Concluye la esperada reunión entre los máximos representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica, tras casi mil años de distanciamiento, con la firma de una declaración conjunta
El papa Francisco ha aterrizado este viernes en el aeropuerto internacional José Martí, en La Habana (Cuba), alrededor de las 14.00 horas (hora local), procedente de Roma.
Nada más descender del A330 de Alitalia, tras más de 11 horas de vuelo, el Santo Padre ha sido recibido al final de la escalerilla por el presidente cubano, Raúl Castro Ruz, entre otras autoridades civiles y religiosas.
Después de un breve encuentro entre el Pontífice y el mandatario en la sala presidencial del aeropuerto, ha comenzado la histórica reunión entre los máximos representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica, tras casi mil años de distanciamiento.
“Hoy es un día de gracia. Es un regalo de Dios este encuentro con el Patriarca Kirill. Recen por nosotros”, ha afirmado el Papa en su cuenta oficial de Twitter durante el vuelo. La reunión privada ha durado unas dos horas y ha concluido con la firma de unadeclaración conjunta.
Antes de comenzar las conversaciones en el Salón de Protocolo de la Terminal 1, ambos se han abrazado afectuosamente. Cuando se acercaban uno al otro, Francisco ha exclamado en medio de los flashes: “¡Finalmente!”.
A continuación, ha empezado a hacer comentarios muy breves, diciéndole una y otra vez que “somos hermanos”. Y ha afirmado en tono rotundo: “Está claro que esta es la voluntad de Dios”.
El Primado ruso, que no paraba de sonreír y miraba con enorme cariño al Santo Padre, le ha respondido que “ahora las cosas son más fáciles”. Enseguida se han sentado a dialogar a ambos lados de un crucifijo, acompañados por el metropolita Hilarion y el cardenal Kurt Koch.
El Pontífice ha regalado a Kirill una reliquia de san Cirilo y un cáliz. El Patriarca de Moscú y Toda Rusia ha obsequiado al Papa con una copia, más pequeña que el icono original, de Nuestra Señora de Kazán.
Una vez concluido el encuentro privado, la máxima autoridad ortodoxa rusa ha manifestado que “durante dos horas hemos sostenido una discusión abierta con pleno entendimiento de la responsabilidad de nuestras Iglesias y de nuestro pueblo creyente por el futuro del cristianismo y por el futuro de la civilización humana”. “Los resultados de la conversación me permiten asegurar que actualmente las dos Iglesias pueden cooperar conjuntamente defendiendo a los cristianos en todo el mundo”, ha añadido.
“Con plena responsabilidad, podemos trabajar conjuntamente para que cese la guerra; para que la vida humana se respete en todo el mundo y se fortalezcan las bases de la moral personal, familiar y social; y para que, a través de la participación de la Iglesia en la vida de la sociedad moderna, se glorifique el nombre de Nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo”, ha destacado el patriarca Kirill de Moscú.
Por su parte, Francisco ha dicho en español: “Santidad, eminencias, reverencias, hablamos como hermanos, tenemos el mismo bautismo, somos obispos. Hablamos de nuestras Iglesias y coincidimos en que la unidad se hace caminando. Hablamos claramente, sin medias palabras”. “Yo les confieso que he sentido la consolación del Espíritu en este diálogo. Agradezco la humildad de Su Santidad, humildad fraterna y sus buenos deseos de unidad”, ha añadido.
“Hemos salido con una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar”, ha asegurado el Santo Padre. “Por eso, quiero agradecer una vez más a Su Santidad su benévola acogida, como asimismo a los colaboradores y nombro a dos: su eminencia el metropolita Hilarion y su eminencia el cardenal Koch, con todos sus equipos que han trabajado para esto”, ha proseguido. “No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su presidente aquí presente. Agradezco su disponibilidad activa”, ha apuntado.
El Pontífice ha finalizado su intervención improvisada reconociendo que “si sigue así, Cuba será la capital de la unidad”. “Y que todo esto sea para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y para el bien del santo pueblo fiel de Dios bajo el manto de la Santa Madre de Dios”, ha concluido.
Al término de la reunión, Francisco ha proseguido su viaje a bordo del avión papal hacia Ciudad de México, donde llegará tras dos horas de vuelo a las 19.30 hora local.
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