TAL CUAL 04/12/2014
Dejar el petróleo
Carlos Oteyza presentó El Reventón III, La industria petrolera en manos venezolanas. Un documental que habla, de forma clara y sencilla, de política y economía
VALENTINA RODRÍGUEZ
El Reventón III, la industria petrolera en manos venezolanas (1976-99) es el documental que completa la trilogía "El Reventón", escrita y dirigida por Carlos Oteyza (Tiempos de dictadura), serie en la que expone la historia de la actividad petrolera en el país y su manejo. Le anteceden Los inicios de la producción petrolera (1888-1943), y Hacia la nacionalización petrolera (1944-76).
En esta última pieza de la colección Cine Archivo de Cinesa que tuvo su estreno el pasado 18 de noviembre, el realizador aborda a través de animaciones e imágenes inéditas de archivo los inicios de Pdvsa, la apertura petrolera, la meritocracia y la dependencia de los gobiernos a los precios del crudo. Un filme que habla, de forma clara y sencilla, de "petróleo, política y economía", y en el que se recuerda la poca información que tienen los venezolanos sobre el negocio del petróleo: principal motor económico del país.
El documental inicia con las escenas del 1º de enero de 1976, cuando Carlos Andrés Pérez, presidente de turno, desde el campo Mene Grande (Zulia) proclamó ante el país la nacionalización de los hidrocarburos; la industria pasaba a manos del Estado venezolano.
–El Reventón III sale a la luz en un momento en el que muchos venezolanos se preguntan qué pasará o cómo afectará al país la actual baja del precio del petróleo ¿Se trata de una casualidad?
– Sí. De El Reventón son tres capítulos, las dos entregas anteriores salieron en 2006 y 2008, luego paré la serie para hacer Tiempos de dictadura, que me llevó tres años, y después retomé El Reventón, hace dos años, y fue ahora cuando terminamos. Igual me pasó con Tiempos..., que salió unos meses antes de las elecciones presidenciales del 2012, y la gente me preguntaba si era a propósito, y no fue así, la verdad es que yo no sabía cuándo iba a terminar. Ahora me pasó lo mismo, cuando estábamos terminando el documental, en los días finales de El Reventón III decíamos: será que van a vender Citgo; el petróleo está bajando, estamos endeudados... La verdad es que esta casualidad responde es al terrible ciclo de repetición que vive el país, en el documental hablamos de la década de los 80 y 90 y parece que estuviéramos retratando la actualidad del país, pero potenciada.
–En el filme se afirma que el venezolano común ha tenido poco o ningún interés en saber cómo se maneja en el país el negocio del petróleo, aun cuando en algún momento Maraven y Lagoven sacaron algunas publicaciones ¿A qué cree que se deba esto?
El petróleo comenzó siendo un enclave extranjero en el país, por lo tanto, eso no era asunto de Venezuela, y eso tiene peso, porque es un peso cultural. La gente no se interesaba porque eso lo manejaban otros. También está el hecho que desde los años 30 y 40 se pensaba que el petróleo se iba a acabar, por lo tanto, a la gente le parecía que no tenía sentido ocuparse en algo que se iba a acabar.
El petróleo comenzó siendo un enclave extranjero en el país, por lo tanto, eso no era asunto de Venezuela, y eso tiene peso, porque es un peso cultural. La gente no se interesaba porque eso lo manejaban otros. También está el hecho que desde los años 30 y 40 se pensaba que el petróleo se iba a acabar, por lo tanto, a la gente le parecía que no tenía sentido ocuparse en algo que se iba a acabar.
Luego, cuando se descubre la Faja petrolífera nos damos cuenta que vamos a ser un país petrolero por mucho tiempo, pero ya culturalmente el trabajo estaba hecho, la idea de que el petróleo no era importante predominaba. Los gobiernos democráticos de esos años tampoco hicieron mucho para que los venezolanos entendiéramos sobre este tema. Nunca se hizo una campaña atractiva que explicara la relación petróleo-venezolano, este tema quedó como un área para los expertos y se generalizó la idea de que nosotros podíamos vivir sin entender el petróleo.
Tampoco hubo exigencia por parte de nadie. Creo que hoy en día es diferente, estamos tomando conciencia, pero estamos pagando las consecuencias de no haberlo hecho antes.
–¿La información existe, se puede acceder fácilmente a ella? La información existe, el problema es que no se ha comunicado, y es importante que se sepa. Con el documental buscamos difundir esta información e interrogar al venezolano.
–Tenemos que entender que somos un país petrolero y que debemos conocer qué significa esto, no podemos seguir viviendo del petróleo sin saber cómo se maneja. Esto tiene que ser un tema público, aunque no todos seamos especialistas; se debe politizar, más no partidizar, que es lo que ha hecho este gobierno.
–Tenemos que entender que somos un país petrolero y que debemos conocer qué significa esto, no podemos seguir viviendo del petróleo sin saber cómo se maneja. Esto tiene que ser un tema público, aunque no todos seamos especialistas; se debe politizar, más no partidizar, que es lo que ha hecho este gobierno.
–¿Cree que si el venezolano conociera más sobre este tema, exigiría al gobierno más respuestas sobre el manejo de la industria, del petróleo? Mientras haya exigencia desde los centros de poder de la ciudadanía, que son las universidades, los colegios profesionales, los sindicatos, etc., es posible que la presión de estos obligue al gobierno a tomar decisiones en la vía correcta.
–Una de las vacunas para no seguir cometiendo los mismos errores es que para los venezolanos el petróleo sea una materia en la que estemos constantemente informados.
–Dice que con esta pieza cierra la serie ¿No tiene pensado registrar la historia de la industria petrolera estos últimos años? -Los documentales históricos deben ser sobre etapas o ciclos concluidos, y el que comenzó en el año 1999, que es el periodo de Chávez hasta la actualidad, no ha concluido. No quisiera hacer una película histórica sobre el petróleo hasta que este ciclo termine; años en donde el endeudamiento, la inflación y el desabastecimiento se han potenciado y no sabemos hasta dónde va a llegar. No podría hacer una película y terminarla en el ahora, porque nos quedaríamos solo con la mitad del cuento. Es difícil que haga una cuarta entrega inmediatamente.
–Dice que con esta pieza cierra la serie ¿No tiene pensado registrar la historia de la industria petrolera estos últimos años? -Los documentales históricos deben ser sobre etapas o ciclos concluidos, y el que comenzó en el año 1999, que es el periodo de Chávez hasta la actualidad, no ha concluido. No quisiera hacer una película histórica sobre el petróleo hasta que este ciclo termine; años en donde el endeudamiento, la inflación y el desabastecimiento se han potenciado y no sabemos hasta dónde va a llegar. No podría hacer una película y terminarla en el ahora, porque nos quedaríamos solo con la mitad del cuento. Es difícil que haga una cuarta entrega inmediatamente.
–¿Entonces su interés en el petróleo no acaba con El Reventón III? No. Mi interés más que en el petróleo es en el país.
–En realidad, lo que a mí me interesa son los venezolanos, mi país, mi situación y la situación de vida de los venezolanos; y el petróleo es la base. Para comprender al país hay que comprender el petróleo. Lamentablemente los venezolanos le hemos dado demasiado peso a la política, a las consecuencias y no a las razones que originaron lo que hemos atravesado.
–En realidad, lo que a mí me interesa son los venezolanos, mi país, mi situación y la situación de vida de los venezolanos; y el petróleo es la base. Para comprender al país hay que comprender el petróleo. Lamentablemente los venezolanos le hemos dado demasiado peso a la política, a las consecuencias y no a las razones que originaron lo que hemos atravesado.
El Reventón III ya está a la venta en las librerías del país y se proyectará nuevamente mañana viernes a las 9 de mañana en el Auditorio Uslar del IESA, institución ubicada en San Bernardino, Caracas.
13 DE DICIEMBRE 2014 - 12:01 AM
"El reventón III" permite ver por el retrovisor del petróleo
La serie de Carlos Oteyza resulta obligatoria para entender la industria
Vienen dos proyecciones pronto: el lunes en Lugar Común (7:00 pm) y el jueves en la UCAB (3:00 pm) CORTESÍA
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
viernes 21 de noviembre de 2014 12:00 AM
Venezuela se indigestó con los petrodólares. Es una de las conclusiones de Carlos Oteyza, director de El reventón III, documental que se presentó por primera vez al público este martes. Si El reventón, estrenado en 2008, retrata los primeros años del petróleo en Venezuela (1883-1943); y la segunda parte registra la actividad petrolera de 1944 a 1974; el más reciente va desde la nacionalización del mineral hasta 1999, con la llegada de Hugo Chávez al poder.
Primer gobierno de Carlos Andrés Pérez: tal como algunos advertían, el Estado se convirtió en un monstruo pesadísimo en los hombros del ciudadano común; nunca se pensó en el mediano y largo plazo tratando de incentivar otra producción que no fuera la petrolera, se despilfarró la brutal renta, los ingentes ingresos no se tradujeron en bienestar para la mayoría de la población... La deuda social sigue vigente y aumentando. No deja de ser familiar cuando se ven estas imágenes en el documental.
Carlos Oteyza descarta que haya una oda a las concesionarias extranjeras en sus documentales. "No es que estas empresas lo hayan hecho mejor, sino que en el momento en que le tocó a los venezolanos manejar su propio petróleo, llegó algo nuevo, que fueron los cambios abruptos de precios petroleros, y Venezuela y sus gobernantes, creyeron que con esos altos precios podíamos resolver todos los problemas y no fue así. Quedamos atrapados en una deuda, y hoy somos uno de los países más endeudados del mundo", reflexiona.
El realizador de cintas como El escándalo, La voz del corazón y el documentalTiempos de dictadura, piensa por una parte, que el venezolano no sabe asimilar el éxito y ante una empresa bien gerenciada y con aciertos como fue Petróleos de Venezuela, lo que hubo fue críticas y más recientemente la politización, cosa que como se ve en el documental, Carlos Andrés Pérez siempre advirtió: no dejar que los partidos políticos interfirieran en la producción y eficiencia de la industria.
Por otro lado, Oteyza cree que al venezolano común ni se le ha formado ni quiere estar al tanto de la realidad petrolera. "Los venezolanos no hemos sabido exigirle a los Gobiernos ser eficientes", sostiene.
Gracias al documental, muchos podrán enterarse de lo que es la "enfermedad holandesa", mal de los países monoproductores y monoexportadores de petróleo cuando experimentan un aumento súbito de sus ingresos en divisas: al no producir más nada, todo debe comprarlo afuera, la moneda pierde valor y cada vez es más difícil importar ¿consecuencias? devaluación, controles, escasez, desabastecimiento... ¿Le parece conocido?
"La empresa petrolera lo que tiene es que producir más y a menores precios, y conseguir socios afuera que le ayuden a producir ese petróleo, pero el Gobierno no puede gastarse todo ese dinero. Tiene que pensar en educación, en infraestructura, en otras empresas que no sean solo para producir petróleo y eso lo obliga a tener planes a mediano y largo plazo. Pero eso no se ha hecho, ni los gobiernos pasados ni los presentes", lamenta Oteyza.
El documentalista no cree que la culpa de la crisis económica del país repose solamente en los Gobiernos. "Hay una responsabilidad compartida de los gobiernos con sectores económicos, élites, la opinión pública... que se han aprovechado de la redistribusión de la renta inmediata, es decir, en las buenas épocas, todo el mundo (empresas, sindicatos, universidades...) exigía que se gastara más, y muy poca gente, que tuviéramos una visión a mediano y largo plazo. La sociedad no ha sido exigente y cuestionadora con el despilfarro y la falta de ahorro, y nos indigestamos con los ingresos petroleros", opina.
Así como existen libros de cabecera o títulos obligatorios en una biblioteca, la serie de El reventón de Cine Archivo Bolívar Films debería estar en muchas casas venezolanas para que, como lo aspira el realizador, más que vivir del petróleo, podamos convivir con él.
@argomezc
Primer gobierno de Carlos Andrés Pérez: tal como algunos advertían, el Estado se convirtió en un monstruo pesadísimo en los hombros del ciudadano común; nunca se pensó en el mediano y largo plazo tratando de incentivar otra producción que no fuera la petrolera, se despilfarró la brutal renta, los ingentes ingresos no se tradujeron en bienestar para la mayoría de la población... La deuda social sigue vigente y aumentando. No deja de ser familiar cuando se ven estas imágenes en el documental.
Carlos Oteyza descarta que haya una oda a las concesionarias extranjeras en sus documentales. "No es que estas empresas lo hayan hecho mejor, sino que en el momento en que le tocó a los venezolanos manejar su propio petróleo, llegó algo nuevo, que fueron los cambios abruptos de precios petroleros, y Venezuela y sus gobernantes, creyeron que con esos altos precios podíamos resolver todos los problemas y no fue así. Quedamos atrapados en una deuda, y hoy somos uno de los países más endeudados del mundo", reflexiona.
El realizador de cintas como El escándalo, La voz del corazón y el documentalTiempos de dictadura, piensa por una parte, que el venezolano no sabe asimilar el éxito y ante una empresa bien gerenciada y con aciertos como fue Petróleos de Venezuela, lo que hubo fue críticas y más recientemente la politización, cosa que como se ve en el documental, Carlos Andrés Pérez siempre advirtió: no dejar que los partidos políticos interfirieran en la producción y eficiencia de la industria.
Por otro lado, Oteyza cree que al venezolano común ni se le ha formado ni quiere estar al tanto de la realidad petrolera. "Los venezolanos no hemos sabido exigirle a los Gobiernos ser eficientes", sostiene.
Gracias al documental, muchos podrán enterarse de lo que es la "enfermedad holandesa", mal de los países monoproductores y monoexportadores de petróleo cuando experimentan un aumento súbito de sus ingresos en divisas: al no producir más nada, todo debe comprarlo afuera, la moneda pierde valor y cada vez es más difícil importar ¿consecuencias? devaluación, controles, escasez, desabastecimiento... ¿Le parece conocido?
"La empresa petrolera lo que tiene es que producir más y a menores precios, y conseguir socios afuera que le ayuden a producir ese petróleo, pero el Gobierno no puede gastarse todo ese dinero. Tiene que pensar en educación, en infraestructura, en otras empresas que no sean solo para producir petróleo y eso lo obliga a tener planes a mediano y largo plazo. Pero eso no se ha hecho, ni los gobiernos pasados ni los presentes", lamenta Oteyza.
El documentalista no cree que la culpa de la crisis económica del país repose solamente en los Gobiernos. "Hay una responsabilidad compartida de los gobiernos con sectores económicos, élites, la opinión pública... que se han aprovechado de la redistribusión de la renta inmediata, es decir, en las buenas épocas, todo el mundo (empresas, sindicatos, universidades...) exigía que se gastara más, y muy poca gente, que tuviéramos una visión a mediano y largo plazo. La sociedad no ha sido exigente y cuestionadora con el despilfarro y la falta de ahorro, y nos indigestamos con los ingresos petroleros", opina.
Así como existen libros de cabecera o títulos obligatorios en una biblioteca, la serie de El reventón de Cine Archivo Bolívar Films debería estar en muchas casas venezolanas para que, como lo aspira el realizador, más que vivir del petróleo, podamos convivir con él.
@argomezc
Jorge Urosa: “La corrupción es una razón de la crisis económica”
El cardenal dijo que una de las causas de la situación que atraviesa del país es el robo de los recursos de la nacióficar
El cardenal Jorge Urosa Savino, que ayer envió su mensaje navideño, expresó preocupación por la situación del país. “Una de las causas de la crisis económica es el gravísimo pecado de la codicia, el afán desenfrenado de dinero fácil, que lleva a la corrupción, al robo de los recursos de la nación, a la especulación, a exigir precios exorbitantes. Estamos en un ambiente sociomoral de laxitud, de poca conciencia de la maldad de esas acciones”, señaló.
El arzobispo de Caracas añadió que la crisis ocurre cuando hay cuantiosos ingresos provenientes del petróleo. Dijo claramente que las conductas ilícitas contra los recursos del Estado constituyen expresiones de pecado.
“Debemos recordar que todo eso es pecado, que nos separa de Cristo, nos hace vulgares delincuentes, y que Dios lo castiga”, advierte en el mensaje.
Llamó a rechazar la maldad de la codicia, del robo y de la corrupción.
Exhortó a que durante este tiempo de Navidad se reflexione sobre las “plagas” que afectan la situación sociomoral de los venezolanos, se escuchen y acojan en el corazón los mandamientos de Dios, que llaman a “no robar” y “no matar”.
Urosa también rechazó el ambiente de violencia cuando se reacciona de manera desproporcionada ante las ofensas o las contrariedades. Destacó que esas expresiones traen consecuencias, entre ellas el odio, el asesinato, la delincuencia y la destrucción de los demás.
Pidió de manera especial por los presos en las cárceles venezolanas: “Para que los funcionarios del Estado resuelvan los problemas graves que aquejan a nuestras prisiones”.
Reconciliación. El cardenal destacó que la Navidad es un tiempo propicio para acercarse al sacramento de la renconciliación.
“La Iglesia nos invita a todos a prepararnos para una celebración auténtica, feliz y provechosa de la Navidad. La Navidad, queridos hermanos, es mucho más que los festejos, excesos y gastos que acompañan estos días. Es preciso que pidamos a Dios que aumente nuestra fe. Y que, con su ayuda, nos mantengamos firmes en la fe, a pesar de las dificultades de nuestros tiempos. Nuestra fe está amenazada por los embates de la superstición, por la ficción de la nueva era. También está amenazada por la expansión de la santería, que es una religión distinta y contraria al cristianismo, incompatible con la fe en Cristo. Y está amenazada también por nuestra debilidad humana”.
El arzobispo de Caracas añadió que la crisis ocurre cuando hay cuantiosos ingresos provenientes del petróleo. Dijo claramente que las conductas ilícitas contra los recursos del Estado constituyen expresiones de pecado.
“Debemos recordar que todo eso es pecado, que nos separa de Cristo, nos hace vulgares delincuentes, y que Dios lo castiga”, advierte en el mensaje.
Llamó a rechazar la maldad de la codicia, del robo y de la corrupción.
Exhortó a que durante este tiempo de Navidad se reflexione sobre las “plagas” que afectan la situación sociomoral de los venezolanos, se escuchen y acojan en el corazón los mandamientos de Dios, que llaman a “no robar” y “no matar”.
Urosa también rechazó el ambiente de violencia cuando se reacciona de manera desproporcionada ante las ofensas o las contrariedades. Destacó que esas expresiones traen consecuencias, entre ellas el odio, el asesinato, la delincuencia y la destrucción de los demás.
Pidió de manera especial por los presos en las cárceles venezolanas: “Para que los funcionarios del Estado resuelvan los problemas graves que aquejan a nuestras prisiones”.
Reconciliación. El cardenal destacó que la Navidad es un tiempo propicio para acercarse al sacramento de la renconciliación.
“La Iglesia nos invita a todos a prepararnos para una celebración auténtica, feliz y provechosa de la Navidad. La Navidad, queridos hermanos, es mucho más que los festejos, excesos y gastos que acompañan estos días. Es preciso que pidamos a Dios que aumente nuestra fe. Y que, con su ayuda, nos mantengamos firmes en la fe, a pesar de las dificultades de nuestros tiempos. Nuestra fe está amenazada por los embates de la superstición, por la ficción de la nueva era. También está amenazada por la expansión de la santería, que es una religión distinta y contraria al cristianismo, incompatible con la fe en Cristo. Y está amenazada también por nuestra debilidad humana”.
El tesoro de la herencia maldita
El Nacional 13 DE DICIEMBRE 2014 - 00:01
Nuestra desgracia del último tiempo no es fruto del azar. Los arcanos no marcaron el derrotero venezolano inspirados en la malignidad del hechizo. Lo que acontece es simplemente la instauración de un modelo primitivo que privilegia la destrucción nacional, buscando imponer una doctrina sobre el cadáver humeante de la republica. Toda una máquina que tritura los huesos de la ilusión para devolvernos una nación con profundas heridas que serán difíciles de restañar. Es como una puñalada que todos los días reabre sus ansias de volver a punzar sobre el costado agujereado. La mano invisible de la frustración social vuelve una y otra vez a dejar escapar toda la maldad que emana de corazones entenebrecidos por décadas de venganzas. La herencia maldita del régimen se mantiene con la firmeza pétrea de las ideologías de la mentira más cruel. Se hicieron del poder y de esa forma lograron el botín. Un cuantioso tesoro que llegó para hacerlos potentados.
Su fracaso nos ha convertido en un país de sombras. Se perdieron los años gloriosos de una fabulosa renta petrolera desplumada por una élite de traficantes de sueños. Nos llevaron en brazos de una farsa que fueron estirando en la medida en que nuestras riquezas podían financiar un sinfín de locuras.
La revolución chavista es sin duda un experimento fracasado. Se amparó en los deseos de cambio de millones de venezolanos cansados de las últimas administraciones democráticas. Hugo Chávez supo explotar la situación; mientras menguaban los partidos políticos fue creciendo la opción de un cambio que diera al traste con todo aquello. Un crecimiento vertiginoso hizo del militar instigador toda una esperanza de un país mejor. La inmensa mayoría lo acompañó por años; paulatinamente la gente comenzó a despertar del hechizo. La razón fue contrarrestando al somnífero político, que le suministraba el régimen a millones de incautos. Apareció la represión como piedra angular de los regímenes totalitarios. Dura persecución en contra de los líderes democráticos, el cercenamiento de los medios de comunicación y de los espacios de la inversión privada siguieron la ruta de una agenda malévola que no cesa. La sucesión que nos dejó el comandante eterno es la maldición de un sistema atascado en el tiempo. Un fiasco monumental que no pueden ocultar. Han fracasado de manera estrepitosa, con ello han sembrado a Venezuela con la semilla del veneno que carcome la posibilidad de tener bienestar. Con esa visión arcaica de los procesos sociales solo nos espera el abismo.
No es la cola del gato negro la que nos hizo más pobres. Tampoco los vapores que rebosan la copa del hechizo; hemos caído en el fondo gracias al esfuerzo de un gobierno tiránico. Maldito el día en que la suerte de la patria cayó en las manos de especímenes de la peor calaña…
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