En Venezuela están dadas las condiciones para la transición
Venezuela es un gobierno elegido por vía electoral, pero no es democrático. (Foto Mariana Yépez)
Dhameliz Díaz | ddiaz@el-carabobeno.com
¿Cómo pueden los venezolanos identificar el grado del conflicto político en el cual están sumergidos, propiciar la reconciliación y negociar con el otro sector? “A ver ¿Por dónde le entro a la pregunta? Piensa en voz alta. “No es a la sociedad que le toca resolver el conflicto político, tampoco negociar”, puntualiza marcando la pauta en estas confesiones. “En ese ámbito más abstracto al cual te refieres, lo importante es que estén dadas las condiciones. Y particularmente creo que después del domingo -12F día de las primarias- ya se han generado”. ¿Cuáles son?
De la conciliación, mediación y arbitraje el profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, es un militante pragmático. Conoce a fondo cómo “tender puentes” y definir estrategias para pasar del autoritarismo a la democracia. “Hay que considerar tres elementos: el costo de la opresión y el de la tolerancia; el balance de poder entre gobierno y oposición y la competitividad real de las elecciones permitidas por el régimen. El juego de poder hay que verlo como un sistema. En Venezuela nos hemos concentrado en la competencia electoral, pero no habrá manera de concretar resultados si no se trabaja en la transición”.
Abogado, magíster en Altos Estudios de Seguridad y Defensa, cree que la protesta sube el costo de la opresión para el Gobierno lo que puede obligarlo a negociar. “Mientras el costo de la hegemonía sea menor a la que representa entregar el poder, el Gobierno estará dispuesto a mantenerse. Pero en el momento que aumente el precio y pierda el control, estará perdido”.
Especializado en Derecho Internacional Económico y en Procedimientos Alternativos de Resolución de Conflictos explica entonces, la fórmula para calcular el costo que hay que pagar por la tolerancia o por el sometimiento, para que entendamos todo ese proceso de negociación y de control de daños. Al fin y al cabo, no se está refiriendo a activos tasados en dólares, sino a valores como la libertad y la democracia contabilizados por la represión, la cárcel o la pérdida de la vida de los combatientes por la democracia y la justicia social. Dramática encrucijada. Ya suma un muerto la lucha por preservar el secreto al voto.
-Cuando le bajas los costos a la tolerancia es más probable que se dé la transición que en un ambiente más radicalizado. No habían las condiciones en Siria o Libia, la gente quiere ver correr la sangre de un lado o del otro. Donde se persigue la retaliación, la exterminación total del contrario, el costo de la tolerancia es demasiado alto. La gente se amarra las botas y se queda peleando hasta el final, sabe que rendirse o negociar no es posible porque terminará fusilado, condenado, extraditado, un precio que quienes se mantienen en el poder no están dispuestos a pagar. No es el caso de Venezuela. Las condiciones para la transición están servidas. Lo viste reflejado en la votación, la tesis conciliatoria obtuvo 90% de los votos. Normalmente, Dhameliz, cuando se dan estas transiciones a la democracia, los costos de tolerancia son por lo menos aceptables para el gobierno en el poder, mientras que los de la represión se tornan demasiado altos. No se puede mantener el ejercicio del poder por la fuerza, por la vía represiva, bien porque los militares desobedecen, se voltean y los acontecimientos se tornan fuera de control. Cuando los costos de represión son muy altos y los de la tolerancia relativamente bajos, entonces se da la transición.
Autoritarismo Competitivo
-¿Cómo puede clasificarse la práctica del Gobierno revolucionario?
-Larry Diamond y otros estudiosos de las ciencias políticas clasifican en cinco los tipos de gobierno, según el grado de participación de la gente. Desde los regímenes más cerrados hasta las democracias liberales. Venezuela estaría entre los autoritarismos competitivos o hegemónicos; es un gobierno elegido por vía electoral, pero no se comparta democráticamente. Conforman estructuras que le permiten al gobernante jugar con ventaja en el proceso electoral, usar los recursos del Estado, acude a mecanismos fraudulentos, compra votos. Actúa entre el autoritarismo y la democracia lo que le otorga legitimidad, nacional e internacional. Pero existen otros modelos de gobierno: los autoritarismos cerrados, no hay elecciones, los autoritarismos hegemónicos, las democracias electorales y las democracias liberales.
Alta conflictividad
-A su juicio, ¿cuál es el grado del conflicto político en Venezuela?
-Conflictividad media alta. Se mezcla la violencia cotidiana, el armamento en la calle -se calcula en unos 12 millones- atizado por el componente político y el discurso oficial. Así lo señalan casi todas las revistas internacionales especializadas. La política no es como los juegos de beisbol, la posibilidad de ganar o perder no recae solamente en los dos equipos sino también en el público el cual define quien gana o pierde. La política es demasiado seria para delegarla en las manos de los dirigentes olvidándonos que nosotros, los ciudadanos, somos en este partido quienes anotamos las carreras.
-¿Cómo entendemos nuestro papel en la transición?
-Las transiciones se dan por tres caminos: ruptura, reforma o ‘ruptforma’ -mezcla entre la primera y la segunda-. Es ruptura cuando la oposición adquiere ventaja descomunal sobre el Gobierno, al cual no lo quiere nadie, colapsa, perdiendo el poder de la noche a la mañana. Se toma a la fuerza sin negociar. La reforma surge cuando el gobernante considera que el régimen es insostenible y se abre a los cambios. Si me pides un ejemplo, es lo que está ocurriendo en Cuba. La “ruptforma”, es lo más parecido a Venezuela. La oposición va ganando poder mientras el gobierno la pierde. Entonces se decidiría negociar una transición que les permitiera -a los salientes- conservar algunos privilegios evitando el peor de los escenarios, ser perseguidos, arrebatados sus bienes...
-¿Impunidad a cambio de transición?
-No se trata de que haya impunidad, pero hay instituciones que entran en el juego de la negociación si queremos rescatar la democracia. ¿Cuáles son? La Fuerza Armada por ejemplo, institución que debe garantizar las condiciones. ¿De qué negociación estamos hablando? En ningún momento debemos colocarla en una situación en la cual se sienta amenazada durante un proceso de transición, porque es poco lo que podríamos esperar de ella para que ayude a que se respete la Constitución. Incluimos a un Consejo Nacional Electoral, el árbitro, al cual debemos mostrar la disposición a cooperar siempre y cuando respete las pautas. Es un proceso de entendimiento, donde los actores que hoy tienen poder, como las Fuerzas Armadas, el CNE y el poder judicial tienen que estar convencidos de que en caso de una transición, no se convertirá en el preámbulo de una persecución, de arrase, una cacería de brujas que terminará colocando a todo el mundo en peor situación.
-¿A quiénes les corresponde ser los negociadores? Desde las primarias el Presidente ha radicalizado su discurso
-El que Chávez se radicalice no quiere decir que el país también. Tiene su efecto, pero la mayoría no está en esa nota ¿Quién negocia? Los sectores moderados de cada parcialidad. ¿Cuál es el dilema para los liderazgos? El costo político. ¿Qué sucede en estos casos? Terminan negociando los que puedan garantizar el cumplimiento de las decisiones. En el Chile de Pinochet ¿Quiénes fueron los negociadores? Los que estaban directamente conectados con el liderazgo de la oposición y los vinculados con el gobierno pinochetista, capaces de darse garantías mutuas y condiciones para que los salientes mantuvieran ciertas cuotas de poder por tiempo definido y controlar los daños. ¡Es tan difícil de explicar! Hay radicalizados que quieren juicios, persecución, pero al poderoso no se maneja de esa manera, porque al final cuando lo amenazas con el mismo poder te aplasta.
-Mutatis, mutando, como dicen los abogados. En Venezuela..
-Dhameliz -interrumpe- un político responsable no puede actuar arriesgando a su propio pueblo. ¿Esto implica que haya impunidad? No creo que sea el término adecuado en algunas circunstancias. Hay que ser capaz de negociar con esos sectores moderados, potables. Si un gobierno autoritario basa su poder sobre la fuerza armada y sabes que a esa institución le tocará ejecutar las órdenes más duras para mantenerse aún perdiendo las elecciones como algunos empiezan a asomar, bueno, hay que ser moderados para que entiendan que sus cabezas no están en riesgo y no serán perseguidos. Le quitarías el incentivo para aliarse con un gobierno que ha perdido su legitimidad.
Hay que negociar con los actores moderados de cada lado que no necesariamente tienen las manos sucias. La gran pregunta en procesos como éste es ¿Qué se hace con quienes sí las tienen? En muchos casos la impunidad existe. Imagínate ¿Qué hubiese pasado en Chile si perdido el referéndum, Pinochet sabe que va derecho a la Corte? Probablemente una guerra civil.
La sociedad ya se activó
“El 12F se demostró que la sociedad se activó. Se tiene que mantener en la calle, reclamar pacíficamente, protestar un evento como el sucedido en Maracay, pero nunca estimular la violencia porque estarías dando la excusa para la represión violenta y en una ecuación de ese tipo, obviamente, la sociedad es la que pierde”.
-¿Cuáles serían las amenazas y oportunidades para tender puentes?
-Se está apelando a la vía del miedo para someter a la sociedad y evitar la participación; no les está funcionando. ¿Lo positivo? La gente toma conciencia de cuál es el camino para la transición hacia la democracia. No es la violencia, ni la persecución, lo cual no significa no estar dispuesto a ponerle un parado a las cosas intolerables.
-Pasadas las primarias, ¿qué debería estar haciendo la oposición?
-Identificando quiénes son los actores moderados del otro lado dispuestos a facilitar la transición en las diferentes instituciones: TSJ, CNE, la AN -si los hubiese- Fuerzas Armadas... Y luego, trabajar con base a intereses comunes al Gobierno y a la oposición, como la seguridad jurídica, el respeto a ciertas reglas del juego para que la salida del poder no signifique perderlo todo, ¡porque serían aplastados! ¡Es fundamental! Esto es un autoritarismo competitivo, van a elecciones y las ganan porque todo el centro de su quehacer político es triunfar para mantener legitimidad. El problema se presenta al resquebrajarse la base popular, porque estos gobiernos no tienen vocación democrática y están dispuestos a cualquier cosa para mantenerse en el poder. Al debilitarse, apelan a la fuerza, al secuestro de los medios de comunicación, a amañar los procedimientos electorales. Estos regímenes se van haciendo inviables cuando la propia gente de su entorno se percata que ya no es posible mantenerse y la incertidumbre se siembra del lado de ellos
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