartelera-, dice que Bolívar y Tiuna Films, dos de las grandes productoras de la época, hacían principalmente noticieros en los que solo se podía hablar positivamente de la obra de Gobierno. "La industria cinematográfica venezolana era deficitaria, y el cine pobre y acartonado".
Una novela original de José Miguel de Mora titulada Los héroes no van al frente, fue adaptada al cine por el propio autor, quien escribió y dirigió el filme Festín para la muerte (1954), cuyo tema transcurre en Europa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. César Enríquez, director de una de las primeras películas de temática social (La escalinata, 1950), filma en 1956 Tambores en la colina, una cinta que según Izaguirre, "trataba de resumir atropelladamente, en noventa minutos, la agobiante banalidad de un melodrama televisivo del momento". Nada podía hablarse de los movimientos izquierdistas que ganaban terreno en Centroamérica o los presos políticos, torturados, exiliados y muertos de la Seguridad Nacional.
Oteyza asoma dos factores importantes: el cine en los años 50 era un asunto de industria, "era muy difícil el cine independiente; con la llegada de las cámaras de 16 milímetros en los 60 es que se abre esta posibilidad". Esto coincide, según él, con las temáticas políticas y sociales que comienzan a imponerse en el cine local.
En su libro Tramas cruzadas..., Barrios escribe que curiosamente el sistema de salas de cine en Venezuela llegó a alcanzar un pico histórico durante los años de la dictadura: 85 salas en Caracas para 1957. Eso, sumado a su solvencia económica, hizo de Venezuela uno de los mercados más codiciados de América Latina. "No es de extrañar que en la literatura de investigación del campo se sugiera una y otra vez la posibilidad de una permanente intromisión norteamericana, a través de representantes de la gran industria cinematográfica, para impedir o dificultar la instalación de una industria de cine comercial en Venezuela, mediante un arreglo con los factores de poder. Durante la dictadura, el cine doméstico, habiendo dejado de lado sus aspiraciones a favor de un mercado exhibitorio despejado para las producciones extranjeras, atiende a una misión claramente proselitista o de exploración documental de los valores de la geografía nacional".
Ya fuera entonces por intereses foráneos, por el empeño del poder local de acallar la disidencia o por el atraso tecnológico, lo cierto es que el cine en tiempos de Pérez Jiménez no vivió su mejor momento.
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