El teatro internacional tomará Caracas
Compañías de ocho países presentan sus propuestas del 29 de marzo al 8 de abril.
En lo que llamó un "febrero inusitado, lleno de buenas noticias" y en el "preámbulo de la Venezuela que queremos construir", Carmen Ramia, presidenta del Ateneo de Caracas, anunció finalmente los detalles del Festival Internacional de Teatro Caracas (FITC), que regresa del 29 de marzo al 8 de abril.
Habrá compañías de ocho países, además de las doce propuestas nacionales. Tendrá como sede principal el nuevo Teatro Municipal de Chacao, además de las dos salas de Trasnocho en Las Mercedes, Teatro César Rengifo de Petare y la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino.
"El festival no pasa de 250 mil dólares", informó Ramia, quien aclaró que los grupos internacionales vienen con divisas propias, proporcionadas por patrocinantes en sus países. En Venezuela, el Festival cuenta con el respaldo de las alcaldías capitalinas de Chacao, Baruta y Sucre, así como de la Gobernación de Miranda. Igualmente, cuenta con el apoyo de embajadas y otras instituciones como el Goethe-Institut y la Alianza Francesa.
De animarse el Estado a participar -por aquello de que estamos en año electoral- los organizadores estarían abiertos, siempre y cuando se cumpla con los compromisos.
Destacan en la programación la versión surrealista del clásico Casa de Muñecasde Ibsen, a cargo de Theater Oberhausen de Alemania, incluida en la lista de los 10 mejores montajes teatrales del Festival de su localidad; de Ecuador, viene Malayerba con un texto del brillante Arístides Vargas, La razón blindada, en la que dos presos políticos se juntan todos los domingos para contarse la historia de Don Quijote.
Teatro Línea de Sombra de México trae Amarillo, una propuesta multimedia contemporánea, alrededor de la inmigración. Tercer Cuerpo se llama la obra de Claudio Tolcachir, de la compañía Timbre 4 de Argentina, sobre personajes chejovianos, perdedores que viven en un lugar incómodo, tratando de integrarse.Diciembre de Guillermo Calderón, de Chile, relata la historia de tres hermanos que, en el año 2014 y durante una guerra de Chile contra Perú y Bolivia, se ven obligados a opinar sobre compromiso y nacionalismo.
Si no pudo concretarse la visita de Galpao de Brasil, sí vendrá Les Philébulistes de Francia con un espectáculo de calle que se desarrolla en una rueda doble de acero inoxidable, de 5 metros de diámetro.
Asimismo, se confirmó la presentación del monólogo Estupor y temblores, basado en el libro homónimo de Amélie Nothomb, que ganó el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.
Fundateneofestival desapareció para dar paso a la Fundación del FITC, que servirá de soporte a una programación que prácticamente regresa a sus inicios. "El Festival es distinto, porque el país es distinto", afirmó Ramia, quien aclaró que esta vez no habrá preventa de entradas, sino compra directa por taquillas. Más información, por Twitter @fitcaracas y en http://fitcaracas.blogspot.com.
"Este no es un festival de la oposición"
"Confrontar nuestro discurso escénico con lo que se hace en otras partes, es muy sanador para el teatro" "Estoy seguro de que estaríamos haciendo muchísimo mejor teatro si el Estado apoyara más ".
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La semana pasada se hizo oficial el regreso del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), que no se realizaba desde 2006. Uno de los que estaba en el podio junto a Carmen Ramia, era Héctor Manrique, quien recordaba cuando se le acercó a la primera con la idea de retomar la gran cita de las artes escénicas, que vuelve, del 29 de marzo al 8 de abril.
Hoy está feliz, pero crítico, como siempre, habla de lo que se ha perdido en seis años, del teatro que tenemos y del que podríamos tener...
-¿Qué ha sido lo más difícil de retomar el FITC?
-Desde un principio los alcaldes (Gerardo Blyde de Baruta, Emilio Graterón de Chacao, y Carlos Ocariz de Sucre) y el Gobernador de Miranda (Henrique Capriles Radonski) se expresaron con entusiasmo -dos alcaldías no pudieron estar porque no tenían los recursos (la de El Hatillo y la Alcaldía Metropolitana)-. Hemos tenido que contar con la ayuda de los grupos que vienen para que comprendan la situación en la que está el festival y poder tener su solidaridad, y de verdad que ha sido muy emocionante. El apoyo de las embajadas, del Goethe Institute... De todas partes lo que hemos recibido es aliento.
-¿Cuánto se ha perdido desde 2006 hasta hoy?
-Creo que hemos perdido la oportunidad de ver muchas cosas hermosas sobre el escenario; hemos perdido horas interminables de sorpresas y posibilidad de maravillarnos con cosas que hacen en otras partes del mundo; hemos perdido la posibilidad de que nuestro teatro esté conectado con el mundo, y de que la gente joven del teatro vea otras formas de hacerlo. Confrontar nuestro discurso escénico con lo que se hace en otras partes, es muy sano para el teatro.
-¿Tomando en cuenta que estamos en año electoral, no estaría el FITC sacando crédito político a favor de Capriles o alguno de los alcaldes que participa?
-(Risas) Yo tengo una forma básica de enseñar y es como me enseñaron: La acción habla más claro que las palabras. Yo creo que lo que el espectador y el hombre de teatro debe revisar es la acción que hacen estos alcaldes y este gobernador, apoyando el festival, y evaluar eso. Yo soy muy claro en que el artista tiene todo el derecho a participar en la política, y cuando uno vive en una situación como la que atraviesa el país, creo que es además una obligación. No creo en eso de que 'Yo me debo a mi público'. Creo más bien que uno tiene el derecho a expresar lo que piensa en política y en todas las cosas de la vida.
Lo que sí estaría mal y yo cuestionaría, es que alguien en este festival o en cualquiera, pidiera saber en qué partido milita un grupo; a mi eso no me importa. Ni siquiera con qué simpatías ven el proceso venezolano los grupos que vienen del exterior. Para mi sería hasta denigrante preguntarlo. Este no es un festival de la oposición; este es un festival de teatro. Aquí a nadie se le ha preguntado por su color político. El festival anterior fue apoyado por el Gobierno y no era un festival del Gobierno, fue un festival de teatro.
-Un joven director descontento escribió hace poco en Facebook "¿Qué pasará con la nueva generación de teatro y el FITC?" ¿Cuál fue el criterio para seleccionar a los grupos?
-Yo lo primero que tengo que decir es que nosotros sufrimos mucho a la hora de llamar a los grupos, quisiéramos que estuvieran muchos más. Pero al revisar la grilla del festival, ver las salas y los días que dura la programación, verás que no cabe un espectáculo más, incluso, estamos viendo a ver si se abren funciones los lunes que es el día libre de los teatros. Puedo entender que haya personas que al no estar, pretendieran estar, eso es absolutamente natural y comprensible.
Yo creo que están grupos cuyos espectáculos son incuestionables como referencia del teatro venezolano. Hay otros que también son incuestionables y no están, como Contrajuego, por ejemplo, por otros compromisos. Gustavo Ott es una referencia dramatúrgica; Teatrela y Elio Palencia con Penitentes; lamentamos que no hubiese más Cabrujas montados... Una de las razones por las que yo me meto en este festival es por las nuevas generaciones, por una responsabilidad: busco que los jóvenes tengan la posibilidad de ver lo que yo vi en algún momento.
-¿El teatro venezolano tiene la calidad para estar en un festival internacional en este momento?
-Yo creo que sí. Aquí hay espectáculos absolutamente extraordinarios, de nivel muy alto, y una de las cosas que yo espero que pase con el festival -para el que vendrán personas a ver lo que hacemos- es que nuestro teatro empiece a rodar por otras partes. Una de las cosas que pasó también por la ausencia del FITC, es que nos aislamos de lo que está pasando en cuanto a propuestas estéticas y dramatúrgicas importantes. Ver 10 propuestas internacionales es sanador para nuestro teatro.
-¿Por qué cree que el Estado no apoya una iniciativa como ésta?
-Esa sería una pregunta interesante para formularles a ellos; no me gustaría especular sobre lo que ellos piensan. Quiero, sí, dejar claro que nosotros no nos hemos cerrado; nos hemos protegido, que es otra cosa, porque las agresiones de parte del Gobierno al Grupo Actoral 80, por ejemplo, han sido muy feroces y hasta inexplicables. Uno tiene el corazón golpeado y lo menos que quiere es seguir acercándose para que te den patadas. Pero si llamaran, si se abrieran, ¡Bienvenidos! Sería muchísimo mejor, podríamos entrar en otras salas, incluir más grupos nacionales e internacionales, y eso lo tenemos clarísimo.
-Se ha demostrado que es posible hacer teatro sin el Estado y para muestra está el GA80, pero ¿es ese el deber ser? ¿Qué sería del teatro si el Estado apoyara más?
-Yo creo que el Estado tiene que apoyar la cultura, en general, y en este caso el teatro, en particular. Si hay una cosa que es importantísima es que eso llegue a suceder y que se vea reflejado en el Presupuesto General de la Nación.
Los lineamientos de la Mesa de la Unidad, por ejemplo, ya hablan de llegar por lo menos al 1%, que es el mínimo recomendado por la Unesco. Por supuesto que estoy seguro de que estaríamos haciendo muchísimo mejor teatro si el Estado apoyara más, si no quisiera apropiarse de los grupos en lugar de apoyarlos en libertad. Porque ellos al ver que no han podido apropiarse de muchos grupos, les han congelado el presupuesto o se los han quitado o censurado, cosa que yo no permitiría jamás. Uno ha podido seguir trabajando, pero es esencial por el espectador y el país, que el Estado intervenga. A mi me da tristeza que muchas de nuestras obras se queden en Caracas, que no haya un circuito nacional y que los grupos del interior giren, que haya una sinergia. Lamento no saber ni siquiera dónde queda la oficina de la Compañía Nacional de Teatro de mi país. Lamento que se haya disuelto toda la estructura precaria pero que existía...
-Aunque ahora se han recuperado algunas salas como la del Teatro Principal, Nacional, Municipal...
-Yo celebro que se hayan recuperado esas salas, y celebro la posibilidad de que se haga programación constante en ellas, lo único que puedo hacer es felicitarlos si lo logran. Además, lo deseo profundamente. Ojalá que este Gobierno cambie esa política de exclusión de los grupos y entienda que a las instituciones culturales hay que apoyarlas, y no eso que han hecho que es asfixiar a las instituciones, ojalá eso cambiara, y se den cuenta de que lo que han hecho es empobrecer al país culturalmente. Ojalá dejaran la demagogia populista, que no se siguieran comportando de forma apátrida cuando le dejan la Misión Cultura a los cubanos, mientras hay una gran cantidad de muchachos profesionales que están desempleados...
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